viernes, 22 de abril de 2016

DOMINGO, LOMO DE SANTO Y SUS DIVISORIAS (LAS PALMAS DE GC)

Se cree que en 1592 el ingeniero italiano Leonardo Torriani escribía en su manuscrito informe destinado a la Corona el CAPITULO XLIV, titulado “De la fortificación de la Ciudad Real de Las Palmas”.

«Esta ciudad está situada en un lugar tan extraño e irregular (por más que sea llano), y puesta debajo de tres montañetas que la dominan, llamadas con el nombre de los tres santos, Domingo, Francisco y Lázaro, que por espacio de veinte años ha dado que pensar juiciosamente a muchos ingenios italianos y españoles, con motivo de su fortificación; y hasta ahora Su Majestad Católica no ha tomado ninguna resolución, ni ha dejado entender qué parecer de tantos le ha gustado» (TORRIANI, L.: Descripción de las Islas Canarias, antes Afortunadas, con el parecer de su fortificaciones, Sta. Cruz de Tenerife, 1959, traducción de Alejandro Cioranescu). Y así las reflejo Próspero Casola en su plano de la Ciudad de 1599. 
 
Reproducción a línea del plano de Próspero Casola de 1599 (Museo Canario)
La elección de estos tres santos por los conquistadores para dar nombre a las “tres montañetas”, así llamadas por Torriani, no es casual. De norte a sur, San Lázaro al norte del barranco de Mata, Tomaba su nombre de la advocación de todas las leproserías, como lo era el Hospital de San Lázaro, de donde se popularizó también el término "lazareto" de la Ciudad, que estuvo emplazado en el siglo XVI a la altura de la actual calle Murga, aislado del casco urbano y fuera de las Murallas de la Ciudad, y sin que nos lleve a engaño la ubicación de la ermita de San Lázaro posterior al hospital.  

San Francisco lo tomó del convento franciscano, situado junto a la actual iglesia de su nombre en el barrio de Triana; y Santo Domingo, del convento dominico junto a la actual iglesia de su nombre en el barrio de Vegueta, al sur del barranco de Guiniguada.
 
La visión "extraña e irregular" de Torriani en su plano de la Ciudad (IBIDEM)
Como bien decía Leonardo Torriani, la ciudad estaba situada “en un lugar tan extraño e irregular”, hacía un descripción de una estrecha franja costera expuesta al naciente, “dominada” a su espalda al poniente por tres “montañetas”, que más tarde una de ellas será conocida con el canarismo de “lomo”, del que dice el Diccionario de la ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA «1. m. Elevación grande y alargada del terreno, más o menos redondeada en la cima».

En el norte la montaña de San Lázaro, ocupando la conocida actualmente como Ciudad Alta, y la montaña de San Francisco, donde se construyó el Castillo de San Francisco o castillo del Rey, dejaban de por medio una loma ascendente junto al  cauce del barranquillo de Mata, con varias hoyas de donde surgiría el topónimo de Las Rehoyas.

Más al sur, la “montañeta” ya era llamada en los repartimientos Lomo de Santo Domingo, que en el poniente o inicio isla adentro lo hacía en el actual barrio de El Fondillo, junto a la Montaña de Tafira, lomo que separa los cauces de barranco Seco y barranco de Gonzalo, este último primitivo cauce del barranco de Guiniguada que la erupción de la Montaña de Tafira taponó y desvió por el Dragonal en opinión del profesor Telesforo Bravo.
 
Vista del lomo (Jaime O´Shanahan - MDC)
En el repartimiento de Françisco de Aguinaga, solicitado el 8 de agosto de 1550, describía las tierras solicitadas como «… un pedaço de tierras que son hasta quatro o cinco suertes de tierra e que en ellas ovieren que son en un barranquillo que esta entre las tierras e lomo que desçiende hazia el barranco de Gonçalo que asçiende hazia la imagen prieta e de la otra parte otro lomo que desçiende hazia santto Domingo la qual tierra quiero para la aprovechar de cañaverales e heredades de viñas con las aguas que me pertenesçen de Tafira por que para otra persona alguno no sirven las dichas tierras por no tener agua con que las aprovechen como yo …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Cuando el Lomo de Santo Domingo se encuentra a 2.200 metros de la costa de naciente de la isla, se divide creando dos divisorias “divisorias”, en el significado geográfico que aporta el DRAE «2. adj. Geogr. Dicho de una línea en un terreno: Desde la cual las aguas corrientes fluyen en direcciones opuestas». La situada al norte, se subdivide por la erosión a 1.250 metros de la costa, formando al norte con vertientes del barranco Seco, la que es llamada Divisoria de la Mesa.
 
