lunes, 27 de agosto de 2012

SARDINA DEL SUR (SANTA LUCÍA DE TIRAJANA)

Actualización: 13-feb-2016
Topónimo con el que se conoce un antiguo y populoso barrio del sudeste grancanario situado al poniente de Vecindario al que se accede por la carretera GC-065 que se inicia en el Cruce de Sardina con la carretera de Carrizal a Doctoral (GC-191), único asentamiento poblacional de la primera mitad del siglo XX en la vieja carretera del sur, separado del pago por las tierras de tomateros llamadas Los Llanos de Sardina, al poniente del actual Vecindario.

El viejo Camino de la Madera (1981 Fedac)
Algunas fuentes sostienen que quizás debe su nombre al colono portugués Diogo Sardinha, propietario de tierras en el Señorío de Agüimes a principios del siglo XVI, quien da a renta a Alonso de Sevilla unas casas en la villa de Agüimes y tierras de sequero, según los protocolo del escribano Juan Ruiz de Berlanga de La Laguna.

«24. 1507junio4.‐‐FoI, 29v. “Diego Sardina, vecino, da a renta a Alonso de Sevilla, vecino de Gran Canaria, en el lugar de Agüimes, unas casas que posee en la villa de Agüimes, y 2 suertes de tierra de regadío con su agua, lindantes con la vega real, con tierras de Cornado y de Juan Adobad. Estas tierras fueron dadas en repartimiento y vecindad: unas a Diego y otras a su hermano Luis, quien las traspasó a Diego. Le arrienda también 1 buey hosco, que anda en los ganados de Tuahanato, término de Gran Canaria, y otras tierras de sequero, unas 16 fanegadas en Agüimes. El arrendamiento es por 4 años que comenzará el día de San Juan de junio y la renta anual será de 20 fanegas de trigo, pagaderas el mismo día de San Juan.— Testigos: Esteban... [roto], Rodrigo de Baeza, Martín Sánchez y Juan Sánchez, estantes y vecinos.”» (cita de GARCÍA TORRES, J.R. Y HERNÁNDEZ BAUTISTA, F.: “Ascendencia de Madeira. Diego Sardinha y María Sánchez”, geneacanaria.blogspot.com.es, 11-02-2016). 

Fotografía de Orilla Alta en 1981 (Fedac)
Los conocidos en la antigüedad como Lomos de Sardina debieron abarcar bastante territorio que no parecen ser las arriba mencionadas, según se desprende de distintas referencias documentales entre las que destacamos la solicitud de tierras que hace el regidor Alonso Pacheco el 16 de octubre de 1551, por la que pide:

«...trezientas hanegadas de tierras en el lomo de Sardina que es debaxo de Tirahana cunplido el titulo de quatrocientas hanegadas que Lorenço de Palençuela pido e debaxo de sus tierras...».

Hace referencia Alonso Pacheco a la solicitud de ampliación de tierras realizada el 16 de octubre del mismo año por el regidor de Tenerife Lorenzo de Palenzuela cuando trasladó el ingenio del Lugarejo (Santa Lucía de Tirajana) a este lugar, por la que pidió:

«...trezcientas hanegadas de tierras en el lomo de Sardina junto al barranco de Tirahana por que pretendia sacar mi agua ally para hazer açucar suplico a vuestras señorias que por que yo quiero sacar el açequia me agan merçed que sean quatrocientas hanegadas las que se manden e mas un sitio e herido para un yngenio por que sean noblesçimiento desta ysla(RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).


La ermita en 1981 (Fedac)
«… Durante siglos esta gran llanura fue una tierra inculta, llena de toda clase de maleza y matorrales...» según la descripción que hace el Deán del Cabildo de la Diócesis canariense en carta dirigida al rey Felipe V, fechada el 12 de octubre de 1719, con motivo del denominado «motín de Agüimes», añadiendo:

«… El Pago de Sardina era antes una selva, abrigo solamente para desembarco de piratas sarracenos que con su continuación la hicieron tan sospechoso para los naturales, que nunca penetran sin peligro de muerte o de cautiverio. A costa de sus fatigas lo desmontaron, y con la repetida efusión de sangre que derramaron en defensa de su ribera, lo hicieron fecundas heredades y lo cultivaron, de suerte que son el único medio de sustentación…».

