martes, 10 de abril de 2012

ARUCAS, CRUZ DE LA MONTAÑA DE

Actualización: 2014/06/22 
La primera cruz que se colocó en la cima de la montaña de Arucas es una de las cruces llamadas de "fin de siglo", y de su colocación el primer cronista de Arucas da la siguiente información: «El domingo 30 de Diciembre de 1900 á media tarde, una porción de hombres subieron á cuestas á la montaña de Arucas los palos para hacer la crúz conmemorativa de fin de siglo. El palo mayor fue sacado de la cumbrera de un antiguo tejado perteneciente á una casa construida en el siglo diez y siete, ubicada en lo que hoy se llama de León y Castillo, vuelta al sur, y en cuyo lugar se ha edificado la casa numº 62.

La crúz es de tea. Tiene la crúz de largo 12 varas de largo, la construyó el carpintero de esta población D. Mario Benavides Ponce, y para colocarla bien se hicieron unas gradas de mampostería, utilizando canterías sólidas que estaban por allí, costeando el Ayuntamiento y varios fieles los gastos ocasionados por la construcción, transporte, peana y erección de la cruz. Dirigió el trabajo de mampostería D. Manuel de Aguiar Henríquez.


Cruz del siglo (Fedac)
En los días 29, 30 y 31 se hizo por la noche un solemne triduo preparando a las gentes para comenzar cristianamente el nuevo siglo. El 31 al oscurecer se hicieron (encendieron) muchas hogueras en esta jurisdicción como si fuese víspera de S. Juan; pues así rogó el Sr. Cura á los fieles que se hiciera.

Dando las 12 de la noche del 31 de Diciembre se hizo (hubo) un gran repique de campanas, comenzándose (en el templo) una misa de tres sacerdotes en la que comulgaron mas (unas) de 1.600 personas de ambos sexos, y más hubiesen comulgado si hubiera (se) habido más confesores» QUINTANA MIRANDA, PM.: Cuaderno nº 1 de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, Ed. digital, 2012).


Nueva cruz de piedra (rosagrancan-blogspot)
Mi abuelo paterno el carpintero Bruno Pérez González, quien trabajaba en los talleres de carpintería de Mario Benavides Ponce, fue quien hizo materialmente la cruz, que llevaba una inscripción latina que decía "El último día de 1899".

Su instalación se debió a la recomendación del Papa León XIII de recibir al nuevo siglo con la colocación de la Cruz del Redentor en las cumbres más como símbolo de la cristiandad, sugerencia que fue seguida en distintos puntos de la isla para conmemorar el tránsito del siglo XIX al XX. No hay que descartar que sustituyera a otra más antigua que pudo ser colocada por los franciscanos.

El 29 de noviembre de 2005, el temporal Delta derribó esta cruz, y las empresas aruquenses de la piedra donaron la nueva cruz. Se inauguró la víspera de la festividad de San Juan del año siguiente. Su altura es de 9 metros, su anchura es de 3,80 metros y su peso asciende a 40 toneladas.

Está realizada en piedra azul de la nueva cantera de Rosa Silva, y conserva tanto sus dimensiones como la inscripción de su antecesora. La forman tres tramos unidos en los que no es posible apreciar las juntas. Es hueca en su interior y está reforzada con dos estructuras: una de acero ordinario y otra de acero inoxidable. Mantiene su basamento escalonado de piedra. En su base se han incorporado dos piedras labradas: una hace alusión a la reconstrucción de la cruz como consecuencia del temporal Delta y la otra no tiene consistencia histórica.

Entre la primigenia cruz de madera y la actual de piedra se sucedieron algunas noticias de interés histórico relacionadas con este lugar. Cuando Ramón Madán y Uriondo Cambreleng, casado con Mª del Rosario González Fernández del Campo, hija de Bruno González Castellano, obtuvo el título de Marqués de Arucas por R.D. de 29 de abril de 1911, se ocupó de algo novedoso y con trascendencia social, la naturaleza. Después de convertir en un pequeño botánico los jardines de su palacete en Arucas, en su condición de propietario realiza la repoblación con eucaliptos de la falda septentrional de la montaña de Arucas, recibiendo por ello la Gran Cruz al Mérito Agrícola, otorgada por Alfonso XII por R.O. de 3 de Agosto de 1908.

