Actualización: 2013/09/08
Con el topónimo de Burgos se conoce una amplia zona rural
situada sobre el cantil de la bahía del
Rincón que se extendía en la antigüedad por las lomas situadas en los altos
de las rampas de la banda septentrional del barranco
de Tamaraceite, cauce que formando meandros termina por desaguar muy cerca
del barrio de Guanarteme. Las lomas
de la banda meridional fueron históricamente nombradas como lomos de Guanarteme, debido a la
ubicación de distintos yacimientos aborígenes conocidos como Cuevas del Rey donde se considera tenía
su residencia el llamado "guanarteme"
del cantón aborigen de Tamaraceite.
Según veremos más adelante, parte
las tierras más próximas al barrio de
Guanarteme que eran conocidas con este topónimo de Burgos, en ocasiones asociado a algún accidente geográfico, fueron
conocidas en los inicios del siglo XX con el topónimo de Las Máquinas.
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Panorámica del lugar(Google earth) |
El origen del topónimo de Burgos obedece a las tierras que le
correspondieron en los primeros repartimientos de Pedro de Vera al conquistador
Gonzalo de Burgos, concretamente una
caballería de diez aranzadas en el valle de Tenoya: «Gonzalo de Burgos, Escribano, Conquistador, 15-6-1485. Del otro cabo
de una risco que se face vera de la dicha caballería asia el camino que va de
esta Villa al lugar de Arucas, se fizo a una caballería de tierra de 10
aranzadas, como va una albarrada de canarios con tres veguillas, que son vera
del arroyo, así que llega por la parte de encima a la acequia y por debajo al
arroyo y hasta la dicha albarrada, la cual dicha caballería se dio al dicho
Gonzalo de Burgos, Escribano, Recutor» HERNANDEZ JIMÉNEZ, V.: "Aguas del barranco de Tenoya", Anuario de Estudios Atlánticos, nº
33,1987).
No se trata de un conquistador
cualquiera de los tantos que se enrolaron dentro de las tropas que vinieron a
la conquista para ganarse la vida. Se trata del burgalés y escribano Gonzalo de
Burgos, «escrivano del Rey e de la Reyna
nuestros Señores», de singular importancia dada su intervención en muchos
protocolos sobre negocios, ventas de tierras y esclavos, y, apoderamientos,
durante los primeros años de la Conquista. Concurre en este escribano que tuvo la
inquietud por estudiar los topónimos
bereberes y su similitud con otros aborígenes en las islas, que ha sido
fuente de estudio de muchos filólogos e historiadores.
«Para el problema de las transcripciones canarias y la
restitución de la forma indígena original, quiero señalar un término de
comparación que estimo interesante y exacto. Nuestros escribanos y cronistas de
los siglos XV y XVI se hallan, respecto del guanche, en una postura análoga a
la del escribano de Gran Canaria Gonzalo
de Burgos, que en 1499 redacta en Tagaos un documento [Cf. "Hespéria",
1935, pág. 75, donde lo estudiaron P. de Cenival y F. de la Chapelle], con topónimos africanos de etimología
bereber segura y hoy reconocibles. Por la evidente semejanza de este
paralelo (el guanche y el bereber son de estructura y tronco lingüístico
análogo), comparando las transcripciones de Gonzalo de Burgos: Ifini,
Auladamar, Eguguaz, Iste, Taganute, Taguynza, Itabuscat, Tagamarte, Caynzerte,
etc., con sus correspondientes bereberes Ifni, Uled'Amar, Igiuaz, Icht, Tagmut,
Tagenza, Ida-u-Buzia, Tighmert, Tinzert, etc., podemos establecer el cuarto
término de la proporción: el correspondiente guanche de las transcripciones de
los escribanos y cronistas contemporáneos y de la misma lengua que Gonzalo de Burgos.
Pero, además, manejando en este
trabajo listas de nombres de diversas épocas y fuentes de distinta ortografía,
convendrá hacer unas observaciones sobre la correspondencia gráfica y fónica
del español en los pasados siglos en Canarias, que considero claras hasta para
lectores no especializados en lingüística. Pueden verse ampliadas y
justificadas en mis trabajos anteriores y en las obras generales de gramática y
pronunciación españolas» (ÁLVAREZ DELGADO, J.: "Antropónimos de Canarias", Anuario
de Estudios Atlánticos, nº 2, 1956).