Los dos barrancos, el lomo y sus divisorias (IDE Gran Canaria)

La Divisoria de la Mesa corresponde al terreno ocupado por la conocida Ciudad de San Juan de Dios, que por su relieve es una “mesa”, es decir para el canario “Terreno elevado formado por una llanura que acaba en paredes verticales fruto de la erosión”.

Al sur de la misma, la matriz de la que se subdividió que es llamada Divisoria del Corral, donde se construyó la urbanización Casablanca I, y en las laderas septentrionales de la misma la Urbanización El Lasso. El origen del topónimo de la Divisoria del Corral lo encontramos en el repartimiento a favor del escribano mayor del Cabildo Juan de Ariniz, hijo del también escribano del Cabildo Juan de Ariñez, del 7 de septiembre de 1551, que describe las tierras pedidas diciendo «… le hagan merçed de le dar las demasias de las tierras que se dieron a Françisco de Aguiniga que son entre el barranco Seco y el barranco de Gonçalo que va a dar al camino de Telde al Corralejo que dizen en que podrá aver dos suertes poco mas o menos …» (IBIDEM).
 
La Divisoria de la Mesa y la Divisoria del Corral (fotosaereasdecanarias-com)
El astuto y privilegiado escribano disponiendo de la información confidencial que tiene pide los sobrantes no concedidos en el repartimiento de 8 de agosto del año anterior, y las identifica manifestando que “va a dar al camino de Telde”, la antiguo carretera a Telde por San Cristóbal, y añade lo que se encuentra a su paso en la divisoria, que es un “corralejo”, es decir, “un corral viejo del tiempo de los canarios”, y de ahí el topónimo de la Divisoria del Corral.

Al sur de esta última divisoria, está el pequeño cauce del barranco del Rosario, y en la banda meridional del mismo las escorrentías de la divisoria o Lomo de Santo Domingo, donde se encuentra la barriada de Pedro Hidalgo.
 
La Divisoria del Corral desde el sur (Google Earth)
Las rampas y escorrentías al sur del Lomo llegan al cauce del barranco de Gonzalo, y en la banda de enfrente, las rampas y escorrentías de  la Divisoria de las Cuevas, topónimo que no ofrece duda alguna de su origen que guarda relación con las cuevas que existieron en la ladera y que fueron sustituidas por casas de nueva construcción. Por esta divisoria discurre la calle Puebla no asfaltada, desde lo alto la vista meridional es el barrio de Salto del Negro, y en la rampa de naciente de la misma, dando de frente al mar, se encuentra la Hoya de la Plata.

Volviendo al manuscrito informe del ingeniero  Leonardo Torriani sobre las defensas de la Ciudad, decía también de la necesidad de fortalecer la frontera sur después de describir los riesgos que comportaba el potencial ataque por el Lomo de Santo Domingo.

«… La primera razón es (tratando de los lienzos laterales) que la dicha muralla roja sólo cerraba dos lados, quedando abierta la parte del río y de la montaña de Santo Domingo, que son las más importantes; y, por más que desde la montaña de San Francisco se las pueda ver, no están defendidas, por hallarse alejadas y el río abierto, sin poderse defender de noche. La segunda, que dichas murallas no impiden que se descubra a la vista lo de dentro, desde todos los sitios circunvecinos. La tercera, que no tiene defensa de flanco, sino solamente de frente, y el espacio en que deben permanecer los defensores, es decir el lado sur, tiene solamente cuatro pies, a modo de muralla antigua, de modo que es imposible estar en pie combatiendo. La cuarta que, por estar dicha muralla lejos de las casas, separa a la gente, y el espacio que queda en medio se descubre desde los lugares altos, y se necesita mucha gente para su defensa …».
 
La continuidad del Lomo de Santo Domingo (Google Earth)
Y como solución a la fortificación total de la Ciudad, propone en su manuscrito informe a la Corona amurallar el Lomo de Santo Domingo:

«… Así, pues, queriendo buscar remedio a estos dos males, me decidí a rodear la ciudad de murallas (siendo así que es, cosa posible), de manera que el enemigo no pueda entrar por ninguna parte sin hallar resistencia, y que desde las alturas no se pueda descubrir la gente de dentro. Esta defensa se entiende que se hace o por defender la gente, o la ciudad, o, lo que es más común y mejor, la gente y la ciudad al mismo tiempo; Por consiguiente, si podemos defender la gente y la ciudad sin otras fortificaciones en la Montaña de San Francisco, y no ser atacados desde ésta última, mejor será rodear toda la ciudad; porque, al ser la fortificación a manera de círculo, las plazas de los baluartes quedarán cubiertas, y las montañas alejadas, sobre todo la de Santo Domingo y la otra de San Lázaro …».



