lunes, 2 de julio de 2012

LUZ, PUERTO DE LA (LAS PALMAS DE GC)

La primera noticia que se tiene en relación con puertos en el Real de Las Palmas, es el puerto histórico de la bahía de Las Isletas, un fondeadero donde los barcos buscaban el abrigo proporcionado por La Isleta y cuyos desembarcos se hacían a través de barcas.

Del mismo decía Leonardo Torriani alrededor de 1590 «El puerto está a unas tres millas de distancia, en dirección norte; y en aquella parte el campo es arenoso, y los montes cercanos, desnudos y tétricos».

Detalle de vista aérea  (fotosaereasdecanarias-com)
La muralla septentrional de la Ciudad, aproximadamente la actual calle de Bravo Murillo precisaba reforzar sus defensas, y en tiempos de Diego Melgarejo allá por 1578 se hizo un cubelo defensivo en las faldas del risco de San Lázaro, y en 1581 durante el mandato de Martín Benavides fue edificado el castillete de Santa Ana, protegiendo el remate de la muralla junto al mar aproximadamente sobre el actual parque de San Telmo.

Si hubo alguna circunstancia histórica que impulsara siglos atrás la permanente inquietud por alcanzar progresivamente un puerto en la Ciudad lo fue el temprano asentamiento de ingleses e irlandeses en Canarias que se remonta al siglo XVI, cuando se inicia el tráfico mercantil del vino sack o canary. Ya en 1519, traficantes ingleses de Bristol solían anclar en las radas de Las Isletas, Garachico y Funchal.

Castillete de Santa Ana (esacademic-com)
Con la crisis del mercado vinícola muchos británicos abandonaron las islas, debilitándose su presencia a lo largo del XVIII por la censura de la Inquisición, que pretendía limitar el comercio y evitar la influencia de la civilización europea en el país, quedando la Ciudad sin la presencia  británica que tanto habia influido en el tráfico marítimo con el exterior.

Habrá que esperar a la primera década del siglo XIX para que se inicie la construcción de un nuevo Puerto de Las Palmas, conocido como Muelle de San Telmo, junto al castillete de Santa Ana, cuyas obras se pararán por la carencia de disponibilidades económicas, los errores técnicos y los inconvenientes de su emplazamiento (HERRERA PIQUÉ, A.: La ciudad de Las Palmas. Noticia histórica de su urbanización, Las Palmas de GC, 1978).

El muelle de San Telmo en la cartografía de Pascual Madoz
Estuvieron paralizadas hasta 1827 cuando los Mareantes se encargaron de proseguirlas, pero a mitad de siglo las obras realizadas, resultaban inútiles por las inclemencias de los temporales al encontrarse en un lugar de la costa sin abrigo, que hacía imposible las operaciones de estiba y desestiba, con atraques sin comodidad y sin seguridad.

Fueron estas condiciones desfavorables las que recomendaron fijar los objetivos en construir un muelle en Las Isletas por su abrigo natural, obteniéndose del gobierno nacional la aprobación en 1856 del encargo del proyecto y en 1858 la subasta de las obras, si bien las mismas no se realizaron. Pero había quedado claro que el lugar ideal para el nuevo puerto era Las Isletas.

Reboso en el Muelle de San Telmo en 1932 (Pérez Melián F - Fedac)

Seis años atrás, en 1852, la concesión de la franquicia para los puertos isleños, gracias a los esfuerzos del ministro grancanario Fernando León y Castillo, había marcado el inicio de un proceso en cadena, que tras el fracaso del proyecto de 1852 del ingeniero Francisco Clavijo y Pló, se proyecta un gran puerto, iniciándose las instalaciones portuarias en 1883 de la mano de los hermanos Fernando y Juan León y Castillo, dos isleños, uno ministro y otro ingeniero, que tuvieron la visión de poner las bases de este puerto internacional, el Puerto de Refugio de La Luz en la Bahía de Las Isletas, que tomaba el nombre del Castillo de La Luz.


Proyecto de León y Castillo (Herrera Piqué, A.)
El propio teldense Fernando de León y Castillo, a quien en buena medida se debe la iniciativa del nuevo puerto de la Ciudad, señala en sus memorias que «…fue siempre idea tenaz en mí la vía de las comunicaciones marítimas, creando un gran puerto en Las Palmas, el único porvenir de su engrandecimiento para los futuros destinos de Gran Canaria y de todo el archipiélago...».