En abril de 1909, coincidiendo con la inauguración del casino El Progreso que promovió el conocido como Partido Nuevo de Arucas, tuvo lugar una conferencia sobre el arbolado por el notable orador y escritor Francisco González Díaz, hijo de Manuel González Castellano y por tanto sobrino del antes mencionado Bruno, quien disertó durante más de una hora acerca de dicho asunto, siendo aplaudido con gran entusiasmo, dentro de un gran acto festivo en el que la banda de música del casino ejecutó escogidas piezas en el patio del edificio que ocupaba El Progreso, acordándose celebrar en Arucas la fiesta del Árbol lo más pronto posible.

Se había sellado un compromiso social que llegaría más allá de las fronteras aruquenses, y así González Díaz que sería conocido en adelante como "El Apóstol del Árbol" y será el promotor y participante de celebraciones que tuvieron lugar en la capital grancanaria, así como en Arucas, Gáldar, Guía, Moya, Santa Brígida, Telde y Teror, que llevó también a las localidades tinerfeñas de Santa Cruz, La Laguna, La Orotava e Icod de los Vinos , además de Arrecife de Lanzarote. 
 
Día del Árbol en la montaña de Arucas de 1930 (Fedac)
Disertaba y escribía con pasión en defensa del árbol, y no dudamos que tuviera algo que ver con la iniciativa de repoblación que el Marqués realizara en esta montaña al que le unían estrechos vínculos familiares, pues era primo de su consorte, al igual que su otro primo el poeta Domingo Rivero González.

Quince años antes de su fallecimiento el 5 de abril de 1945, ya había pasado de las palabras a los hechos y promueve un acto público en celebración del Día del Árbol en esta montaña de Arucas en el que participa una multitud de aruquenses.


Localización (IDEE Instituto Geográfico Nacional)


lunes, 9 de abril de 2012

ARUCAS

Municipio situado a 17,0 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 240 metros sobre el nivel del mar, y de 33,01 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 2,1% del total de la isla.

Topónimo aborigen. Las primeras referencias históricas de la antigua Arehuc o Arehucas se remontan a algunos años antes de la conquista e incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla, a finales del s. XV. En la época prehispánica era un asentamiento de población agrícola agrupado en torno a su fértil vega, que tenía su cabecera en la falda de su montaña y poblados de costa, comprendiendo las tierras entre los barrancos de Azuaje y Tenoya-Teror, con importantes recursos de explotación agrícola intensiva y de regadío.



Vista aérea de la iglesia de San Juan (fotosaereasdecanarias-com)
«... Los estudios arqueológicos llevados a cabo por el Dr. Pedro González Quintero de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en el yacimiento denominado La Cerera (que se ubica en la prolongación de la calle General Palafox, entre las calles Dr. Fleming y Cerera), han documentado que ya desde el siglo IV d.C. la población indígena de Gran Canaria se había asentado en lo que hoy es una parte la Ciudad de Arucas y, es muy probable, que ya existiera un pequeño poblado prehistórico en siglos anteriores. Este asentamiento indígena era denominado en el antiguo idioma de los canarios como Arehucas (así aparece citado en las crónicas de la Conquista de la isla), o con algún nombre parecido a éste. Según el filólogo Juan Álvarez Delgado, este término se traduciría como lugar de la cresta o de la trenza, en alusión a la montaña. El antiguo poblado parece ser que fue destruido, tal vez, por las huestes del conquistador Juan Rejón sobre 1479, si bien no se han encontrado pruebas materiales al respecto.

Esta entidad poblacional se estableció por los estudios realizados por el autor, principalmente en la falda sur de la Montaña de Arucas, así como, en menor medida, en la fachada sureste y suroeste de dicha montaña (desde la Hoya de San Juan hasta la Hoya de la Campana y desde la Capellanía Grande, hoy Recinto Ferial, hasta El Camino de La Cruz y El Tabaibal-El Pedregal, hoy calle Dr. Fleming y alrededores), debido, sobre todo, a una serie de condicionantes geográficos que hacían posible el establecimiento y perpetuación de un asentamiento humano: presencia de agua, de pastos, de zonas aptas para el cultivo (terrazas, etc.), cuevas naturales, posiblidad de horadar cuevas artificiales, presencia de aceptables temperaturas y precipitaciones, orientación a la luz, confluencia de varios pisos de vegetación de los que se pueden extraer madera, productos medicionales, combustible, recursos alimenticios, etc.

