sábado, 25 de agosto de 2012

SANTIDAD, LLANOS Y MONTAÑA DE LA (SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA Y TELDE)

Topónino con el que se conocen los Llanos situados al sur de la Presa de Chira y Cercados de Araña, al naciente de Barranquillo Andrés, donde se encuentra también el topónimo los Corrales de La Santidad; y la Montaña situada al norte del Cortijo del Gamonal y al poniente del Lomo del Melosal en el complejo conocido como Volcanes de Rosiana, encontrándose al poniente de la Montaña los topónimos de Hoya de Los Corrales y Los Corrales. Existe otro topónimo igual en la isla, el barrio aruquense de la Santidad que se ha tratado con entrada propia. 
Corrales de la Santidad en San Bartolomé de T. (Patrinet)
El origen común de todos los topónimos asociados a La Santidad guarda estrecha relación con "corrales" de piedra seca donde los aborígenes canarios realizaban determinados rituales que algunos historiadores vinculan a las sequías, por la necesidad del agua tanto para que creciera la hierba para el ganado, como para sus cultivos.

Aunque se trate de Tenerife, Fray Alonso de Espino en su Historia de Nuestra Señora de Candelaria cuenta de sus costumbres: «Mas cuando los temporales no acudían y por falta de agua no había yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos lugares que para esto estaban dedicados, que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y les proveía de temporales».

Al naciente de este de los Llanos de La Santidad está el topómino Los Bailaderos, en el mismo término de San Bartolomé de Tirajana, del que algunos sostienen que es una corrupción de Los Baladeros, que tendría su origen en los mismos rituales.
Montaña de La Santidad en  Telde (caminosdecanarias-blogspot)
En los tres lugares de la isla mencionados de La Santidad, hay vestigios físicos o toponímicos de la existencia de corrales, entendidos por los aborígenes como grandes "goros" o "gambuesas" donde recogían su ganado que llamaban "guanil", voz que se trasladó a las propias Ordenanzas del Consejo para su protección:
« Otrosy que ninguna persona sea osado de matar ganado cabruno salvaje ni otro alguno que sea guanyl porque la renta del dicho ganado cabruno guanyl e salvaje es para los propios de esta ysla so pena que el que matare algund  ganado cabruno salvaje pague el valor del ganado al arrendador de la cibdad e aya de pena doze maravedís por cada cabeca » (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria (1531), Sevilla, 1974).

Hay también otras lecturas, que no necesariamente son contrarias a la consideración de los "corrales" como espacios sacralizados. En el documento 1.165 de 29 de enero de 1527, dice Enríque Yánez que los supuestos mojones del Señorío de Agüimes que alegaba el obispo para señalar la divisoria de su jurisdicción, eran «...una santidad donde los canarios se acogían en tiempo de guerra, como los había en muchos lugares de la isla y dado que dicho lugar era una aldea de la ciudad de Telde, donde residía el rey de la isla» (AZNAR VALLEJO, E.: Documentos canarios en el Registro del Sello (1476-1517), Sta. Cruz de Tenerife, 1981).
Llanos de La Santidad en San Bartolomé de T. (Patrinet)
Si parece claro que el topónimo La Santidad  se le dió en la protohistoria de la isla a los "corrales" considerados espacios sacralizados, donde los aborígenes realizaban determinados rituales por el que invocaban la ayuda del dios Alcorac


Los Corrales de La Santidad de las Tirajanas según la propia ficha arqueológica es un conjunto de una estructura de piedra seca de grandes dimensiones. Es como un gran circo de forma elipsoide cuyo eje mayor orientado de norte a sur es de 41 metros y el jeje menor 31 metros. Tiene dos entradas, en el eje menor de la elipse, las cuáles están una frente a la otra. También existe en el extremo meridional de esta estructura, coincidiendo con el eje mayor, una torreta troncocónica que actualmente está casi derruida, conservándose solamente su base.

En el interior de este gran círculo hay una serie de elementos estructurales que fueron construidos con lajas y que presentan paredes rectas, gruesos muros y entradas que se encuentran orientadas al sur. Los muros son de época prehistórica, pero la estructura central posee modificaciones recientes, presentando un aspecto a modo de cerramiento en forma de "c". Según los vecinos de Cercados de Araña, un cura canario fue el propietario de este lugar, adquiriendo el mismo la consideración de habitáculo de ánimas y santos.


