miércoles, 27 de junio de 2012

LEONAS, LAS (INGENIO)

Actualización: 2012/12/11
Topónimo con el que se conoce un pequeño barrio que crece al norte del casco urbano de la capital municipal. Tiene su origen en el escribano público Diego de León, propietario de tierras en este paraje. Se accede al mismo desde la carretera municipalizada (GC-122).

Cuarto de aperos (Fedac)
Entre los documentos acreditativos que hacen referencia a esta titularidad es del 20 de marzo de 1534, cuando se venden los derechos a dos suertes de tierras con agua, y dice así:

«… Alonso de Matos, vecino de Gran Canaria, vende a Alonso de León, escribano público de igual vecindad, como representante de los herederos de Diego de León, escribano público de Telde, difunto, sus derechos a dos suertes de tierras en Agüimes, con el agua para regarlas.

Tierras que a pedimento de Diego de León, por una cantidad que le debía, fueron subastadas y rematadas a Diego Jara que las vendió a Diego de León. Este en su testamento deja a Alonso de Matos el derecho de compra por ciento veintiocho doblas de oro. Derecho que él vende por ciento treinta y ocho doblas…».

Calle Poeta Juan Nuez (Guerra Romero en Bienmesabe-org)
Son sumamente curiosos lo avatares que la titularidad de las tierras entrañaba en el Señorío de Agüimes, y asi nos lo manifiesta el vecino Francisco Sánchez Palacios que pide al Cabildo su título el 2 de agosto de 1538 cuando dice:

«... en medio de esta dicha tierra lindan  por anbas partes con tierras de los hijos y herederos de Diego de León las quales yo las tengo y poseo de mas tienpo de nueve años a esta parte y porque me temo por el obipo de este obipado o de su proviwor me fuesen quitas para las dar a otro y porque nadie no es parte como vuestra señoria para darme las dichas tierras ... » (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).


Una de las calles de este pequeño barrio fue dedicada al poeta ingeniense Juan Nuez Vega (1876-1963), calle por donde diariamente iba y venía de la labranza. Trabajando en el campo y con escasas oportunidades para estudiar, aprendió a recitar de memoria gran parte del Quijote de Miguel de Cervantes y algunas obras de Rubén Darío que había escuchado de sus hermanos pues no sabía leer ni escribir; recordado actor de teatro, fue capaz de crear sus propios poemas de los que se sienten orgullosos los lugareños.


Localización (Google maps)

LENTISCAL, MONTE (SANTA BRÍGIDA)

Topónimo que en la actualidad recibe un gran asentamiento poblacional moderno que se concentra entre la septentrional La Caldereta de Tafira Alta y el meridional El Roquete, que se desarrolló a ambos márgenes de la antigua carretera del centro (GC-015), abarcando en su seno otros topónimos urbanos con los que se confunde como Monte Coello y Los Alvarados

El topónimo, en la antigüedad abarcaba un territorio mucho más amplio, tenía su origen en el bosque de lentiscos en su gran mayoría, además de mocanes y acebuches, que fue sometido a un intenso aprovechamiento y de donde se extrajo leña para los ingenios azucareros.

Pese a las prohibiciones de las Ordenanzas emitidas por el Cabildo e intentos de repoblación, el bosque desapareció a principios del siglo XIX y los terrenos que ocupaba fueron parcelados y enajenados para ser destinados a cultivos ordinarios, en gran medida al cultivo de la vid. La tipicidad de los vinos de las cepas que ocupan esas grandes extensiones recibe esa denominación oficial de origen.

Lentisco (medioambienteencanarias-wordpress)
El lentisco (Pistacia lentiscus) es un arbusto perennifolio con hojas lanceoladas de color verde oscuro, flores en grupos compactos y frutos de color rojo que se vuelven negros al madurar, siendo muy aromáticos. De ellos se obtiene una resina conocida como almaciga que se usa en barnices y en odontología.