Yacimiento La Cerera (arqueologiaypatrimonio-blogspot)
Según los estudios llevados a cabo por el autor, en estos últimos años este núcleo poblacional estaría conformado por la presencia, sobre todo, de casas de piedra seca y de cuevas naturales, asociadas (en algunos casos) a una serie de estructuras de piedra seca que se corresponderían con ciertos espacios domésticos en los que la población realizaría toda una serie de actividades cotidianas (como ocurre, de manera especial, en la zona denominada La Capellanía Grande, hoy Recinto Ferial).

Por lo que todos los datos parecen apuntar que el antiguo poblado de Arehucas no se asentaba en lo que hoy es la Hoya de San Juan, sino sobre todo en toda la falda Suroeste y Sureste de la Montaña de Arucas. Este poblado estaría influenciado y condicionado por la presencia de la laguna de Arucas, que ocupaba de las actuales Vegas de Arucas.

Arucas 1890 (Ojeda Pérez L. - Fedac)
 Además, hay otro dato, cuando en 1945 Sebastián Jiménez Sánchez expuso que el famoso tibicena y el ídolo de la mujer peinada fueron localizados en Arucas, dijo textualmente, en relación a la figura del tibicena:  "que tan extraña pieza fue hallada en el propio término municipal de la ciudad de Arúcas (sic), en el lugar donde según las viejas crónicas tuvo asiento el poblado aborigen canario de Arehucas, en una de las lomadas y laderas de la Hoya de San Juan colindantes al Barranco de Las Vegas, en donde actualmente se alza el importante distrito urbano de Montaña Cardones"» JIMÉNEZ MEDINA, Antonio Manuel (2002): El poblamiento prehispánico en Arucas: una propuesta de interpretación del uso, aprovechamiento y gestión del territorio. Memoria de Suficiencia Investigadora. ULPGC - FGC, Inédita.

La antigua población fue aniquilada en la primera incursión que hizo Juan Rejón en 1479. Dos años después, el célebre caudillo Doramas perdía la vida en la conocida «Batalla de Arucas» a manos de Pedro de Vera, sucesor de Juan Rejón. La conquista de Gran Canaria terminó en 1483 y, ese mismo año, comenzaron los repartos de tierras y aguas en la comarca de Arucas entre los conquistadores: Tomás Rodríguez de Palenzuela, Juan de Aríñez, Lope de Sosa, Juan Siberio y Hernando de Santa Gadea, entre otros.


Presa 1906 (Alonso García L Fuente: Fedac)
Las favorables condiciones naturales del territorio y la importante presencia de recursos hídricos determinaron el temprano éxito del cultivo de la caña de azúcar, lo que provocó la construcción de varios ingenios. En 1503, la fundación de Arucas era un hecho al configurarse el primer núcleo de población en torno a la antigua Ermita de San Juan. En 1515, la ermita fue constituida en Parroquia por el obispo Fernando Vázquez de Arce.

A partir de 1572, los grandes propietarios de tierras Pedro de Cerón y su esposa, Sofía de Santa Gadea, instituyeron el Mayorazgo de Arucas, que marcaría la pauta socioeconómica del término hasta mediados del s. XIX. Tras la venta del Mayorazgo en dos lotes a Bruno González Castellano y Alfonso Gourié Álvarez, y a partir de los distintos remates de desamortización de donde emerge la burguesía aruquense, se impulsará una agricultura intensiva.

