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jueves, 28 de junio de 2012

LO BLANCO (TEROR)

El caserío se encuentra, según el cronista Vicente Hernández Jiménez, a unos centenares de metros del lugar que ocupaba la desaparecida ermita de san José del Álamo, lugar donde la panorámica es diferente, y donde:

«… la impresión para el caminante o viajero procedente de Las Palmas es de sorpresa, de un paisaje un tanto seco y de cara al mar, se pasa a otro más humanizado y alegre de casas blancas. Lo Blanco es un mirador del valle de Teror; si el día está claro la visión de todo el diseminado de la villa terorense con las montañas al fondo, es de las más atractivas de Gran Canaria…».
Camino Real a Teror 1893 (Carl Normman Fedac)
Hay destacar también que a finales del siglo XIX y principios del XX se conocieron composiciones poéticas que de alguna forma identificaban el color blanco con la Virgen: «Blanca paloma volando / Teror dichoso, a ti vino, /  Y se posó sobre el Pino / Sin saber cómo ni cuando» y «Blanca paloma que nieve / Risas y peinas por olas, / Al nido ven que te ofrece / Devota la Gran Canaria » (JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S.: Sucinta historia de la devoción del pueblo canario a Nuestra Señora del Pino Patrona de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1955).
  
Una de sus calles principales conserva el trazado y pavimento original de uno de los tramos del antiguo Camino Real de las Palmas a Teror, vía que fue escenario de las cuarenta y cinco ocasiones en las que la Virgen del Pino fue bajada a la capital, desde los años 1607 hasta 1815.
Era en Lo Blanco (Fedac)
La abreviación del topónimo se produce con el paso de los siglos y, así en el siglo XVII, Miguel Ramos, en su testamento de 18 de febrero de 1681, dice ser propietario de 12 fanegas de «Suerte de tierra labradía denominada “Llano del Prado” en el Lomo de Blanco», fijando en su capellanía una pensión de ciento cincuenta y cinco misas rezadas anuales en la iglesia de Teror con responso sobre su sepultura.

En el siglo siguiente, Diego Sánchez Sarmiento y Antonia de Arencibia, en escritura de 6 de febrero de 1715, dicen tener cuatro fanegas de una «Suerte de tierra en Lo de Blanco». De la utilización del nexo de posesión "de" en ambo casos y con largo espacio de tiempo, se infiere que se trataba de las tierras de un desconocido antropónimo de "Blanco".

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

miércoles, 27 de junio de 2012

LEZCANO, BARRANCO DE (ARUCAS, LAS PALMAS DE GC Y TEROR)

Actualización 28-jul-2016
La descripción realizada por el desaparecido cronista de Teror Vicente Hernández Jiménez (1922-2006), en su obra Aguas del barranco de Tenoya (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 1987), además de aclarar el origen del nombre de este tramo del barranco de Tenoya, es ilustrativa por la extensa descripción toponímica de su recorrido, de ahí que se reproduzca íntegramente.

Ambos barrancos son frontera administrativa de los municipios de Arucas y Las Palmas de Gran Canaria a partir de donde desagua su tributario de barranco de El Pino, y aguas arriba este tributario es la frontera entre los municipios de Arucas y Teror.

Presa Lezcano I (Fedac)
«… El barranco de Tenoya, pasada una gran vuelta, recibe el nombre de Barranco de Miraflores; discurre muy encajado entre elevadas paredes, recibiendo algunos tributarios como el barranquillo de Miraflor y el del Zapatero.

Acueducto (Fedac)
En el límite de Teror, en la bajada de La Serpa, el barranco se denomina “de Lezcano”, topónimo derivado de los primeros propietarios de las márgenes [se refiere el cronista a Juan de Civerio Lezcano Mújica, s. XVI].

El barranco en 1893 (Carl Normann - Fedac)
Bajo la escarpada ladera del poblado de Santidad, recibe por su izquierda, aguas abajo, un largo afluente, el Barranco del Pino, que sube hasta El Palmar con el nombre de Barranco de Los Naranjos, y tiene su cabecera en el Pico de Ossorio.

