viernes, 11 de marzo de 2016

MONJAS, CUEVAS Y MONTAÑA DE LAS (TEJEDA)

Situados ambos topónimos al sur de Majada Alta y al norte del Lomo de las Cañada de la Perra, entre el Lomo de la Cueva de la Negra al naciente y la cabecera de la Presa de Las Niñas al poniente, la Montaña recibe el nombre de las Cuevas existentes en la falda sur de la misma.

Detalle fotográfico de la Montaña (elcoleccionistadeinstantes-blogspot-com)
Probablemente por relacionarse también con los mismos ritos prehispánicos, algunos senderistas erróneamente identifican como Montaña de las Monjas a la Montaña de Las Brujas de 1.466 metros de altitud, estando situada esta última en Inagua al sur del Risco de la Iglesia y al norte del Andén Ancho, y entre Lina al naciente y la Hoya de la Bica al poniente, formando parte de las cabeceras de los barrancos del Lomo de Juan Mateo, Vigaroé y Las Garabateras.

Localizaciones: en rojo, Montaña de Las Brujas; en azul, Montaña de las Monjas
(IDE Gran Canaria)
Respetando la nomenclatura del Instituto Geográfico Nacional y del IDE Gran Canaria, la Montaña de Las Monjas que alcanza los 1.005 metros de altitud, se encuentra como ya se ha dicho en la cabecera de la Presa de Las Niñas. La confusión ha sido de tal tamaño que incluso algunos mapas turísticos, poco rigurosos, incluyen ambas Montañas con el mismo topónimo “de Las Monjas”.  

Los defectuosos mapas de información turística
Estimamos que con  anterioridad a la construcción de la Presa de Las Niñas en 1935, todo el territorio que ocupa el vaso y las vertientes perimetrales de la misma debieron tener singular importancia arqueológica, donde pudieron  haber existido vestigios de un prehistórico asentamiento aborigen troglodita de barranco para el aprovechamiento del mismo.

Croquis Degollada del Gigante
 (Celso Martín)
En la actualidad nos quedan como vestigios arqueológicos en la margen de poniente de la Presa, las Cuevas de Majada Alta o Cuevas de Las Niñas, entre las que destaca una cueva con pictogramas. Al norte de estas cuevas encontramos el topónimo Degollada del Gigante, donde se localiza un alineamiento de forma circular con piedras hincadas para rituales, a semejanza de otros conocidos en la isla. En las entradas a este blog CUEVAS Y PRESA DE LAS NIÑAS y CORTIJO Y CUEVAS DE MAJADA ALTA se da información sobre los vestigios de estos lugares.

La descripción previa de este escenario nos permite conocer del origen del topónimo que en esta entrada desarrollamos de Cuevas de Las Monjas. La cita que nos hace el desaparecido profesor Celso Martín de Guzmán, en su obra Las culturas prehistóricas de Gran Canaria (Madrid, 1984), referidas a las crónicas de Antonio Sedeño (Redacción Cervantes, 1640), nos acerca mucho al origen del topónimo.

«Maguadas: Cuando tenian falta de agua para sus panes tenían personas recogidas y de buena vida que la pedian, poniéndose en lugares altos que estaban señalados pa ello y estos eran como a manera de monjas qe. guardaban cantidad y frailes los cuales recibian cierta parte de los puntos qe. se cogian en la tierra y los ponian en cuevas qe. tenían pa ello, y lo guardaban un año y cuando venía el tiempo de cojer otro esquilmo, de cada cosa no podían recibir aquella parte sin qe. primero gastasen lo del año pasado dándolo a los pobres, y pa esta había grande orden y personas diputadas destos religiosos qe. las hacían guardar» (Cap. XVII, 61-62).

Vista septentrional de la Montaña (Google earth)
Para más abundar, el profesor e investigador nos hace la cita de la crónica Lacunense (Redacción Antonio, 1666).

«Casas de doncellas [Gineceo): «... y assi mismo tenían estos guanartemes casas de Donzellas encerradas a manera de emparedamientos que oy llaman monjas, a éstas tales las llamaban las maguadas. No salían fuera de aquellas casas sino a pedir a dios buenos temporales y a labarse a la mar, eran muy queridas y regaladas de los Guanartemes y seruidas de los nobles ...» (Cap. 22, 224).