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Ortofoto del lugar de Burgos (Google earth) |
Pero su gran notoriedad pública,
su "fiel" conocimiento de
dar fe del pago de cantidades que aún se adeudaban a peones que habían sido
conquistadores de Gran Canaria, de los muchos negocios y transacciones, su
vinculación profesional a arribados comerciantes "portugueses" y "genoveses",
o su propio nombramiento Real, debieron volverse en su contra cuando fue
denunciado ante el famoso Tribunal de la Inquisición, probablemente debido a la
"envidiosa inquina" por su
propio status social.
Años atrás ya había sido
denunciado por su cercanía a los "judíos
portugueses": «Una prueba de
que, además, no faltaban entre ellos los portugueses puede verla quien examine
las denuncias presentadas por estos mismos años de 1492-1494 contra Gonzalo de
Burgos, escribano mayor del Cabildo de Gran Canaria. Se refieren casi todas a
los ocultos conciliábulos y extrañas
prácticas que, sintiendo renacer en su espíritu las inquietudes mosaicas de
sus antepasados los Levi y Maluenda burgaleses, celebraba en Las Palmas con judíos lusitanos recién llegados como
colonos» (PÉREZ VIDAL, J.: "Aportación portuguesa a la población de
canarias. Datos para su estudio", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 14,1968).
Después, dos años antes de su
fallecimiento, lo sería por estar de parte del comerciante genovés Jacome
Riverol, frente a Francisco Fernández de Arévalo, escribano de Gran Canaria y
procurador de los conquistadores en relación con tierras por recibir en pago de
sueldos de conquista.
«... está probado que Gonzalo de Burgos, acusado de judaizante, murió ahogado en
la bahía de Cádiz, en septiembre de 1502, cuando iba conducido a Sevilla a
responder ante la Inquisición, en el mismo buque en que hacía viaje el entonces
gobernador de Gran Canaria Antonio de Torres, continuo de los Reyes, que
precisamente llevaba la pesquisa ...»
(LEOPOLDO DE LA ROSA OLIVERA, L.: "Linaje y descendencia de D. Antonio de
Vera Muxica, refundador de Santa Fe en el Río de la Plata", Anuario de
Estudios Atlánticos, nº 9, 1963).
Consecuencia
de su fin y condición inquisitorial, sería anulado el repartimiento por el
Reformador, pero su antropónimo era ya una referencia documental en todos las
escrituras de propiedad de lugar y colindantes, y así han llegado hasta
nuestros días.
El canónigo de la Catedral Cristóbal
Abreu, en su testamento de 20 de julio de 1771, incluye entre su patrimonio vinculado
77 fanegadas el «Cortijo de tierras
labradías y de pastos, en Guanarteme, con cargo de 90, 45 y 93 reales vellón de
rédito al Convento de Sta. Clara, San Idelfonso y al Hospital de San Martín»,
nombrando sucesores a Sebastián Rodríguez Barrera si se ordenaban, y si así no fueran,
sus hermanos todos hijos de Anselmo Rodríguez. El 14 de julio de 1855 se efectúa
la redención de los censos (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la
crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).
Para no incurrir en las Leyes de Desamortización, los poseedores propiciarían la división del vínculo de bienes y posterior venta
del cortijo, circunstancias que concurren en esos tiempos en las grandes propiedades.
Nos da una pista el curioso anuncio que publica el periódico local El País el día 5 de junio de 1863, que dice:
«PÉRDIDA. Se suplica, á la persona que tuviera
en su poder las Escrituras de la compra del Cortijo de Guanarteme que fué de D.
Francisco G. Borrero, las cuales fueron tomadas de la casa de la testamentaría por
D. Graciliano Borrero, en el tiempo de su enfermedad, se sirva entregarlas en la
Plaza de S. Bernardo casa núm. 11».
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Excursión automovilística por la Carretera de Chile en 1920 (Fedac) |
Con posterioridad este cortijo que ocupa la parte de estas tierras de Burgos más próximas a
Guanarteme, es propiedad de Marcial Melián Sánchez, algo reducido pues ahora tiene
algo más de cincuenta y nueve fanegadas, que se extienden desde el barranco de la Ballena hasta el barranco
de Tamaraceite, dividido en dos trozos uno llamado "Cortijo de
Guanarteme" y otro "Burgos".
El mencionado
propietario es uno de los promotores de a primera compañía de transportes de la
isla: «El 12 de enero de 1865 formó junto con don Marcial Melián Sánchez y
don Manuel González Castellano una compañía mercantil regular colectiva bajo la
razón social de "Melián y
C.I.A.". Dos años más tarde, el 26 de septiembre de 1867, la citada
compañía queda disuelta y se refunde en otra denominada "González y
C.I.A.", constituida por Matos Moreno y González Castellano». (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la
crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).
