martes, 11 de septiembre de 2012

TEJEDA, CALDERA DE (ALDEA DE SAN NICOLÁS, ARTENARA Y TEJEDA)

Es notorio que con el topónimo de Tejeda se conoce el segundo municipio más alto de la isla, superado sólo por el de Artenara, compartiendo ambos las cumbres centrales de la isla.

Pero quizás lo que no es perceptible, probablemente por su amplitud, es que gran parte del territorio está ocupado por una gran caldera que en el mundo de los estudiosos de la geología responde al mismo topónimo.

Panorámica (Julio López Saguar)
Situada en el interior y centro geográfico de la isla, alcanza aproximadamente los veinte kilómetros de diámetro.

En opinión de los geólogos, hace aproximadamente catorce millones de años, el lugar concentraba enormes cantidades de rocas de distinto tipo y comenzó a experimentar actividad volcánica con la emisión de material de forma rápida y precipitada, vaciando la cámara magmática, provocando el hundimiento en toda la zona y creando esta enorme caldera.

Ortofoto ribeteada (Google earth)
Primero fueron las fuerzas constructivas de los ciclos volcánicos, después las destructivas de la erosión, las que crean un relieve accidentado de riscos y abruptas laderas e interfluvios, con una red de cauces tributarios que drenaban las aguas hacia el barranco de Tejeda (aguas arriba), o de La Aldea (aguas abajo).

Panorámica del barranco aguas abajo (fotosaereasdecanarias-com)
Dicen los geólogos que se formó en dos ciclos de millones de años, iniciándose con la emisión de materiales basálticos muy fluidos que dieron lugar al estadio de crecimiento en escudo o al estratovolcán Roque Nublo, volcán cónico y de gran altura, compuesto por múltiples capas de lava que fluyendo desde su interior, se enfrían y endurecen antes de que puedan llegar lejos.

Por la rapidez de esta emisión de material basáltico, se produce un vaciado brusco de la cámara magmática, por lo que el techo del estratovolcán en escudo se hunde dando lugar a esta Caldera, con episodios volcánicos con erupciones muy violentas.

Panorámica del tajo por el hundimiento (fotosaereasdecanarias-com)
Después, en un periodo de calma eruptiva de más de tres millones de años, la erosión producida por el agua moldea el relieve, originando la formación de barrancos de distribución radial.

Por último, dos millones de años después de la calma eruptiva, se reactiva la actividad volcánica y surgen erupciones de carácter estromboliano, diferentes erupciones explosivas separadas por periodos de calma variables, donde los productos piroclásticos producidos por estas erupciones son bombas, lapilli escoriácero y ceniza, altamente explosivos, que, en su destrucción, producen avalanchas volcánicas dirigidas hacia el sur y suroeste de la isla.

Panorámica de las "crestas" (fotosaereasdecanarias-com)
Pero más cautivadora que la siempre interesante explicación de los geólogos, es la inolvidable e histórica descripción de Miguel de Unamuno en 1909:

«… El espectáculo es imponente. Todas aquellas negras murallas de la gran caldera, con sus crestas, que parecen almenadas, con sus roques enhiestos, ofrecen el espectáculo de una visión dantesca. No otra cosa pueden ser las calderas del Infierno, que visitó florentino. Es una tremenda conmoción de las entrañas de la tierra, parece una tempestad petrificada, pero una tempestad de fuego, de lava, más que de agua…».

Panorámica del barranco aguas arriba (san borondon)
Es tan enorme su tamaño, tan majestuosa y tan erosionada, que a Viera y Clavijo le pasó inadvertida, posiblemente porque nunca pensó, aun con sus conocimientos científicos, que una caldera pudiera tener este tamaño.

Panorámica del Nublo (fotosaereasdecanarias-com)
Y dominándola, los dos majestuosos roques, el Nublo y el Bentaiga, ambos flotando entre abismos. El Nublo, testigo histórico de lo que fue aquella gran placa que se hundió para formar la Caldera, dejando a sus pies los escombros de la erupción y, más abajo, la mejor lección histórica sobre la conocida «brecha», formada por muchas capas donde están todos los tipos de rocas que yacen en la superficie de la isla.

La mejor contemplación, desde La Culata de Tejda, donde sobrarán las palabras, porque las piedras también hablan.

Panorámica del Bentaiga (fotosaereasdecanarias-com)
Y al otro lado, el Bentaiga, testigo histórico de la supervivencia de la raza, santuario y cueva del Rey, que resistió incluso a la erosión natural, para seguir contemplando el firmamento, la Luna y las estrellas.

Ortofoto de localización (Google earth)

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