Al pie del Lomo Grande, en el tramo comprendido entre Las Casillas y los barrios de San Francisco Javier y Tenoya, el cauce es sinuoso. El curso inferior del barranco presenta altas laderas por la margen izquierda aguas abajo, de unos doscientos metros de elevación al pie del Cabezo de La Rosa, y recibe por la derecha un afluente que nace en El Lomo de Las Mesas.

La Canal (Fedac)
El Cabezo de La Rosa es el lomo de la crestería hacia la costa, que separa el barranco de Tenoya del de Arucas. El largo barranco que nace en la montaña de Constantino desemboca en el mar por la Hoya; su último tramo discurre por una zona llana, pasada por la derecha la Montaña Blanca».

Lavadero (Fedac)
Además de la descripción geo-morfológica y toponímica que realizó el desaparecido cronista de Teror, habría que mencionar los importantes asentamientos aborígenes que se han localizado tanto en este barranco, como en sus tributarios que es importante destacar, por nos dibuja un asentamiento de barranco, todos ellos en las rampas de poniente. 

La Molineta (Fedac)
En su tributario barranco El Pino encontramos Los Silos en el pago de Guanchía de Teror.

Aguas abajo, ya en el término municipal de Arucas, en la rampa de la Montaña de Riquíanez hay un antiguo topónimo conocido como Los Palomares, que de acuerdo con el sistema toponímico de los primeros castellanos en la isla hace referencia a estructuras aborígenes, en concreto silos para la conservación de granos, aprovechando solapones en los riscos de su vertiente.

Tomadero de agua (Fedac)
Barranco de Lezcano
(rosagrancanaria.blogspot-com)
En Santidad Alta se localizaron vestigios de algunas cuevas con usos funerarios. Después de desaguar el tributario en el Barranco de Lezcano toma el nombre de Barranco de Tenoya, que no debe confundirse con su tributario el Barranquillo de Tenoya que discurre a su naciente, por allá del Lomo de la Viuda y Lomo de San Pedro, hasta aportar sus aguas al principal junto al Risco Colorado

Retomando el cauce del principal Barranco de Tenoya, antes de salvar el lomo en el que se asienta el barrio aruquense de San Francisco Javier, en sus vertientes de poniente están los yacimientos arqueológicos de Los Andenes y Las Cuevas, y en las de naciente, en los escarpes de Las Mesas se encuentra el yacimiento de Las Guirreras. Continua aguas abajo, bajo el puente de Tenoya en la vieja carretera de Las Palmas a Arucas (GC-300), dejando a poniente El Portichuelo y a naciente el barrio de Tenoyay  poco antes de desaguar en el mar, está el yacimiento de Las Cueveras en Montaña Blanca.

Toda esta descripción que hemos realizado nos aproxima a un territorio que en la prehistoria de la isla tuvo notable importancia desde la tesis que distintas fuentes sostienen que el cauce de este barranco, además de ser la frontera entre los cantones de Arucas y Tamaraceite, era también la frontera entre los guanartematos de Gáldar y Telde.

Presa Lezcano II (Fedac)
En lo que sí hay general coincidencia, es que tanto en la prehistoria como la historia de la isla, tras la conquista, su mayor valor y su gran denominador común en todos sus cauces tributarios y principal, es el agua, y de ahí la enorme cantidad de bienes etnográficos relacionados con ella.


Localización (IDE Instituto Geográfico Nacional)

martes, 26 de junio de 2012

LAURELAR, EL (TEROR)

Dice Viera y Clavijo en su Historia Natural: «Laurel (Laurus Nobilis). Vulgarmente loro, árbol famoso, sagrado, poético, triunfador, fausto, y siempre verde, y tan propio del temple de nuestras islas, que de él se componian principalmente sus espesos bosques.

Su tronco es recto, sin nudos, revestido de una.corteza oscura y lisa;...», si bien hay que destacar que con posterioridad a dicho autor del siglo XIX, la investigación botánica ha registrado una variable conocida como novocanariensis, epíteto que hace referencia al nuevo nombre con que se conoce esta especie que antes se incluía en la nobilis o en la azorica.
Camino de herradura San Lorenzo a Teror (Mingole)
Desde los primeros años de la conquista esa espesura de los bosques de la isla que dice el cronista era llamada Laurelar, topónimo que abarcaba todo el monte que se inicia en el Cortijo de San Gregorio, muy cerca de Piletas, inmediaciones de Tamaraceite, hasta la Caldereta de Pino Santo, atravesado por distintos barrancos y barranquillos tributarios en su mayoría del barranco de San Lorenzo.

