domingo, 2 de julio de 2017

LA TOPONIMIA RECURRENTE DE GRAN CANARIA (I)

El nombre de un lugar es a la vez propiedad de todos y de nadie. Si hay que hablar en cualquier caso de pertenencia hay que referirse como regla general a la memoria colectiva de los lugareños del mismo. Pero en las islas, y en particular el caso que estudiamos de Gran Canaria, la regla general se rompe por la irrupción de la cultura de siglo XV de los conquistadores y colonizadores europeos, mayoritariamente representados por castellanos, en fuerte contraste con la cultura prehistórica de los naturales pobladores aborígenes o indígenas, según se quiera.

Los arribados fueron respetuosos en gran medida con los topónimos expresados en lengua aborigen, ya al uso por los naturales de la isla recibidos por transmisión oral en fonemas de difícil comprensión para los europeos que dieron origen a su corrupción, y como ejemplo de tantos, Ar-ehukkad, que se convirtió tal vez en Arehucas para terminar en el actual Arucas. La comunicación entre arribados y naturales sólo tuvo el auxilio de los escasos intérpretes llamados 'lenguas' en los primeros años de la Conquista, de forma ocasional, y los castellanos tan pronto fueron conociendo el territorio insular y sus gentes, tuvieron una percepción singular de sus costumbres, vestimentas, estructuras de piedra seca y trogloditas para distintos aprovechamientos.

INTRODUCCIÓN
Como en todos los procesos de colonización, cuando son desconocidas las cualidades de los naturales de un lugar, de manera inevitable se produce el contraste de la cultura arribada con la estante, y no debe sorprender que la comparación entre unos y otros comportara que los primeros percibieran de los otros que era una comunidad humana que en la práctica subsistía como los animales. Y va a ser importante esta percepción por las semejanzas que encuentran en el mundo animal para aplicar a una buena parte de la toponimia recurrente, desde la presunción que no lo era en sentido despectivo, pero sí desde el atributo de superioridad, del grupo étnico de la comunidad arribada sobre el de la  comunidad aborigen.

Desde esta percepción, cuando los castellanos conocen esos lugares con estructuras de piedra seca y trogloditas que se asemejan unas a otras, crean unos topónimos recurrentes para reconocerlos, y buena parte de ellos trata de interpretarlos y reconocerlos por semejanza de lo que conoce del mundo animal. Y todo ello, porque el nombre de lugar es antes que nada un modo de comunicación y un testimonio del contexto de su origen, dando cumplimiento así a la doble dimensión  toponímica: la del tiempo, conocida como 'memoria toponímica' y la del espacio o 'función toponímica'.

De ahí que esa nueva toponimia recurrente corresponda a la memoria colectiva de los nuevos lugareños arribados, y no de los lugareños estantes, si bien estos últimos terminarán por aceptarla, al igual que aconteció con la progresiva sustitución de sus creencias y costumbres después de ser obligados al bautismo, como condición previa a la subsistencia de su comunidad que además dejará morir, por imperativo legal, su lengua en un siglo.

A esta conclusión de la toponimia recurrente de los castellanos se llega por el simple inventario de los topónimos repetitivos que encontramos en la isla de Gran Canaria ─excluimos las restantes islas que no han sido estudiadas para este trabajo, si bien el modelo de alguna manera se siguió en ellas─ y cuyo significado ha sido abundantemente debatido en muchas y divergentes teorías. Más fácil fue conocer de los 'cromo-topónimos', dado que en nuestros días prevalece el propio color del sustrato del lugar, que decía y nos dice que era bermejal o blanquizal.

Conocidos que estos topónimos repetitivos son recurrentes y además un recurso de fácil entendimiento, nos proponemos acercarnos al posible significado o semejanza que tenían desde su percepción, con la mirada obligada del pasado, documentando su antigüedad a los textos transcritos de los repartimientos históricos (RONQUILLO y AZNAR, 1998) y argumentados en las concurrencias en su localización, así como de su importancia toponímica al proyectarse en el cuerpo del topónimo de los accidentes geográficos próximos, prescindiendo en su enumeración de aquellos en los que no concurren indicios para adverar que respondan a la tipología descrita. Así construimos el siguiente relato entendiendo la toponimia como patrimonio inmaterial etnográfico, afrontando primero los vinculados a las construcciones de habitación y después a los distintos aprovechamientos.

