miércoles, 4 de abril de 2012

ALTILLO, EL (MOYA)

El poblamiento de este barrio de Moya situado en la Costa de Lairaga es de finales del siglo XIX y principios del XX, cuya única calle es el antiguo Camino Viejo o camino Real de Gáldar, en la actualidad bajo el asfalto, en línea paralela a la costa y limitado tierra adentro años atrás por una finca de plataneras, en la que se remudaron las tierras sobre las típicas tierras de salón, arenas marinas sedimentadas en siglos, que en la antigüedad era parte de la Hacienda de Lairaga. En la actualidad en su ribera se ha construido una piscina natural donde antes había un charco intermareal.

El Altillo (Daniel Vinuesa en Flick)
Su nombre puede tener su origen en que este lugar algo elevado de la costa se encontraba antiguamente entre dos barranqueras por donde bajaban las aguas de lluvia desde los altos cantiles de Los Blanquizales. En la actualidad ambas barranqueras se encuentran canalizadas.

La primera al naciente en superficie y sólo subterránea bajo la carretera general y la calle del barrio. La segunda más al poniente, subterránea con servidumbres de paso en superficie entre viviendas autoconstruidas, muy cerca de donde la ribera de costa recibe el nombre de Varadero, lugar que recibe el nombre de La Barranquera. 
 
La Tosca (Google earth)

Otra justificación de su nombre pudiera ser su antigua descripción como «Camino del Altillo», dando a entender que por el mismo se llegaba a un lugar conocido popularmente por La Tosca, promontorio bastante alto de piedra basáltica que estaría situado en el actual acceso central al barrio desde la Autovía Las Palmas-Gáldar (GC-2), y donde en la ribera de costa hay un tablero que los lugareños llaman El Altillo

El promontorio rocoso, donde había construida una casa de aperos de labranza, fue demolido «a marrón» por los vecinos para construir este  primigenio acceso, quedando de él en la actualidad un pequeño resto en la esquina entre el acceso y la calle principal del barrio, vía de acceso que los lugareños más viejos llaman "Camino de la Tosca" que partía del Camino Viejo hacia la vieja carretera.

Cantil de Lairaga (hachePH)
En las oquedades de los cantiles de Los Branquizales que están en el lateral interior de la actual autovía, anida la protegida pardela cenicienta, que acompaña a los vecinos en las noches oscuras con sus vuelos y graznidos, ya que la luz diurna la ciega.
 
La pardela cenicienta (Calonectris diomedea) es un ave marina que se cubre con un plumaje de color pardo grisáceo dorsalmente y presenta en la cabeza una caperuza del mismo color, que se funde con el blanco de la garganta y de las partes inferiores. El pico, grueso, es de color amarillo, con unas patentes narinas. El tamaño de sus alas en relación al cuerpo indica que es una gran voladora a vela. Se la puede ver planeando sobre las olas para aprovechar las corrientes de aire, en busca de alimento.

Pardela (avesencanarias-blogspot)
Tan solo abandona el mar abierto para reproducirse. Acude para ello principalmente a islas e islotes, aunque también a acantilados costeros. Utiliza oquedades naturales (cuevas, huras, grietas)... o las excava, pero puede llegar a utilizar como refugio arbustos densos y rocas. Es una especie pelágica que realiza grandes desplazamientos para buscar alimento, que recoge de la superficie mientras vuela. Su dieta la constituyen principalmente peces pelágicos, cefalópodos y crustáceos. 

Normalmente silenciosa, en las colonias anuncia su llegada de manera escandalosa y es correspondida por las que están en tierra. La pardela suele desarrollar su vida en el mar y se acerca a tierra para la reproducción.


Pardela caída (Ascan)
Los adultos llegan en los meses de febrero y marzo para hacer un reconocimiento de los futuros nidos y prepararlos. Durante los meses de mayo y junio realizan las puestas, y permanecen en el nido hasta finales de agosto. El pollo suele abandonar el nido de mediados de octubre a noviembre, período en el cual es más vulnerable ante los predadores.

Las pardelas cenicientas nacidas en Canarias migran principalmente a las costas sudamericanas de Brasil, Uruguay y Argentina, aprovechando los vientos alisios. Tras pasar por el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), llegan a su lugar de destino en las costas de Namibia para pasar el verano del hemisferio sur. El primer retorno al lugar de su nacimiento no suele producirse hasta que las aves alcanzan los cuatro años de edad. En época no reproductora se distribuyen desde el Golfo de Vizcaya y Gran Bretaña hasta las costas orientales americanas.

Es gratificante encontrar una pequeña cría de pardela, que al iniciar su primer vuelo desde el nido pierde su orientación deslumbrada por las luces de la modernidad, cogerla suavemente por las alas y cola, e introducirla en una caja de cartón. Cuando al final se llama al 112 para que la recoja el Centro de Recuperación, piensas que el enorme esfuerzo que sus padres hicieron para llegar volando de tan lejos a la isla, poner un sólo huevo del que nació ese pichón de pardela, hubiera acabado en fracaso de no ser por tu pequeña ayuda que permitirá que cuando la suelten recuperada, al siguiente año puede volver a la isla. 


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

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