Pero no todo el territorio estaría ocupado exclusivamente de Laureles; en la antigüedad el Laurel era un referente al que se asociaban otros árboles, y así  consideraba Viera y Clavijo que el noble Viñátigo era una especie de laurel de Indias, que el Til no es Tilo sino una especie de Laurel (Laurus magnolise folia), o que a la Gibalguera le llamaban Laurel de Alejandría. Se sabe que los largos caminos eran «por debajo de una floresta continuada de laureles, acebuches, palmas, dragos, cipréses, cuyo olor perfumaba el contorno».

Barranco del Laurelar (Mingole)
Las Ordenanzas del Concejo de 1531, cuando regulan «la guarda de las sementeras y vegas sembradas», y concretamente el deambular con puercos por los caminos, mencionan este lugar cuando dicen:

«Otrosy que los puercos no puedan andar en todo la defendido de estos mojones que aquí yrán declarados los quales vayan el primero desde (…) e de ay travesar el dicho barranco por una linde de tierras de Fernando de Torres e de Denys Afonso a dar al almogade y de ay a una vereda que sube por las tierras de Cristóbal Ramírez a dar a las tierras del Espartero a dar a la Caldera a dar al lavreal y a las tierras de Porras que son en Terore y por encima de las dichas tierras a dar al Parral de Juan de Troya…».

Barranco del Acebuchal (Aarón Santana)
Todo este territorio fue intensamente talado en el mismo siglo XVI con licencia del Concejo de la isla como lo acreditan los contratos madereros, por ejemplo el de 15 de octubre de 1575 «Pedro de León, canónigo, dice que por cuanto la justicia y regimiento de la isla le vendieron ciertas cantidades de caras de leña en el Monte del Laurelar para la molienda del barrando de la ciudad y por cierto precio, que por ella pagó para la fábrica del Fuerte de San Pedro Mártir y para otras necesidades que el concejo tuvo ...» (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).
 
Igualmente comenzaron las ocupaciones del territorio, como cuando el Comisario General de la Caballería Española Gaspar de Montesdeoca Tamariz solicita 197 fanegas en el Pinar de Ojeda y Laurelar, y le son concedidas por data real 200 fanegas según consta en su testamento ante el escribano Perdomo Castellano de 4 de agosto de 1710.

El Acebuchal (Aarón Santana)
De este amplio territorio llamado antiguamente desde Teror el paraje del "barranco allá" que fue un monte boscoso sólo nos quedan los topónimos de El Laurelar, El Granadillar, El Acebuchal, el Pinar de Ojeda, donde sólo hay un pino, y la progresidad desaparición de la antigua población arbórea, ha surgido El Tuneral.

Ya lo escribió Fray Diego Henríquez por 1714 «no se queden en silencio otros cuatro bosques que tomando cada uno el nombre de sus árboles se nombraron El Laurelar, El Granadillar, El Acebuchal, y el Pinar de Ojeda, a distinción de otro que es de pinos de tea porque este era de pino albar o pinabete».
Empedrado camino herradura San Lorenzo a Teror (Moreno Medina C.)
Son caseríos ahora diferenciados a ambos lados del Camino de Herradura que desde el Lugarejo de San Lorenzo llegaba a Teror, lugares que la antigüedad estuvieron inmersos en El Laurelar.

Los viejos topónimos aparecen mencionados en distintas escrituras públicas: el día 30 de julio de 1736 el matrimonio Alonso Pérez y Gabriela Navarro fundan una capellanía a la que vinculan treinta fanegas que habían comprado en dos pedazos «Cortijo de tierra en el Laurelar y Suerte de tierra en el Chorrito del Laurelar», y fijan una pensión de misas y nombran capellán a Juan Pérez Ojeda,  sobrino, a quien se exime de decir las misas hasta que se ordene de sacerdote, segundo apellido que se encuentra en el toponimo Pinar de Ojeda.