CASERÓN
Es un topónimo asociado a yacimientos arqueológicos, nombre con el que denominaban una casa de grandes piedras, verticalmente hincadas en el suelo  o piedras secas, sin desbastar y sin mortero, generalmente de planta circular al exterior y de tendencia cuadrangular o cruciforme al interior, con una perfecta adaptación a las condiciones orográficas, acomodando los muros a las irregularidades del terreno y recurriendo a la excavación parcial del suelo, posibilitando el encajonamiento horizontal en la ladera. Esta estructura de piedra seca puede ser una unidad de un agrupamiento o poblado aborigen.

Por encontrarse los vestigios de estas estructuras de piedra seca en superficies, no parece se corresponden con las conocidas como 'casas hondas', «Construcción de piedra seca semienterrada, que servía de vivienda a los antiguos habitantes de las islas» (CORRALES y CORBELLA, 2001, p. 344).

Sobre el significado de dicha palabra, la RAE nos aporta la versión del DHLE 'CASERÓN. m. Casa muy grande, generalmente destartalada», con referencias al siglo XIX, y la del DRAE «caserón.- 1. m. Casa muy grande y destartalada', definiciones bastante alejadas de la realidad física, pero que en la percepción del siglo XVI podría verse con la definición del calificativo dado por el DRAE «Descompuesto, desproporcionado y sin orden», si bien los estudios arqueológicos avalan su ordenado diseño.
 
Caserones - Firgas (A. Jiménez)
La palabra 'caserón' es recogida en la documentación histórica del siglo XVI para referirse a las estructuras de piedra seca prehispánicas que aún en esos siglos podían estar siendo utilizadas. Se presupone tenían una techumbre sustentada por palos de tea, madera resinosa de pinos canarios, llamados 'teones', con cubierta sobrepuesta generalmente vegetal como hojas de palmeras.

El 24 de octubre de 1548 el labrador Juan Diaz solicitaba la data en
«… en el barranco del Gamonal a la Vega junto a unas cuevas Miguel Sanchez están unos casarones caydos que hera pueblo en tienpo de canarios e do se dado a otros vecinos solares subplico a vuestra señoria me den un casaron dellos que esta junto un pajar que yo tengo en la dicha parte porque quiero hazer allí una casa para mi morada …» (RONQUILLO y AZNAR, 1998, p. 417).

El 14 de agosto de 1549 Juan Martin del Castañal pedía la data de
«… un casaron de tiempo de canarios e una casa junto del que es en el lugarejo de Fataga y es junto a otra casa de Hernando Mulagua por que la quiero rreparar e abeçar para morar en ella e rrecoger la lana y çera de mi cosecha e asimismo para que pueda para el dicho rreparo aprovechar algunos teones e palos que hallare de otras casas caydas de tiempo de canarios… (Ibídem, 1998, p. 487).»

Localizaciones:
Aldea de San Nicolás: Los Caserones y Montaña de los Caserones.
Firgas: Los Caserones (TPL).
Gáldar: Caserón del Perro.
Moya: Los Caserones {Trujillo (TPL)
San Bartolomé de Tirajana: Caserones, Cañada de los Caserones y Llano de los Caserones.
Telde: Los Caserones y Lomo de los Caserones.
Teror: El Caserón.
Valleseco: El Caserón, Barranco del Caserón y Barranquillo del Caserón.

HORNILLO
Nos encontramos ante un topónimo que ha suscitado todo tipo de tesis en lo relativo a su significado, desde la existencia en el lugar de hornos, hasta aquellas que hablan del calor por su fuerte exposición al sol. Pero ni en uno, ni en el otro caso parece ser el denominador común de los muchos lugares donde se localiza el topónimo.

Conocemos que en muchos de ellos encontramos que se trata de casas trogloditas, o lo que es lo mismo cuevas de habitación, algunas naturales y horadadas para su mejor aprovechamiento, rematadas con cerramientos exteriores con algún tipo de tierra apisonada y el desplazamiento de grandes 'lajas' de piedra a tal fin. De forma mayoritaria en los lugares más primigenios del topónimo, lo eran en paredes verticales, accesibles por estrechos andenes, a una altura variable, pero siempre atendiendo a la relativa facilidad que comportaba su defensa.

