viernes, 8 de junio de 2012

GUINCHO, EL (ARUCAS)

Actualización: 27-jul-2016 
Topónimo que se da a uno de los cuatro pequeños caseríos situados próximos a la costa septentrional aruquense que probablemente surgieron como asentamientos de los jornaleros agrícolas que cuidaban de las fincas. A este de El Guincho, se le unen Lomo de RamírezLa Hondura y El Tanasio.

El guincho (José M. Sayago - nuestronombre-es)
Hasta los años setenta del pasado siglo, a estos pequeños caseríos perdidos en grandes fincas de plataneras, de las cuales siempre se dijo daban el mejor fruto, solo se podía acceder a través de caminos rurales que discurrían entre los muros de las fincas, desde El CardonalCruz de Pineda o Trasmontaña. A partir de dichos años, cuando se terminó la vieja carretera de Bañaderos a El Rincón, mejoraron sus accesos si bien se han visto algo limitados por la conversión de la carretera en la Autovía del Norte (GC-002). En la antigüedad estos lugares próximos a la Dehesa de Arucas tenían usos pastoriles.


Fuente (Fedac)
El topónimo debe tener su origen en la presencia de la conocida águila pescadora (Pandion haliaetus) que en Canarias llamamos Guincho, y en menor medida Guinchete, que debió de abundar en épocas pasadas.

Según la ficha científica del Museo Nacional de Ciencias Naturales es un «Ave rapaz de color marrón oscuro en las partes superiores, exceptuando la cabeza que es blanca con un antifaz oscuro típico de la especie. Las inferiores de color blanquecino, con una mancha negra en la zona carpal y puntas de las alas también negras, timoneras y rémiges con bandas oscuras transversales y unas estrías de intensidad variable, incluso prácticamente ausentes, en el pecho. Las garras son de color marfil. Los ojos amarillos y el pico muy afilado con cera gris-azulada. Destaca un antifaz oscuro que empieza en el pico y se une al dorso pasando por la zona ocular. Píleo manchado de pardo-oscuro de forma variable. Los jóvenes de primer año presentar un plumaje moteado en las partes superiores y los ojos anaranjados».


Caseta del pozo (De la obra citada)
Aparece documentado siglos atrás, y como ejemplo en la venta de bienes vinculados el 20 de julio de 1870 cuando Magdalena Valdea Acedo, de Gáldar, vende a Ricardo Suárez Guerra, de Arucas, una propiedad procedente de una capellanía fundada por Bartolomé Navarro Ortega el 9 de marzo de 1718, consistente en una doceava parte de cuatro fanegas de una «Suerte de tierra en La Majadilla del Guincho», adquiriendo por tanto cuatro celemines por el precio de 1000 reales de vellón (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, Apéndice dctal. p. 533).

Es esta inclusión del término Majadilla en la descripción de la suerte de tierras lo que sugiere los antiguos aprovechamientos pastoriles en el lugar, que decayeron con las plantaciones de plataneras en los finales del siglo XIX.

Maquinaria del pozo (De la obra citada)
Hemos de mencionar también los afloramientos de agua en el lugar, donde se localizaba una Fuente, así como un singular pozo de aguas para riego situado en el mismo nivel del mar, donde se extraían las aguas que según estudios geológicos se localizan en muchos afloramientos de la franja marítimo-terrestre que tuvieron su origen en la construcción volcánica de la "isla nueva" y la impermeabilidad del manto de lava que retiene las corrientes subterráneas que proceden del interior de la isla.

Cuevas del Guincho (Itahisa Déniz González)

Con este topónimo se conoce también unas canteras y cuevas de la costa de donde se extraía una piedra arenisca, unas pequeñas salinas y una fuente de agua que se encuentran en el lugar.

Las Cuevas del Guincho son una «serie de afloramientos excepcionales por la calidad de la exposición de sus materiales, la gran variedad de estructuras sedimentarias y volcánicas existentes y todo en un área de reducida dimensiones (...) En conjunto, representan un episodio transgresivo marino (es decir, un ascenso del nivel del mar) que paulatinamente se va haciendo más somero hacia techo y que se ve alterado por la entrada de materiales volcánicos en dos diferentes momentos. Por otro lado, todos estos materiales se encuentran irregularmente recubiertos por lavas del volcán Montaña de Arucas» (PÉREZ TORRADO, F.J. et alii, 2012).