Panorámica (Google earth)
Las jurisdicciones municipales marcadas por la divisoria entre Teror y San Lorenzo, ayuntamiento hasta 1939, se resuelven en lo eclesiástico desde el año 1682 en que se llega a un acuerdo verbal entre los curas de Teror y San Lorenzo,a ruego de los vecinos del Espartero y Pinar de Ojeda, para que ser administrados por el cura de Teror, debido a que esta última parroquia les quedaba mucho más cerca.

Dos siglos después, el 6 de julio del año 1841 los vecinos de Espartero y Pinar de Ojeda también lograron su propósito de pertenecer al municipio vecino de Teror.


Panorámica (Google earth)
Como recoge Vicente Hernández Jiménez (Teror: Historias, semblanzas, apuntes. Las Palmas de GC, 1991)  «Debió de tener algún poblamiento quizá desde la segunda mitad del siglo XVII porque en los Libros de Fábrica de la Parroquia del Pino se consignan en unos folios de 1722 que el Mayordomo se hacía cargo de 1.669 reales y dos cuartos por limosnas de potros y becerros del Pinar de Ojeda; eran donaciones de reses a la Virgen del Pino, que se remataban en las fiestas. En las Sinodales del Obispo Dávila y Cárdenas de 1734 se menciona este lugar, asignándole junto al Laurelar, veinte vecinos; es posible que el término vecinos se refiriera a cabezas de familia o casas, pues parece que estos lugares que englobarían lo que hoy conocemos por El Faro, El Espartero y El Pinar de Ojeda, debieron de tener una población superior a los veinte habitantes».

Todas las comunicaciones con estos pequeños pagos y caseríos son carreteras rurales, algunas de las cuales pudieron tener su origen en los antiguos caminos de herradura.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

miércoles, 20 de junio de 2012

JOSÉ DEL ÁLAMO, SAN (TEROR)

Topónimo correspondiente a un barrio situado entre el Risco de Jiménez y el Lomo de Enmedio que separan la cuenca del barranco de Lezcano o de Tenoya  del barranco  de San Lorenzo.

Es un lugar muy abierto y vistoso, con distintas vistas panorámicas desde  las que se divisan al norte la Playa de Las Canteras, La Isleta y el Puerto de La Luz; al poniente, la Divisoria o cresta alargada rematada con en el Pico de Osorio; y al naciente, el Lomo de Andújar, La Milagrosa y el Barranco de Mascuervo, hasta donde se llega por la carretera de acceso GC-211, enlazando desde la carretera de Tamaraceite a Teror (GC-021).

Camino Real a Teror (Fedac)
El origen del topónimo, como todos los hagio-topónimos, está vinculado a su desaparecida ermita y está escrito en la inscripción conmemorativa colocada con motivo de su inauguración en 1677, que dice:

«Siendo el Capitán y Sargento Mayor Don Juan Coello de Portugal, Caballero de la Orden de Santiago, Corregidor y Capitán a Guerra de esta isla por su Magestad, mandó hacer esta hermita para ospicio de Ntra. Sra. del Pino, de limosna que se juntó de los debotos de ella, siendo Cura el Licenciado Juan Rodríguez, y alcalde Juan Francisco Suárez, año de 1677».

Inscripción conmemorativa (Ramírez Sánchez, M.)
Lo que no parece estar documentado es si el mismo Capitán Coello concretó su advocación en San José. En cuanto a la preposición del nombre es un inequívoco complemento que indica el origen, señalando en este caso el fito-topónimo del lugar que concreta en "el álamo",  que hace referencia al Álamo (Pópulus) del que escribe en 1803 Viera y Clavijo (Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, Madrid, 1982):

«El álamo blanco, que es la especie que adorna los campos y cercanías de los pueblos en nuestras islas, crece con mucha prontitud, elevándose a grande altura. Su tronco, que de mediano grosor, aunque poco recto cuando no se le cuida, tiene la corteza lisa y blanquecina, ínterin no la ponen escabrosa los años».