Añade y clarifica en su libro el mismo investigador sobre el término de “maguada” con la cita de otro cronista y la interpretación que del mismo hace el también desaparecido profesor y filólogo Juan Álvarez Delgado en su artículo “Más sobre las Harimaguadas" en Revista de Historia (1942).

Vista de la Montaña y Cuevas (rapena)
«Otro de los cronistas primitivos, Gómez Escudero, da los siguientes datos: “Tenían las casas de las doncellas recogidas que estas no salían a parte alguna, salvo a bañarse ... (llamábanlas) Maguas o Maguadas y los españoles Marimaguadas, que siempre controvertieron el nombre de las cosas ... Estas maguas no salían de su monasterio si no era para pedir a Dios buenos tiempos...”. Escudero completa la información en otro párrafo: “Juraban por estos dos riscos muy solemnemente, a ellos iban en procesión con ramas y palmas, y las Maguas o vírgenes con vasos de leche para regar; daban voces y alzaban ambas manos y rostros hacia el cielo, y rodeaban el peñasco y de alli iban al mar y daban con las ramas”.

Para el Dr. Álvarez (1942) la variante “marirnaguada”, que ya dio por incorrecta Escudero, es una errada escritura de la voz “harimaguadas”, cuyo primer radical “hari” no puede considerarse como un añadido, sino que se trata de un prefijo propio de la lengua aborigen. Otros han escrito “máguada”, que estaría indicando la forma singular indígena “máguad”. La forma “maguas”, de Escudero, se explicaría por transformación de la “d” aborigen en “S” castellana, y su correspondiente plural, castellanizado en “maguadas”. Álvarez llega a las siguientes conclusiones lingüísticas:
El cuadro "Harimaguadas" del pintor Antonio Padrón
(bienmesabe-org)
1. Si “hari” se relaciona con “haruvici”, con significado de casarse, y “maguad”, con doncella, tendríamos por traducción: Joven casadera.

2. Si se interpreta “hari” como forma derivada de “hara” (encerrado, refiriéndose especialmente al ganado), podría significar: joven recluida, enclaustrada.

No se puede asegurar para las demás islas la existencia de estas “harimaguadas”, al parecer exclusivas de Gran Canaria».

Hemos querido enriquecer nuestro comentario con estas citas que nos aportan información sobre el oficio de las llamadas “harimaguadas” por los aborígenes, que fueron entendidas como “monjas” por los primeros cronistas y conquistadores, quienes debieron dar tal nombre a estas cuevas, por ser morada y refugio de las “harimaguadas”.

No debe sorprendernos que estas cuevas, conocidas y así llamadas por los castellanos, se encuentren en un lugar tan apartado de la costa que contravenía las propias normas de autoprotección de los recién llegados para no adentrarse en la isla. Aun así, estas tierras fueron ya apetecidas por los conquistadores y sus primeros descendientes, quienes debieron conocerlas cuando acosaron a Bentejuí en su huida hacia las Tirajanas, como lo prueban los topónimos próximos de CASERÍO Y PRESA DE SORIA y CUEVAS, MORRO Y RISCOS DE GONZALO, que deben probablemente su origen al conquistador Juan de Soria y su hijo Gonzalo de Quintana, teniendo las Cuevas de Gonzalo un extraordinario interés arqueológico.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 4 de marzo de 2016

SANTANA, HOYA DE (ALDEA DE SAN NICOLÁS Y TEJEDA)

Topónimo que encontramos en la jurisdicción de los municipios colindantes de Aldea de San Nicolás y Tejeda. Nos ocupamos primero del topónimo del municipio de las cumbres grancanarias cuyo origen encontramos  en los repartimientos. Está localizado en la margen septentrional del barranco de Ayacata, al sur de la Hoya de la Vieja, y enmarcado entre la Era del Pino al poniente y Las Eretas al naciente. Se trata de una pequeña hoya, cercana a la carretera Ayacata - Pie de la Cuesta (GC-605)  a la que sólo puede accederse por estrechos caminos rurales.
 