Como tampoco tenemos menciones de las mismas en la descripción de las datas solicitadas, recurrimos a las crónicas históricas, para encontrar en una de ellas la palabra asociada a una pared vertical.

«Entrado el año siguiente de 1495 […] a poco les salio una buena emboscada que fue con el favor de Dios desvaratada porque estaban todos enfermos caiendose muertos de sus pies, alli havia grandes cantidades de cuerpos unos serca del agua muertos, otros emparedados en cuebas, y paredones a modo de hornillos, y todo era horroroso, y entrado el tiempo de la quaresma no parecia un hombre vivo por todos aquellos campos y sierras» (ARIAS, 1986, p. 246).

El Hornillo - Agaete (Patrinet)
Nos habla el cronista de 'cuevas y paredones a modo de hornillos', y además tenemos la mención de la palabra en el informe del ingeniero al Rey sobre las defensas de Gran Canaria a finales del siglo XVI

«En cuanto al asegurar las torres, que se hallan sin defensa, para que el enemigo no se le acerque por debajo, para enderezar escaleras o para cavar algún hornillo, como no hay sitio para cavar1 ángulos de protección, me parece que mientras las torres tengan defensa cubierta para los fosos… »(TORRIANI, 1959, p. 60).

La propia “Nota a pie de página” que incluye su traductor, el profesor Alejandro Cioranescu, dice «1. En el original: “per cavare fianchi che la scortinino”, No estamos seguros de haber recogido exactamente la intención del autor», nos hace dudar a que se refiere con la palabra hornillo, más aun cuando es complemento del verbo cavar, de donde puede desprenderse se trata de cavar un orificio para fijar verticalmente una escalera, pues no parece claro que sea para su voladura con pólvora.

De ambas citas puede concluirse que se refieren los autores a ciertos huecos abiertos en las paredes verticales conocidos como “hornillo”, y ello lo encontramos en el mundo de las abejas y los distintos sistemas para la obtención de la miel.

«Hay un tipo de colmenas, poco extendidas en el espacio, que solía hacerse de obra de albañilería, con paredes gruesas. Estos colmenares, que se han construido con adobe, ladrillo, incluso, con bloques de piedra, son los llamados armarios y hornos. Estas construcciones, de forma cúbica o abovedada, contenían varias colmenas en su interior, cada una con su correspondiente salida al exterior (la piquera) para que las abejas pudieran salir al campo. Este tipo de colmenas tenía algunas ventajas, como su duración en el tiempo y ser más limpias.

Sin embargo, en contraposición, presentaba graves inconvenientes, como, de una parte, no poder combatir las temperaturas extremas, sobre todo el frío (aunque en algunas zonas de Cantabria, Burgos y Álava para aliviar el frío se ideó construir estas colmenas de obra en el edificio de la casa; para ello se labraban en la piedra del muro exterior unas cavidades que albergaban los panales de las abejas. Estos huecos reciben el nombre de hornillera y la colmena propiamente dicha se llama hornillo o bujo) y, de otra parte, su emplazamiento fijo, a diferencia de las hechas con materias vegetales, especialmente las de cajones de madera, que, por su ligereza, podían desplazarse según la estación y la mayor o menor abundancia de pastos o plantas melíferas para que las abejas pudieran alimentarse mejor…» (TORRES, 2008, p. 838).

La información bibliográfica de este último investigador remite sus antecedentes a 1621, de ahí que no sorprenda que el Tesoro de la lengua castellana (COVARRUVIAS, 1674, p. 479), incluya sin mayor explicación la palabra «HORNILLOS, lugar dicho así», dado que posiblemente conociera del mismo pero no de su etimología, más conociendo por su trabajo que acostumbra a incluir todo tipo de refranes y costumbres que sean de interés para entender su significado. También el DRAE recoge una acepción que dice «Hornillo.- 3. m. Concavidad que se hace en la mina, donde se mete la pólvora para producir una voladura».

Y creemos fue con ese sentido metafórico alusivo a las colmenas llamadas 'hornillos' por el que los castellanos crearon el topónimo en la isla, por la semejanza que encontraron en esas casas-cuevas trogloditas que encontraron en los altos y peligrosos riscos.

La arqueóloga Verónica Alberto Barroso plantea que las aras de sacrificio (como las que se ubican en El Julan, Frontera, El Hierro), también son denominadas, entre otros términos, como altares, pireos, hornos u hornillos, debido al papel que desempeña el fuego en este tipo de construcciones (Hernández Pérez, 2002: 125).