El nexo con el álamo fue casual y es descrito como sigue: «... aquí se encuentra una Ermita dedicada á dicho Sto. la mayor parte arruinada. En medio de la Iglesia (como está destechada) á nacido un gran Alamo de aquí la denominación de Sn. Jose de Álamo... » (ANÓNIMO:  Gran Canaria a mediados del siglo XIX, según un manuscrito contemporáneo, Las Palmas de GC, 1950).


Pajero (Fedac)
En los distintos traslados de la Virgen del Pino a la Ciudad, iniciados por primera vez en 1678, la imagen entronizada se alojaba y pernoctaba en la ermita hasta reemprender su recorrido. Desde los primeros años hubo culto en esta ermita como lo acredita el vecino de Teror Tomás Rodríguez que, en escritura de 3 de enero de 1691 cuando funda una capellanía, fija una pensión consistente en siete misas rezadas los primeros domingos del mes en la ermita de San José del Álamo.

La desaparecida ermita ya era mencionada en las Constituciones Sinodales del obispo Pedro Dávila y Cárdenas (1737), junto con las dedicadas a Ntra. Sra. de Las Nieves en El Palmar, San Matías y San Isidro de otros pagos de Teror.

Acueducto (Fedac)
El topónimo se consolida en los documentos públicos, como el de Francisco Calderín Casares, Licenciado, Presbítero y Abogado de los Reales Consejos de la Audiencia de Canarias, que en escritura de 29 de mayo de 1752 dice tener una propiedad de nueve fanegas y ocho celemines de «Tierras en San José del Álamo» que había comprado con anterioridad. Y así aparece en la cartografía de la isla de José Ossavari (1806), incluyendola como "Hermita" con la leyenda S. José del álamo.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

domingo, 17 de junio de 2012

ISIDRO, SAN (TEROR)

Topónimo que corresponde a un caserío situado en la carretera que conduce desde Teror a San Mateo (GC-042. Tiene su origen en la advocación a que fue dedicada una antigua ermita. 

Fue construida y dotada a fines del siglo XVII por el canónigo Juan González Falcón, natural de Arucas, abogado que casó, enviudó y abrazó la carrera eclesiástica. Tanto la ermita como el llamado hacienda de San Isidro constituyeron parte integrante de la dotación del vínculo de bienes fundado en 1693.

Camino de herradura (Fedac)
Cuando accedión a la canongía construyó un caserío y solicitó permiso para levantar una ermita para decir misa a sus familiares, concediéndosele de que abriera una puerta para el camino que va a Tirajana, al objeto de que los caminantes pudieran oír misa. La ermita de planta sencilla se enmarca en una arquitectura rural y su campana pertenecía a la ermita de Teror. 

Ermita (Depaca)
Adosada a la casa del patrono, comparte las mismas características estilísticas del resto de oratorios del archipiélago: planta rectangular de una sola nave, cubierta de tejas a dos aguas y sencilla espadaña de cantería para la campana sobre una de sus esquinas.

Ya en el interior, además de la efigie del santo titular y del resto de obras de imaginería, destaca el altar preconciliar decorado con azulejos, cuya decoración de figuras azules sobre fondo blanco induce a pensar en los elaborados en la ciudad holandesa de Delft, principal exportadora de este tipo de piezas desde hace varios siglos. 

Horno de pan (Fedac)
Hasta el siglo XIX formó parte del vínculo de Falcón, pasando con la desamortización a propiedad privada.

Se trata de Juan González Falcón, Canónigo doctoral de la Catedral y Juez Subdelegado del Tribunal de la Sta. Cruzada, en su testamento de 27 de agosto de 1693 además de su hacienda de doscientas noventa y tres fanegas en Tamaraceite, declaraba la propiedad en este lugar de cincuenta y cinco fanegas de la «Hacienda de árboles y tierra labradía con fuentes, casas y ermita en San Isidro» (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).



Chorro y camino (Google earth)
En el mismo pago de San Isidro, junto al camino de San Bartolomé a Teror y en la orilla de la carretera general, se encuentra uno de los muchos nacientes que tuvo esta zona conocido como el Chorro de San Isidro.

A principios del siglo XX se acondicionaron los exteriores de la Fuente con un banco y un frontis de cerámica por iniciativa de los propios vecinos.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)