Vista de la hoya (Google Earth)
Su origen está documentado en la solicitud que el 15 de octubre de 1544 realiza Benito de Santana al  Cabildo General en la que expone «… me fue dado un asiento de colmenar que es en Ayacata en el qual asiento e alrededor del me harán señaladas merçedes de çinquenta fanegadas de tierras que son linderos Bastian Martyn vezino desta isla natural de Tenerife por la parte de arriba e por la otra parte Ysabel Salvago que corre el barranco abaxo de Aganaguin en lo qual Resçibire merçedes…» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
 
Localización en Tejeda (IDE Gran Canaria)
Pero estas cincuenta fanegadas no son las únicas tierras que tiene Benito de Santana en los contornos de Tejeda que llegan a confundirse con los de la Aldea de San Nicolás.  Tiene otra de fácil localización por los datos que se aportan «... en la cumbre de la syerra junto a la boca de la Mina…». Y se dan reseñas de otras, consistentes en un cercado de higueras de las que se dice que están junto a las tierras del regidor Juan de Çiberio «… hasta el barranco de Tejeda e el barranco abaxo hasta dar al dicho hasta dar al dicho çerco de Benito de Santana salvando un pedaço que entre estas tiene Benito de Santana …» (op.cit.).

Al poniente [izq] Hoya de Santana en la Aldea;
al naciente [dcha] Casas de Siberio en Tejeda (IDE Gran Canaria)
En la localización de estas últimas puede llevarnos a engaño la mención que se hace del barranco de Tejeda, pero hemos de considerar que aguas abajo es conocido como barranco de Siberio, antro-topónimo que tiene su origen en las extensas tierras de Juan de Ciberio, y de donde recibe la presa igual nombre y el pago de las Casas de Siberio. El barranco aguas más abajo al pasar a la jurisdicción de la Aldea toma su nombre.

De las mencionadas Casas de Siberio a la Hoya de Santana en la Aldea hay unos 6,5 kilómetros aproximadamente de distancia en línea recta. Nos permite estimar que ambos topónimos iguales, Hoya de Santana, tanto en La Aldea como en Tejeda puedan tener su origen en las tierras que fueron de Benito de Santana por la información de linderos que se aportan.
 
Panorámica desde la Hoya de Santana en la Aldea. Al fondo,
cauce del barranco de la Aldea o de Siberio (Google Earth)
En la Aldea la Hoya de Santana se encuentra situada al sur del pago de Jerez y al norte de Los Corraletes,  y entre Los Lomos al naciente y la Montañeta del Toscal al poniente; se encuentra muy cercana a la carretera Agaete - Cruce Playa de Mogán (GC-200), a su margen de poniente a la altura de El Barrio

Cuarterías abandonadas (Infonorte)
En esta hoya aldeana que en la actualidad se localizan invernaderos para el cultivo, se realizó hasta los años  setenta del pasado siglo el cultivo de tomates a cielo abierto en régimen de aparcería, de los que nos quedan como testigos las cuarterías abandonadas.

Pajar y cuarto de aperos (Fedac)
Muy cerca en el camino entre la hoya y el Montañón de Los Espinos encontramos un pajar y cuarto de aperos conocidos como de “Pepe Briginia”, de interés etnológico por su modelo de construcción con piedra y cal, techumbre de madera y torta, con dinteles de piedra, con el exterior enfoscado y el interior encalado, representativos de la explotación agrícola y ganadera de la zona. 

Localización en la Aldea (IDE Gran Canaria)
    

viernes, 26 de febrero de 2016

OJEDA, PINAR DE (TEROR)

Topónimo que localizamos sobre la divisoria con la jurisdicción del municipio de la Villa de Santa Brígida, entre el barranco de los Caideros al naciente y el Lomo de los Roquetes al poniente, quedando al nordeste de Espartero y el Laurelar, situado junto a los viejos caminos reales que desde San Lorenzo llevaban al El Faro, la carretera llamada Acceso a El Faro (GC-212). Después de pasar por el pago de El Faro, a unos 2 kilómetros, donde acaba la denominación de la anterior carretera, encontramos un cruce de caminos.
 