Detalle de la Montaña de La Santidad en Telde (Bentaguayre)
Tenía finalidad distinta a los considerados santuarios, los llamados Almogaren donde: 

«... se encomendaban al Dios que estaba en lo alto, que decían Almogaren, que es "casa santa"; las cuales rociaban todos los días con leche, y para ello tenían muchas cabras diputadas, y no les quitaban los garañones en todo el año, porque no les faltase la leche..» (ABREU Y GALINDO, J.: Historia de la conquista de las siete islas de Canaria, Sta. Cruz de Tenerife, 1977), estructuras normalmente excavadas en la roca con cazoletas y canalillos donde se cree vertían líquidos, como lo es el llamado "Pilas de los Canarios" en San Bartolomé de Tirajana; o el de "Cuatro Puertas" en Telde.

Localización Llanos de La Santidad (Espacios Naturales de Gran Canaria)



Localización Montaña de La Santidad (Espacios Naturales de Gran Canaria)


SANTIDAD (ARUCAS)

Actualización: 22-oct-2013 
Topónimo con el que se conoce un populo barrio situado en la prolongación hacia el sur del ascendente Lomo de Arucas, entre San Francisco Javier y Juan XXIII. Se accede a este lugar por la carretera Santidad-El Palmar (GC-303), municipalizada en el primer tramo, a cuyos márgenes ha crecido un asentamiento urbano que se inicia en la rotonda del Lomo de la carretera Tamaraceite-Arucas (GC-300).

Vista de Santidad (Eliú Pérez)
Este populoso barrio hasta finales del siglo XX estaba formado por dos núcleos Baja y Alta según se accede, que han quedado prácticamente unidos por el fuerte crecimiento del mismo.

Es un topónimo antiguo que hace referencia a la "Santidad de Los Canarios", clara alusión al lugar sagrado de aborígenes aruquenses, que se supone que aprovechaban los solapones y cuevas existentes en Santidad Alta y en San Francisco Javier, en la rampa del barranco de Lezcano o de Tenoya, donde desagua su tributario barranco del Pino donde se asienta el poblado de Guanchía en Teror.

Vista (Google earth)
Todas las fuertes rampas de estos barrancos cuentan con vestigios del asentamiento de los aborígenes canarios, como los mencionados Guanchía y Santidad Alta, las Cuevas y los Andenes en San Francisco Javier, y en la rampa del otro lado Las Guirreras en Las Mesas, para aguas abajo encontrar Las Cueveras de Montaña Blanca, además de un topónimo perdido de Los Palomares cerca de Doñana, y sin olvidar las menciones antiguas que se hacían de los Picachos de la Montaña de Riquiánez, de donde ha desaparecido cualquier remota posibilidad de investigación por el explanamiento del mismo para el centro de control de la Marina española allí construido.

Lo que si está bien documentado es que el topónimo ya era conocido a principios del siglo XVI, a escasos años de la Conquista de la isla, y aparece en la solicitud de tierras de que Juan de la Rosa hace el 11 de febrero de 1517 al Cabildo General cuando dice:

Yacimiento Hoya Olivares (Patrinet)
«...me agan merçed de un pedaço de tierras de granadillar que es en unas laderas que estan frontero de la Santidad que dizen en los lomos de Arucas por donde salen a la montaña de mi suegro Enrrique Yanez e de Lazaro Martin tienen por linderos tierras de Pedro de Lepe a la vanda de abaxo e a la vanda de arriba tierras de Diego de Troya que aya gloria puede aver veynte fanegas en senbradura poco mas o menos e no se an desmontado hasta oy por que son tierras baxas e yo quiero hedificar en ellas e desmontar pues en otro cabo no ay donde sembremos...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Algunos cronistas han mencionado también en los primeros años del mismo siglo la presencia en el lugar del propietario de estas tierras Antón Hernández de Santiago, poblador popularmente conocido como «Antón de la Santidad», por vivir en dicho agrupamiento poblacional y no como erróneamente se creyó por que se apellidara "Santidad".