El presupuesto para la construcción del puerto, que empezó en febrero de 1883, provino del erario público español, pero fue la compañía británica Swanston & Co. la que obtuvo la concesión de las obras, para las que se utilizaron materiales e ingenieros británicos. Por tanto, desde el punto de vista técnico, La Luz era un modelo único entre los puertos españoles. El tráfico de buques fue muy intenso desde los mismos comienzos. En 1893, cuando tan soloestaban construidos quinientos metros del rompeolas, ya arribaban a La Luz un promedio deciento cuarenta buques mensuales, de los cuales una gran mayoría era de bandera británica,en notable desproporción con el número de vapores nacionales.

Muelle de San Telmo y astilleros (Da Luz Perestrello J - Fedac)
Durante y después de la construcción del nuevo puerto, el Muelle de San Telmo o viejo Puerto de Las Palmas mantiene su funcionalidad como pequeño muelle pesquero, junto a unos pequeños astilleros, pero con el paso de los años se convertirá en una señal farera para señalar su posición a la navegación marítima.

Con el paso de los años y la pérdida de su funcionalidad marítima, acogería en su superficie el homenaje de la Ciudad a Pérez Galdós para situar en el mismo la gran escultura que realizó  Victorio Macho, y convertirse en mirador natural para contemplar el paso de las regatas de la Vela Latina Canaria, hasta que el mismo fuera subsumido por la construcción de la Avenida Marítima y en el lugar se homenajeara con otra escultura a la Vela, trasladándose la de Galdós a su Casa-Museo, si bien por algún tiempo anduvo perdida por los almacenes municipales.

El Puerto en 1900 (Ojeda Pérez - Fedac)

El reencuentro con los ingleses se produce en los siglos XIX y XX, etapa en la que las Canarias fueron bien conocidas como estación sanitaria y como punto de escala obligado para las compañías navieras inglesas dominadoras de las rutas que comunicaban las islas con Liverpool, Londres, África occidental, Ciudad del Cabo, Nueva Zelanda, etc.

La construcción de los nuevos puertos de La Luz y de Las Palmas es el incrementó aún más el interés británico por las islas, a causa de su estratégica posición en un punto intermedio para sus incursiones al continente africano, verdadero objetivo del Imperio. Las islas servirían como escala para el avituallamiento de los buques, y como plataforma para el entrenamiento climatológico y el reposo de sus soldados y de todo el personal de tránsito hacia las colonias africanas, y la exploración del Nuevo Mundo.

El Puerto en 1905 (Fedac)

En principio, el capital inglés monopolizó todas las actividades portuarias: suministro de carbón, varaderos, pequeños astilleros, consignatarias. Pero pronto esas mismas compañías pasarían a controlar otros sectores económicos como las operaciones bancarias, los seguros, el turismo y la exportación de productos agrícolas, aprovechando los barcos vacíos que volvían a Inglaterra, promoviendo el transporte de viajeros ingleses en esos mismos barcos en los que exportaban los productos agrícolas a Inglaterra.


El Puerto en 1905 (Da Luz Perestrello, J - Fedac)

Así, mientras que para Londres salía diariamente un correo, y algunos días incluso dos, los correos españoles solo visitaban La Luz tres o cuatro veces al mes.

El aumento del número de vapores ingleses que recalaban en las islas era constante, de modo que, en 1902, por ejemplo, del total de 2351 barcos registrados en La Luz, 1356 fueron ingleses, y los de nacionalidad española solo llegaron a 451.

Pero La Luz reforzaba igualmente el tráfico interior con los pequeños puertos de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura mediante el tráfico de las goletas.

Estibando huacales en 1925 (Fernando Baena - Fedac)
La historia del Puerto de La Luz es totalmente satisfactoria. Se puede hacer una idea de la cuantía de las enormes ganancias en el terreno comercial ateniéndose a los datos sobre los valores alcanzados en el año 1902, solo por la exportación de las tres clases de frutos cuyo comercio era mayor: plátanos, tomates y papas.

En ese año fueron exportados a Inglaterra 1.656.872 bultos de plátanos, 439.197 de tomates y 274.718 de papas, lo que hace un total de 2.370.787 bultos. Valorando estos frutos a 6 pesetas el huacal de plátanos, 9 el atado de tomates y 5 la caja de papas, resultan quince millones doscientas sesenta y siete mil quinientas noventa y cinco pesetas que ingresaron en un año en la provincia.

