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miércoles, 12 de septiembre de 2012

TEMISAS (AGÜIMES)

Topónimo aborigen con el que se conoce el asentamiento poblacional más al poniente del municipio de Agüimes, en la divisoria con Santa Lucía de Tirajana, al sur de Los Cañadones dentro de la "Reserva Natural de los Marteles" y al norte de la Montaña del Tederal.

Fotografía de Nacho González
Desde los primeros tiempos era un asentamiento aborigen eminentemente pastoril, destacando por su importancia el yacimiento conocido como La Audiencia, vinculado de alguna forma a los distintos asentamientos situados más al sur, como pudieran ser la Cuevas del Gigante, e incluso los del barranco de Balos al sudeste o las Fortalezas al suroeste.

Los aprovechamientos de las tierras de alguna forma autorizados por el Cabildo Catedralicio, serán progresivamente ratificados por el Cabildo General, acreditándose en distintas datas como lo indica la viuda de Salvador Jiménez, Ana Fernández, quien el 17 de septiembre de 1540 manifiesta:

Horno de tejas (Fedac)
«... que ençima de Temiças termino de Aguymez donde ella mora de diez años e mas tiempo a esta parte estan çiertos pedaços de tierras de sequero montuosas e desaprovechadas en las quales ella e el dicho su marido desmontaron quatro o çinco hanegadas y las an senbrado çinco o syes años e alderredor dellas podran ver otras ochenta fanegas por desmontar e (tie)nen por linderos de la una parte de abaxo el açequia que sale del barranco de Temiças e viene a dar al parral de Coronado Pelos e del parral sa(e u) barranco que va a dar al llano de la Santidad por la p(arte de) Tirahana alindan con la cordillera del barranco de Temiças e por la banda de arriba del Asiento viejo que fue de Bartolome Gonçalez e por otra parte alindan con el risco del cardon un cochillo que de a ende a tener a los Cardones de Temiças a un atajo que sale de Temisas ...». (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Ermita (rosagrancan-blogspot)
Siglos después, el 22 de noviembre de 1755, el obispo Morán reparte entre los vecinos de Temisas la Montaña del Tederal, donde venían realizando sus ancestrales aprovechamientos pastoriles.

En plena "sierra", a 650 metros de altura, el valle de Temisas, atravesado por la carretera Agüimes-Santa Lucía (GC-550) construida sobre el antiguo camino Real, está conformado de naciente a poniente por los núcleos de La InmaculadaSan Miguel Corazón de Jesús, guardando una unidad arquitectónica con fuerte integración del paisaje, formando una serie de pequeños caseríos concentrados.

El caserío histórico (Rafael Peñate Navarro)
La vivienda es un claro exponente de la arquitectura doméstica canaria, de gran sencillez compositiva, plantas rectangulares, muros de cargas y cubiertas a dos aguas, predominando las viviendas de planta baja, con algún ejemplo de dos plantas.


Vista nocturna de la ermita (Felipe Molina)
En este pago se encuentra la ermita de san Miguel construida en 1730 por sus vecinos alentados por el dominico de Agüimes Fray Marcos Gil que se encontraba destinado en el lugar en aquella época, quien esculpió y regaló a la ermita la imagen del patrón San Miguel Arcángel.

Las tierras y aguas del valle han tenido un elevado aprovechamiento agrícola, especialmente en frutales y en los siempre presentes olivos, como puede apreciarse en distintos documentos.


Molino de aceite de Las Cuevas (Fedac)
En el testamento de Pedro Alemán, del 8 de noviembre de 1770, declara varias fincas de su propiedad, unas en las Longueras y otras en Las Hoyas, llamadas pedazos de «haciendas de árboles frutales en el Valle de Temisas, bajo el Heredamiento de la Longuera, con asiento de colmenas», unos heredados y otros comprados.