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

GÜIGÜI, MACIZO Y PLAYAS DE (ALDEA DE SAN NICOLÁS)

Actualización 11-sep-2016
Topónimo aborigen con el que se conoce un amplio territorio situado entre el septentrional Vallehermoso y el meridional Tazartico en la costa más al poniente de la isla.

En cuanto a su grafía dice el cronista Francisco Suárez Moreno que cuando se pretende transcribir el primitivo Guguy, en el siglo XVIII, se pone la diéresis sobre las letras "u", y, en la relectura del pretendido Guguy, surge el Güigüi, que es un término canario relacionado con precipicios como Taguy, que se encuentra en el barranco de Siberio, en Los Galgares; o los dos barrancos de Guguy y Guguillo, en El Risco de Agaete; o el Guro que se halla en la cabecera de Furel.

Macizo de Güigüi (Gevic)
Los debates sobre la correcta grafía en las lenguas orales muertas se sustentan en hipótesis de difícil confirmación, pues cuando los castellanos escucharon por primera vez estos términos de los aborígenes, unos lo entendieron de una forma, y otros muy distinto, pues la percepción fonética es distinta cuando se pretende interpretar un lenguaje incomprensible. Es por tanto un debate presuntamente estéril.

Playa Güigüi Chico (grancanaria-com)
Este amplio territorio calificado como Reserva Natural Especial comprende un macizo de abruptos relieves en el Oeste de la isla. Al Norte está el Peñón Bermejo y descendiendo hacia el Sur, las cuatro playas: la del mismo Peñón Bermejo; Güigüi Chico, que en realidad es más grande; la playa del Medio, donde está la famosa duna; y, Güigüi Grande, hasta donde llegan los dos senderos que se conocen.

Playa Gúigüi Grande (Faycan Hurter)
Su difícil accesibilidad ha permitido que el impacto antrópico esté minimizado. La ficha técnica del Jardín Botánico Viera y Clavijo la define como un área que alberga cortos y encajados barrancos, así como escarpados acantilados en todo el perfil costero, acogiendo una interesante muestra de cardonal-tabaibal e importantes restos de bosque termófilo. También incluye la única muestra que existe en la isla del cedro canario (Juniperus cedrus) y un elevado número de plantas endémicas, como el cabezón (Cheirolophus falcisectus).

Cedro canario (floradecanarias-com)
El cedro canario es un endemismo macaronésico, que vive en Canarias y en la isla de Madeira. Se trata de un arbusto o árbol de hasta quince metros, con ramas más o menos colgantes. Hojas aciculares, planas, y conos globosos axilares, de color marrón rojizo al madurar. Esta especie se incluye en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, como en peligro de extinción en la isla de Gran Canaria. 


Cabezón (botany-cz)
El cabezón es una planta arbustiva perenne que llega a alcanzar el metro de altura. Tallo erecto, subleñoso y cilíndrico cuya corteza de color marrón posee cicatrices escamosas y prominentes en su parte inferior; las ramas jóvenes tienen un color verde-violáceo.

Las hojas, de dos a cinco centímetros de ancho y de nueve a quince de largo, son pecioladas enteras y con abundantes glándulas. Inflorescencias con dos a siete capítulos de trece a dieciocho milímetros de diámetro y color purpúreo. Florece de junio a julio y fructifica en agosto.

El acceso por el mar (Santi Blanco)
Todo el macizo del Suroeste fue desde el principio de realengo. Los valles fueron ocupados poco a poco por familias que cultivaban cereales y frutos en lo que, según cuentan las crónicas, era un vergel con distintos nacientes de agua y caminos serpenteantes que comunicaban unas playas con las otras.
 
Así, en los valles de Güigüi Chico y Güigüi Grande, en 1785 se contabilizan uno y cuatro vecinos respectivamente, en viviendas dispersas, aunque en el verano, con la recogida de las sementeras y las frutas, entraban unas ocho familias de La Aldea. El censo parroquial de 1820 recoge un total de ocho familias con veinticinco miembros.


Un paisaje singular (Alejandro Melián)
Es en este contexto en el que nace el Registro de la Propiedad de Guía. Gran parte del macizo del suroeste, desamortizado o no, aparece desde el 24 de enero de 1867 como Propios del Ayuntamiento, hecho en el que la corporación basa su defensa en el litigio que mantiene con un particular sobre la propiedad. Estas tierras realengas fueron desamortizadas y vendidas, una parte a distintos propietarios, y otras, traspasadas al Ayuntamiento, que las consideró públicas por ser de realengo.