Cartoteca y fototeca de 1962 (IDE Gran Canaria)
Después del manuscrito informe del ingeniero Leonardo Torriani que se data en 1592, acontecieron dos ataques por mar  a la ciudad. En 1595, una escuadra inglesa con los almirantes Drake y Hawkins al mando atracó en la bahía de Las Isletas e intentó el desembarco para tomar la Ciudad. La brava defensa de los isleños obligó a la retirada de los ingleses.

En 1599 tuvo lugar otro ataque a la Ciudad, inicialmente atribuido a los ingleses, pero eran los holandeses dirigidos por el vicealmirante Pieter van der Does, que tuvo graves consecuencias porque al negarse el pago del exigido “rescate de guerra”, incendiaron y expoliaron todo lo que en la Ciudad encontraron.

No parece que la toma de la Ciudad, tras la huida de los isleños hacia el Monte Lentiscal,  se debiera a la indefensión de la frontera sur, es decir, por el Lomo de Santo Domingo. Lo fue por el elevado número de las tropas holandesas desembarcadas que imposibilitaban cualquier defensa, y que sólo pudieron ser diezmadas con la “guerra de guerrillas” y la carencia de agua potable. 




Cartoteca y Fototeca de 1977 (IDE Gran Canaria)
Al siguiente siglo XVII, en 1678 ya hablan las crónicas históricas de una inacabada muralla en el Lomo de Santo Domingo: "A la parte que mira al Sur, camino a la ciudad de Telde, guarda a esta ciudad real de Las Palmas, una muralla, que se comenzó a fabricar el año de 1656, siendo séptimo presidente de la Real Audiencia y Capitán general del mar y tierra  de las siete islas don Alonso de Ávila y Guzmán, caballero de la orden de Calatrava, la cual tiene de largo 900 varas, hasta dar con el monte o lomo de Santo Domingo; y cuatro de ancho con su puerta hornaveque, tres baluartes, contrafoste y postigo, todo muy fuerte y fabricado con buena disposición y arte, cuya planta y traza dio el capitán don Lope de Mendoza, Ingeniero militar de estas islas por S. M.

Esta muralla se ha quedado casi sin acabar por haber faltado los medios y haberse aplicado los efectos señalados para esta obra á otros reparos mas necesarios, sino es ya lo mas cierto. negligencia de los que gobiernan que tal vez no atienden tanto al servicio del Rey como al provecho de sus comodidades. Acabárase con tres mil cuatrocientos y sesenta reales, según el tanteo que hizo cuando pesó su obra el sobre dicho ingeniero militar, mas de la suerte que se va arruinando con los tiempos, cuando la quieran reparar, ni con cuatro mil ducados de plata lo ha e hacer S.M. que Dios guarde  …». (DE SOSA, J.: Topografía de la isla afortunada Gran Canaria, Cabeza de partido de toda la provincia, Sta. Cruz de Tenerife, 1849).
 
Divisoria del Corral, divisoria al final del Lomo de Santo Domingo y Divisoria de las Cuevas,
vista de norte a sur (Google Earth)
En relación con dicho ingeniero militar y la inacabada obra de la muralla sur, se conoce que «MENDOZA, Lope de.- Se trata de un ingeniero militar al servicio de España. Aparece en el Archipiélago reinando ya Felipe IV y continuó durante el de Carlos II. Lo encontramos actuando en la isla de Gran Canaria en Las Palmas, con anterioridad al año de 1669. Ya encargado de su principal misión, que fue mejorar las defensas de la Ciudad del Guiniguada, sabemos que construyó la muralla que había de cerrar el recinto por la parte del Sur de aquella población, subiendo desde el mar hasta el lomo de Santo Domingo.

La traza de esta obra, que por esos años se iba realizando, tenía una puerta para entrar a la ciudad, y sus baluartes de trecho en trecho. Como fueran transcurriendo los años, sin concluirse aquella construcción, se le pidió a don Lope de Mendoza presupuesto de lo que costaría terminarla. Contestó que según sus cálculos estimaba que subiría a tres mil cuatrocientos y sesenta reales. La obra quedó inconclusa. Cumpliendo órdenes dadas por el Consejo de Guerra se trasladó Mendoza a la plaza de Santa Cruz de Tenerife para visitar las fortificaciones de esta población. (TARQUIS RODRÍGUEZ, P.: “Diccionario de Arquitectos, Alarifes y Canteros que trabajaron en las Islas Canarias (siglo XVII)”, Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 11, 1965).
 