En el lugar no se han encontrado vestigios de la antigua existencia de algún "almogaren" donde hacían sus cultos, si bien se conoce que muchos asentamientos castellanos se hicieron precisamente sobre los asentamientos aborígenes, dentro de las marcadas políticas de evangelización tendentes a la desaparición de viejas creencias.

Estanque (Fedac)
Otra opción es la documentada de las vestales, que se encontraban normalmente en cuevas: «En los testimonios de Sedeño aparecen descritas así: "Cuando tenían falta de agua para sus panes tenían personas recogidas y de buena vida que la pedían poniéndose en lugares altos que estaban señalados para ello y estas eran a manera de monjas". Más adelante, el mismo cronista, al referirse a estas mujeres virtuosas que pueden entrar en contacto con la divinidad, dice: "Otra casa está junto a ésta muy pintada y grande que servía de recogimiento de hijas de hombres principales y allí las doctrinaba una mujer anciana de buena vida..." » (MARTIN DE GUZMÁN, C.: Las culturas prehistóricas de Gran Canaria, Madrid, 1984).

No se agotan aquí las teorías sobre el origen del topónimo, pues tomando como referencias identitarias la Montaña de la Santidad en Telde, en zona eminentemente pastoril con existencia de "goros" y  los Corrales de la Santidad, cerca de la Mesa de Chira en San Bartolomé de Tirajana, se sostienen otras de interés sustentadas en los antiguos "goros" existentes en la montaña de Riquiánez.

«Cerca de dónde se emplaza el único goro o corral conservado existe el topónimo Las Gambuesas, que todavía incidiría, aún más, en constatar la presencia de una zona importante en la que se aglutinaban varias de estas estructuras de piedra seca destinadas a guardar el ganado. Creo que en este lugar de Las Gambuesas, al menos el que aparece señalado en la cartografía de Grafcan, no se han conservado dichas estructuras. Es probable que el topónimo se haya desplazado, aludiendo, tal vez, al lugar que hoy ocupa el único goro conservado.


Cantonera (Fedac)
Es probable que además de cumplir con una función lógicamente, ganadera, los corrales de los canarios pudieran relacionarse con la costumbre de juntar ganado en época de crisis alimentaria, que luego eran empleados para los rituales propiciatorios que ejecutaban los indígenas cuando había sequía, tal y como citan las fuentes etnohistóricas (balido de los bayfos separados de sus madres, etc.).

Mi abuelo, Manuel Jiménez Jiménez, natural de Santidad Alta, nacido en 1907 (falleció en 1992), me contaba a finales de los años 80, que todavía en los años 50 se guardaba ganado en este corral de Riquiánez, que él llegó a ver el ganado y conocía al pastor dueño del mismo. También me dijo que antiguamente llegaron a establecerse hasta 4 corrales» (JIMENEZ MEDINA, A.: El poblamiento prehispánico en Arucas: una propuesta de interpretación del uso, aprovechamiento y gestión del territorio, Facultad de Geografía e Historia, 2002, Inédito) .

El más claro testimonio del tiempo de la conquista lo tenemos de quien recibió tierras cercanas y que fue llamado como testigo al pleito seguido por el Cabildo Catedralicio contra el Cabido General, sobre los mojones que establecían los límites del Señorío de Agüimes. A raíz de la apelación, se nombró receptor en dicha causa a Rodrigo de Guadiana, escribano público, ante quien «Enrique Yañes afirmó, en nombre de la isla, que no existían tales límites, ya que los mojones se trataban de una santidad donde los canarios se acogían en tiempo de guerra, como las había en muchos lugares de la isla ...». La sentencia definitiva de dicho pleito  fue dada en Madrid el 23 de Diciembre 1516 (AZNAR VALLEJO, E.: Documentos canarios Registro General del Sello (1476-1517), Sta. Cruz de Tenerife, 1981).


Goros de Santidad Alta (Fedac)
Es uno de los primeros núcleos poblacionales de Arucas, y como asentamiento poblacional aparece citado ya en el siglo XVIII como lugar donde vivían vecinos y vecinas. Aparece también en los documentos públicos, como la escritura de 6 de febrero de 1712, donde Francisco García decía ser propietario de cuatro fanegas de un «Pedazo de tierra labradía en Santidad».