El cronista de La Aldea, Francisco Suárez Moreno, quien ha investigado y estudiado en profundidad los acontecimientos habidos con la propiedad del territorio, nos ha hecho una buena síntesis de lo que recoge en sus libros Pleito de la Aldea. 300 Años de Lucha Por la Propiedad de la Tierra [(1990) Las Palmas de Gran Canaria: Ed. Cabildo de Gran Canaria, pp. 137-139, 156-157 y 260-261] y La historia de La Aldea de San Nicolás [(1999) Las Palmas de Gran Canaria): Ed. Centro de la Cultura Popular Canaria, pp. 96-101 y 104], que nos acerca a los conflictos habidos con el dominio de la propiedad:

Playas intermareales al pie de los cantiles
«1.- Casi todo el macizo del Suroestes desde Amurgar-Peñón Bermejo a Guguy Grande, 4.480 fanegadas, se inscribe el 24 de enero de 1867 como bienes de propios, en el Registro de La Propiedad, por el Ayuntamiento de La Aldea, inscripción que se hace definitiva en 1871 (libro I San Nicolás Registro Propiedad de Guia), fincas 1, 2 y 3. En 1974 el Ayuntamiento de La Aldea reconoce y se reafirma con posteriores acciones registrales sobre las fincas citadas 1, 2 y 3, ahora 4.100 fanegadas.

2.- En 1872 el Estado desamortiza esta zona producto de lo cual en subasta pública, adquiere el 18 de agosto de 1873 Antonio de Armas los cortijos de Peñón Bermejo, Guguy Chico y Guguy Grande (Libro III, finca 77 a 82), cortijos que pertenecían a las inscripciones de bienes de propios registradas en 1867-1871, que no son inscritas estas tierras desamortizadas como segregaciones como hubiera sido lo lógico.

3.- Dichos cortijos de Peñón Bermejo, Guguy Chico y Guguy Grande, se van vendiendo hacia 1900 por los herederos de Armas, los Bethencourt Armas y Bethencourt Reina a los pastores que tenía arrendados y a otros.

Es así como esa propiedad fragmentada en cortijos pasa a las familias del lugar entre otras María Dolores León Espino (Tasartico-Guguy), Umpierrez y otros como Cristóbal Quintana natural de Taguy en Tejeda».

El poniente de la isla (foros-vogue-es)
A partir de los inicios de los años 80 del pasado siglo, de alguna manera se especula la posibilidad de su aprovechamiento turístico con la adquisición de cortijo por parte de la sociedad filial de la Caja Insular de Ahorros, Promociones Turísticas Canarias, participada que tras la paralización de un expediente de dominio por la oposición del Ayuntamiento de La Aldea haciendo prevalecer su antiguo registro, vende las tierras afectadas a la sociedad matriz.

Este acontecimiento motiva que Ayuntamiento y Cabildo promuevan y obtengan la calificación de Parque Natural en 1987. Al siguiente año aparece un nuevo comprador, el inversor suizo Helmut Rahms, en representación de la sociedad Pellerine Ltd., que por 240.000 euros adquirió esa buena porción del territorio. El punto final a las pretensiones sobre la propiedad privada de la tierra termina cuando el Consejo del Gobierno de Canarias del 19 de diciembre de 1989, acordaba el expediente de expropiación forzosa, que el día 10 de enero del siguiente año pasaba a información pública. En 1994 fue declarada la Reserva Natural Especial.  

Ortofoto macizo de Güigüi (Google earth)
En la desamortización de las tierras de baldíos y realengos que mantenían esa condición desde la Conquista, las cuatrocientas noventa y nueve fanegas de «Tierras para pastos en Güigüi el Grande», las trescientas setenta y dos de «Tierras para pastos en Güigüi el Chico» y las cuarenta de «Tierra en las Estanquillas de Güigüi» salieron a remate en 1873 y fueron vendidas, la primera a Juan B. Quintana Rodríguez, jornalero de San Bartolomé de Tirajana, por 360 reales de vellón, y las otras dos a Antonio de Armas, propietario de Agaete, por 2.400 y 300 reales de vellón respectivamente.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)