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miércoles, 11 de abril de 2012

AUDIENCIA, LA (AGÜIMES)

Actualización: 2013/02/01
Se encuadra en un poblado arqueológico situado muy cerca de Temisas, también llamado de Risco Pintado, de cuevas labradas artificialmente empleadas para distintas funciones: dormitorio, cocina, silos, granero, hornos, tagoror, etc. El topónimo responde a la denominación popular dada a la estructura de piedras localizadas en la base del Risco Pintado que algunos autores consideran que es un tagoror.

Vista de Temisas (Romero Caballero, J.)
Están muy estudiadas las hipótesis que el tagoror era un lugar de reunión de los aborígenes canarios donde los ancianos sabios y jefes de la tribu se convocaban para tomar decisiones que les afectaban, con el objeto de impartir justicia sobre las cuestiones que se planteaban, en cuyo espacio se daba audiencia a las distintas partes para exponer sus opiniones a favor y en contra que una vez oídas daban lugar al debate y resolución.

La estructura de piedras tiene unas dimensiones son  de 5,60 por 3,60 metros, conformando un recinto ovoide con cuatro gradas arqueadas, que se asemeja al modelo de tagoror existentes en otros lugares de la isla.

El conjunto de cuevas son artificiales labradas en la toba, aunque también se aprovechan algunas cavidades naturales que son retocadas, de diversos tamaños y morfologías que incluyen graneros -como las Cuevas del Pósito- y hornos. Uno de los hallazgos más significativos de los localizados en estas cuevas es la gran abundancia de tejidos elaborados sobre fibras vegetales.

Se trata de un poblado de cuevas, con una complejidad semejante a la de otros conjuntos, localizándose cuevas de diversos tamaños y morfologías, a las que, pueden atribuirse diferentes funciones (dormitorio, cocina, etc.).

Cuevas del Pósito (Fedac)
Además de las cavidades hay otros elementos que articulan el espacio como pasos, escaleras, túneles, etc. y constituyen también obras artificiales. En la función doméstica de algunos espacios se encuentran alacenas, hornacinas, silos, etc., estimándose que algunas cavidades han sido consideradas como zonas de trabajo especializado, especialmente la posible existencia de un taller dedicado a las manufacturas de las fibras vegetales, precisamente por la importante cantidad de vestigios confeccionados con esta materia prima y los útiles necesarios para tales tareas.

El espacio dedicado al almacenaje, conocido con ese castellano arcaico de Cuevas del Pósito ya referido, pone de relevancia el cuidado que caracteriza la ejecución de los espacios para garantizar la conservación y seguridad de los productos que allí se guardarían destinados al consumo humano.

A la construcción en piedra de la que se entiende es un horno alfarero, el único superviviente de una serie que quedó destruido con la construcción de la carretera en 1939, se le asocia una ingente cantidad de fragmentos cerámicos y cenizas.

Por último, están el número elevado de cuevas naturales y artificiales destinadas al enterramiento de carácter colectivo que se encuentra en el extremo sur del poblado y que fueron inténsamente expoliadas a principios del siglo XX. Fueron catalogadas arqueológicamente en la primera investigación como Cuevas de la Desarrapada, topónimo que fue dado erróneamente en posteriores inventarios a otros conjuntos. Este lugar también es conocido con el topónimo de La Caldereta.

El conjunto arquitectónico ha proporcionado abundante material arqueológico, gran parte depositado en el Museo Canario, y su estado de conservación es regular con un grado de fragilidad alto por la proximidad de los núcleos de población y carreteras, siendo de notable interés científico patrimonial.

El amplio pasillo que en la actualidad constituye el acceso más fácil para las Cuevas del Pósito es una apertura reciente. La zona de entrada originaria es posible observarla en la segunda oquedad descrita, correspondiendo a un estrecho paso con escalones labrados.


Vestigios de las nuevas cuevas (EFE)
Muy cerca de este lugar, en los últimos meses de 2012 cuando se realizaban obras de acondicionamiento de la carretera de acceso a Temisas, bajo los riscos se han descubierto nuevas cuevas que quedaron selladas por antiguo desprendimiento de rocas, por lo que han permanecido prácticamente en su estado primitivo. En su interior se han encontrado muelas de moler, morteros de piedra, útiles de madera y fragmentos de esteras vegetales, acompañados por restos de trigo y cebada.