Localizaciones:
Agaete: El Hornillo y Barranco del Hornillo.
Aldea de San Nicolás: El Hornillo (dos, Morro Alto y Poyo de Arriba).
Artenara: El Hornillo.
Arucas: El Hornillo.
Mogán: El Hornillo. 
San Bartolomé de Tirajana: Alto del Hornillo, Barranco del Hornillo, Barranquillo del Hornillo, Lomo del Hornillo y Mesa del Hornillo (TPD).
Sta. María de Guía: El Hornillo y Cuesta del Hornillo.
Telde: El Hornillo. 
Teror: El Hornillo y Barranco del Hornillo. 
Valleseco: El Hornillo. 
Valsequillo: El Hornillo (dos, El Roque y Tenteniguada).
Vega de San Mateo: El Hornillo, Alto del Hornillo y Lomo del Hornillo (TPD).


HORMIGUERO
Es un topónimo asociado a cuevas arqueológicas semi-enterradas o bajo solapones, con vestigios aborígenes asociados a prácticas funerarias. No parecen disponer de estructuras de piedra seca, de donde no puede relacionarse con las 'casas hondas' antes descritas. Tampoco hemos encontrado menciones de esta palabra en los repartimientos conocidos.

En relación con el topónimo de Sta. María de Guía, tan sólo se tiene la información dada por una fuente oral:

«Mas tampoco queremos dejar de consignar lo que no hace mucho nos dijo el respetado anciano de setenta y ocho años D. Agustín Marrero Díaz, familiar del contratista que remató la carretera a Guía. El nos refiere que teniendo unos doce años aparecieron en cuevas ubicadas donde llaman “El Hormiguero”, distante de las cuevas de Valerón unos dos kilómetros, muchos esqueletos envueltos en esterillas y alguna loza. Hasta aquí la parte descriptiva y documental» (JIMÉNEZ, 1944, p. 29).

Más reciente es la que se tiene de unos solapones en Firgas, si bien el topónimo no consolidó:

«Cueva sepulcral del Hormiguero de Casablanca. Se trata de un enterramiento colectivo donde los cadáveres estaban depositados en decubito supino y que nos va a servir para analizar el ritual funerario aborigen. […] La distribución de los cadáveres dentro de la cueva es varia. Los encontramos situados tanto en el centro de la cueva como ocupando los laterales de la misma, hasta llegar a ocupar todo el espacio disponible en el caso de tratarse de un enterramiento colectivo…» (GONZÁLEZ, 1987, p. 48).

El Hormiguero - Firgas (A. Jiménez)
Más descriptiva es la información que se tiene de estos solapones en el Barranco del Cabezo (Firgas) estudiados en 1977 por el arqueólogo Juan Francisco Navarro Mederos (NAVARRO, 1979), y de la importancia de la práctica funeraria aborigen.

«A la luz de las dataciones absolutas obtenidas para la cueva sepulcral de El Hormiguero (Cal AD. 70-460) (Martín, 2000) y para el solapón de El Barranquillo del Cabezo (Cal AD. 790-900 Y 1170-1280), podemos afirmar con total seguridad que este espacio cementerial fue utilizado durante al menos 1.000 años. Estos datos reflejan la importancia y el valor identitario que estos lugares tenían para los antiguos canarios. La vinculación de una práctica social como la funeraria a un territorio concreto durante un periodo de tiempo relativamente extenso, es prueba evidente de unas pautas totalmente normalizadas y reconocidas por el grupo que utilizó este espacio. En definitiva, esta perdurabilidad en la práctica funeraria materializa unas pautas sociales consolidadas a lo largo del tiempo» (SANTANA, et al., 2010, p. 26).

En cuanto al significado que hay que dar a la palabra “Hormiguero”, la tercera acepción del DRAE nos dice «3. m. coloq. Lugar en que hay mucha gente puesta en movimiento». Consultando DHLE encontramos dos palabras que pueden acercarse al sentido metafórico usado por los castellanos en la isla. La primera es «HORMIGUEAR, V. Bullir alguna cosa en numero crecido, abundar en un lugar, de modo, que semeje á una multitud de hormigas» y la segunda «HORMIGUERO, lugar donde se juntan muchas hormigas, su cueva, ó habitación […] Por la semejanza se dice un hormiguero de hombres, que por lo mismo que muchedumbre, V.» (TERREROS, 1787, p. 308).