También el 21 de diciembre de 1805, en una venta de bienes que habían sido donados por varios vecinos a una Cofradía en la ermita de Temisas, las tierras vendidas son un «Pedazo de huerta de olivar e higueras en Temisas, junto a la ermita de San Miguel, y dos días, cuarenta y ocho horas de reloj, de agua del Barranco de la Longuera y del Juncal Alto», siendo los compradores Santiago Verdugo, Mateo Alemán y Francisco Alemán.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

miércoles, 11 de abril de 2012

AUDIENCIA, LA (AGÜIMES)

Actualización: 2013/02/01
Se encuadra en un poblado arqueológico situado muy cerca de Temisas, también llamado de Risco Pintado, de cuevas labradas artificialmente empleadas para distintas funciones: dormitorio, cocina, silos, granero, hornos, tagoror, etc. El topónimo responde a la denominación popular dada a la estructura de piedras localizadas en la base del Risco Pintado que algunos autores consideran que es un tagoror.

Vista de Temisas (Romero Caballero, J.)
Están muy estudiadas las hipótesis que el tagoror era un lugar de reunión de los aborígenes canarios donde los ancianos sabios y jefes de la tribu se convocaban para tomar decisiones que les afectaban, con el objeto de impartir justicia sobre las cuestiones que se planteaban, en cuyo espacio se daba audiencia a las distintas partes para exponer sus opiniones a favor y en contra que una vez oídas daban lugar al debate y resolución.

La estructura de piedras tiene unas dimensiones son  de 5,60 por 3,60 metros, conformando un recinto ovoide con cuatro gradas arqueadas, que se asemeja al modelo de tagoror existentes en otros lugares de la isla.

El conjunto de cuevas son artificiales labradas en la toba, aunque también se aprovechan algunas cavidades naturales que son retocadas, de diversos tamaños y morfologías que incluyen graneros -como las Cuevas del Pósito- y hornos. Uno de los hallazgos más significativos de los localizados en estas cuevas es la gran abundancia de tejidos elaborados sobre fibras vegetales.

Se trata de un poblado de cuevas, con una complejidad semejante a la de otros conjuntos, localizándose cuevas de diversos tamaños y morfologías, a las que, pueden atribuirse diferentes funciones (dormitorio, cocina, etc.).

Cuevas del Pósito (Fedac)
Además de las cavidades hay otros elementos que articulan el espacio como pasos, escaleras, túneles, etc. y constituyen también obras artificiales. En la función doméstica de algunos espacios se encuentran alacenas, hornacinas, silos, etc., estimándose que algunas cavidades han sido consideradas como zonas de trabajo especializado, especialmente la posible existencia de un taller dedicado a las manufacturas de las fibras vegetales, precisamente por la importante cantidad de vestigios confeccionados con esta materia prima y los útiles necesarios para tales tareas.

El espacio dedicado al almacenaje, conocido con ese castellano arcaico de Cuevas del Pósito ya referido, pone de relevancia el cuidado que caracteriza la ejecución de los espacios para garantizar la conservación y seguridad de los productos que allí se guardarían destinados al consumo humano.

A la construcción en piedra de la que se entiende es un horno alfarero, el único superviviente de una serie que quedó destruido con la construcción de la carretera en 1939, se le asocia una ingente cantidad de fragmentos cerámicos y cenizas.

Por último, están el número elevado de cuevas naturales y artificiales destinadas al enterramiento de carácter colectivo que se encuentra en el extremo sur del poblado y que fueron inténsamente expoliadas a principios del siglo XX. Fueron catalogadas arqueológicamente en la primera investigación como Cuevas de la Desarrapada, topónimo que fue dado erróneamente en posteriores inventarios a otros conjuntos. Este lugar también es conocido con el topónimo de La Caldereta.

El conjunto arquitectónico ha proporcionado abundante material arqueológico, gran parte depositado en el Museo Canario, y su estado de conservación es regular con un grado de fragilidad alto por la proximidad de los núcleos de población y carreteras, siendo de notable interés científico patrimonial.

El amplio pasillo que en la actualidad constituye el acceso más fácil para las Cuevas del Pósito es una apertura reciente. La zona de entrada originaria es posible observarla en la segunda oquedad descrita, correspondiendo a un estrecho paso con escalones labrados.


Vestigios de las nuevas cuevas (EFE)
Muy cerca de este lugar, en los últimos meses de 2012 cuando se realizaban obras de acondicionamiento de la carretera de acceso a Temisas, bajo los riscos se han descubierto nuevas cuevas que quedaron selladas por antiguo desprendimiento de rocas, por lo que han permanecido prácticamente en su estado primitivo. En su interior se han encontrado muelas de moler, morteros de piedra, útiles de madera y fragmentos de esteras vegetales, acompañados por restos de trigo y cebada.

