Actualización 13-jul-2016
En la antigua carretera general del Sur,
Cruce Doctoral - Playa de Mogán (GC-500), después de pasar por Pasito Blanco y antes de llegar a Arguineguín, hay una rotonda de acceso a
este barrio, también llamado Playa del
Pajar. El yacimiento arqueológico de El
Pajar formaba parte de un poblado de grandes dimensiones situado en la
margen izquierda de la desembocadura del barranco, adentrándose hacia el
interior. Se contabilizaron a mediados del siglo XIX unas cuatrocientas casas
en el lugar.
El primigenio poblado de Arguineguín fue
indiscutible hito de incursiones históricas y de penetraciones misionales de
mallorquines, catalanes, aragoneses, sicilianos, vizcaínos, andaluces, gallegos
y portugueses, los cuales tuvieron su base en la histórica “Cueva de Santa
Águeda” allá por 1341.
«La
ermita remonta sus orígenes a un período prehispánico relacionado con los
frailes franciscanos mallorquines arribados a Gran Canaria en misión de
evangelización. Este lugar de oración tuvo como génesis una cueva, posiblemente
horadada, junto al mar. En su interior se conserva una tabla con la imagen
pintada de la santa con rasgos naturales y populares» (QUINTANA ANDRÉS, 2007, p.
30).
Ermita de Santa Águeda (Juapero) |
«Pasó be Gando al Ganiguin (poblacion
grande de ios Canarios siete leguas mas á la parte del Sur de la isla) donde
estuvieron ancorados once dios: vino á verles Pedro el Canario, y despues llegó
un hijo de Aytham, Fayacan, ó Virrey de aquella parte: dijeronles les darían refresco,
y les llevaron unos puercos: tomaron agua y poniendose los Canarios en
emboscada, conocida la gente castellana y francesa, cuando fué el bote a
tierra, les tiraron del cabo á sugetar la lancha, y tiraron mucha piedras con
que hirieron algunos de la lancha, en que estaba un hijo bastardo de Gadifer, llamado
Anibal, hombre de valor aunque ya herido con un remo, ahuyentó á los Canarios,
que se habian avanzado al mar á acometerlos, y alargó el batel de tierra, y
volviendo á la fragata, cargaron de gente y armas, con que volvieron sobre los
Canarios, que habian quebrantado las treguas.
Salieron a tierra con mejor órden los
castellanos y franceses, y los canarios les recibieron con la misma,
guarnecidos con broqueles y rodelas, en que tenian pintadas las armas de
Castilla; (despojos de los andaluces y vizcainos que habian vencido) y aunque
los soldados católicos les dispararon muchas flechas, conocieron poco efecto, y
sin aventurar mas el combate se volvieron á la fragata» (CASTILLO
RUIZ DE VERGARA, 1848, p. 35).
Fotografía de 1925 (Teodoro Maisch - Fedac) |
Antes de la Conquista, existía un
poblamiento aborigen en el lugar, en la actual playa de Triana, a unos kilómetros del Pajar. Recientemente se ha descubierto un importante yacimiento
arqueológico en la carretera de la costa cerca de Arguineguín. El yacimiento se encuentra a escasos metros del mar,
ya que la dieta principal de los aborígenes era el pescado.
Pasaron los años, dejando los tiempos de
la Conquista de la isla, ya el plano de Leonardo
Torriani de 1590 sobre el suroeste de Gran Canaria marca este punto como "disbarcatione" o punto de
desembarco. Fue en la antigüedad una prolongación del puerto de Arguineguín Grande, entre la Punta del Perchel al poniente y la Punta de las Carpinteras al naciente, ya
que el Barranco de Arguineguín tiene
un ramal secundario que desemboca en la Playa
del Pajar, cuya ensenada está bien protegida de los vientos del Oeste y
Noroeste por la mencionada Punta del
Perchel. La circunstancia que en las derrotas marinas el lugar se
relacionara con las “aguadas” de los barcos, originó que algunas fuente creyeran
que el topónimo de “Santa Águeda” fuera corrupción de la voz “aguada”. La realidad es que los
frailes franciscanos mallorquines trajeron a la isla la veneración de san Nicolás
de Tolentino, santa Catalina y santa Águeda cuando llevaron a cabo sus primeras
evangelizaciones.
«Las
tierras circundantes fueron propiedad del Condado de la Vega Grande de
Guadalupe, empleando en su explotación a medianeros y aparceros, escasos en
número hasta bien entrado el siglo XIX. A ellos se unían diversos pescadores
dedicados a la pesca de cabotaje y, en algunos momentos, de la ballena.
La
ermita, tras producirse su ruina por un derrumbe a mediados del siglo XIX, fue
ampliada y modificada durante los años de 1858 a 1868. En la actualidad la
ermita mantiene el mismo aspecto adquirido desde la citada centuria con un
interior rectangular de techo adintelado, ligeramente curvo, y paredes lisas
pintadas de blanco.
La
cueva está excavada en la toba volcánica que ha sido pulida para dar sensación
a su interior de paredes formeras. El altar es plano, hallándose en él las
imágenes en bulto redondo de Santa Águeda, adquirida en 1874, y la de la Virgen
del Carmen, junto a otras de distintas advocaciones (San José, La
Inmaculada...). El acceso se hace a través de una escalera conformada por
escalones de piedra que dan a una pequeña plaza donde se encuentra la cueva,
entrando en ella a través de una puerta adintelada» (QUINTANA ANDRÉS, 2007, p.
30).
Actualmente, la Punta del Perchel o de Taozo
cuenta con un puerto cementero con un dique para el atraque, dedicado a dicha
actividad, y se debate su potencial traslado para reconvertir la bahía para el
aprovechamiento turístico.
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