En los análisis microscópicos de los granos y las espigas recuperadas en estas cuevas se ha observado que presentan marcas de corte con útiles de piedra, lo que permite argumentar que se trata del espacio donde los aborígenes procesaban el cereal antes de su depósito en los silos que pudieran estar situados en otros niveles superiores, o en las mencionadas Cuevas del Pósito.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

martes, 26 de junio de 2012

LAURELAR, EL (TEROR)

Dice Viera y Clavijo en su Historia Natural: «Laurel (Laurus Nobilis). Vulgarmente loro, árbol famoso, sagrado, poético, triunfador, fausto, y siempre verde, y tan propio del temple de nuestras islas, que de él se componian principalmente sus espesos bosques.

Su tronco es recto, sin nudos, revestido de una.corteza oscura y lisa;...», si bien hay que destacar que con posterioridad a dicho autor del siglo XIX, la investigación botánica ha registrado una variable conocida como novocanariensis, epíteto que hace referencia al nuevo nombre con que se conoce esta especie que antes se incluía en la nobilis o en la azorica.
Camino de herradura San Lorenzo a Teror (Mingole)
Desde los primeros años de la conquista esa espesura de los bosques de la isla que dice el cronista era llamada Laurelar, topónimo que abarcaba todo el monte que se inicia en el Cortijo de San Gregorio, muy cerca de Piletas, inmediaciones de Tamaraceite, hasta la Caldereta de Pino Santo, atravesado por distintos barrancos y barranquillos tributarios en su mayoría del barranco de San Lorenzo.

Pero no todo el territorio estaría ocupado exclusivamente de Laureles; en la antigüedad el Laurel era un referente al que se asociaban otros árboles, y así  consideraba Viera y Clavijo que el noble Viñátigo era una especie de laurel de Indias, que el Til no es Tilo sino una especie de Laurel (Laurus magnolise folia), o que a la Gibalguera le llamaban Laurel de Alejandría. Se sabe que los largos caminos eran «por debajo de una floresta continuada de laureles, acebuches, palmas, dragos, cipréses, cuyo olor perfumaba el contorno».

Barranco del Laurelar (Mingole)
Las Ordenanzas del Concejo de 1531, cuando regulan «la guarda de las sementeras y vegas sembradas», y concretamente el deambular con puercos por los caminos, mencionan este lugar cuando dicen:

«Otrosy que los puercos no puedan andar en todo la defendido de estos mojones que aquí yrán declarados los quales vayan el primero desde (…) e de ay travesar el dicho barranco por una linde de tierras de Fernando de Torres e de Denys Afonso a dar al almogade y de ay a una vereda que sube por las tierras de Cristóbal Ramírez a dar a las tierras del Espartero a dar a la Caldera a dar al lavreal y a las tierras de Porras que son en Terore y por encima de las dichas tierras a dar al Parral de Juan de Troya…».

Barranco del Acebuchal (Aarón Santana)
Todo este territorio fue intensamente talado en el mismo siglo XVI con licencia del Concejo de la isla como lo acreditan los contratos madereros, por ejemplo el de 15 de octubre de 1575 «Pedro de León, canónigo, dice que por cuanto la justicia y regimiento de la isla le vendieron ciertas cantidades de caras de leña en el Monte del Laurelar para la molienda del barrando de la ciudad y por cierto precio, que por ella pagó para la fábrica del Fuerte de San Pedro Mártir y para otras necesidades que el concejo tuvo ...» (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).
 
Igualmente comenzaron las ocupaciones del territorio, como cuando el Comisario General de la Caballería Española Gaspar de Montesdeoca Tamariz solicita 197 fanegas en el Pinar de Ojeda y Laurelar, y le son concedidas por data real 200 fanegas según consta en su testamento ante el escribano Perdomo Castellano de 4 de agosto de 1710.

El Acebuchal (Aarón Santana)
De este amplio territorio llamado antiguamente desde Teror el paraje del "barranco allá" que fue un monte boscoso sólo nos quedan los topónimos de El Laurelar, El Granadillar, El Acebuchal, el Pinar de Ojeda, donde sólo hay un pino, y la progresidad desaparición de la antigua población arbórea, ha surgido El Tuneral.

Ya lo escribió Fray Diego Henríquez por 1714 «no se queden en silencio otros cuatro bosques que tomando cada uno el nombre de sus árboles se nombraron El Laurelar, El Granadillar, El Acebuchal, y el Pinar de Ojeda, a distinción de otro que es de pinos de tea porque este era de pino albar o pinabete».
Empedrado camino herradura San Lorenzo a Teror (Moreno Medina C.)
Son caseríos ahora diferenciados a ambos lados del Camino de Herradura que desde el Lugarejo de San Lorenzo llegaba a Teror, lugares que la antigüedad estuvieron inmersos en El Laurelar.