Astilleros en 1934 (J. García - Fedac)

A esas cifras hay que añadir la exportación al Reino Unido de almendras, naranjas, legumbres, cochinilla y productos industriales, como cigarros y calados, todo lo cual asciende a un valor que pasa de un millón quinientas mil pesetas. Conste que las valoraciones de esos frutos se hacen muy por debajo de lo que se cotizan hoy. El huacal es una palabra del habla canaria derivada del «guacal» sudamericano, una especie de cesta o jaula formada de varillas de madera, que se utilizaba para el transporte.

El puerto significará para la isla un factor decisivo en su auge económico tras la grave crisisque supuso la caída del cultivo de la cochinilla. Su excelente ubicación no pasó desapercibida a las potencias europeas del s. XIX, que lo utilizaron como base de su expansión en América y África, y para el desarrollo del comercio internacional. Fueron los ingleses quienes potenciaron el desarrollo de la construcción de los puertos para disponer de puertos carboneros para su colonialismo sobre el continente africano.

El Puerto en 1965 (Fedac)
La Autoridad Portuaria en la actualidad, bajo la denominación única de Puerto de Las Palmas necesaria por la globalización del tráfico marítimo, que engloba todas las superficies de amarre y atraque, define su estrategia como un puerto internacional que combina su tráfico de importación y exportación con la prestación de todo tipo de servicios a la escala de buques, como reparaciones, avituallamiento y otros, con el tráfico pesquero, el pasaje y las embarcaciones de recreo. 

Es el primer centro distribuidor de mercancías de Canarias y uno de los más importantes de España. Está conectado con ciento ochenta puertos de los cinco continentes a través de una treintena de líneas marítimas.

Se lo conoce como la gran estación de combustible del Atlántico por el millón y medio de toneladas de productos petrolíferos que se suministran anualmente, unas tres toneladas cada minuto. Por su cercanía a los ricos caladeros africanos y por sus infraestructuras, es el primer puerto pesquero de la zona, con un movimiento anual de 400 000 toneladas de pescado congelado.

El Queen Elizabeth (blogdecrucerosytrasatlanticos-blogspot)

En tráfico de contenedores es el primero de África Occidental con cerca de 600 000 TEUs (unidad de medida de capacidad de transporte marítimo en contenedores). Dispone del mayor centro de reparaciones navales de la zona, con polivalencia para realizar operaciones a flote de supertanques, varar buques de hasta 30 000 toneladas, así como para atender embarcaciones deportivas o yates.

Es un puerto tradicional en la ruta de los cruceros turísticos, con un volumen de más de un millón de pasajeros entre turistas y tráfico doméstico. Dispone del mayor Puerto Deportivo de Canarias, con 850 atraques de capacidad.

Detalle de vista aérea  (fotosaereasdecanarias-com)
El antiguo topónimo de Puerto de La Luz se mantiene vivo en la memoria colectiva de los isleños, que al margen de las denominaciones estratégicas de los tiempos actuales, reconocerá con este nombre la totalidad del complejo portuario de Las Palmas de Gran Canaria.

Ortofoto (Google earth)

domingo, 1 de julio de 2012

LUZ, CASTILLO DE LA (LAS PALMAS DE GC)

Llamado en la antigüedad de Las Isletas, el Castillo se puso bajo la advocación de la Virgen de la Luz, sin que pueda concretarse si fue por la colocación del medio arco que muestra la imagen de la Virgen de La Luz en el acceso al Castillo, ubicado en los jardines de la calle Juan Rejón, o lo fue a partir de la leyenda de «…una luz misteriosa vagaba de noche por estos parajes…» contada a principios del siglo XIX por el alcalde de mar Sargento Llagas, por la cual la Virgen del Rosario pasó a ser la Virgen de La Luz.

Fotografía: Nacho González

Entre las tantas antiguas leyendas de luces andantes, es quizás esta la más popular contándose que antaño aparecía en la zona de Las Isletas recorriendo parte de la costa para internarse en la Ciudad.

La creencia sobre sus frecuentes apariciones, como era habitual en esos tiempos y en estos casos, pudieron influir en la colocación de la imagen en el arco para dar nuevo nombre al Castillo.

Castillo y puerto en 1895 (Fedac)

Donde estuvo un fuerte de madera construido por el Capitán Juan Rejón cuando comenzó la conquista de Canarias en 1478, fue edificado el Castillo en 1494 al incorporarse la isla a la Corona de Castilla.