En los análisis microscópicos de los granos y las espigas recuperadas en estas cuevas se ha observado que presentan marcas de corte con útiles de piedra, lo que permite argumentar que se trata del espacio donde los aborígenes procesaban el cereal antes de su depósito en los silos que pudieran estar situados en otros niveles superiores, o en las mencionadas Cuevas del Pósito.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

viernes, 28 de octubre de 2016

CAÑADÓN/ES, EL/LOS (AGÜIMES Y OTROS)

Así como el topónimo genérico ‘cañada’ es habitual en todas las islas, en singular  y plural ‘cañadón’ y ‘cañadones’ lo encontramos exclusivamente en Gran Canaria, y todos ellos en la considerada por los estudiosos ‘isla vieja’ de los tiempos geológicos, de manera aproximada la mitad suroeste, mucho más afectada por la erosión.
 
Los Cañadones en Agüimes (Rafael Peñate Navarro)
En la entrada a este blog de los topónimos genéricos, ya anotábamos que ‘cañada’ señala la presencia de un barranco pequeño, estrecho si se refiere al relieve, que es la acepción más usada en Canarias; pero también puede significar “lugar de paso de ganado” en el pastoreo, marcando la diferencia del académico significado del DRAE «Espacio de tierra entre dos alturas poco distantes entre sí».

En cuanto a la voz ‘cañadón’, que pudiera entenderse aumentativo de la anterior, el DRAE nos ofrece tres acepciones descriptivas usadas en distintos lugares. La primera recogida, al uso en Andalucía y Cuba, es «Cañada honda». La segunda al uso en Argentina, Bolivia y Paraguay «Cauce antiguo y profundo entre dos lomas o sierras». Y la última en Uruguay, puede ser una variante de la anterior con agua «Hondonada en forma de amplio cauce, con riberas altas, por la que circula una pequeña corriente de agua».

No parece que ninguna de las tres se aproximan a los ‘cañadones’ que en la isla encontramos, y quizás lo sea por el encogimiento de los cauces por el tamaño de la isla. Aquí en la isla, porque lo fueran con toda probabilidad originados por grandes barranqueras de aguas en fuertes descensos en laderas dejando a ambos lados a su paso ‘puntones’ o rocas compactadas que resistieron a la erosión.

Cañadón de Tasarte (Google Earth)
Sí hay que entenderlos como viejos cauces de escorrentías o vertientes, venidos a menos por el descenso progresivo en siglos de la pluviometría, y si bien en tiempos de lluvias pueden llevar hilos de agua, a partir de su relativa desecación se convirtieron en lugares de paso de ganado por su accesibilidad, dado que  no llegaron a constituir ‘caideros’ formados en las caídas de agua en vertical, con la única excepción del Cañadón de Tasarte que puede llegar confundir en el inicio de su caída vertical de los 1.300 msnm., si bien el topónimo lo recibe cuando lo forma en la cota de los 1.000 msnm. Todos ellos en los tiempos actuales son rutas habituales de los senderistas por su espectacularidad y belleza.

Panorámica del Cañadón de la Chapa (Google Earth)
Encontramos en la isla los siguientes topónimos ordenados por municipios, entre ellos algunos derivados del primario. AGÜIMES: Los Cañadones; ALDEA DE SAN NICOLÁS: Blanquizal del Cañadón, Cañadón de Tasarte, El Cañadón, Los Cañadones y Filos de los Cañadones; SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA: Alto del Cañadón, Cañadón de la Baranda, Cañadón de la Meseta, Cañadón de la Manzanilla, Cañadón del Jierro, Cañadón Sombrío, El Cañadón y Los Cañadones; TEJEDA: Cañadón de la Chapa, El Cañadón, Los Cañadones y Montaña de los Cañadones.

Vertientes del Cañadón de la Chapa (Yeray Santana)
Su localización es posible en los mapas que insertamos por las referencias próximas conocidas, y así los encontramos con una fisiografía con las formas más caprichosas que la naturaleza pueda crear. Desde la Montaña que lleva tal nombre en Tejeda cuyas laderas están formadas por cañadones, muy cerca de la Presa de las Niñas, que constituye todo un enigma entender como pudo erosionarse de tal forma cuando no cabe comprender como pudo acumular agua en su cumbre que originara tal erosión, pero con total seguridad alguna explicación geológica tendrá.