También Antonia Álvarez Castro Godoy, mujer del Capitán y Castellano del Castillo de Sta. Catalina José Ortega Talavera,  en escritura de 27 de marzo de 1733 (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987), detalla sus propiedades en el lugar.

Menciona cuatro fanegas de «Cercado del Masapes en la Santidad», una «Casa terrera en Santidad» que había comprado, con una «Suerte de tierra delante de dichas casas», que también había comprado, agua de la acequia que pasa por el lugar, «Cinco azadas de agua del Heredamiento de la Acequia del Pino, regándose de noche por tener albercón para guardarla», y ganado «Cien ovejas de vientre con tres carneros padres existentes en las tierras de Santidad». La mención que hace de casas compradas, nos aproxima a un asentamiento consolidado ya en los inicios del siglo XVIII.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

SALTO DEL NEGRO (LAS PALMAS DE GC)

«... suvieron por el valle de Ginamar en busca de los Canarios que se iban entrando en el bosque de olivos salveses o asebuches, y otros arboles, alancearon y mataron a muchos en un valle, que oi llaman la Matanza por esta accion.
 
Vista del barrio en la zona baja (La Provincia)
Un Castellano buscando la cenda a el mar por mas breve y mas cercana que por la parte onde havian venido, iendo a pie con espada y rodela cojio la de mano isquierda por unos collados descubrio los navios, y lanchas que a todas partes acudian a recoger gente, dio en la emboscada del risco de las Carigüelas onde ai grandes agujeros en las toscas, que alli tenian atajado el camino sobre el mar en una eminencia de mas de 400 brazas de onde se arrojo el Castellano, y sobre su rodela a dos braceadas, dicen los Canarios, se fue a su navio;

esta memoria durara muchos siglos, fue mui celebre entre los gentiles señalando el modo y arrojo que tenian ellos por victoriosos e imbencibles a tales hombres, a modo de los Saguntinos, y es llamado alli el salto del Castellano» (ARIAS MARÍN DE CUBAS, T.: Historia de las siete islas de Canaria, Las Palmas de GC, 1986).

Detalle del mapa de Antonio Riviere 1742 (J. Tous)
Este párrafo de la crónica del escritor teldense escrito en el siglo XVII, donde narra un hecho acaecido durante la expedición de 1393 mandada por el capitán Gonzalo Pérez Martel, nos introduce en el origen del antiguo topónimo del Salto del Castellano, que situa en el acantilado de La Laja.

Debió ser su narración y afirmación de que «es llamado alli el salto del Castellano » suficiente argumentación para que Antonio Riviere, aque llegó a las islas en 1740 al frente de un grupo de ingenieros militares, dentro de su trabajo de en levantar más de 70 mapas, planos y dibujos de todas las islas, incluyera en Gran Canaria el topónimo Salto del Castellano.

Detalle del mapa de Tomás López 1780 (J. Tous)
En 1780, cuarenta años después, será Tomás López, académico numerario de la Real Academia de Historia y «geógrafo de los dominios de Su Majestad» quien reseña también en su cartografía de la isla el topónimo, dentro de los Atlas de España y de América.

Cuando el Consejo de Castilla demanda a principios del siglo XIX información sobre el proyecto de creación de tres poblaciones en Mogán, Tasarte y Veneguera destinadas a los "colonos" que soportaban el "hambre de tierras", la Audiencia ordenaba al Cabildo:

Detalle del mapa de Ossavari 1806 (J. Tous)
«...que para la más completa instrucción del Consejo se extenderán a costa de la Ciudad un mapa de la isla con la expresión posible y general de la situación de todos sus Pueblos, montes, montañas y despoblados colocando en cada uno de los sitios a que corresponda los planos ya fomados específicamente en los Valles de Mogán, Tasarte y Veneguera...» (BETHENCOURT MASSIEU, A.: "Un mapa inédito de Gran Canaria: el de José Ossavarry de 1806", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 40, 1994) es cuando José Ossavarry Acosta, colaborador del escultor Luján Pérez, confecciona un nuevo mapa de la isla incluyendo también el antiguo topónimo "Salto del Castellano".