Casco histórico 1925 (Adolf Jessen Fuente: Fedac)
Esta circunstancia coincidió con la implantación del monocultivo de la cochinilla en la isla, inaugurando todo ello un período de gran prosperidad económica y de desarrollo agrícola y urbanístico. En esta segunda mitad del s. XIX, se roturan nuevas tierras y se suceden los cultivos en distintas etapas de auge económico. A la cochinilla siguió el resurgir de la caña de azúcar y, en menor medida, el tabaco. Algo más tarde se introduce el plátano, que alcanzará su mayor expansión durante el s. XX.

En esta misma época y bajo los auspicios principales de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, se consolida una complejísima red de canales, acequias, cantoneras y embalses, en sustitución de las antiguas acequias de barro y argamasa que darán lugar al cultivo de regadíos.

La iglesia en  1925 (Fernando Baena - Fedac)


Las transformaciones arquitectónicas y urbanísticas del actual Casco Histórico se inician a finales del s. XIX, en 1894 la Villa de Arucas obtiene el título de «Ciudad», y el auge de los cultivos en los comienzos del XX determinarán el desarrollo urbanístico y demográfico de la ciudad y el inicio de la construcción de su llamada "catedral".

Localización (IDEE Instituto Geográfico Nacional)
Sobre la historia de Arucas he escrito el libro "Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense", en edición digital del Ayuntamiento de Arucas, disponible también en la Memoria Digital de Canarias, cuyo acceso es el siguiente enlace:

MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense

ARTEVIRGO (ARTENARA)

Es el nombre de un antiguo poblado aborigen cuyo topónimo ha desaparecido, ubicado en las proximidades de Coruña. Este topónimo está documentalmente demostrado que fue un poblado aborigen y posteriormente canario hispánico, pero el poblado desapareció de la geografía y el topónimo de la tradición oral. solo queda su acreditada mención en los documentos antiguos.

En unos se hace mención que a finales del siglo XV se relaciona a un guaire residente en Artevirgo llamado Artenteifac, que según Abreu y Galindo acudió en 1476 a Lanzarote para firmar con otros guaires de la isla, un pacto de alianza con Diego García de Herrera, entre los que faltaban los representantes de otras tribus como de Fataga, Arguineguín, Tirajana, etc. En fechas posteriores recibe el ya castellanizado Juan Martín de Artevirgo.

En relación con su posible ubicación geográfica, en documentos notariales parece aclararse algo más donde podría estar, cuando un Gil Afonso, en escritura de 11 de febrero de 1654, funda una capellanía entre cuyos bienes vinculados se encuentran siete fanegas de una «Finca de riego y “secano” con frutales y 2 cuevas en Artevirgo o Coruña con veinticuatro horas de reloj de agua del Barranco de las Cuevas».

Localización barranco Cueva Oscura (Espacios Naturales Gran Canaria)
Con la desamortización de los bienes, esta propiedad es adjudicada al amanuense Isidoro Torres Melián, quien, el día 8 de marzo de 1871, la vende al labrador José Rodríguez Guerra por 14.585 reales de vellón. En esta fecha ya no se menciona el antiguo topónimo al describir la finca como «Finca de riego y “secano” con frutales y dos cuevas de vivienda en Coruña, y veinticuatro horas de reloj de agua del Heredamiento de Coruña (Barranco de Las Cuevas) todos los domingos de dula».

Con estos datos, podría hacerse la conjetura de situar el lugar de esta finca al Norte del Lomo del Pico, con aguas del Barranco de Cueva Oscura, muy cerca de El Hornillo (Agaete), en el primer plano de localización insertado.

Pero la identificación del barranco no es en singular, pues utiliza Cuevas en plural, de donde puede  inferirse se trata del hoy conocido como Barranco Hondo del que es notorio que en su entorno existe y existieron en la antigüedad gran número de cuevas. Coincidiría aquí con la opinión del cronista José A. Luján Henríquez relativa a que Artevirgo era la denominación de un territorio muy amplio que comprendía los actuales barrios de Coruña, Las Hoyas, Lugarejos y Risco Caído, en base a la existencia de constancia documental desde el siglo XVI que llegan hasta fines del XIX.

Teórica ubicación Artevirgo (Espacios Naturales Gran Canaria)

ARTENARA


Municipio situado a 50,0 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 1.270 metros sobre el nivel del mar, y de 66,7 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 4,3% del total de la isla.