Del desmonte del territorio quedó la huella del conocido Camino de la Madera, que probablemente lo fue por a partir de las datas antes citadas, pues a partir de las mismas los terrenos de Sardina comenzaron a cultivarse. Antes de estas datas, si bien no se mencionan en los linderos, se sabe que hacia 1523 Antón Pérez Cabeza tenía plantaciones de caña de azúcar en Sardina, que molía en su ingenio de Agüimes, que era también de Alonso de Matos «el Viejo».

Los viejos asentamientos (Google earth)
Pero de aquellos cultivos de Antonio Pérez Cabeza, Lorenzo de Palenzuela y Alonso Pacheco no quedaban huellas en el siglo XVII. Fue a partir de 1612 cuando los vecinos de la Villa de Agüimes, concretamente el alcalde ordinario de dicha villa Juan Alonso Romero y Lope Franco, comenzaron a trabajar las tierras que poseían en dichos lugares.

Juan Alonso en las tierras de Sardina y Lope Franco las de Aldea Blanca, en la otra banda del barranco de Tirajana, cuyas propiedades poseían por datas del Cabildo General y por compras a otros vecinos. En 1616 ambos tenían sorribada y preparada para el cultivo gran parte de los terrenos.

Los nuevas urbanizaciones (Google earth)
En 1644 estos propietarios en Sardina y Aldea Blanca se vieron sorprendidos por la denuncia del Fiscal de la Real Audiencia de Canarias, quien les acusaba de que las tierras y aguas que tenían no eran de su propiedad, porque carecían de la aprobación real, condición indispensable entonces para su validez. La sentencia fue confirmada el 10 de mayo de 1645 y reformada en beneficio de los denunciados, a quienes se les permite continuar en sus posesiones.

La Heredad Sardina-Aldea Blanca constituida en Agüimes en 1617 para mutua defensa de los herederos frente a terceros, en cuanto se suscitaron los problemas de aguas entre ambas poblaciones se desdobló en dos. En 1691 ya se tienen noticias de la Heredad de Sardina, con su propio Alcalde de aguas, y de la Heredad de Aldea Blanca, con el suyo.

Almacén de tomates (Fedac)
Algunos años después, en 1712, las dos heredades pleitean sobre los linderos de sus respectivas madres de agua. La Heredad de Aldea Blanca, cuyo alcalde de aguas era Sebastián León, abrió una zanja «… que está por encima de la madre de la acequia de la Aldea, de suerte que comienza a medio barranco con poca diferencia y va a finalizar a la misma parte donde se parte el agua con Sardina…».

Creyéndose perjudicada la Heredad de Sardina dirigida por Mateo Lorenzo, denunció a la Heredad de Aldea Blanca ante la Real Audiencia, que sentenció el 1 de junio de 1712 que la zanja abierta por esta última no perjudicaba en nada a la primera.

Mural en homenaje a los trabajos agrícolas (rosagrancan-blogspot)
En el siglo XVIII la población comienza a consolidarse en su asentamiento según algunas fuentes, por la tenaz iniciativa de un natural de Agüimes Luis Aguiar de Toledo.

En los inicios del siguiente siglo, otro vecino Antonio Ruano, lidera las ayudas económicas de la vecindad para la construcción de la ermita de Sardina bajo la advocación de san Nicolás de Bari, que ya en 1814 estaba parcialmente terminada. Fue abierta al culto por José Urquía con la autorización del obispo Verdugo, quien nombró mayordomo a Antonio Ruano «por su cristiandad y vida ejemplar».