Los viejos topónimos aparecen mencionados en distintas escrituras públicas: el día 30 de julio de 1736 el matrimonio Alonso Pérez y Gabriela Navarro fundan una capellanía a la que vinculan treinta fanegas que habían comprado en dos pedazos «Cortijo de tierra en el Laurelar y Suerte de tierra en el Chorrito del Laurelar», y fijan una pensión de misas y nombran capellán a Juan Pérez Ojeda,  sobrino, a quien se exime de decir las misas hasta que se ordene de sacerdote, segundo apellido que se encuentra en el toponimo Pinar de Ojeda.


Panorámica (Google earth)
Las jurisdicciones municipales marcadas por la divisoria entre Teror y San Lorenzo, ayuntamiento hasta 1939, se resuelven en lo eclesiástico desde el año 1682 en que se llega a un acuerdo verbal entre los curas de Teror y San Lorenzo,a ruego de los vecinos del Espartero y Pinar de Ojeda, para que ser administrados por el cura de Teror, debido a que esta última parroquia les quedaba mucho más cerca.

Dos siglos después, el 6 de julio del año 1841 los vecinos de Espartero y Pinar de Ojeda también lograron su propósito de pertenecer al municipio vecino de Teror.


Panorámica (Google earth)
Como recoge Vicente Hernández Jiménez (Teror: Historias, semblanzas, apuntes. Las Palmas de GC, 1991)  «Debió de tener algún poblamiento quizá desde la segunda mitad del siglo XVII porque en los Libros de Fábrica de la Parroquia del Pino se consignan en unos folios de 1722 que el Mayordomo se hacía cargo de 1.669 reales y dos cuartos por limosnas de potros y becerros del Pinar de Ojeda; eran donaciones de reses a la Virgen del Pino, que se remataban en las fiestas. En las Sinodales del Obispo Dávila y Cárdenas de 1734 se menciona este lugar, asignándole junto al Laurelar, veinte vecinos; es posible que el término vecinos se refiriera a cabezas de familia o casas, pues parece que estos lugares que englobarían lo que hoy conocemos por El Faro, El Espartero y El Pinar de Ojeda, debieron de tener una población superior a los veinte habitantes».

Todas las comunicaciones con estos pequeños pagos y caseríos son carreteras rurales, algunas de las cuales pudieron tener su origen en los antiguos caminos de herradura.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

sábado, 11 de agosto de 2012

PINOS DE GÁLDAR, CALDERA Y (GÁLDAR , GUIA Y MOYA)

«Hace aproximadamente 2.700 años las cumbres de Gran Canaria ardían. Siguiendo una fisura que recorría las cumbres nororientales de la isla, varias bocas volcánicas escupían fuego y abrazaban los fondos de los barrancos hacia Valsendero y Barranco de la Virgen y hacia Fontanales.

Las profundas e inaccesibles gargantas de estos cañones se anegaban de lava fundida sepultando para siempre su más preciada expresión de vida allí guardada. Las nubes de escorias y piroclastos bañaban extensos campos en la tarea de las fuerzas telúricas de retocar un poco más la fisonomía y los perfiles de esta isla. Sepultados bajo esta pesada y ardiente lluvia, los pinares iban sucumbiendo. Un extenso manto de rojos, ocres y negros, que cubría montes y laderas, generaba otras formas de sobrecogedora belleza» MARRERO, A.: "Pinos de Gáldar: El ocaso de un pinar", Rincones del Atlántico, nº 4, 2007).

Puesta del sol en los Pinos de Gáldar (Águedo Marrero)

Este texto que con belleza ilustrativa describe aquello que pudo suceder hace tantos años, es muy oportuno para resumir el origen de un topónimo que describe un amplio territorio que comparten la jurisdicción administrativa tres municipios, por ese apéndice meridional que tiene el de Santa Mª Guía exteniéndose hasta la ladera de poniente de la Caldera de los Pinos, y así compartirla con el de Moya hacia el naciente, reservándose para sí, Gáldar, allá donde el sol se pone toda la Hoya de los Pinos que desde los primeros tiempos le correspondía toponímicamente .
 
Incluídos en el "Paisaje Protegido de Las Cumbres" la Caldera de los Pinos y Montañon Negro fueron declarados Monumentos Naturales por su singular belleza y por ser  puntos de interés geológicos. Esta apreciación no es nueva, pues ya los primeros conquistadores destacaban su riqueza cuando solicitaban las tierras.