Topónimo aborigen. La traducción más aceptada según el cronista José A. Luján Henríquez es ‘lugar o poblado escondido entre rocas’. En todo el territorio municipal la población prehispánica se localiza sobre todo en los lugares de Tirma y Acusa, la mayor población, y Artenara, si bien los vestigios que quedan de esta localización lo son en la montaña de su nombre. Se mantienen las teorías que en el actual pueblo había una notable presencia aborigen que con el asentamiento castellano sustituyó progresivamente sus construcciones.

Granero de la Montaña (Patrinet)
En la Montaña de Artenara se localiza un granero aborigen, a unos 1.200 metros de altura en la fachada Este de la montaña. Se trata de un granero fortificado, al que solo se puede acceder de abajo hacia arriba, por estrechos andenes y empinados pasos. Básicamente el granero se distribuye en dos niveles. En el primer nivel se contabilizan ocho cuevas naturales que contienen silos excavados en las paredes y pisos. Al nivel superior, hoy inaccesible, se llegaba por medio de un tunel vertical provisto de peldaños.


Tras la conquista de Gran Canaria y debido fundamentalmente a la inaccesibilidad a las cumbres, en Artenara pervive la raza aborigen un siglo más y se mezcla con las familias de castellanos y portugueses que se asientan en el lugar. Como en otras zonas de la isla, en Artenara también se inician los repartimientos de tierras, adjudicándose a la nueva población.Estos pobladores, al igual que los aborígenes canarios, se dedicarán al pastoreo, desarrollando al mismo tiempo tareas agrícolas de subsistencia, basadas fundamentalmente en el cultivo del cereal. Es difícil conocer los nombres propios de la primitiva población.

Era Camino de Los Cofritos (Patrinet)
No obstante, a fines del siglo XV y a raíz de la conquista de la isla, aparece el nombre de un guaire residente en Artevirgo denominado Artenteifac. En fechas posteriores recibe el ya castellanizado Juan Martín de Artevirgo y, según Abreu y Galindo, acudió en 1476 a Lanzarote para firmar, junto con otros guaires de la isla, un pacto de alianza con Diego García de Herrera.

Según el cronista oficial, Artevirgo era la denominación de los actuales barrios de Coruña, Las Hoyas, Lugarejos y Risco Caído. De ello existe constancia documental desde el siglo XVI, y las referencias escritas llegan hasta fines del XIX. Ya en el siglo XVI se suceden los primeros repartimientos en la zona y aparecen nombres de colonizadores, como Pedro Jaén, a quien se le otorgan tierras en la zona de Guardaya, que pasarían a su hija Constanza de Orduña; antes de 1537, Hernán García, con tierras en los alrededores; en 1537, Pedro Malena, con tierras en Huerta Chica, debajo del Risco; en 1589, Jerónimo González, casado con María Rodriguez, con tierras en el Caiderillo y Los Lavaderos; y en 1589, Martín Xuárez, con cuevas.

Ermita en 1890 (Fedac)
La población, agrícola y ganadera, se irá asentando en torno a las ermitas, dando origen a los lugares de Acusa y Artenara. A principios del s. XVII se nombra el primer alcalde real, Antonio González del Río, único para ambos lugares. Posteriormente, en 1734, nace Artenara como municipio independiente. La iglesia en la zona de Artenara se remonta al s. XVII, fecha en la que se llevan a cabo acciones evangelizadoras que hacen necesario dotar a la comarca de lugares donde acudir a los cultos religiosos.

De esta forma, se construyen las ermitas de la Candelaria en Acusa, y la del Rosario, llamada con posterioridad de San Matías, en Artenara, que dependían de la Iglesia Parroquial de Gáldar. La iglesia de San Matías se constituye en Parroquia en 1839. La ocupación de la comarca será un proceso lento, debido a que la mayor parte de la mano de obra de la isla está centrada en la producción azucarera. A finales del s. XVI, esta situación varía, produciéndose un fuerte crecimiento demográfico.