En esa interpretación metafórica de la palabra 'hormiguero' con la que los castellanos definían estas cuevas de enterramientos múltiples, caben dos hipótesis. Una, que fuera debida al elevado número de esqueletos encontrados en la misma, y la otra, al gran número de naturales que pudieran congregarse en el lugar cuando algún castellano pudiera merodear por el lugar de enterramiento de sus muertos, protegiendo con su presencia la violación de sus prácticas funerarias.

«Acostumbraban los canarios sepultar sus muertos de esta manera: Preparaban los cadáveres con yerbas y manteca al sol, para que, a modo de cosas aromáticas, se defendiesen lo más que fuese posible contra la corrupción. Después los envolvían con muchas pieles preparadas para el mismo objeto, y los apoyaban a las paredes, al interior de las cuevas de los montes …» (TORRIANI, 1959, p. 114).

Localizaciones:
Aldea de San Nicolás: Lomo del Hormiguero.
Firgas: El Hormiguero (TPL).
Sta. Mª de Guía: El Hormiguero, Barranco del Hormiguero y Presa del Hormiguero (TPD).


LUGAREJO
La RAE relaciona hasta veinte sufijos con sentido despectivo para formar nuevas palabras, entre los que se incluye el sufijo '_ejo'. En el caso de este topónimo que tuvo su origen probablemente en los siglos XV y XVI por las referencias que se tienen, no parece corresponder a un lugar que despectivamente debiéramos dar la valoración actual de inhóspito, incómodo o poco grato.

Parece más apropiado entender que los arribados castellanos utilizaron el epíteto de 'viejo' para identificar los lugares donde habían asentamientos 'del tiempo de los canarios', y por contracción  de las voces 'lugar y viejo', resultó 'lugarejo'. Conocido que conquistadores y colonizadores fueron respetuosos con la toponimia expresada en lengua aborigen, probablemente trasmitida por los 'lenguas' y la facilidad que comportaba que ambas culturas con una misma palabra o voz reconociera un lugar.

Lugarejos - Artenara (A. Jiménez)
Siendo así, es de entender que en lugares de posibles asentamientos de escasa población, o abandonados por sus primigenios ocupadores aborígenes, serían razones suficientes para no ser notorios para el mundo aborigen, no conocidos con un topónimo en su lengua. Pero allí continuaban los vestigios de su asentamiento, abandonados como se dicen en la información de los repartimientos, y ello debió mover a los arribados para reconocerlo como 'lugarejo'.

Localizaciones:
Artenara: Lugarejos, Barranco de Lugarejos y Presa de Lugarejos (TPD).
Las Palmas de G.C.: Lugarejo.
Santa Brígida: El Lugarejo y Barranco del Lugarejo (TPD).

Y así los encontramos mencionados como decíamos en las descripciones de los repartimientos, no todos los que siguen vivos, pero sí también de otros que han muerto en los siglos como los de Fataga (San Bartolomé de Tirajana), San Lorenzo (Las Palmas de Gran Canaria) y Sta. Lucía de Tirajana.

14-agosto-1549 Petición de Juan Martín del Castañas:

«… me hagan merced de un casaron de tiempo de los canarios e una casa junto del que es en el lugarejo de Fataga y es junto a otra casa de Hernando Mulagua por la que quiero rreparar e abeçar para morar en ella e rrecoger la lana y çera de mi cosecha e asimismo para que pueda para el dicho rreparo aprovechar algunos teones e palos que hallare de otras casas caydas de tiempo de canarios y en ellos rresçibire …» (RONQUILLO y AZNAR, 1998, p. 487).

10-octubre-1550 Petición de Martín Suárez:

«... me hagan merced de un solar para hazer casas que yo mire en el lugarejo que dizen de la Vega [Santa Brígida] junto al barranco del Gamonal que esta donde çerca un caserio de canarios que lindan de la una parte con casas de Gomez Perez e por la otra parte casa de Bartolome Martin entre ambos a dos ...» (Ibídem, p. 214).