Su orden de construcción la dio el tercer Gobernador Alonso Fajardo para que sirviera de fortaleza defensiva contra piratas holandeses e ingleses, entonces contendientes de la Corona de Castilla por el dominio del Océano Atlántico.
Castillo y La Isleta en 1900 (Da Luz Perestrello J - Fedac)
El Castillo es de planta cuadrada y se accede a él por un puente levadizo debido al foso exterior añadido en el siglo XIX. Las dos torres con las que cuenta son circulares, localizadas en diagonal, y tiene una garita en la esquina septentrional.

La construcción es de piedras de sillería sobre tres niveles y cuenta en su interior con un aljibe.
Castillo en 1910 (Fedac)

Originalmente la fortaleza estaba situada sobre un arrecife, en una de las tantas «isletas», de modo que quedaba aislado en la pleamar, pero el continuo desarrollo de la Ciudad lo ha dejado en tierra firme, entre edificios.

En 1553 recibió unos añadidos y después de en 1599 re realizó una reconstrucción tras el incendio provocado por la armada holandesa capitaneada por Pieter van der Does. Esta fortaleza había tenido una notable importancia para impedir los primeros intentos de desembarcos y retrasar la toma de la Ciudad.

Interior sin rehabilitar (esacademic-com)

La armada de Van der Does arribó a Las Palmas el 25 de junio, fondeando en la bahía de Las Isletas al día siguiente. Los setenta y cuatro navíos holandeses se habían situado en posición de combate, con unas ciento cincuenta lanchas de desembarco preparadas para el ataque.

Esa mañana hubo un intenso cañoneo entre el Castillo y los barcos holandeses, varios de los cuales sufrieron grandes daños. El fuego holandés se concentró en el Castillo, lo que intimidó a su alcaide, que ordenó detener el ataque contra el enemigo.

Interior en obras de rehabilitación (esacademic-com)
Los holandeses pudieron así acercarse más a tierra y batir la costa con sus cañones. A media mañana, los holandeses subieron a las lanchas e intentaron tomar tierra en el desembarcadero del puerto, situado a la altura de la actual calle Gran Canaria, pero las milicias isleñas con su pequeña artillería y los cañonazos disparados desde el Castillo, impidieron el desembarco.


Exterior sin rehabilitar (esacademic-com)
Los holandeses volvieron al ataque cañoneando la costa de nuevo. Intentaron desembarcar esta vez en la Caleta de Santa Catalina, hoy playa de las Alcaravaneras, que estaba muy bien defendida, y de nuevo fracasaron en el intento.

Luego lo intentaron en la misma playa más al norte, y después en el desembarcadero. Finalmente los holandeses consiguieron desembarcar por una zona de difícil acceso por mar que los canarios no habían preparado para su defensa. Los isleños corrieron a combatir la invasión, pero no pudieron vencer dada la superioridad numérica de los holandeses.

Placa 500 aniversario de La Ciudad (Acator)


El gobernador quedó además malherido y tuvo que ser substituido en los combates siguientes. Años después del ataque de Van der Doesse,  se  suceden los arreglos del Castillo, y así en el año 1660, el maestro Cristóbal Ramírez y el oficial de albañil Antón Pérez se comprometen a favor del Regimiento a hacer obra en el Castillo de Nuestra Señora de la Luz, consistentes en:

«… levantar losas de la plataforma que están sobre la sala principal de la habitación del capitán, de la mazmorra y el almacén. Harían lo mismo con los demás huecos y los volverán a asentare igualar con malpaís y cal. Asimismo, ripiarán el castillo hasta que gasten 40 cahices de cal. Todo por 81.600 maravedís».

Vista parcial de una torre (rosagrancan-blogspot)
Garita (rosagrancan-blogspot)
Fue la primera construcción de este tipo en la isla a la que siguieron el el Castillo de Santa Catalina y el de  el de San Cristóbal fuera de la muralla, y el de Mata, de San Francisco y de Santa Isabel estaban integrados en la Muralla de la Ciudad.

Sus funciones defensivas continuaron hasta el siglo XIX., y durante décadas sufrió el abandono y se restauró nuevamente en 1969.

Se le incorporan nuevos elementos, un foso exterior y nuevos arcos, pasando a utilizarse como centro cultural. 

Un nuevo proyecto de restauración salió a la luz en 1998 incorporando al Castillo muchos de sus elementos originales y teniendo en cuenta su evolución histórica. 

Se volvió al núcleo original de finales del siglo XV: patio, aljibe y tres niveles de salas;  y se tuvieron en cuenta los añadidos de 1553 y la nueva ampliación de los espacios interiores.

Se hizo la demolición de los elementos añadidos en la precedente reforma, que no se ajustaban a la versión original, con lo que se recuperó la visión integral de la fortaleza primitiva.