Las tres divisorias del Lomo de Santo Domingo desde la Divisoria de las Cuevas,
vista sur-norte (Google Earth)
Ya en el siglo XIX, se inician las primeras construcciones en el Lomo, bastante aisladas, como nos lo cuenta la investigación de otra fuente bibliográfica:

«Estos espacios de desolado aspecto, de alguna forma suponen una referencia paisajística de la capital grancanaria, como tempranamente lo advierte, ya a finales del siglo XVI, el ingeniero Leonardo Torriani (…) Sin embargo, no será hasta 1873 cuando el Ayuntamiento apruebe las bases, recogidas en siete artículos, que ha de cumplir todo adjudicatario de solares, “obligado a plantar frente a las fachadas de las casas que en ellos se construyan, el número de árboles de sombra que el Ayuntamiento determine a propuesta de la Comisión de Ornato. Este número no podrá bajar en ningún caso, de dos” [En ese mismo Pleno, en aplicación de la normativa recién aprobada, se concede  (…) a D. José Ramos, “un solar para fabricar una casa en el Lomo de Santo Domingo”, obligándose al peticionario “a plantar en el frente de su casa dos árboles por lo menos”, con las condiciones ya formalizadas en dicha sesión].

Esta disposición por parte del municipio a fomentar el arbolado, servirá a un grupo de vecinos, “dueños de unos terrenos que pueden dedicarse al cultivo”, a exponer ante el Ayuntamiento “que el aspecto de esta Ciudad se embellecería más y más, así que las cordilleras que la rodean fuesen reduciéndose al cultivo y poblándose de arbolado: esto mismo ha reconocido antes que nadie la Excma. Corporación y así ha distribuido los terrenos comprendidos en las Lomas de Santo Domingo, San Roque y San Nicolás…”. El destino de esta solicitud era conseguir que, por parte municipal, se facilitara la construcción, emitiendo un informe favorable, de una acequia que permitiera llevar el agua hasta las referidas tierras. Es de destacar que los solicitantes esgriman como argumento a su favor que estas aguas “fertilizarán muchas fanegadas de terrenos hoy improductivos, y aumentará la riqueza de esta Ciudad, al par que mejorará su aspecto y condiciones climatológicas”.

(…) En los tradicionales Riscos, de nuevo la prensa se encarga de denunciar, con el llamativo titular de “¡Qué nos arrancan los árboles!” [Anónimo (1910): “¡Qué nos arrancan los árboles!”, en España , nº 83, 2.07.1910 p. 1], la situación que se vivía: “Esta manía de destrozar lo poco que en arbolado tenemos se está haciendo crónica. En el Risco, también se arrancaron árboles hace algún tiempo por no haber otra cosa que hacer seguramente; se  derriban árboles en las carreteras; se arrancan palmeras en San José y se condenan a muerte los eucaliptus en Santo Domingo” …» (NARANJO RODRÍGUEZ, R.: “Los ‘Riscos’ de Las Palmas de Gran Canaria: de zonas verdes a espacios urbanizados”, XVII Coloquio de Historia Canario-Americana, 2006).

Transición hacia la franja costera de las divisorias
A partir del último cuarto del pasado siglo XX se inicia la construcción de las urbanizaciones y barriadas mencionadas anteriormente, que ahora el propio Plan General de Ordenación considera el criterio de un «Espacio urbano consolidado en laderas de pendiente acentuada con predominio de urbanización residencial en polígono», que de alguna forma recoge  la merecida crítica urbanística de los profesionales independientes:

«La geografía del terreno demuestra el cambio de intereses económicos a lo largo de la historia: las zonas llanas son de mayor interés para el uso agrícola, reservándose las laderas para las edificaciones.  Con la llegada del turismo, cambia el interés y se ocupa para zona residencial y para tráfico la zona llana. Sin embargo las coyunturas pueden cambiar y volver a imponerse las anteriores.

Enfrentamos la construcción familiar o popular al diseño urbano del territorio desde las instancias de la administración. La sabiduría popular fabrica sobre el terreno adaptándose a él y encontrando soluciones que contemplan diversidad de aspectos: aprovechamiento de aguas, preocupación por el paisaje, vías para desplazamientos de personas y vehículos (escalones con grado inclinado para aprovechamiento de huella, relieves que unen escalones para paso de motos y bicicletas), embellecimiento y zona de sombra para la espera del transporte público…

En cambio, la solución que ofrece la administración pública cuando diseña la ocupación del terreno sólo contempla un aspecto (según un modelo cartesiano), que impone el cemento y no tiene inteligencia ecológica  (ejemplo de canalización y alcantarillado de aguas que se llevan hasta el mar, nivelación de terrenos sin adaptación al relieve original, etc.). La administración es burocrática, pero una ciudad no es una simple suma de actos individuales: alguien observa que debería tenerse en cuenta la transversalidad de las actuaciones urbanísticas, que contemplara el derecho a la cultura, la dignidad o las relaciones humanas a la hora de diseñar un enclave urbano …» (forocriticaysociedad-blogspot-com-es, 2014/05).