También Los Cañadones aldeanos, entre Vallehermoso y Guguy, donde se pueden contemplar los mecanismos erosivos de los siglos, conformando la alineación de filos, cañadones y rodaderas en dirección naciente-poniente, donde sólo este lugar recibió el topónimo si bien otras muchas escorrentías de Vallehermoso y Guguy podrían haber sido candidatos a ser reconocidos como tales porque horadaron igualmente el relieve.

Los Cañadones y el Filo en Aldea de San Nicolás (cibermaruja)
Otros muchos no ofrecen mayores complejidades de entendimiento, pues los encontramos en el cauce medio alto de un barranco, como lo pueden ser los tirajaneros de la Baranda, la Manzanilla y la Meseta, cerca de Montaña Negra, Los Bailaderos en el Pinar de Tirajana, y del Risco Blanco, respectivamente. 

Entre el grupo anterior no hemos de olvidar el Cañadón de Tasarte que demostró su origen el 21 de diciembre de 2009 cuando las aguas torrenciales caídas en el Blanquizal del Cañadón, entre la Montaña de Los Hornos y la Montaña de Ojeda, en la cota de los 1.400 msnm, motivó un gran aluvión que erosionó y modificó el propio cauce del barranco acentuando un desdibujado cauce y provocando graves incidentes en el barrio de El Palillo. La erosión y destrozos se debieron a la cantidad y fuerza del agua caída, corriendo por una pendiente media del 42% en los 2.300 metros recorridos entre el pueblo y los altos del cantil.
 
Instantánea de 2009 del cauce erosionado del Cañadón de Tasarte (aguasgrancanaria-com)
Más notorios y espectaculares son otros. Ya hemos tratado en otra entrada a este blog dos de los cañadones tirajaneros, muy conocidos por ser el supuesto paso de la prehistoria a la historia de la isla, obligado paso en la trashumancia, y posiblemente los más altos e impresionantes: Cañadón del Jierro y Cañadón Sombrío.

Como ejemplo típico de la espectacularidad paisajística que nos ofrecen los cañadones, tratamos con mayor profusión fotográfica el primero de los citados por orden alfabético, el de Agüimes. Situados al norte de Temisas, muy cerca del barrio en el que encontramos yacimientos arqueológicos de relieve, hemos de destacar la presencia en el lugar de las ruinas de un singular horno para la construcción de tejas del siglo XIX, construido con piedra y barro, revocado en su interior con arcilla roja, que mucha probabilidad de que fuera el proveedor de muchas de las cubiertas a dos aguas de las viviendas del lugar de muy bella factura.
 
Andén Blanco en Los Cañadones (caminosdecanarias.blogpost-com)
Muy cerca de Los Cañadones encontramos el Andén Blanco que debió ser mejorado de forma artesanal en tiempos pasados, así llamado por discurrir sobre el sustrato blanco de los riscos, y el cual habilitó en el pasado la subida al horno de tejas situado en lo alto de Los Cañadones.

A la espectacularidad de los propios cañadones, hay que destacar la gran panorámica que desde lo alto se domina del barrio de Temisas, pudiendo admirarse en su entrada a este blog la belleza de los techos de tejas de las viviendas más antiguas del pago.
 
Los Cañadones de Agüimes (Rafael Peñate Navarro)
La elaboración artesanal de tejas tiene presencia en la isla desde el siglo XVI, tiempos cuando el molde más elemental era la parte delantera del muslo humano, en mayor medida femenino debido al gran número de mujeres que practicaban este oficio, adquiriendo así la forma troncocónica estrecha en la parte superior y estrecha en la inferior para su sujeción en los techos, siempre utilizando arcillas encontradas aquí y con un proceso de cocción en hornos que poco variaron con respeto al horno que aquí encontramos del siglo XIX como ya se ha dicho, salvo su tamaño en relación con las cantidades producidas.

El tamaño de los hornos antiguos vendría limitado precisamente porque la elaboración de las tejas era un oficio complementario al principal de su actividad, normalmente el cultivo de sus tierras, hecho que limitaba el número de tejas elaboradas.
 