Vista del lugar (Google earth)
Hacia la derecha, en dirección al poniente, es la cuesta o camino de La Hoya que nos lleva a los distintos pagos en la cuenca del barranco de los Arbejales; al frente, en dirección sur, por el Lomo del Gallego nos llevará hasta el cruce de la carretera de Teror - San Mateo (GC-042) con la carretera Acceso a Aríñez (GC-400); y a la izquierda,  en dirección al naciente, es el camino real que procedente de la Villa de Santa Brígida pasa por los pagos de Los Silos y Pino Santo, así como la propia Caldera de Pino Santo, el tradicional que han seguido los romeros para llegar a la villa mariana de Teror. Estos caminos en su gran mayoría fueron habilitados como caminos vecinales y asfaltados a finales del pasado siglo.

Siguiendo este último camino real o vecinal, en dirección a la Caldera de Pino Santo, después de dejar atrás las desviaciones hacia El Laurelar y Espartero, al llegar a  la Cruz de la Caldera encontramos el acceso al Pinar de Ojeda que llega hasta El Corcovado, y conecta también con la carretera Acceso a El Faro (GC-212).

Pequeño pinar en El Faro (Google Earth)
Ese mismo camino era ya conocido el 29 de diciembre de 1545, como deja constancia la petición de un pedazo de tierras que hace el escribano Hernando de Padilla al Cabildo General, cuando al describir sus linderos dice «… E por parte de arriba con la caldera de Espartero e un camino que va del Pinar para que las pueda sembrar e aprovechar …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El antiguo Pinal de Teror, tal como era llamado en la antigüedad en los tiempos de la conquista, prácticamente nos será imposible localizar por la total desaparición del pinar, y no pueden llamarnos a engaño los pocos pinos que encontramos muy cerca de El Faro resultado de una plantación de años en una finca particular.

Desde los primeros momentos preocupaba al Cabildo General de la isla la tala incontrolada de sus pinares, estableciendo prohibiciones tempranas a través de sus ordenanzas:

«Otrosí que en los pinares desta ysla que es el pinal desta cibdad e Terore ny en el de Gáldar ny en la Montaña de Tamadava ny en todos los otros pinares ninguno corte nyngund pino de pie syn licencia de la cibdad so pena que si fuere pino grande que baste para prensa o exe o cureña aya de pena mill maravedís e si fuere pino menor aya de pena trezientos maravedís e el tal pino perdido e que el tal pino o su valor sea para los propios» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria. 1531, Sevilla, 1974).
 
La tea de la Casa de Colón (Patronato de Turismo de GC)
Pero esta ordenanza proteccionista, en la que es mencionado el “pinal de Terore”, tuvo que plegarse en los primeros tiempos por las necesidades de la madera de los pinos para la construcción de casas y edificios, y como no, para las distintas actividades económicas. Tenemos presente siempre la madera de tea de los pinos viejos que fue utilizada en la construcción, y aun siendo mucha la talada con este fin en la isla para pisos, sobrados, techos, puertas y ventanas, olvidamos aquellos que fueron talados para atender otras actividades económicas.

Si bien los ingenios azucareros hacían sus fuegos con leña de todo tipo, los trapiches, molinos y las propias dependencias del ingenio, disponían de ejes, prensas, esteos, tirantes, puertas, tapias, balcones, tanques, etc., muchos de ellos fueron construidos con tea. Después, el cultivo de las parras sustituyó al cultivo de la caña de azúcar, siendo necesaria mucha tea para los lagares.