Son muchas las talas autorizadas que se realizan en el Monte Lentiscal de las que algunas muestras documentales nos dicen de su intensidad. En un contrato de 27 de agosto de 1573 «Tomé Díaz, vecino, se concierta con Jerónimo Calderín para cortar en la Montañeta del Lentiscal hasta 3.000 cargas de leña de acebuche y sabina, que cortará en los cortes que están señalados y se le señale por la justicia y regimiento, y la razón para que la puedan cargar caballos y si en la parte que se le señalare hubiere troncos que arrancar los arrancara conforme a la cantidad señalada que podían ser hasta 50 troncones más o menos. Se obliga comenzar con su persona y la gente que para ello conviene que sean 8 cortadores desde luego hasta acabar. Precios: 30 maravedíes por peso de a 12 arrobas, que se han de pesar en el ingenio de Telde. A cuenta recibe 25 doblas en contado....» (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

Vendimiando en 1895 (Fedac)
Aparte de estas talas autorizadas por la justicia y el regimiento, fueron muchas las talas, ocupaciones y roturaciones de tierras que se hicieron en el Monte Lentiscal, la gran mayoría de ellas por la clase influyente de la isla sabedora de que obtendrían después la data de las mismas por el Concejo de la isla.
 
Este lugar es el citado por todas las crónicas como el escenario de la que algunas fuentes llaman la Batalla de El Batán, librada el 3 de julio de 1599 donde unos quinientos milicianos canarios mandados por el Gobernador Pamochamoso, en una auténtica guerra de guerrillas y astucias, pudieron vencer y poner en retirada al ejército holandés mandada por Pieter van der Does.

Se calcula que unos cuatro mil hombres entre marineros y soldados, bien pertrechados y protegidos por cascos y armaduras, desembarcaron de setenta y tres grandes navíos cuando fondearon en Las Isletas. Ante la negativa al exigido pago del rescate de guerra, conociendo que las defensas de la Ciudad se adentraron en la isla tras haberla evacuado con sus riquezas asentándose en La Vega.

El monte en 1965 (Günter Kunkel - Fedac)
Según cuentan algunas crónicas, conquistada la Ciudad tras el desembarco las tropas holandesas se dedicaron al saqueo. Con un fondeadero estable para la armada y con la tropa desembarcada la situación de Van der Does podría entenderse dominadora de la situación, pero no era así.

Con las milicias canarias atrincheradas y esperando fuera de la Ciudad, los holandeses no podrían mantenerse por mucho tiempo, y para garantizar la toma de la Ciudad, tendrían que terminar con las milicias y conquistar la isla,  tarea difícil y complicada para la que no tenían el tiempo suficiente pues iban en ruta hacia América.

Van der Does amenazó con quemar la Ciudad y los campos de la isla, y pasar a cuchillo a todos los canarios si no pagaban un rescate de 400.000 ducados de oro. La  negativa al pago del rescate y el acoso continuo de la milicia canaria por el sistema de guerrillas, en la mañana del sábado 3 de julio de 1599, mandó cuatro mil soldados holandeses que avanzaran hacia La Vega y derrotaran a los milicianos, forzando así la situación.

En las proximidades, la Cruz del Inglés (Fedac)
Las tropas holandesas avanzaron por un territorio de difícil orografía en la cuenca del barranco de Guiniguada, instigada y acosada por pequeños grupos de milicias canarias que habían cortado todo suministro de agua, desgastando la moral de los holandeses. Se cree que los holandeses pudieron debatir las posibilidades de retirada a la Ciudad para recobrar fuerzas y provisiones, decisión que podría provocar la desbandada entre las tropas holandesas, por lo que decidieron presentar batalla abierta a la milicia canaria.

Con la estrategia de la guerra de guerrillas, pequeños grupos hostigando a los holandeses, eludían las milicias canarias presentar batalla y las tropas holandeses continuaron en su avance internándose en el entonces bosque espeso del monte Lentiscal, momento en el que los canarios decidieron pasar al ataque sobre unas tropas desorganizadas por la dura marcha, desmoralizadas y sedientas, obteniendo una gran victoria y ocasionando grandes bajas en el lugar hoy conocido como la Cruz del Inglés.

Con la derrota los holandeses regresaron a la Ciudad  uniéndose al resto de la tropa allí acampada, y en represalia el almirante Pieter van der Does decide quemar la Ciudad y las fortificaciones, retirándose a sus barcos llevándose muchos documentos de los archivos del Cabildo General, el mayor expolio acontecido en la isla.

Antigua panorámica (Fedac)
Desde todos los puntos de vista, la expedición de Van der Does fue un rotundo fracaso y así queda recogida en las fuentes históricas de la época. Se encontraron con una bien organizada defensa por parte de los españoles, incluso en el asalto a la Ciudad; el sistema defensivo establecido por Felipe II estaba dando sus frutos.