En la petición que hizo el 15 de enero de 1546 el Tesorero de la Catedral licenciado Padilla decía:

«...que en el termino de Galdar esta un pedaço de tierra que nunca fue hedificada ni desmontada en que puede aver çient hanegas de senbradura son montuosas de granadillo, ensençio y poleo e helechales e las tierras son en la comarca de Facarcaz a la vertiente del Pinal de Agaldar que es sobre la montaña de Duramas e an por linderos tierras de Cristobal de Orihuela y por la parte de abaxo tierras de Gonçalo de Aguilar e por la otra el barranco de arriba que parte del termino de la çibdad con la de Agaldar con unas cuevas que estan dentro de las dichas tierras las quales cuevas se llaman las cuevas de Escalona y por la vanda de arriba alindan con la montaña de los fontanales tierras Realengas...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
La Caldera (josegrancanaria)
La Caldera de los Pinos es un edificio volcánico situado a 1.350 metros sobre el nivel del mar, formado por cono volcánico estromboliano de 150 metros de altura que alberga la depresión de la caldera de igual altura y un diámetro de 300 metros. Dominan los materiales emitidos de lapillis, escorias y bombas volcánicas con coladas, por su origen eruptivo de carácter explosivo.

Ya lo describía el 24 de julio de 1545 Cristobal de Orihuela cuando solicitó las tierras al Consejo General diciendo: «...çient hanegadas de tierras en el termino de Agaldar debaxo del malpays de la Caldereta del Pinal de Galdar de unas veguetas e hoyas que an por linderos el camino de los Fontanales e por la vanda el lomo del Pinal e por la otra tierra de Juan Martin de Artivirgua e de sus herederos las quales dichas tierras son montuosas de helechar e granadillos ...».
Los Pinos (josegrancanaria)
Conforma un territorio de singular belleza donde ejemplares de legendarios pinos que resistieron en paso de los años comporten el espacio con los pinos de repoblación, donde los amantes de la naturaleza deben extremar las precauciones para evitar que un lamentable error prenda la llama y provoque esta vez un desastre antropico.

Es habitual escuchar el traqueteo y observar el pájaro picapinos (Dendrocopos major canariensis), y como no, el trasiego de los pastores con su ganado trasladándolos a las vespertinas horas para pastar "a la fresca".

Los accesos al lugar se puede hacer desde la carretera de Valleseco a Artenara (GC-021), o la carretera de Albercón de la Virgen (Guía) - Pinos de Gáldar (GC-070), o desde Las Cruces (Gáldar) a Juncalillo (GC-220), si bien todas ellas tienen conexiones entre sí.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
  

lunes, 23 de abril de 2012

CALZADA, LA (SANTA BRÍGIDA)

Dice Claudio de la Torre Millares (1895-1973) en su obra Las Canarias Orientales: Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura que «… El poblado de La Calzada se llamó anteriormente de San Jerónimo de la Calzada. En él establecieron algunas familias importantes, de las que aún quedan sus casas solariegas. Entre estas familias estaba la de O’Shanahan, de origen irlandés, que erigió la ermita de la Concepción en el siglo XVI. Esta familia acogió en su época a los fugitivos irlandeses que llegaban a Canarias, perseguidos por el fanatismo de Isabel I de Inglaterra, facilitándoles la emigración a América…».

Las afirmaciones de dicho autor pueden aportar dudas por desconocerse sus fuentes. En cuanto a la primera presencia del apellido O'Shanahan en Gran Canaria, Lino Chaparro D'Acosta en su obra  "Heráldica de los apellidos canarios" afirma que tiene rama en las Islas, pero no concreta su antigüedad  pues aún cuando en el siglo XV ya se hallan más o menos consolidados los apellidos hereditarios por la obligatoriedad (iniciativa del Cardenal Cisneros) de hacer constar en los libros parroquiales los nacimientos y las defunciones. Pero siendo así, en las zonas rurales y entre la gente más humilde, la norma del apellido paterno hereditario para los hijos no se fija hasta el siglo XIX, con la creación en 1870 del Registro Civil.

Y en cuanto al nombre del santo, consultado el santoral parece contener una errata, pues aparece tan solo Santo Domingo de la Calzada, y tampoco se menciona la fuente o bibliografía utilizada por el autor, pues parece más bien confundir o fusionar dos noticias distintas.