En 1882 la ermita cuenta con una reliquia de San Nicolás como su mayor valor en lo espiritual y, diez años después, se autoriza por el obispado la «dispensa para trabajar en las fiestas de guardar» para la terminación de la ermita por parte de los vecinos.


La reconvertida ermita (rosagrancana-blogspot)
En 1900, los vecinos solicitan que sea erigida en parroquia, por lo que el obispado comienza en 1902 el correspondiente expediente para estudiar su viabilidad. Finalmente el 1 de octubre de 1915 quedó aprobada bajo el mandato del obispo Ángel Marquina Corrales. En la actualidad la antigua ermita ha sido convertida en Casa de la Cultura de Sardina.

La demarcación jurisdiccional del nuevo Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, creado en 1815, comporta la segregación de pagos del interior de San Bartolomé de Tirajana y el pago de Sardina, en la costa de Agüimes, para conformar el nuevo municipio.

Hasta muy avanzada la primera mitad del siglo XX, en la margen norte del barranco de Tirajana se encontraban el pago consolidado de Sardina, algunas viviendas diseminadas en lo que luego sería Vecindario y las tierras del Doctoral Mendoza, con unas pocas viviendas de colonos.


Almacén de tomates (Fedac)
Ya por esos tiempos los vecinos de Sardina marcaban la diferencia entre ellos y los habitantes de los caseríos emergentes, en el sentido de que ellos vivían allí de antiguo y estaban modestamente instalados, mientras que los otros era nuevos pobladores y vivían casi precariamente.

Es avanzado el siglo XX cuando se produce el mayor crecimiento de la población de Vecindario impulsada por el asentamiento de nuevos pobladores atraídos por la construcción y promoción turística en Maspalomas, mientras la población de Sardina se vinculaba al viejo cultivo del tomate, de donde su paisaje urbano está salpicado de sus almacenes de empaquetado.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

SARDINA (GÁLDAR)

Actualización: 13-feb-2016
Topónimo con el que se conoce en el noroeste de la isla un pequeño puerto o bahía, una playa y los llanos próximos a la franja costera. Situados entre la septentrional Punta de Sardina, el extremo más noroccidental de la isla, y la meridional Punta de El Farallón reconocible por el gran roque aislado al sur de la bahía denominado Roque Partido

La bahía está protegida de los vientos del noroeste, norte y noreste, ante los que no tiene defensa la Caleta de Abajo de Gáldar, con la cual se complementaba en la antigüedad.

Vista norte (elcoleccionistadeinstantes)
Se cree que su nombre deriva del patronímico de un almirante portugués Juan de Sardinha, quien recaló por estas costas cuando los castellanos andaban en la conquista de la isla, almirante lusitano que en 1478 firmó las paces con los aborígenes.

Otras fuentes hablan del colono portugués Diogo Sardinha, pero no hay constancia de que residiera en Gáldar, ni de que tuviera ninguna relación confirmada con dicho puerto. Queda despejada toda duda por la preexistencia del topónimo anterior a la vecindad de Diogo Sardinha en Telde.

La mención del topónimo está datada a finales de julio de 1478, año fundacional del del Real de Las Palmas: «Por entonces veinte naves lusitanas de las cuales siete iban numeradas se empeñaron en desembarcar a sus soldados con el fin de acabar con los nuestros gracias a su abrumadora mayoría. Unos mil seiscientos llevaría aquella flota portuguesa, y creían que les sería en extremo fácil poder capturar al reducido grupo de los nuestros si llegaban a poner pie en la playa. Para asegurar más el éxito de su empresa los portugueses enviaron a los canarios a un conocedor de su idioma a fin de que estableciera con ellos un convenio sobre esta base: en un día y hora determinados desembarcarían los soldados portugueses llevados al puerto de Sardina aunque pretendieran estorbárselo las reducidas tropas de Andalucía», de la “Cuarta década” de Alonso de Palencia (cita de GARCÍA TORRES, J.R. Y HERNÁNDEZ BAUTISTA, F.: “Ascendencia de Madeira. Diego Sardinha y María Sánchez”, geneacanaria.blogspot.com.es, 11-02-2016).