Además del fracaso, el botín no había compensado los gastos de la expedición. Para empezar, la empresa salió muy cara en cuanto al sacrificio humano y la cifra de bajas que costó la infortunada toma de la Ciudad fue muy elevada, cifrándola las estimaciones más fidedignas en 1.440 muertos y 60 heridos en combate durante las operaciones en la isla, lo que comporta el treinta y seis por ciento de los cuatro mil que formaban las tropas de desembarco y ataque.

Años después, en este lugar del Monte Lentiscal se concedió la data real a favor de Baltasar Vergara Grimón, Marqués de Acialcázar. Genera muchas protestas de otros solicitantes de datas, y de agricultores y ganaderos, tanto por su gran tamaño de trescientas fanegas como por el hecho de que estuvieran las tierras concedidas en el entonces prohibido Monte Lentiscal. El Marqués incluyó la totalidad de la data en su testamento de 13 de septiembre de 1674, cuyos linderos fueron muy amplios.
Hotel Lentiscal 1965 (Günter Kunkel - Fedac)
El Monte Lentiscal se convirtió desde 1880 en un área de descanso y aclimatación, y comienzan a surgir las primeras infraestructuras hoteleras, como el Hotel Bella Vista, abierto en 1892, propiedad de la familia Quiney, y el primitivo Hotel Santa Brígida, abierto en 1898 por Alarico Delmar.

En la Guía de la Ciudad de Las Palmas y de la Isla de Gran Canaria publicada en 1911 por Enríquez Padrón, se destacaban la calidad y los servicios prestados por ambas instalaciones al tiempo que se citaban como atractivos turísticos de primer orden la belleza del paisaje, el interés geológico de la Caldera de Bandama y lo exótico del poblado troglodita y alfarero de La Atalaya.

Lo recordaba Uwe Riedel en el Anuario 1972 de Estudios Atlánticos, en su ponencia titulada "Las líneas generales del turismo en Gran Canaria": «… El Monte seguía siendo en Gran Canaria, el lugar de residencia preferido de los ingleses en invierno. Pasaba por ser la estación climática más adecuada y sana de la Isla…».

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

LECHUZA, LA (SAN MATEO)

Actualización 21-mar-2016
Topónimo que corresponde a un caserío situado al poniente del Lomo de los Ingleses al que se accede desde la carretera de San Mateo-Cruz de Tejeda (GC-015), pasando por La Asomada, o bien desde la carretera de San Mateo-Valsequillo (GC0041).

Subida al caserío (Google Earth)
Debe tratarse de un antiguo zoo-topónimo relacionado con la existencia en el lugar de la Lechuza Común, teniéndose noticias documentales en los repartimientos y en los protocolos notariales posteriores, al ser citado en distintos documentos.

La lechuza común (Tyto alba), que es de imaginar que da nombre al barrio, se encuentra preferentemente en zonas abiertas como los campos de cultivo. Se refugia en amplias grietas de barrancos, o bien en espaciosos agujeros de los árboles o en casas de aparejos. Es frecuente que se vean en áreas cercanas a poblaciones, ya que en este entorno pueden lograr numerosas presas.

Lechuza común (Daniel Gutiérrez - biodiversidadvirtual-org)
De color pardo dorado claro, con cara y partes inferiores blancas, la hembra, ligeramente más grisácea, no construye nido, sino que pone los huevos en un montón de "egagrópilas"  llamadas así las bolas que regurgitan o devuelven las aves rapaces, hechas con los restos no digeridos de sus presas: pelos, plumas y huesos. Mientras caza, la lechuza no depende solo de la vista. Por medio de diversos experimentos se ha demostrado que, por su sentido del oído, puede localizar a su presa en la más completa oscuridad.

El topónimo aparece desde los primeros años de la conquista y es mencionado en la data solicitada por Marina Ramírez el 27 de septiembre de 1549 cuando pide al Cabildo:

«... unas tierras que son a do dizen la Lechuza que tienen por linderos por parte de abaxo tierras que fueron de Gonçálo Martyn de Utrera e por el un lado el barranco del Gamonal e por el arriba a dar a la Montaña Bermeja e de la montaña Berrmeja por un lomo abaxo es el lindero del otro lado, e que podra aver çien fanegada de tierras poco mas o menos e en el dicho tienpo el dicho mi marido las tuvo e poseyo como cosa suya hasta que fallesçio con dos cuevas que estan a la parte de abaxo e como el fallesçio despues aca yo no he podido hallar la petiçion en cabildo de como se las dieron...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Casa del Agua (lospasosquedejamosatras-blogspot-com)
Y en otro repartimiento posterior a favor de Pedro Ximenez Casasola, "… escrivano de su magestad e lugarteniente de Juan de Ariniz escribano mayor del cabildo desta isla ...", que el 20 de diciembre de 1549 lindando con tierras de la la anterior manifestaba «... me agan merçed de me mandar dar un pedaço de tierras que son adonde dizen la Lechuza junto a otras que el tiene e posee Marina Ramirez mi suegra lindando de la una parte con las dichas tierras de my suegra e por el un lado el barranco del Gamonal arriba a dar a la montaña Bermeja que esta debaxo de la hoya del Gamonal e son estas tierras yendo al dicho barranco del Gamonal arriba a mano yzquierda e por la otra parte lindan por el lomo alto que desçiende de la montaña Bermeja hazia abaxo a dar sobre las dichas tierras de la dicha my uegra en que podra aver ochenta fanegadas de tierras e lo que oviere debaxo de los dichos linderos ...» (IBIDEM).

Después hay una referencia documental del topónimo muy antigua en el testamento de 27 de septiembre de 1684 de Francisco Navarro Montesdeoca, Licenciado, Presbítero y notario del Tribunal de la Inquisición, donde en los bienes vinculados a su patronato incluye una finca en La Lechuza con la siguiente descripción «Cercado de nueve fanegas de tierra labradía y “arrifes”».
 
Casa rural del siglo XIX (vikingu-es)

Con posterioridad otra del 25 de noviembre de 1717 donde Bartolomé Navarro del Castillo incluye varias fincas en La Lechuza que son: dos fanegas de tierras labradías con noventa y cinco brazas de pared; ocho celemines de suerte de tierra calma y viña, con cincuenta y ocho brazas de pared; huerta de tres celemines con ocho brazas de pared; suerte de tierra de cuatro fanegas donde llaman las Fuentes; y mil reales antiguos que le corresponden en una casa de alto y bajo en el lugar.
Molino La Jurada (Patrinet)
Otras propiedades en La Lechuza de la que se tiene constancia documental sucesiva son una suerte de viña de dos fanegas, y otra suerte plantada de árboles de tres fanegas con casa terrera, granero, cocina y bodega, las cuales aparecen en el testamento de Manuel Francisco Alvarado Navarro del Castillo, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición y cura rector de la parroquia de San Bartolomé de Tirajana, fechado el 11 de noviembre de 1736.

A los anteriores bienes vinculados en 1793 por decreto del obispo Tavira se le agrega una suerte de cinco fanegas dejada en 1790 por el presbítero Domingo Navarro del Castillo.

Las dos primeras fincas fueron vendidas como consecuencia de la ley de desamortización, asignando el Cabildo a la Instrucción Pública local dos láminas o inscripciones intransferibles al tres por ciento para que con sus intereses se atendiese a los gastos de escuela y sueldo de los maestros. Y el 10 de octubre de 1866, el estado asigna las cinco fanegas de bienes propios en La Lechuza a los bienes propios del ayuntamiento para la construcción de una escuela.

En este barrio se encuentra uno de los pocos molinos verticales que existieron en la isla, llamado molino de la Jurada, que es accionado por una noria. Construido con piedra y argamasa con techo a un agua, está situado en un camino que sube, atravesando una explotación ganadera abandonada en la margen izquierda del barranco de Camaretas.

Conjunto de casa y alpendre (Fedac)
Tomaba el agua procedente del Corral de los Juncos de la Heredad de La Lechuza. Tuvo dos tipos de turbinas, una horizontal y otra vertical, siendo el tubo de caída redondo; y a la salida del molino tenía una cantonera o caja de reparto que distribuía las aguas al centro y sur de la isla. Molía centeno, cebada, lentejas y millo, y se cobraba la parte proporcional de lo molido por libras, onzas y, al final, por kilos.

Igualmente se conserva una Casa Solariega del siglo XVIII, convertida en hotel rural, que en su reconstrucción ha respetado todos los elementos de la arquitectura tradicional de la zona.

Una lograda combinación de madera y piedra, formas geométricas y cálidos colores naturales, donde el clasicismo estructural se une a la modernidad decorativa y a los detalles interioristas.



Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)