Localización (IDE Gran Canaria)



martes, 19 de abril de 2016

CUEVAS BLANCAS, BARRANCO, LUGAR, MONTAÑA Y PRESA DE (VALSEQUILLO)

No debe confundirse el lugar con otro topónimo igual muy cerca del barrio de San Roque de este mismo municipio de Valsequillo, con entrada distinta a este Blog como Cuevas Blancas y Cuevas Negras.

Panorámica descriptiva (lospasosquedejamosatras-blogspot-com)
El lugar es mencionado en el repartimiento a favor del bachiller racionero de la isla Françisco de Aguiar, cuando el 7 de octubre de 1538, decía: «… que tiene conprado ganado puercos y ovejas en esta isla para lo hazer cria e con voluntad de gastar dineros en multiplicallo de lo qual se seguirá beneficio a la isla e para reparo deste ganado el tiene nescesidad de alguna tierra e abrigo en que lo recoja especialmente un barranquillo que esta de la parte de Tintiniguada hazia la comarca de Telde el qual enpieça en lo alto sobre los Mocanes partiendo de la parte del norte con la montaña de los alfaquies hasta el roque que esta ençima del enfrente de las cuevas blancas e de la parte del sur con las tierras de Botija que son de los herederos de Alonso Lopez e con tierras del canónigo Monleon por el agua del Chorrillo hasta las cuevas blancas el qual esta en tierra calma y helechales el qual aprovechara para sustentaçion del dicho ganado …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El blanco del sustrato  (lospasosquedejamosatras-com)
Del colindante Alonso Lopez citado en el repartimiento anterior, conocemos por la petición que el 14 de julio de 1546 hizo su yerno Sebastian Lorenço al Cabildo General, se conoce la descripción que hizo «… pedaço de tierra de sequero que es en la comarca de Telde sobre el lomo de los Mocanes hasta lindar con el valle de los Nueve e hasta las cuevas de Botija e hasta el camino de las cuevas blancas en que puede aver hasta sesenta hanegadas en senbradura poco mas o menos par que yo las pueda labrar y aprovechar por que soy hombre que tengo muchos hijos e a quinze años que bibo en esta isla e no me an dado cosa alguna …» (IBIDEM).

Barranco de la Abejerilla (caminosdecanarias-blogspot-com)
Hay otra referencia más al topónimo en el repartimiento de tierras a favor de Theresa Alonso, viuda de Gonçalo Pérez, cuando el 10 de octubre de 1548 pide: «... dozientas fanegadas de tierras poco mas o menos que son en las cabeçadas sobre los pajonales de Aguimes que an por linderos de la vanda de abaxo cuevas Blancas y el camino que va a Tirahana e por la vanda de arriba la Cruz de Tayria e de otra e por la vanda de arriba la Cruz de Tayria e de otra vanda aguas vertientes del barranco de Guayadeque las quales dichas tierras son montuosas ...» (IBIDEM).

Casa-cueva (valsequillogc-com)
Por las tres antiguas descripciones anteriores del territorio, conocemos el perímetro del primigenio topónimo del cual quedan hoy con este homónimo el barranco, el lugar, la montaña, y la presa de Cuevas Blancas, e incluyendo también la Era Blanca, pues todos ellos guardan relación con el sustrato del suelo con blancos componentes calizos, de donde se concluye que son todos ellos cromo-topónimos debidos al color blanco.

Retama amarilla o de cumbre (floradecanariascom)
El barranco de Cuevas Blancas es aguas arriba el barranco de la Abejerilla, que nace en la Degollada de la Abejerilla a 1.899 msnm., entre la Mesa del Cuervo al norte y Los Pechos al sur, recogiendo las aguas de laderas y escorrentías donde se localizan el Pozo de Nieve Grande y el Pozo de Nieve de los Canónigos, así como las del Pico de las Nieves y Los Retamares. Después de discurrir aguas abajo en dirección de naciente, cuando las aguas caen por el Caidero del Tanque a 1.750 msnm., cerca de la Montaña del Tanque y de la carretera Los Pechos-Telde  (GC-130), después de pasar el cruce con la carretera Acceso al Pozo de Las Nieves (GC-134) entre los kilómetros 3 y 4, toma el nombre de barranco de Cuevas Blancas.

Cabecera de la presa (turismovalsequillo_com)
El barranco después de pasar por la Hoya de la Cruz, desagua en la Presa de Cuevas Blancas a 1.650 msnm., cuyo vaso se encuentra en el interfluvio de dos laderas y está cerrada por un muro de contención de grosor considerable realizado con piedra y argamasa, con una altura aproximada de 20 metros, encontrándose normalmente vacía debido a las filtraciones como contamos más abajo. Sigue el cauce tomando el nombre de barranco de la Madrelagua  que tomando la dirección sur vierte sus aguas en la Caldera de los Marteles con entrada a este Blog y cuyo fondo está a 1.460 msnm. Entre los pinos canarios (Pinus canariensis) de repoblación encontramos en sus vertientes retamares, retamas amarillas o de cumbres (Teline microphylla) y algunos tomillos blancos (Micromeria lanata).