Interior rehabilitado (Ayto. Las Palmas de GC)

Declarado Monumento Histórico Artístico en 1941, el Castillo es incluido en el patrimonio Histórico Español debido a su importante testimonio de la arquitectura defensiva de la ciudad junto al puerto, paso obligado de la flota española en su regreso de América con sus preciados cargamentos que la piratería amenazaba.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

LUGAREJOS (ARTENARA)

Actualización 22/01/2016

Topónimo con el que se conoce a un antiguo y populoso caserío constituido por un gran número de cuevas, en gran parte ahora deshabitadas, donde tuvo lugar una larga tradición alfarera que siguió el modelo de la cerámica prehispánica, al igual que los lugares de Hoya Pineda y La Atalaya de Santa Brígida. En ocasiones se menciona en el singular Lugarejo la mayor concentración del caserío.

El término "lugarejo" hay que asociarlo a la presencia de un asentamiento aborigen escaso de superficie, que pudiera haber sido abandonado, como el que nos señala la data solicitada por Gonzalo de Quintana el 13 de enero de 1546, en la que dice:

«...un pedaço de tierras de sequero en el termino de Galdar en Facaracas que es en dos hoyuelos y lo que mas pudiere aprobechar en malpays e salbiares que por ally estan en que puede aber un cayz de sembradura que allyndan con los Riscos Grandes y el barranco que deçiende de la Rehoya y un caseron o corral de canarios y dos peñas que tiene mogon colorado y el espigon arriba hasta el [roto]rillejo que alyndan con tierras de Garçia de la Coruña e por la otra vanda las mismas tierras de Garçia de la Coruña lo qual es aguas vertientes al barranco del Agaete e en ello...»(RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Aún con la transformación del relieve por la construcción de las presas, se está refiriendo en la descripción al lugar de Las Hoyas, nos menciona los riscos sobre el Valle de Agaete y las tierras de Coruña, y cuando dice del "caserón o corral de canario" identifica el Lugarejo.

Guisando cerámica (nortedegrancanaria-es)
Se encuentra situado al sur de la Presa homónima, que a su vez se encuentra al sur de la Presa de los Pérez construidas ambas en el barranco Hondo, junto al antiguo Camino de Herradura que comunciaba Agaete con La Cumbre, existentes desde el siglo XV. 

Este camino tuvo una gran importancia para el intercambio del pescado y frutas de la zona costera por los productos cumbreros de cereales, papas y legumbres. Se tienen noticias igualmente que fue una ruta maderera para el traslado de maderas, carbón, leña, brea y pinocha del Macizo de Tamadaba hacia Agaete.

Casas-cueva (Fedac)
Hay muchas referencias documentales sobre estos transportes, como es el caso del contrato de 22 de enero de 1567 «Manuel Pérez, almocrebe, vecino, se obliga servir en el ingenio de Francisco Palomar en Agaete, con tres caballos de aparejo que tiene para echar y cortarla en la montaña de Tamadaba, que comenzare a hacer desde luego y no alzarámano hasta acabar la zafra. Pago: Por c ada carga dde 10 arrobas que cortare y echare 2 reales.

Acabada la zafra se ha de hacer cuenta y razón de las cargas que ha recibido, que han de ser de brezo, pino, acebuche, escobón y la otra leña que en la montaña de Tamadaba hay. Hipoteca los caballos que tiene » (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

Guisadero y casa-cueva (Fedac)
En cuanto al origen del topónimo, la RAE relaciona hasta veinte sufijos con sentido despectivo para formar nuevas palabras, entre los que se incluye el sufijo “_ejo”. En el caso de este topónimo que tuvo su origen probablemente en los siglos XV y XVI por las referencias que se tienen, no parece corresponder un lugar que despectivamente debiéramos dar la valoración actual de inhóspito, incómodo o poco grato.

Parece más apropiado entender que los conquistadores castellanos utilizaron el epíteto de "viejo" para identificar los lugares donde habían vestigios "del tiempo de los canarios", y así surgen topónimos como lugarejo, castillejo, corralejo, etc.

Más ajustado a la realidad del momento histórico en el que surgió el topónimo es entenderlo como un arcaísmo lingüístico del castellano que debiera tener una acepción de lugar alejado, y como tal lo consideramos pues se conocen otro igual en Santa Brígida, y otros ya desaparecidos como los que dieron origen a San Lorenzo y Santa Lucía de Tirajana.