Vista del yacimiento aborigen (Patrinet)
Del artículo de la cita tomamos igualmente el dato de la vecindad en Telde del colono portugués: «Bautismo de Leonor, Libro 1  Folio 1 Nº 3  Iglesia de San Juan Bautista de Telde: "Viernes tres del mes de Junio (1503) bautizó Diego Sardina una hija, pusiéronle nombre Leonor, fueron padrinos Vicente Tabordo y su mujer Juana (¿Sanches?)"». Aun tratándose Leonor de la hija menor del colono Diogo de Sardinha, la edad presumible del mismo de una treintena de años y su oficio ajeno a la marinería adveran que el antro-topónimo del puerto de Gáldar no se debe a su protagonismo.

Ante de la llegada de los castellanos, en el lugar como en toda la costa galdense, hubieron asentamientos aborígenes, localizándose distintas cuevas. Según la ficha arqueológica de Patrinet es un conjunto de cuatro cuevas artificiales distribuidas en dos zonas y localizadas en las cotas medias de los acantilados costeros de Sardina.

En la zona noroccidental se encuentra el grupo más importante, que está constituido por tres cuevas distribuidas en un andén al que se accedía por una pequeña vereda acondicionada con algunos escalones, hoy desaparecida por las obras realizadas para impedir desprendimientos.

Cuevas aborígenes (Patrinet)
En la zona sureste existe otra cueva excavada en la toba que desde el exterior parece tener al menos dos estancias distribuidas en dos niveles. Se desconoce si existe material arqueológico asociado a estas cavidades, puesto que no se puede acceder a las mismas y si en su interior se conserva relleno sedimentario.

De fotos antiguas y referencias orales se concluye que la cantidad de cuevas existentes en esta zona costera era mayor. Las mismas en la actualidad han desaparecido o se encuentran ocultas por viviendas construidas en la zona.


Fotografía de 1925 (Teodoro Maisch - Fedac)
A poco de conquistarse la isla e introducirse la industria azucarera, desde la vega mayor de Gáldar-Guía hasta las medianías inferiores, se desarrolló una importante actividad económica de exportación con salida principal por el Puerto de Sardina, aunque con embarcaderos naturales alternativos a las distancias y los malos tiempos, como El Río, Puerto Nuevo, La Caleta de Soria o Caleta de Arriba y La Caleta de Abajo.

Como en otros lugares, debe entenderse que entre los siglos XVI y XVIII se los llamaba puertos, aunque constituían simples ensenadas o desembocaduras de barrancos o barranquillos que, debido a su configuración geomorfológica por diferentes movimientos en la vertical de la isla y procesos erosivos, conformaban playas y caletas de arena o callados, con sus caletones y veriles anexos, al soco de los vientos.

Panorámica (paco y paqui)
Desde los primeros momentos su proximidad de Gáldar, a unos cuatro kilómetros, poco después de la Conquista mantiene parte de su importancia por el comercio de azúcar, pero decrece desde la segunda mitad del siglo XVI por la consolidación del puerto de Las Isletas como principal puerto de la isla,  y también por  el decaimiento de la industria azucarera.
Ermita (Escuela ULPGC Gáldar)

La posibilidad del trazado de caminos de herraduras más llanos para el acceso al mar desde las dos poblaciones más importantes de la comarca de Gáldar y Guía, su calado y el excelente abrigo ante los vientos reinantes del norte determinaron, desde un primer momento, que fuera el puerto de Sardina el que desarrollara un papel preferente en la costa norte y oeste de la isla.

Se convirtió además en el principal punto de importación de excedentes de granos menudos de Tenerife, productos artesanales y manufacturas tanto insulares como de Europa. Además, su corta distancia del puerto de Santa Cruz de Tenerife lo convirtió en un Puerto de Primera Tierra, con Alcalde de Mar.