La tea de los lagares (lospasosquedejamosatras-blogspot-com)
«… cultivo implantado en las islas desde la conquista por la demanda del vino en la alimentación de los pobladores, va a conocer un desarrollo importante en la segunda mitad del siglo XVI, época en la que iba desplazando al azúcar en las exportaciones, y va también a necesitar madera para construir las burras y latadas, los horcones, donde descansen las cepas, así como tablones y tablas para construir los lagares. Estos últimos se fabricaban con tablones, durmientes, cureñas, prensas, palos, jiburones y tijeras, todo de madera. Eran necesarios para pisar la uva y obtener el mosto, por lo tanto su fábrica se hizo imprescindible. Eran construcciones de madera de pino o tea, mientras que la pieza principal de la prensa se ejecutaba en barbusano, por ser madera sólida, sin nudos y pesada » (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

Sin olvidar las carretas que eran necesarias construir en madera para trasladar los productos terminados, e incluso para trasladar los grandes troncos y las grandes piedras para la construcción de todo tipo de edificios, públicos y privados. Tampoco hemos de olvidarnos de la «… amplia tradición constructora que se remonta desde los primeros años de la conquista hasta la actualidad …» tanto para la construcción como para la reparación de los barcos. «… cintas de cubierta, curvas, palos, durmientes, mástiles, etc. Muchas partes de los barcos, en concreto las del exterior se hacían de madera de pino canario (…) La construcción naval generó otra actividad económica: la elaboración de la brea, que se realizaba mediante la quema y destilación de los pinos canarios. Para ello se preparaban hornos en las cercanías de los pinares» (op. cit.).
 
Carpinteros de ribera en San Telmo (Fedac)
La narración del francés André Thevet, datada en 1555, recogida por la obra citada nos describe esta última actividad de la extracción de la también llamada pez, en su lugar de obtención.

Calafateando con brea
«… aquí elaboran una goma negra que llaman brea. Derriban los pinos, que hay en gran cantidad, y los parten en gruesos leños hasta tener unas diez o doce carretadas, y colocan las piezas unas sobre otras en forma de cruz, y por debajo de esta pila hay una fosa redonda de mediana profundidad; luego prenden fuego en esa leña casi por la cúspide del montón, y entonces produce su goma que cae en esa fosa».

Poco se conoce de cuándo y por quién se talaron los pinos en este lugar, pero por su proximidad a la Ciudad, tuvo que ser de los primeros pinares extinguidos, tocando después el turno a los más lejanos del Pinar de Santiago en el sur y al Pinar de Gáldar o Tamadaba en el norte, para luego llegar hasta los Llanos de la Pez en el centro de la isla.


Sí parece que hasta finales del siglo XVI existían pinos en el lugar, según se desprende de un protocolo del escribano Lorenzo de Palenzuela, en el que se concierta el corte de pinos para la desaparecida iglesia de la Concepción en Triana:

«En Canaria, veinte y sinco de abril de mill e quinientos e noventa años ante mi el escrivano e testigos pareçió Antonio Alvares, aserrador, y dixo se obligaba e obligó en fabor de Gaspar de Ayala, como persona que tiene a cargo la obra que se haze en Nuestra Señora de la Conseçión, de aserrar veinte y sinco tosas de pino que el a cortado y rrolado en el pinar de Ojeda para la dicha yglecia; éstas enpesará aserrar desde mañana veinte y seis de este mes aprovechando la madera y aserrandolas de la bitola que se le pidieren, en precio cada dozena de tablas que aserrase de ellas a precio de quinze rreales y medio por cada dozena de todas ellas, grandes y pequeñas, y esto se me a de dar por el aserrada y cortada de las dichas tosas, y por quenta e rreçibido hasta oy quarenta reales en dineros de contado y lo demás se me a de yr dando como lo fuere trabajando y por este precio las aserraré y no alsaré mano hasta que las acabe de aserrar e si alsare mano dellas por juramento se dé mandamiento contra mi para que baya a hazello e me conpelan a ello e así se obligo cunplirlo y a ello su persona e bienes e dió poder a la justicia e rrenuncio las leyes de su favor y otorgó obligación en forma e por el otorgante a quién yo el escrivano conosco lo firmó un testigo, siendo testigos Tomás de Ariñes e1 biejo e Juan Zanbrana e Rrodrigo Alvares, vezinos de esta isla» (citado por LOBO CABRERA, M.: Aspectos artísticos de Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 1981).

El único y joven pino del paisaje del Pinar de Ojeda (Google earth)
Sobre el origen del antro-topónimo, sí parece que se circunscribe a los primeros Ojeda llegados a la isla a los que se vinculan con la actividad maderera.    