Caserío (caminosdecanarias-blogspot)
Populares alfareros fueron María Suárez Calcines «La Cieguita», que fabricaba manualmente la loza aun siendo invidente, y Justo Cubas, que estuvo fabricando hasta 1965 en que dejó el lugar. En la actualidad, las últimas alfareras son Manuela Santana Cabrera y Carmela Lugo Medina, que, mediante los cursos que imparten con apoyos institucionales, tratan de que perdure la tradición entre las nuevas generaciones en el Centro Locero allí creado.

La economía del caserío, hasta el primer tercio del pasado siglo se basó principalmente en las labores agrícolas, con el cultivo de productos ordinarios y explotación de productos del pinar.

Sin embargo, esa economía de subsistencia se ve alterada por la realización de los proyectos de construcción de las presas y del canal de trasvase de aguas que, atravesando el Macizo de Tamadaba, llega hasta la presa del Vaquero en el Cortijo de Tirma. Inicialmente los habitantes del lugar encuentran trabajo durante la construcción de las presas, pero con el trasvase del agua se inicia una migración de la población joven hacia La Aldea y el sur de la isla.



Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)



LUGAREJO, EL (SANTA BRÍGIDA)

Actualización: 22/01/2016

Topónimo que encontramos en el antiguo camino que va de El Madroñal a La Atalaya, a través del Gamonal Alto, al que se llega por la carretera de Santa Brígida - San Mateo (GC-015), enclavado en un territorio eminentemente rural y de gran belleza, con asentamiento poblacional en caseríos muy dispersos.

El Lugarejo (caminosdecanarias-blogspot)
La RAE relaciona hasta veinte sufijos con sentido despectivo para formar nuevas palabras, entre los que se incluye el sufijo ejo. En el caso de este topónimo que tuvo su origen probablemente en los siglos XV y XVI por las referencias que se tienen, no parece corresponder un lugar que despectivamente debiéramos dar la valoración actual de inhóspito, incómodo o poco grato.

Parece más apropiado entender que los conquistadores castellanos utilizaron el epíteto de "viejo" para identificar los lugares donde habían vestigios "del tiempo de los canarios", y así surgen topónimos como lugarejo, castillejo, corralejo, etc.

Lavadero (Fedac)
Más ajustado a la realidad del momento histórico en el que surgió el topónimo es entenderlo como un arcaísmo lingüístico del castellano que debiera tener una acepción de lugar viejo, y como tal lo consideramos pues se conocen otro igual en Artenara, y otros ya desaparecidos como los que dieron origen a San Lorenzo y Santa Lucía de Tirajana, en clara referencia a ser un sitio donde existió un asentamiento prehispánico de escasa dimensión, que pudiera incluso estar abandonado, no identificado en la lengua aborigen por su escasa entidad, al que llamaron "lugar viejo" por tratarse de un sitio con vestigios del "tiempo de los canarios", anterior a la Conquista.
Este arcaísmo del castellano en todos los casos hace referencia a la existencia de un poblado aborigen de superficie, lo que se conoce por "caserones", y así nos lo describen distintas datas solicitadas. En la que realiza al Cabildo el 24 de octubre de 1548 el labrador Juan Díaz dice:
«...en el barranco del Gamonal a la Vega junto a unas cuevas del Miguel Sanchez estan unos caserones caydos que hera pueblo en tienpo de canarios e do se an dado a otros vezinos solares subplico a vuestra señoria me den un casaron dellos que esta junto a un pajar que yo tengo en la dicha parte porque quiero hazer alli una casa para mi morada...».
En parecidos términos se expresa Martin Suárez cuando el 10 de octubre de l550 pide: «... un solar para hazer casas que yo mire en el lugarejo que dizen de la Vega junto al barranco del Gamonal que esta dende çerca un caserio de canarios que lindan de la una parte con casas de Gomez Perez e por la otra parte casa de Bartolome Martin estre ambos a dos ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
Barranco del Lugarejo (caminosdecanarias-blogspot)
En cuanto a su antigüedad, el topónimo está documentado con anterioridad al siglo XVIII, posiblemente desde los primeros años de la Conquista, y aparece en testamentos de la alta sociedad de la época. Es el caso de la escritura del 27 de mayo de 1737 donde el Licenciado y Chantre de la Catedral Blas Rivero Bethencourt dice ser propietario de un «Molino de pan moler en Lugarejo» y dos fanegas y un celemín de una «Suerte de tierra calma y huerta en Lugarejo de La Vega»; igualmente la escritura de 16 de enero de 1751 donde el Licenciado y Presbítero de La Vega Blas Marrero Betancort que dice tener una «Casita y una cueva en Lugarejo con un pedazo de tierra y arboles» que había comprado.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

sábado, 30 de junio de 2012

LUCÍA DE TIRAJANA, SANTA

Topónimo moderno con el que se conoce al municipio situado a 51 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 680 metros sobre el nivel del mar, y de 61,56 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 3,9% del total de la isla, ubicado entre Agüimes y San Bartolomé de Tirajana.