Será en 1838 cuando se incluya por última vez en una mapa de la isla el antiguo topónimo del "Salto del Castellano", y lo hace el naturalista francés es Sabin Berthelot, que ostentaba el consulado de su país en Tenerife, quien por primera vez dibuja junto a la leyenda una punta de mar.

Detalle del mapa de Ossavari 1806 (J. Tous)
En 1849 visita la isla Pascual Madoz (MADOZ, P.: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, 1847), y al describir el camino de Las Palmas a Telde, prácticamente el viejo camino Real del siglo XVI y dice: « De Telde a la ciudad el camino pasa cerca de la cima de Jinámar a lo largo del litoral: varios montes de escorias que se ven a la izquierda, parecen formar parte del mismo sistema volcánico, uniéndose al Pico de Bandama. En fin, cuando se llega al salto del Castellano, una de las rocas más escarpadas de esta costa, se descubre de nuevo la capital y las abrasadas montañas de la Isleta».

Por las referencias que da nos sitúa con grandes probabilidades en el macizo rocoso que en la actualidad es conocido como Punta del Palo, donde está el mirador de Cardoso. Bajo este macizo se construyó el desaparecido Túnel de La Laja, que fue demolido junto con el macizo cuando se amplió la carretera para la construcción de la Autopista del Sur Puerto (Pza. Belén María)-Puerto de Mogán (GC-001).

El Salto del Castellano sobre el viejo Túnel de La Laja
(1900 Da Luz Perestrello - Fedac)
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando las nuevas ideas liberales acaban con el llamado Antiguo Régimen de la Propiedad con las leyes de desamortización, cuando de la cartografía de la isla desaparece el topónimo de "Salto del Castellano" y aparece por vez primera el topónimo "Salto del Negro", no conociéndose por que causas se produce esta variación toponímica, salvo que lo sea por el predominante gris-negro del acantilado de la La Laja que fue excesivamente coloreado en la fotografía de 1900. Así aparece en el mapa del barón Karl Von Fritsch de 1860, que añade una suave anotación junto a la leyenda que no es legible.

Pudiera ser que el barón tomara erróneamente el topónimo de Salto del Negro existente en el barranco de Santos de Tenerife, aguas arriba del puente de Zurita, conocido en dichas fechas porque allí se construían tres represas para remansar las aguas que bajaban impetuosas por el barranco. 

Detalle del mapa de Von Fritsch 1860 (J. Tous)
Unos años después, la vocación historicista de Gregorio Chil y Naranjo, presidente del Museo Canario, parece adoptar una leyenda toponímica de transición cuando incluye en su mapa de 1879 el término "Salto del Caballo".

No se conoce si sabía del mapa realizado por el barón Von Fritsch, pero de alguna forma quiso suavizar la historia del topónimo, convirtiendo al "castellano" en un "caballo".

Detalle del mapa de Chil 1879 (J. Tous)
Cuando nos aproximamos al final del siglo XIX es cuando aparece el mapa de 1896 que realiza especialmente para Las Escuelas el director de la Normal de Maestros de Las Palmas Manuel Pérez y Rodríguez, dedicado por su autor a Fernando de León y Castillo, entonces Senador y Ministro de Ultramar y Gobernación.

Es por tanto la herramienta didáctica que se utilizará en todas las Escuelas e incluye el topónimo que ha llegado a nuestros días de "Salto del Negro"

Detalle del mapa de Las Escuelas 1896 (J. Tous)
De esta forma todos los que aprendían en las Escuelas de Instrucción Pública desde los inicios del siglo XX, ya llamaban al barranco que desaguaba al norte de donde estuvo el desaparecido "Salto del Castellano" como barranco de Salto del Negro, y cuando años después en el Lomo del Cardón se hicieron los primeros asentamientos de población, el caserío era llamado como Salto del Negro.

En el lugar se pierde en la historia el antiguo Camino de Leñas Buenas que se confunde en el Lomo del Cardón junto al hoy desdibujado barranco de Salto del Negro, aquel por donde las bestias bajaban del Lentiscal hacia los ingenios de la Ciudad las cargas de «leña buena, gruesa, que no entre en ella leña seca, ni menuda».



Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)