Tomillo blanco (lifeinagua-com)
El lugar de Cuevas Blancas es un pequeño caserío, de muy pocas casas donde se encontraban las antiguas cuevas, situado al naciente de la Montaña del Pleito, en la junta del barranquillo de Cuevas Blancas cuando tributa sus aguas al barranquillo del Pitango, pudiendo accederse al lugar por el Camino de la Asomada. En el último cuarto del siglo XVII, referidos al lugar de Cuevas Blancas se registraban en la parroquia matriz ocho bautismos y prácticamente los mismos en el siguiente siglo por trimestres.

Casas de Cuevas Blancas (Luis Arocha Hernández)
La Montaña de Cueva Blanca, en singular como la recoge el IDE Gran Canaria, de 1.466 msnm. se encuentra situada al nordeste de la Montaña del Pleito, conformando las vertientes de ambas en su encuentro el cauce del barranquillo de Cueva Blanca mencionado en el párrafo anterior, conformando las vertientes de ambas montañas la rampa nordeste del barranquillo del Pitango. Al norte de la Montaña que lleva el topónimo encontramos la Degollada de Botija y la Solana de Botija, y al sureste conformando las rampas del mencionado barranquillo están Los Corralillos y La Asomada.

La Era Blanca se encuentra entre el Roque Grande al norte y los Orillones del Salviar al sur, estos últimos septentrionales al Paso de la Caldera en el borde de la propia Caldera de los Marteles.

Camino de la montaña a las casas (caminosdecanarias-blogspot-com)
La presa de Cuevas Blancas, como ya se ha dicho aguas arriba de la Caldera de los Marteles, se proyectó por primera vez en 1905 y así «… comienza la historia de la construcción y adecuación de una gran presa en unos terrenos de la cumbre de Gran Canaria que los geólogos tenían por ser malos para buscar aguas subterráneas, pero excelentes para contener sobre ellos la superficial.

Inicialmente la presa iba a ser el depósito superior de cinco saltos para producir energía eléctrica, pero la construcción del muro se llevó a cabo a partir de un Proyecto de 1936. Como la permeabilidad del vaso resultó elevada, se llevaron a cabo trabajos de corrección por parte del Servicio Geológico de Obras Públicas en 1955 y 1971.

Plano general de la Cumbre con proyecto de la presa  (González Gonzálvez, J.)
Hasta la fecha no se ha podido localizar ningún informe de estos trabajos, pero los últimos fueron dirigidos por el Ingeniero José Sáenz de Oiza. En esta comunicación se pretende demostrar que de todas las presas antiguas de Gran Canaria, Cuevas Blancas presenta los cimientos más interesantes porque tiene 16 metros de altura sobre cauce y más de 29,20 con cimientos. Dicen que el cajón de cimientos tiene de 15 a 20 metros de profundidad y 18 de ancho» (GONZÁLEZ GONZÁLVEZ, J.: “La presa de Cuevas Blancas en la cumbre de Gran Canaria. Proyectos, cimientos, sondeos y cemento (1905 – 1971)”, El conocimiento de los recursos hídricos en Canarias cuatro décadas después del proyecto SPA-15, Las Palmas de GC, 2011).

Además nos cuenta la misma fuente investigadora que «Desde las inyecciones realizadas en 1955 y los trabajos que se llevaron a cabo para su adecuación en los años setenta, la tradición oral recoge que el cemento inyectado a esta presa salía por los manantiales de la Caldera de Tirajana. Ahora bien, lo que sí sabemos con certeza es que en la Caldera de los Marteles apareció lechada de mortero de cemento y arena con las inyecciones realizadas en 1955 en la margen izquierda de la presa».

Muro de la presa (Ortosa)
Pero dando por resaltado que «… de todas las presas antiguas de fábrica pétrea que existen en Gran Canaria, es la de Cuevas Blancas la que presenta los cimientos más interesantes, una que éstos tiene 16 metros de altura sobre cauce y más de 29,20 metros de altura con cimientos… » hay que desvelar de su historia las totalidad del proyecto de ingeniería que se pensaba en aquellos tiempos.