En los primeros tiempos tras la Conquista, el actual territorio municipal eran en parte tierras del Señorío de Agüimes, las comprendidas al norte del barranco de Balos donde acababa la Mitra, y por tanto bajo su jurisdicción. Las otras tierras al sur del barranco de Balos y las que daban a la Sierra fueron tierras de realengo, que bajo la jurisdicción de San Bartolomé de Tunte.
Panorámica (fotosdegrancanaria-com)
En los primeros repartimientos, Tomás Rodríguez de Palenzuela recibe las tierras y aguas de esta comarca por los servicios prestados a la Corona en la conquista de la isla. Las tierras recibidas, al igual que muchas tierras del sureste de la isla, se dedicaron, en un principio, al cultivo de los cañaverales de azúcar que una vez refinado su producto se destinaba casi en su totalidad a la exportación.

Para su refino se instaló un primer ingenio en el Lugarejo de Tirajana, en las proximidades del casco actual de la capital municipal que fue conocico en la antigüedad como «Ingenio Rojo de Tirajana», convirtiéndose en la actividad agrícola e industrial de esta comarca. Posteriormente este ingenio fue heredado por Lorenzo de Palenzuela quien lo trasladó a Los Llanos de Sardina.

Santa Lucía en 1905 (Rodríguez Ortega, F. - Fedac)
A pesar de que el azúcar tiene un papel preponderante, los cereales, como trigo, cebada y centeno, ocuparán un importante lugar en la economía del lugar entre los siglos XVI y el XVIII, pues era la base alimenticia de la sociedad del Antiguo Régimen.

Era por tanto una zona cerealera donde todos los propietarios de tierras destinaban parte de sus terrenos al cultivo de estos productos. Alternaban por tanto abundantes tierras plantadas de cañaverales con destino a su refino en los ingenios, y tierras cerealeras en las zonas más altas.

Cuando avanzado el siglo XVI el negocio del azúcar decayó, las tierras se destinaron al cultivo de la vid y, posiblemente desde esa fecha, fueron introducidos también los olivos actuales a los que estudios recientes destacan como especie autóctona y por tanto única en el mundo.

Molino de aceite (Bienmesabe-org)
Sus frutos «las aceitunas de Santa Lucía», muy renombrados en Canarias, según algunas fuentes pudieron tener su origen en los injertos entre el olivo mediterráneo importado y el olivo silvestre o acebuche.

El origen de El Lugarejo, y como muchos de los ayuntamientos de la isla, primero tuvo que ser parroquia para alcanzar la autonomía eclesiástica y, a partir de ella, la jurisdicción civil. Fueron sus vecinos los que pidieron ayuda al Cabildo Catedralicio, para que les pusiera clérigo que les dijera misa y administrara los sacramentos, petición que fue atendida con el siguiente acuerdo:

«Este dicho día, estando los muy Rvdos. y magníficos Señores en su lugar capitular ayuntados según lo han de uso e costumbre a saber el Sr. Deán, el Sr. Tesorero, e1 Sr. Maestrescuela, el Sr. Arcediano de Fuerteventura e los Señores Canónigos Pedro de Padilla, Bartolomé Carrillo, Pedro de Cervantes, Racioneros Fernando de Góngora, Francisco de Aguiar, este dicho día queriendo sus mercedes proveer acerca de una petición que se metió en Cabildo el viernes pasado que se contaron veintisiete días del mes de noviembre deste dich (o año), cual se metió por parte de los vecinos y estantes del término de Tirajana por la cual pedían a sus mercedes les proveyesen de clérigo en el dicho término e sus mercedes siendo informados de cuán justamente lo pedían ordenaron e mandaron que los dichos vecinos tomen el tal clerigo a su contento y que para ayuda de costa del dicho clerigo se le provea de ocho doblas a cuenta de hazimientos (e an) si (lo) mandaron sus mercedes (...) librados por sus tercios en cada un año y ha de comenzar a servir el tal clérigo desde primero día del mes de enero del año que viene de mil e quinientos e treinta e cinco años» (CAZORLA LEÓN, S.: Historia de la Catedral de Canarias, Las Palmas de GC, 1992).