Muy mal le fue a Marcial Melián su
experiencia mercantil en el transporte público tirado a caballos. Era difícil desarrollar con rentabilidad una actividad cuando las carreteras están por llegar y otros ya han fracasaso también: «La
primera empresa no hizo sino romper el fuego, vivir dos meses la aventura del
transporte y desaparecer dejando, eso sí, la huella indeleble de las llantas de
sus coches sobre nuestros caminos; otra tomó las riendas, se hizo cargo de los
viajeros y continuó flotando en el aire la nube de polvo que el trotecillo de
las bestias levantaba. La partida de defunción está concebida en estos
términos: "Ha cesado en SLIS viajes de la ciudad de Telde a la de Las Palmas y
viceversa, la compañía que primeramente se organizó con este objeto, por haber
enajenado sus coches y bestias a la de Diligencias últimamente formada....". Don
Nicolás Massieu aparece como dueño de la flota de diligencias denominada La Primera, que continuó transportando pasajeros
por la carretera del Sur» (ALZOLA, J.M.:
La rueda en Gran Canaria, Las Palmas de
GC, 1968).
El juzgado promueve el concurso de sus
acreedores y anuncia la subasta pública de su gran propiedad, cuya descripción
es una clara identificación del lugar que ocupa y de su gran extensión: «Un Cortijo de tierras labradías y arrifes,
denominado "Guanarteme",
término municipal de San Lorenzo, dividido en dos trozos: el primero
llamado "Guanarteme" linda por el Naciente con el Barranco de
"La Ballena" y el segundo trozo de dicha finca objeto de tercería
interpuesta por don José Franchy del Castillo, al Poniente con Barranco de
Tamaraceite, al Norte con la orilla del mar y el referido segundo trozo, y por
el Sur Cordillera que lo divide de terrenos de herederos de don Sebastián Pérez
y el primer trozo igualmente objeto de tercería por parte también de don José
Franchy.
El
segundo trozo denominado Burgos
linda por el Naciente con orilla del mar, al Poniente cordillera quo lo separa
de terrenos de los herederos de don Joaquín Apolinario, al Norte tierras de don
Juan González y por el Sur el filo del risco, llamado la Encrucijada, que lo
divide de los expresados terrenos de herederos de don Joaquín Apolinario.
Tiene
como accesorios dicho cortijo, un estanque para recoger aguas donde llaman la
Hoya de la Gallina, situada en el propio término municipal de San Lorenzo, lindando
al Naciente con tierras de herederos de don Antonio Jacinto Falcón, Poniente de
don Francisco Anselmo, al Norte de herederos de don Joaquín Apolinario, y al
Sur con otro estanque de don Sebastián Pérez; y además una casa-habitación, un
pozo inmediato á ella, unas cuadras, dos estanques frente á la misma, otros dos
en la ladera de la finca, unos secaderos, unos salones y estufas, otras casas
en el Tabaibalillo, y un día de agua para su riego por el heredamiento del
Dragonal» (BOLETÍN OFICIAL DE CANARIAS, 10-nov-1886). La Hoya de la Gallina se localiza donde hoy se conoce por Las Torres Altas.
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Sombreado
en rojo, extensión Cortijo de Guanarteme y los topónimos mencionados
(sobre mapa del IDE Gran Canaria) |
Parte de lugar de Burgos, el más inmediato al barrio de Guanarteme en el cauce bajo
del barranco de Tamaraceite por donde
desagua, empieza después a conocerse con el topónimo de Las Máquinas. Entendemos
que este topónimo surge por la construcción e instalación en el lugar de los
tomaderos de agua de la Compañía Guanarteme, que suministraba agua a los
servicios del Puerto de la Luz, posiblemente a través de su venta a la compañía
Grand Canary Coaling -estiba del carbón- que se ocupaba además del suministro
de agua y víveres a los barcos:
«También la aguada y el aprovisionamiento de víveres
eran servicios fundamentales para el tránsito de buques. Ya hemos comentado la
mejora que supuso para el puerto las obras de conducción y depósito de agua. En
un principio sus servicios se realizaban a base de aljibes flotantes que
generalmente surtían los buques con rapidez y eficacia. Era la época de Luz Reina, Maria Reina y Luisa, tres
aljibes que en 1887 disponían de una capacidad conjunta de "130 pipas
de agua potable de excelente calidad" y, por entonces, a razón de 2,75
pesetas la pipa de agua puesta a bordo (unos 450 litros) (15). En la primera
década del siglo XX el servicio aparece considerablemente ampliado con una
compañía general regentada por la Grand Canary Coaling, y de la que formaban
parte, además de ella, Miller, Blandy Brothers, Salvador Cuyás, José Torréns y
Francisco Gonçalves» (QUINTANA NAVARRO, F.: "La Luz,
estación carbonera y despegue portuario. 1883-1913", Revista Aguayro, nº 146, 1983).