«En el primer peldaño de la escala nos aparece Juan de Ojeda junto a su más que probable deudo, Cristóbal de Ojeda, primeros de este apellido de los que se tiene noticia en la Gran Canaria de principios del siglo XVI. Es nuestra pretensión concluir en este apartado que estos dos personajes vienen a la isla como mercaderes burgaleses con base en Sevilla, casándose en Las Palmas casi al mismo tiempo: Cristóbal en 1513 con Inés Bernal y Juan en 1515 con Catalina Ramírez, ambas hijas de probables conquistadores con las que tuvieron una descendencia que pensamos que está en el origen de todos los Ojeda de esta isla.

(…) Es posible que los Ojeda se hayan interesado en origen por la explotación del pinar del que se obtenían materias como la pez, producto esencial en la época para el calafateado de los barcos, y la madera, combustible básico para el mantenimiento de las calderas de los ingenios en las que se elaboraba el azúcar.

Ortofoto (IDE Gran Canaria)
(…) Pero es también en Teror donde se da una importante presencia de dicho apellido en el siglo XVI siendo el personaje de esta villa más antiguo integrado en nuestro árbol una tal Inés de Ojeda casada con Gaspar Hernández que tienen por hija, entre otros vástagos, a Catalina de Ojeda, casada con Luis Sánchez; por nieta, a Francisca de Ojeda casada con Juan Domínguez Castellano; por bisnieta, a Catalina de Ojeda Domínguez nacida en 1640; y por tataranieta a Gregoria de Ojeda nacida en Teror, como todas sus ascendientes, allá por 1672. Esta enumeración genealógica dado que es enteramente femenina nos permite apuntar que Inés la primera de las mujeres citadas (considerando un promedio inferior a 30 años por generación) debió nacer sobre 1530-1540. Es decir, que podría ser hija de cualquiera de los hijos de Cristóbal y Juan de Ojeda que hemos señalado al comienzo como fundadores de esta estirpe» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria -1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).

En el paisaje actual del Pinar de Ojeda encontramos además de las escasas tierras de cultivo, muchas tuneras, árboles frutales y campos de hortalizas para el auto abastecimiento de sus vecinos, y, la propia belleza de su paisaje. De los pinos, al margen de los que puedan haberse plantado en los jardines de los pequeños chalet, sólo nos queda el topónimo como recuerdo de su historia.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 19 de febrero de 2016

OJEDA, DEGOLLADITA, LLANOS, MONTAÑA Y PINAR DE (MOGÁN)

La antigüedad del topónimo se remite  a los tiempos de la conquista de la Isla y tiene su origen en las tierras que pertenecieron a Pedro de Hojeda, y aparece documentado en la petición que el 17 de junio de 1547 hace el criador Pedro Caçalla al Cabildo General cuando suplica «… me hagan merçed de un pedaço de tierras montuosas que son tras la Syerra en la uerta de Tejeda en que podrá aver treynta fanegadas de senbradura que an por linderos de la una parte con tierras myas e de Pedro de Hojeda que ovimos de los herederos de Juan Mateo e de la otra parte linda con el Roque de la majada de los Llanos de la Pez e de ally a dar  a la madre de la açequya e myna de Tejeda, las quales hasta agora no an sydo dadas ny aprovechadas por persona alguna …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista (caminosdecanarias-blogspot-com)
En relación con los personajes nombrados y su interés por estas tierras en la “parte de atrás de la isla”, se han escrito algunas conjeturas basadas en distinta documentación y bibliografía que explicarían las motivaciones de su petición: 

«Debemos presumir de todo esto que los Ojeda son descendientes de mercaderes burgaleses establecidos en Sevilla que recalan por la isla y establecen consorcio matrimonial con las hijas de dos segundones de la conquista (Juan Mateo, un espingardero de última hora, y Pedro Cazalla, un aserrador de primera hora o pardillo) heredando por este motivo tierras de repartimiento en lugares perdidos en la sierra, lugares muy remotos ciertamente pero quizás por ellos bien conocidos cuando al final de la guerra las tropas castellanas al mando de Rodrigo de Vera, roto el cerco del Bentayga, persiguieron valle arriba a los últimos rebeldes canarios capitaneados por Tasarte y Bentejuí» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria - 1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).
 