«En 1905 el Ingeniero Felipe Gutiérrez redactó un proyecto para el abastecimiento de aguas de la ciudad de Las Palmas con las siguientes características: conducir desde la cumbre hasta Las Palmas por medio de acequias y tuberías forzadas de hierro un volumen de 52 litros de  agua por segundo; aprovechar el desnivel de caída construyendo cinco saltos para producir  energía eléctrica; y la construcción de un depósito regulador en el Llano de las Brujas de  5.000 m³ y un embalse de 750.000 m³ por medio de muro de presa en el Barranco de Cuevas  Blancas. El proyecto fue aprobado, pero con la variante de suprimir la construcción de la presa para aumentar la capacidad del depósito regulador a 64.000 m³.

Por las condiciones impuestas por el pliego de condiciones del concurso que se realizó después de 1911 para otorgar la concesión, el Ayuntamiento de Las Palmas presentó en 1914 un Proyecto reformado donde se reducían a dos los saltos para producir energía eléctrica. Al  eliminar las obras de la presa en Cuevas Blancas cambiaron por completo los cálculos realizados para producir energía eléctrica, al disminuir el caudal de 52 a 33 litros por segundo. La tubería de hierro fundido para la conducción fue sustituida por una tubería de acero de igual diámetro (20 cm), mientras que la reducción de cinco a dos saltos modificaba por  completo el trazado de la tubería desde la Hoya del Gamonal hasta el Llano de las Brujas en  Barranco Seco. En cada una de las dos salas de máquinas se iba a colocar una turbina sistema Pelton de 400 caballos de fuerza, con su correspondiente grupo electrógeno.

Era Blanca (turismovalsequillo-com)
Hacia 1927 se empezó a pensar que la construcción de la presa en Cuevas Blancas propuesta en el proyecto primitivo era la solución para aumentar la dotación de agua potable a  la ciudad de Las Palmas. Se consideró entonces que construyendo un muro de presa de mampostería con una altura de 27 a 29 metros y con volumen de embalse de 700.000 m³ quedaría asegurado el abasto de la ciudad por algunos años. Con la piedra obtenida en el lugar  sólo se tenía que llevar al lugar la cal y el cemento, mientras que como arena se emplearía las  puzolanas trituradas de Montaña Negra, a unos 1000 metros de distancia de la cerrada. Con estos pensamientos la Sociedad “City of Las Palmas Water and Power y Cia. Lda.” encargó al Catedrático de Geología Lucas Fernández Navarro un informe de las condiciones de emplazamiento de la presa del Proyecto de 1905. La visita al terreno fue realizada en compañía del Ingeniero Manuel González Cabrera el día 23 de julio de 1927. En el informe,  con fecha de 26 de julio, Fernández Navarro recogió que “el vaso del embalse está formado  casi totalmente por una traquita de color muy claro, terrosa en la superficie por  descomposición, pero muy unida y compacta, en masa nada fracturada, a los pocos centímetros de profundidad; es decir, un excelente material, seguramente de impermeabilidad perfecta. La cuenca ofrece excelentes condiciones físicas para el establecimiento en ella, con toda seguridad y sin grandes dificultades, del depósito de aguas superficiales proyectado”» (IBIDEM).

Atardecer en la presa (Angel Sosa)
En la versión del mismo autor de la fuente bibliográfica, estas son las secuencias siguientes de esta “historia interminable”:

«… el Ayuntamiento de Las Palmas encargó (…) un Proyecto de presa en Cuevas Blancas con destino a riegos. A diferencia del Proyecto de 1905, el nuevo muro se justificó por el destino de las aguas, por la capacidad del embalse (1 hm³) y por los comentarios e impresiones del geólogo Fernández Navarro sobre el terreno. Se trataba de un muro de presa de mampostería de 26 metros de altura con cimientos y 24 sobre el cauce, con planta curva y con criterios de diseño de corte racional claro.

Aderezando los caminos
con el sustrato calizo
(lospasosquedejamosatras-com)
(…) La oposición al Proyecto hizo que en 1937 el Ayuntamiento de Las Palmas encargara a un  Ingeniero de Minas un estudio hidrogeológico del Barranco de Cuevas Blancas y la Caldera  de los Marteles, por la posible afección a los manantiales del Barranco de Guayadeque.  Apoyándose por completo en el Informe de Fernández Navarro, el ingeniero ratificó que el terreno reunía excelentes condiciones para la ubicación de una presa, mientras que la caldera era un sumidero natural perfecto de las aguas “hacia el interior de la tierra”.

 (…) El acta de replanteo de las obras se realizó el 8 de julio de 1937, pero en septiembre el Ingeniero Jefe Leonardo Nieva modifica algunas condiciones impuestas por el Ingeniero  Encargado. La modificación principal era que se reducía la altura del muro a 16 metros por ser más que suficiente para la cuenca del Barranco de Cuevas Blancas. Al final, el 11 de mayo de 1938 el Ayuntamiento obtiene el aprovechamiento de todas las aguas públicas discontinuas del barranco y recibe la autorización para construir la presa según el Proyecto de 1936, en una primera etapa hasta los 20 metros y en una segunda hasta los 24.