La Calzada en 1893 (Carl Norman Fedac)
La primera es que se sabe de la antigua existencia de la Hacienda del Convento de Sto. Domingo, próxima a este lugar, y pudiera ser que estos dominicos le dieran el nombre al lugar. Uno de los lugares que muestran el pasado aborigen próximo a este lugar es la Cueva de los Frailes, excavada en el volcán de la Caldereta, que se encuentra antes del puente de La Angostura. Debe su nombre a dos frailes, Juan de Lebrija y Diego de las Cañas, los cuales pidieron permiso a Pedro de Vera para que les dejase interceder con los aborígenes, con escasos resultados y un final bastante dramático. Formado por 37 cuevas naturales este yacimiento fue descubierto en 1933.

La segunda que está acreditada es la existencia del vínculo de Jerónimo del Río Loreto (1760), que construyó una ermita bajo la advocación de San Jerónimo y Nª.Sª. de Candelaria en su hacienda. Las propiedades aportadas al vínculo le fueron reconocidas por sentencia de la Audiencia por auto de 22 de mayo de 1750 que aprueba la concesión de un sitio en el Lentiscal a favor de don Jerónimo del Río. Concretamente lo que hoy se conoce como Finca de los Ríos.

Acueductos (Fedac)
En el lugar existían otras propiedades y otras ermitas, como resulta del testamento de Matías Lorenzo Fernández, Licenciado y Capellán de Santa María en la Catedral, que con fecha 17 de septiembre de 1711 dice tener quince fanegas compradas de «Cercado denominado “Hidalgo”, plantado de malvasía y árboles, en La Calzada. Cercado de malvasía y vidueño, tierra calma, casa, bodega, lagar, una casa alta, dos casas terreras y la ermita de Nuestra Señora de la Concepción en La Calzada. Cercado de pan sembrar con un día de agua del Heredamiento de Tafira y ocho horas de agua del Heredamiento de la Fuente de Bribisca». Esta últimas fincas están en el lugar conocido en la actualidad como La Concepción, entre Las Portadas y El Castaño en las márgenes de la carretera a Almatriche.

Este lugar se encuentra situado al inicio de la carretera de La Calzada a Santa Brígida por La Angostura (GC-320), a partir del cruce con la carretera de Tafira (Casa del Gallo) a Almatriche (GC-310).

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

miércoles, 18 de abril de 2012

BRAVO, HOYA (SANTA BRÍGIDA)

En el s. XVIII, estas tierras ya eran propiedad de la familia Bravo. Se sabe que Francisco Bravo Laguna, Capitán, Regidor Perpetuo y Decano de la isla, y Castellano de los de la Marina de Las Palmas, en su testamento de 25 de noviembre de 1775.

Excursión familiar 1906 a la Hoya (Fedac)
Incluye el protocolo la finca que había recibido por herencia con la siguiente descripción: «hacienda denominada “Hoya de Bravo” compuesta de un cercado de tierra labradía con siete días y sus noches de agua del Heredamiento, y sobras del Barranquillo de Toronjo con sus casas de alto y bajo».
 
Este accidente del relieve, situado en un ensanche del Barranco Alonso, cuya base son buenas tierras de cultivo, tiene una génesis controvertida. Existen dos teorías sobre su formación. Una considera que el ensanche del barranco y sus laderas es consecuencia de una erupción violenta, causada por la interacción eficaz del magma con las aguas subterráneas. Un «maar» semejante al de la caldereta de Pino Santo.

Estanque (Fedac)
Otra teoría defiende que el ensanche es previo a la erupción y está causado por la erosión, y que esta erupción freatomagmática no hizo sino tapizar las vertientes previas y contribuir a una apertura mínima de las laderas. El mapa geológico y las laderas del barranco en esta localización muestran que aquí terminaban los mantos de aglomerados Roque Nublo.
Ortofoto (IDE Gran Canaria)
Es la discontinuidad entre estos materiales y las coladas de basaltos que los recubren, una de las causas de este mayor retroceso de las vertientes, al ofrecer una franja de debilidad petrológica a la erosión. Este edificio de Hoya Bravo está hoy casi desaparecido por la erosión hídrica y enmascarado por eventos volcánicos posteriores, pero sus restos, fragmentados en diversos puntos a lo largo del barranco, constituyen lugares del máximo interés geológico y natural.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

domingo, 8 de julio de 2012

MARTELES, CALDERA DE LOS (VALSEQUILLO)

Actualización 12-dic-2017
Topónimo con el que se conoce un caldera de formación volcánica situada muy cerca del centro de la isla, rodeada por El Salviar donde está el Roque Grande en los riscos de Tenteniguada, la Montaña del Pleitolas Cabezas donde nace el barranco de Guayadeque, el Llano de Marrubio y la cuenca del barranco de Madrelagua, pudiéndose contemplar la misma desde la carretera Los Pechos-Telde (GC-130).