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Fotografía de 1920 (Fedac) |
Eran los primeros años del siglo
XX, cuando más se agudizaba la insuficiencia del agua que aportaba la Fuente de Morales a la Ciudad, que obligó a concentrar su flujo en el abasto a la
población, y tuvieron que buscarse otras alternativas aunque fueran de inferior
calidad:
La suministrada por los tomaderos
del agua de los propietarios de los «pozos
y estanques de la Compañía Guanarteme que surte malamente a todo el puerto y en
gran parte a los vapores con un agua detestable; hasta tal punto que ya los
vapores no la quieren, porque a los pocos días tienen que arrojarla al mar por
hallarla corrompida, pero que les da a ganar muchísimo dinero; y el trust de
los aljibes, que han liquidado este año último
a repartir entre unos cuantos 60.000 duros» (Carta del alcalde
Felipe Massieu a Leopoldo Matos de 21 de enero de 1912, citada por GALVÁN
GONZÁLEZ, E.: "El Servicio de Abastecimiento de agua potable a Las Palmas
de Gran Canaria: Implicaciones políticas derivadas de su concesión a una
compañía inglesa", Boletín Millares Carló, nº 14, 1995).
Científicamente se ha documentado que en la desembocadura del barranco de Tamaraceite, cercano al
lugar donde encontramos el topónimo de
Las Máquinas, se han detectado depósitos subacuáticos que tienen su origen
en la profundidad del fondo marino donde acaban las coladas volcánicas,
extrayéndose aguas salobres en el subsuelo por la filtración marina, motivo que
añadido a la complejidad de la distribución en aquellos tiempos comportarían
aguas de muy mala calidad para las aguadas de los buques, que tradicionalmente
las demandan de alta calidad por la duración de la travesía hasta la próxima
aguada en el siguiente puerto de arribada. Pero
el entramado de "máquinas" en el barranco
de Guanarteme, no sólo desaparecería por la escasa calidad de su agua, pues
fue la llegada de la City la que
terminaría de rematar aquel gran negocio local.
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Cartografía de 1960 (Cartoteca IDE Gran Canaria) |
Ya en 1913, tras la adjudicación
de la concesión del agua de abasto de Las Palmas de G.C. a la compañía inglesa
conocida como la City, se favorecía a
uno de los bandos del "leonino" Partido
Liberal Canario donde confluían los genuinos caciques burgueses de la isla
que había logrado juntar Fernando de León y Castillo, dejaba fuera la otra
oferta presentada por la sociedad Fomento
de Gran Canaria.
Ante tal circunstancia de
competencia entre correligionarios influyentes, los británicos jugaron su baza
y realizaron una ampliación de capital de la City para dar cabida en ella a los accionistas de la sociedad
grancanaria Fomento de Gran Canaria,
con lo que alcanzaron cierta paz entre los correligionarios del Partido Liberal Canario. Ello le
permitiría a la City encubrir la
exigencia de los metros cúbicos de agua que precisaba la Ciudad con la compra a buen precio de agua de distintos heredamientos
en el centro de la isla, ocultando «...
todo lo tocante a Satautejo y la Higuera, Heredad presidida por José Mesa y
López, abogado y consejero de la compañía anglocanaria ...» ( MILLARES
CANTERO, A.: "Sobre el papel de las Compañías Canary Islands: Unión, Coppa,
City, Selp, Cicer, Unelco y Tranvias", Revista
Aguayro, nº 99, 1978), y líder
indiscutible del Partido Liberal Canario.
Ello va a permitir que la City inicie el abastecimiento de los buques
que arribaban al Puerto de La Luz, a
precio superior al que le reporta la venta al municipio, y de mejor calidad a
la que ofrecía la que venía suministrando la compañía de Guanarteme desde sus tomadores del barranco de Tamaraceite, donde se instalaron instalaron estaciones
de bombeo que fueron conocidas por los lugareños como Las Máquinas, y que poco después desaparecerían dejando el topónimo.
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Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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