Muro de la presa (Fedac)
(…) El 1 de diciembre de 1939, el Ayuntamiento de Las Palmas emite un informe de propuesta y modificación del Proyecto. (…) El 2 de agosto de 1940, el Ingeniero Jefe de Obras Públicas emite un informe donde  desestima la instancia presentada por Las Palmas en suplica de auxilio para la terminación de las obras del muro hasta los 20 metros. El descubrimiento de que Entrecanales y Távora S.A. recibiera del Ayuntamiento de Las Palmas una mayor cantidad de dinero que el presupuesto, y las vicisitudes de la construcción de los cimientos del muro, hicieron que el Ingeniero Leonardo Nieva limitara la altura de la presa a los 16 metros.

(…) El acta de reconocimiento final de la presa fue realizada por el Ingeniero Julio Alonso Urquijo el 29 de mayo de 1945, como delegado del Ingeniero Jefe de Obras Públicas.

(…) En 1953 el Ingeniero José Luis Fernández Casado y el Ayudante Simón Benítez Padilla realizaron una visita de reconocimiento a la presa con el objetivo de aclarar las causas fundamentales de las pérdidas de agua observadas y su corrección.

(…) hacia 1955 sólo se realizaron inyecciones de mortero de  cemento y arena en la margen izquierda. Estos trabajos de corrección se suspendieron por falta de dinero, pero lograron que la presa pudiera retener el agua hasta los 9 metros de altura.

Vista (caminosdecanarias-com)
(…) En marzo de 1971 se realizó una visita a la presa de algunos técnicos del Servicio  Hidráulico de las Palmas, del Servicio Geológico de Obras Públicas y del Ayuntamiento de  Las Palmas. En la nota informativa redactada por Sáenz de Oiza, se iba a encomendar al  Servicio Geológico unos trabajos para observar el estado de las fugas y su posible corrección  mediante la posibilidad de recurrir a impermeabilización superficial, además de las inyecciones de mortero de cemento y arena.

Se pensaba entonces que los diques debían de ser  el origen de las fugas. Se ha constatado que el informe final de los trabajos llevados a cabo  quedó pendiente durante los siguientes 10 años y parece que nunca se hicieron inyecciones, pero entre los documentos que han podido ser localizados han aparecido los ensayos sobre testigos del sondeo S-01 vertical desde coronación en la margen izquierda».

El gran proyecto imaginado para la presa de Cuevas Blancas después de las distintas secuencias y vicisitudes durante un siglo, todo él se convirtió en una “historia faraónica muy negra”. Algo similar en su final al proyecto que en 1862 realizara el ingeniero Juan de León y Castillo para el barranco de Tamaraceite.

«… redactó un sencillo proyecto que pretendía aprovechar el cauce del barranco  de Tamaraceite como balsa natural sacándole los beneficios de la impermeabilidad a un fondo de piedra granítica que hacía factible el  almacenaje de un gran volumen de agua destinado al riego de 267 hectáreas  de terreno cultivado.

Barranco de Tamaraceite (Google Earth)
La obra tomó como referencia firme el cauce del barranco, prolongándose desde el Caidero de Tamaraceite hasta la desembocadura del  mismo, lo que comporta una longitud de 7.800 metros. El ingeniero  acopló la acción a la línea sinuosa que marca la corriente del accidente  geográfico para evitar grandes y costosas intervenciones sobre el terreno.  La idea general de don Juan quedó definida por la construcción de una serie de pequeños pantanos escalonados, paralelos entre sí, a  modo de terrazas consecutivas.

(…) En realidad el proyecto era todo un experimento cuyos resultados técnicos en aquellos momentos eran totalmente inciertos, y aunque la propuesta de León y Castillo partió de Canarias para Madrid con el beneplácito del ingeniero Clavijo, en el Ministerio de Fomento encontró muchos  reparos.

Tanto fue así que en octubre de 1863, al año siguiente, y ante  las dificultades gubernativas, los promotores de la presa, los señores Nicolás Massieu, Pedro Marcos, Antonio López y Antonio Matos, propietarios  agrícolas que se verían beneficiados de tan interesante obra, emprendieron una serie de denuncias formales para presionar en favor  de la ingeniería.

De nada valieron sus quejas, quedando la obra sólo en el borrador pero dejando para la historia una interesante propuesta que se vinculaba a los grandes proyectos de ingeniería hidráulica ejecutados en la España ilustrada del rey Carlos III» (HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A.S.: Juan de León y Castillo, Las Palmas de GC, 2006).

Localización (IDE Gran Canaria)