Artenara en 1925 (Fedac)
Durante el s. XX, el municipio sufre el éxodo rural, debido a las condiciones socio-económicas y a las características propias del lugar. Es de señalar que hasta la década de los años 30 del s. XX apenas unas pocas casas se situaban junto a la actual iglesia, mientras que la mayoría de la población vivía en casas-cueva situadas al borde de las abruptas laderas que forman parte de la caldera de Tejeda.


Localización (Fuente: IDEE Instituto Geográfico Nacional)

ARTEJEVEZ (ALDEA DE SAN NICOLÁS)

Actualización: 2012/10/31
En relación con este caserío, situado al poniente de la carretera de La Aldea a Mogán (GC-200) desde la vía de acceso al lugar (GC-203), el cronista Francisco Suárez Moreno dice que las variantes de Artejevez. al igual que con el desaparecido Artevirgo de Tejeda parece acercarse al supuesto núcleo principal de asentamiento aborigen en el interior del valle principal aldeano, distinto del asentamiento de costa en Los Caserones. Sostiene que ambos términos son de clara raíz bereber, lengua originaria de los primeros canarios, que tienen un mismo sentido semántico y significado: aldea, lugar de casas, pueblo, caserío, etc.


Pueblo Canario (Patrinet)
Sostiene que debe de serlo porque, curiosamente, en Artejevez está la llamada «Montañeta del Pueblo», y el caserío que aquí se localiza a principios del siglo XVIII, según la Sinodal del Obispo Dávila, se denominaba «El Pueblo Canario», aunque luego se mantuvo el nombre de Artejevez hasta la actualidad. En el lugar arqueológico conocido con tal nombre, en superficie se ha encontrado cerámica aborigen, si bien las estructuras son de goros y rediles de usos pastoriles.

Según los estudios del cronista de Artenara José A. Luján Henríquez, el término Artevirgo hasta el siglo XVII se localizaba en este municipio y abarcaba desde la actual zona de Lugarejos hasta Coruña, si bien en este caso la preponderancia quedó siguiendo la regla toponímica de los conquistadores en el uso del arcaicismo castellano de Lugarejos, para señalar en los mapas la existencia de un asentamiento aborigen que fue conocido por Artevirgo, y más al sur el predio de Coruña se consolidó igualmente como antro-topónimo.


Gomanillos (Patrinet)
En relación con la pérdida histórica de preponderancia de este topónimo a favor de la actual denominación del municipio, al contrario de lo que ha ocurrido en los municipios colindantes, que mantienen sus topónimos aborígenes, argumenta el cronista aldeano que «la aldea» quizá se impuso por la insignificancia de la población, o porque se optó por mantener su significado en castellano.

Parece más lógico que la preponderancia de la aldea de Nicolás, tal como se la conocía en la antigüedad, sobre Artejevez obedezca más a la norma del asentamiento poblacional aborigen en laderas y riscos, donde construían sus cuevas habitacionales, reservando los valles para el cultivo, mientras que los colonizadores preferían hacer sus asentamientos en los valles junto a sus cultivos.

Majada (Fedac)
Artejévez quedó como un lugar con un marcado uso pastoril que aprovechaba sus recursos naturales a tal fin. Hay que recordar además que perduran en la isla topónimos con esta raíz bereber, como Arteara y Artenara, pueblo que tenía muy arraigada una fuerte tradición nómada pastoril

Sin embargo, el recurrido profesor Dominik Josef Wölfel, autor de Monumenta Linguae Canariae (Graz, 1965), no es definitivo por cuanto la voz aborigen "ar_te__" es asociada también a otros términos aborigenes, y no solo como prefijo, apareciendo también como sufijo como en Tazarte, Guamarteme,... que si bien pueden referirse a topónimos, son también antropónimos.

Estanque y cueva (Fedac)
Si bien del asentamiento aborigen solo queda su mención en las crónicas históricas, el moderno caserío de Artejévez se consolidad a partir de la mejora en los ochenta del s. XX de la comunicación por carretera con el nuevo enlace desde la Degollada de Tasarte-Subida de El Hoyo (GC-205), que facilitaba en tiempo y accesibilidad el sinuoso trayecto de la pista de tierra que tenía que llegar al caserío desde la antigüedad y, hecho que facilitó además la tecnificación de los cultivos tomateros de la zona.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)