4-enero-1552 Petición de Juan Yanez labrador:

«… le hagan merced de le dar e señalar en Repartimiento e vecindad un pedaço de tierra que es en el termino desta çibdad en dos pedaços que son dos barranquillos que alindan por la una parte debaxo con tierras de Bernaldino de Lazcano Regidor desta isla e por la otra parte tierras de Sebrian de Torrres por la vanda de arriba tierras de la mujer de Luys Ximenez e por un lado unos paredones de tiempo de Canarios en que se incluye en anbos pedaços […] las tierras que en la petiçion desta otra parte pido son en el lugarejo junto a Tamaraçaite [San Lorenzo] a los barranquillos baxo de un anden de la Cueva de Zebrian de Torres y el otro pedaço es por ençima de la misma cueva onde se concluyen las treynta hanegadas…» (Ibídem p. 560).

13-enero-1546 Petición de Gonçalo de Quintana:

«...le hagan merçed de un pedaço de tierras de sequero en el termino de Galdar en Facaracas que es en dos hoyuelos y lo que mas pudiere aprobechar en malpays e salbiares que por ally estan en que puede aber un cayz de sembradura que allyndan con los Riscos Grandes y el barranco que deçiende de la Rehoya y un caseron o corral de canarios y dos peñas que tiene mogon colorado y el espigon arriba hasta el [roto]rillejo que alyndan con tierras de Garçia de la Coruña e por la otra vanda las mismas tierras de Garçia de la Coruña lo qual es aguas vertientes al barranco del Agaete  [Lugarejos, Artenara] e en ello...» (Ibídem p. 369).


CASTILLEJO, CASTILLETES
La primera voz 'castillejo', según el diccionario de la RAE de 1729 su significado es «castillejo.- dim. de castillo. Castillo pequeño y de poca importancia», características que definen lo que debió representar este topónimo en los primeros años de la Conquista. Es así que siguiendo el patrón ya comentado para 'lugarejo', es la contracción de las palabras 'castillo y viejo', del tiempo de los canarios. Todos los topónimos se localizan en la parte colonizada por los castellanos en los primeros tiempos que fueron objeto de repartimientos hasta el siglo XVI.

La duda en cuanto a la similitud de las voces 'castillejo' y 'castillete', pudiera estar en el distinto aprovechamiento que a estas estructuras aborígenes se le daba, pues en la primera de ellas 'castillejo', en el caso concreto de Arucas se han encontrado restos humanos, por lo que se podría considerar un túmulo funerario. En los que se corresponde con la voz 'castillete', no se da este particular y pudieran tener un aprovechamiento como centinela o puesto avanzado para advertir la presencia de extraños, como más adelante se dice.

Localizaciones:
Arucas: Los Castillejos {elevación o promontorio rocoso de El Picacho, al suroeste de El Carril, y norte de la Hoya de San Juan, cercano al Barranco de Arucas}.
Las Palmas de GC: El Castillejo {elevación al poniente del Cortijo de San Ignacio, junto al Barranco del Cortijo}.
San Bartolomé de Tirajana: Andenes del Castillejo, extensión del mismo topónimo de de Sta. Lucía de Tirajana.
Sta. Lucía de Tirajana.: El Castillejo, Andenes del Castillejo y Pozo del Castillejo (TPD) {elevación al poniente de La Fortaleza de Abajo, en la otra banda del barranco de Tirajana}.
Sta. Mª de Guía: Castillejo {montaña a 2 km. al poniente de las Cuevas de Doramas, junto al barranquillo de Guzmán}. Los Castillejos {elevación al naciente de Los Paredones y Los Silillos, y, a 1,5 km. de Castillejo y a 3 km. al poniente de las Cuevas de Doramas, junto a un barranquillo tributario del Barranco del Brezal }.
Tejeda: El Castillejo y Barranquillo del Castillejo (TPD) {elevación al poniente de El Roque en Bentayga, junto al barranquillo homónimo}.
Vega de San Mateo: El Castillejo y Barranco de los Castillejos {dimanados, elevación al poniente de La Reyerta [¿?] junto al barranquillo homónimo}.