Caserío (fotosdegrancanaria-com)
Las primeras referencias documentales que nos describen el territorio, mencionando El Lugarejo y el barranquillo de Santa Lucía, del que nacerá la advocación y cambio del nombre del lugar lo encontramos en la petición de data que hace Pedro Mendoza el 19 de diciembre de 1554 donde dice:

«... un pedaço de tierra que es en el termino de Tirahana en que podra aber  quarenta hanegadas de tierra de probecho poco mas o menos que son desde el barranquillo de la Fortalesa del Lugarejo el barranquillo abajo hasta la açequia e canales por donde pasa el agua del dicho Lugarejo e de ay adelante a dar a la Hoya que dizen de la Sebada e serca della e deay por debaxo de la dicha çerca cortando por el canto de abajo de la dicha çerca a dar al barranquillo que dizen de Santa Luzia e Higueral e alindan las dichas tierras por la banda de arriba con los Riscos de las bueltas biejas e de Temysas e por el lado de arriba con el barranquyllo de la dicha Fortalesa e por la parte de abajo con tierras e çercado suyo, las quales dichas tierras son demasyas de las que yo tengo e poseo e para otr persona alguno no aprobechan por ser en la parte que digo e no an sydo aprobechadas de persona alguna e estan montuosas e de muchos pedregales» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).


El topónimo primigenio de El Lugarejo de Tirajana perdurá hasta muy avanzado el siglo XVIII, como se puede apreciar en  distintos documentos públicos. El 2 de octubre de 1702 las hermanas Catalina Martín Sardina y Felipa Santiago Sardina, describen sus bienes vinculados con reseñas como «Cercado de tierra calma, higueral y diferentes árboles en el Laurel del Lugarejo» de 3 fanegas,  «Suerte de tierra de "secano" en las Montañetas del Lugarejo» de 6 fanegas, «Cercado de tierra calma con  árboles en Lugarejo denominado de los Alamos con el agua de dos fuentes que nacen en él» de 3 fanegas y « Casas de alto y bajo, gañanía y cocina en Lugarejo».

No se ha podido precisar en que momento decae el viejo topónimo y nace el nuevo vinculado a la advocación de la antigua ermita a santa Lucía. La leyenda de los lugareños, contada por los mayores de los años cuarenta del pasado siglo, dice que una mañana de primavera unos sencillos pastores se encontraron de improviso con la imagen de la santa en un lugar conocido por el Río, entre el Puente y la Longuera, junto a una charca de limos, juncos y cañaverales, y debajo de una gran peña que aún hoy se señala. Los sorprendidos pastores llenos de misterio y respeto, no se atrevieron a tocarla, pero avisaron a los vecinos más próximos que encontraron.

Ortofoto de localización de El Río (IDE Gran Canaria)

Cuentan también que intentaron llevarla a San Bartolomé de Tunte para depositarla en su templo, pero fue imposible dado que se les hacía extraordinariamente pesada. Solo cuando caminaban hacia el Lugarejo se aligeraba su peso.

Y allí se detuvieron y le construyeron ermita, que pronto se convirtió en el lugar de devoción de todos los que vivían en sus alrededores. Esta imagen de santa Lucía se encuentra todavía en el pago de Lugarejo en un hermoso templo.

La leyenda que se cuenta habrá que situarla a finales del siglo XVIII o principios del XIX, para que la creación de la parroquia y el municipio llevan ya el hagio-topónimo de la advocación de la santa.

Después de este contado acontecimiento es cuando el lugar se configura como parroquia en torno a la antigua ermita de El Lugarejo, convertida en parroquia en 1814 a solicitud del síndico Cristóbal Navarro que en nombre de los vecinos lo solicita al Obispo el 8 de mayo de 1813, y aproximadamente dos años después, en 1815, se constituyó el municipio de Santa Lucía de Tirajana, siendo su primer alcalde el nombrado Cristóbal Navarro.

Era (Fedac)

Extinguido el Señorío de Agüimes por las leyes de desamortización, sumará los pagos de Sardina, Vecindario y El Doctoral en la zona baja a los pagos de montaña, y a partir de 1816 distintos documentos públicos hacen referencia a varios lugares como pertenecientes a la jurisdicción de Sta. Lucía.

En 1819 ya hay certeza documental de la existencia de un alcalde, cuando José de León vecino de Agüimes concede poder para reclamar al Alcalde Real del lugar de Sta. Lucía de Tirajana por haber ordenado derribar unas cercas.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)