Horno de Los Cañadones y Temisas al fondo (Aider Gran Canaria)
La proliferación de los hornos en el XIX viene dada por el aumento de la demanda tanto para edificios públicos como para la arquitectura doméstico, y ello propició aumentar la producción a partir de su preparado en moldes.

«… la cadena operativa se caracterizaba por someter la tierra a un proceso de limpieza y retiro de impurezas (piedras, raíces) a través del cernido o cribado. Posteriormente, se mezclaba con agua y se dejaba esponjar. A la masa obtenida se le añadía arena de barranco o tomada en zonas con calidades propicias para el cocido. La mezcla era amasada utilizando herramientas y aperos de labranza (raspaderas, azadas).
 
Horno de tejas de Los Cañadones (Aider Gran Canaria)
En diversas ocasiones —tal como se hacía hasta pocas décadas atrás— se empleaba una vaca para pisar el barro pues la demanda era tan alta que los alfareros no podían elaborar tanta cantidad de barro sin el empleo de estos medios. Una vez obtenida la masa o pasta, dependiendo de las piezas a elaborar, se seguía un patrón determinado. Por ejemplo, en el caso de las tejas y tejones, se cortaba un trozo de barro y se vertía en estructuras de madera construidas de forma trapezoidal —en el siglo XIX éstas pasaron a ser de hierro—, denominadas gradillas (con diversas medidas según se quisiera realizar tejas, tejones, tejas de pequeño tamaño, etc.).

Detalles del revocado interior del horno (Aider Gran Canaria)
Tras establecer la cantidad de barro formativa de cada pieza se le pasaba el raidero, es decir, un útil de madera cuyo fin es ajustar la vitola o medida de cada pieza a un estándar, eliminando el barro sobrante. Finalmente, la masa a emplear se introducía en moldes de madera individuales, llamados galapos o galápagos, donde ésta tomaba su forma definitiva.

Una vez lograda la teja se extraía del molde y se ponía a secar al sol sobre el llamado mantillo o tendedero. Tras el secado —prolongado por varias horas— las tejas se trasladaban hasta el interior del horno, donde el tejero las colocaba con cuidado y con determinada distribución para facilitar su cocción.

Detalle de Los Cañadones de Agüimes (caminosdecanarias.blogspot-com)
Los ladrillos eran elaborados con una pasta similar, vertiéndose el barro dentro de unos moldes —habitualmente dobles—, la cantidad de pasta se ajustaba a la cavidad, se prensaban con las manos y se le pasaba un rayador para su enrasado. Una vez concluidas dichas acciones, se extraía el bloque del molde con un leve golpe y se secaban al sol sobre el mantillo en espera de entrar en el horno de cocción.

Vista de Los Cañadones desde Temisas (Google Earth)
La elaboración de los citados materiales era estacional, predominando las cocciones en los meses de verano cuando los hornos —descubiertos— podían tener un mayor rendimiento. Las tejas solían tener como medida estándar —la denominada en la actualidad teja vieja, antigua o canaria— unos 42 centímetros de largo, por 15-18 de ancho y 7 centímetros de alto (desde la base al arco). El ancho del labio solía ser de 1,5 centímetros y su peso medio, una vez guisada, se situaba en 1,5 kilogramos» (QUINTANA ANDRÉS, JIMÉNEZ MEDINA et ZAMORA MALDONADO, 2014, p. 7).

Localización de Los Cañadones en Agüimes (IDE Gran Canaria)

Localización del Cañadón de Tasarte y del Blanquizal en Aldea de San Nicolás (IDE Gran Canaria)
Localización Los Cañadones y del Filo en Aldea de San Nicolás (IDE Gran Canaria)
Localización Cañadón de la Baranda en S. Bartolomé de Tirajana (IDE (Gran Canaria)
Localización Cañadón de la Manzanilla en S. Bartolomé de Tirajana (IDE (Gran Canaria)
Localización Cañadón de la Meseta en S. Bartolomé de Tirajana (IDE (Gran Canaria)
Localización Cañadón de la Chapa en Tejeda (IDE (Gran Canaria)
Localización Los Cañadones y Montaña de los Cañadones en Tejeda (IDE (Gran Canaria)