La segunda voz 'castillete', es un diminutivo despectivo de la palabra castillo  tras la adición del sufijo 'ete', tal como recoge el DRAE «-ete, ta.- Sufijo usado para formar diminutivos, despectivos u otras palabras de valor afectivo, a veces de manera no muy explícita, a partir de adjetivos y sustantivos. Todos los topónimos se localizan en la conocida por los castellanos arribados 'la parte de atrás de la isla', cuyos repartimientos y datas tuvieron lugar a partir del siglo XVIII, de donde puede desprenderse que de alguna manera, ya arraigados en la isla, se había perdido el respeto a 'lo viejo, del tiempo de los canarios', y así esas estructuras de piedra seca de los aborígenes eran llamadas despectivamente. También pudiera ser como antes decíamos, que estas tenían un aprovechamiento distinto como centinelas, de donde se entendería la diferenciación, al margen de que esta voz es topónimo peninsular que se aplica a los promontorios rocosos.

Localizaciones:
Aldea de San Nicolás: El Castillete {elevación al naciente de Montaña de los Horgazales}. Castillete Grande, Castillete Chico, Castillete Redondo y Puntón del Castillete Redondo, Cañada de los Castilletes (TPD) {elevaciones las tres muy próximas, al naciente del Barranco de Tasarte y al poniente de La Cañada del Mar (BIC), al norte y al sur de la Cañada}. Castillete Colorado {elevación al norte de Montaña de Piletas y al naciente del Barranco del Asno}. Castilletes de Peñón Bermejo {elevación al sur de la Degollada de Güygüy Chico}.
Artenara: El Castillete {elevación al poniente de La Audiencia en Barranco Hondo}.
Mogán: El Castillete {elevación al norte de La Cogolla de Veneguera (BIC)}. Castillete Grande y Castillete Chico {elevaciones al poniente de La Cogolla de Veneguera (BIC). Lomo del Castillete {al naciente de la Cañada del Mar (BIC)}. Castillete de Tabaibales y Llanos del Castillete (TPD) {al sur de La Cañada del Mar (BIC), y al poniente de Lomo de Punta Canaria}. El Castillete {elevación en los altos del Puerto de Mogán y al poniente del Lomo de los Gatos (BIC)}.
San Bartolomé de Tirajana: El Castillete y Los Castilletes {elevación en la Vega de Amurga, junto al barranquillo de la Cueva de Amurga, al poniente de Alto de la Sepultura}.
Tejeda: El Castillete {elevación al naciente de Cruz de la Huesita}.
Telde: Morro del Castillete {junto al Barranco de la Morisca, al poniente de La Pasadilla y al norte del Barranco de Guayadeque (BIC)}.

Fácilmente por la información complementaria que se da entre {llaves} de cada topónimo, sea castillejo o castillete, se puede concluir que su denominador común es que son elevaciones del terreno o promontorios rocosos, probablemente con algún tipo de estructuras de piedra seca de la cultura aborigen para que fueran así llamadas, que por derivar de la palabra 'castillo' hace pensar que es parte de un sistema defensivo o preventivo.

No parece podamos tomar de forma literal su significado cuando el diccionario de la RAE de 1729 dice que es «Lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones», de donde sólo hemos de quedarnos con la expresión de 'lugar fuerte', entendida así por las ventajas que aporta ser una elevación o promontorio natural del terreno, que estratégicamente situado podía permitir una función de vigilancia avanzada con respecto a un determinado asentamiento aborigen, lo que entendemos por centinela.

Del  primero de los topónimos tenemos su mención referida a otro lugar en la data solicitada por el Regidor Alonso de Baeça el 10 de enero de 1543

«… por vuestras señorias me fue hecho merçed de un pedaço de tierra con unas quebas  do dizen El Castillejo e pro que las dichas tierras yo las quiero para sembrar y syn las quevas que no serian nada …» (RONQUILLO y AZNAR, 1998, p. 125).

Este topónimo que según manifiesta el solicitante era junto a otras tierras ya concedidas en Barranco Seco, de donde entendemos ha desaparecido al no encontrarse inventariado por el IDE.

El Castillete - Mogán (El Legado, Grupo de trabajo e investigación)



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Abreviaturas utilizadas:

ACL        Academia Canaria de la Lengua.
BIC         Bien de Interés Cultural.
DBC       Diccionario Básico de Canarismos de la ACL.
DHLE     Diccionario Histórico de la Lengua Española.
DRAE     Diccionario de la Real Academia Española.
IDE         Infraestructura de Datos Espaciales de Gran Canaria.
RAE       Real Academia Española.
TPD        Topónimo/s dimanante/s que tienen su origen en el principal por proximidad.
TPL        Topónimo local, no inventariado por el IDE, por información municipal o protocolos notariales.

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