Es prácticamente el centro de un territorio calificado como Reserva Natural Especial, sector de cumbres en el área centro-oriental de la isla que afecta a varios municipios. Al norte limita con los escarpes erosivos de los riscos de Tenteniguada y al sur con el amplio cauce del barranco de Tirajana, mientras que hacia el este se inclina suavemente por los lomos de Temisas y acoge el encajado cauce del barranco Cernícalos.

Fotografía: Nacho González
Flor tomatero silvestre (www.floradecanarias.com)
Este espacio alberga destacados elementos geomorfológicos como la caldera, estructura explícita freatomagmática, volcánica por la interacción de agua y magma.

Importantes formaciones vegetales como los acebuchales y saucedas de barranco de los Cernícalos, y especies de plantas amenazadas como el raro endemismo grancanario tomatero silvestre (Solanum lidii) localizado en Temisas.

Conforma la única cuenca cerrada que posee la isla. Los geólogos suponen que en su origen el barranco de Madrelagua, que nace en la zona más elevada de la isla y tiene una red de pequeños tributarios, recoge aguas de la Mesa del Cuervo.

Fondo de la caldera (turismovalsequillo-com)
Debió de ser un tributario a su vez del barranco de Guayadeque, pero la violenta explosión volcánica que dio origen a esta caldera interrumpió su curso y por ello vierte sus aguas en el fondo de la caldera, aportándole materiales que la han transformado en una excelente tierra de cultivos.

La caldera está prácticamente encajada entre el Morro de la Caldera, junto a la Presa de Cuevas Blancas, Cuchillones de la Caldera y el Morro de las Ortigas u Ortigones, quedando al naciente la Montaña del Pleito.


Era (Fedac)
La más antigua referencia que se tiene de la caldera la encontramos en el repartimiento concedido al zapatero Juan Perez y Cristobal Cardero, cuando en su solicitud del 9 de agosto de 1549, describen todo el contorno del lugar: «... les hagan merçed de dozientas hanegadas de tierras en la sierra las quales  an por lynderos de la parte de abaxo la fuente de Savzejo e yendo por el barranco arriba a dar donde se dize la Caldereta e atravesando hasta venir derecho al Roque de Tintiniguada un lomo blanco abaxo que viene a dar a la Caldera ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El nombre de la caldera guarda relación con la familia Martel, una de las familias más importantes de Valsequillo, a la que perteneció Pedro Martel, que fue su primer alcalde por Real Orden de 1802, y a la que pertenece también Sebastián Martel, que ocupa el número 19 de los compradores de fincas desamortizadas en el siglo XIX que adquirieron más de doscientas fanegas en toda la isla. En concreto, adquirió quinientas cuarenta y siete fanegas por el precio de 23.076 reales de vellón.


Almendreros en la caldera (turismovalsequillo-com)
Pero la caldera antes conocida como la Caldera de la Montaña del Pleito hasta finales del siglo XIX, en razón del pleito que mantenían el nuevo Ayuntamiento de Valsequillo con el Ayuntamiento de Ingenio por el deslinde de ambos es este lugar, que termina en 1890.

«En  la Caldera de la Montaña del Pleito, en la cumbre a 11 de junio de 1890, reunidas las comisiones de los ayuntamientos de Ingenio y Valsequillo, para el deslinde y amojonamiento de los dos términos municipales, acordaron nombrar nuevas comisiones que estuvieran mejor enteradas y por tanto se dio por terminada. Firmaron por Valsequillo Pedro Martel Martel, el alcalde, Sebastián Martel Florido, Francisco Martel concejales y el secretario Agustín Artiles, y por Ingenio Manuel Rodríguez y Ramírez, Blas Domínguez, Juan Morales, Gregorio Mateo y Francisco Domingo.» [SUÁREZ MARTEL, J. (1996). Aportaciones a la Historia de Valsequillo. Telde: Ed. Cabildo de Gran Canaria, Ayuntamiento de Valsequillo et Salcai].

A partir de este acto histórico, los vecinos comenzaron a llamarla Caldera de los Marteles, en recuerdo de los tres 'Marteles' que firmaron por Valsequillo.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)