El trayecto con Santa Cruz lo cubría un velero bergantín o goleta, tanto desde aquí como de los puertos cercanos, en unas cuatro o cinco horas, manteniendo un rumbo fijo en la ida y en la vuelta, sin necesidad de largas bordadas y siempre con el puerto de destino a la vista (SUÁREZ MORENO, F.: La Mar en el Oeste de Gran Canaria, ed. digital, 2004).

En el año 1778, de los cuatrocientos barcos que recalaron en el puerto de Tenerife, setenta y nueve procedían de Puerto de La Cruz, setenta y seis del Puerto de Sardina, sesenta y cinco de Las Palmas de Gran Canaria, y cincuenta y uno de Agaete, segundo puerto de origen en volumen de barcos con destino a Tenerife, lo que da una idea clara de su importancia en el siglo XVIII.


Vista sur (elcoleccionistadeinstantes)
En aquel intenso tráfico entre los dos Puertos de Primera Tierra, se incluía el transporte de pasajeros, no solo de la comarca, sino de Las Palmas o Arucas, desde donde era más fácil acercarse a lomo de bestias hasta Sardina, que realizar un viaje doble desde la Ciudad con menor riesgo ante una travesía abierta a los embates de los vientos del norte, y a la peligrosidad del corso, los buques mercantes con patente de su gobierno que actuaban contra piratas, barcos y puertos enemigos,  y la piratería.

Para este servicio marítimo con Santa Cruz, el Puerto de Sardina disponía de dos veleros que cubrían el servicio con dos viajes por semana cada uno, con doce marineros por barco. Contaba además con una reducida actividad de pesca de bajura, con una falúa y seis marineros, y con las estudiadas salinas domésticas. A mediados del siglo XIX, pierde importancia y pasa a ser Puerto de Tercera Categoría.


Punta Farrallón y Roque partido (paco y paqui)
Aunque es un hecho de la historia reciente, hay que contar por su importancia, que en febrero de 1968 tuvo lugar una huelga de mil setecientos obreros del Puerto de La Luz para reclamar mejoras salariales, lo que paralizó completamente la actividad comercial del primer puerto del archipiélago y supuso uno de los principales enfrentamientos del movimiento obrero contra la dictadura de Franco.

En este ambiente de reivindicaciones, a mediados de septiembre se reunieron líderes del Partido Comunista de España en Canarias con cerca de doscientas personas, parte de ellos agricultores a los que los «aguatenientes» les habían negado el agua para regar sus cultivos, y otros trabajadores de la empresa de asfaltado SATRA, que se marchó a Sidi Ifni sin pagar a sus cincuenta y tres empleados.

La asamblea, celebrada en la Cala de Martorell, cerca de la playa de Sardina, era para organizar una marcha ante el Gobierno Civil en protesta por la situación de los trabajadores, pero se presentaron muchos números de la Guardia Civil bajo el mando del comandante Díaz Otero, quien repentinamente disparó de forma indiscriminada. En el tiroteo resultaron dos personas heridas y los restantes trabajadores fueron acorralados en la playa en una tensa noche.


Cala Martorel (Revista BienMeSabe-org)
Al día siguiente fueron detenidas cincuenta personas que, al ser conducidas al Gobierno Civil fueron sometidas a terribles vejaciones y duros interrogatorios, lo que motivó el primer encierro que se produjo en España, al recluirse ocho mujeres en la catedral de Las Palmas durante cuatro días para reivindicar justicia para sus maridos, hermanos o hijos en las dependencias de la Guardia Civil, según afirmó Armando León, otro activista que formaba parte de las Juventudes Comunistas.

Pese a la repercusión internacional, con manifestaciones en Bélgica, Londres, Moscú y otros sitios del mundo, un Consejo de Guerra sumarísimo condenó a veinte personas a cumplir de uno a once años de prisión.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)