Reserva Integral de Inagua (IDE Gran Canaria)
Los topónimos se localizan en las Cumbres del suroeste de la isla, entre Pajonales al naciente e Inaugua al poniente, todos al Sur de la cuenca de Tejeda, constituyendo ellos tres los pinares naturales mejor conservados que aportan los mayores recursos hídricos en la isla.  Estas especiales condiciones demandaron la protección del territorio que ocupan bajo la denominación común de “Reserva Integral de Inagua”, de la cual el Pinar de Ojeda ocupa el centro geográfico.

Recoge la Memoria de la Reserva las causas históricas que propiciaron el estado actual de su territorio, desde un principio en su gran mayoría baldíos regentales que se situaban en lo que se denominó durante siglos “la parte de atrás de la isla”, denominación que en cierta medida auspició el desinterés de muchos por tal definición que se presumía inhóspita y totalmente baldía.

Panorámica de la Reserva Integral (medioambienteencanarias-wordpress-com)
«La buena conservación relativa de los pinares de la Reserva se debe sin duda a los avatares históricos del territorio. Fueron administrados por la Marina, permaneciendo ajenos a los procesos de desamortización, así como a los efectos de la deforestación que sufre la zona central de la isla en el siglo XVII. Hoy forman parte del Catálogo de Montes de Utilidad Pública y es Refugio Nacional de Caza. A lo que se une su escasa accesibilidad y el carácter restringido de las pistas forestales que atraviesan la Reserva. Todo ello, potenciando hasta el año 2007 por la ausencia de incendios recientes y las repoblaciones que se han realizado en su seno, informan su buen estado de conservación y regeneración».

La mejor prueba gráfica de la protección con la que se mantuvo este conjunto de pinares a finales del siglo XVII, la encontramos precisamente en la cartografía de Pedro Agustín del Castillo de 1686. Cuidó la calidad de todos los mapas por él confeccionados con rumbos, adornados con brillantes y variadas rosas de los vientos, escalas en leguas y leyendas encuadradas o circundadas con ornamentación barroca.

Detalle del mapa de Pedro Agustín del Castillo 1686 (Juan Tous)
El correspondiente a la Gran Canaria no lo es menos. Aun algo distante de la silueta de la isla redonda que ahora conocemos por la cartografía moderna, avalada por las fotografías realizadas desde el espacio, supo recoger en su tiempo y con esmerado dibujo a plumilla, todo aquello que observó en su continuo andar, y fue así como dejó para la historia la más pictórica  y cromática muestra del gran Pinal de La Inagua, en su color verde dominante.

Casa Forestal de Ojeda - Aula de la Naturaleza de Inagua (Cabildo Gran Canaria)
Desde 2002 forma parte de la lista europea de Lugares de Importancia Comunitaria (ES0000041), teniendo la consideración de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), relativa a la Conservación de Aves Silvestres. A la Reserva se accede por la carretera Ayacata - Pie de la Cuesta (GC-605), bordeando su límite Naciente y Sureste, y de la que parten dos pistas que atraviesan el territorio protegido: una desde la Presa de las Niñas, del lugar de Las Ñameritas, para llegar hasta la Casa Forestal de Pajonales, pasando por la Cruz de la Huesita; y otra que parte de la Cruz de San Antonio y llega a la Casa Forestal de Ojeda. 

Existe un limitado entramado de pistas y caminos de tierra por el interior del territorio de acceso restringido por cadenas, muchas habilitadas en la décadas de los 50 y 60 para la repoblación forestal, partiendo en su gran mayoría de las Casas Forestales.

Vista (caminosdecanarias-blogspot-com)
Además tenemos el trazado del que podría considerarse el transversal de naciente a poniente en Pajonales, de la Cruz de la Huesita hasta rodear la Montaña de Alsándara y pasar por el sur las Tres Fuentes y la Montaña de las Brujas, llegando a la Degollada de las Brujas, ya en Ojeda; y el que bordea el límite Suroeste de la Reserva, que es la continuación del acceso a la Casa Forestal de Ojeda, que continúa hasta la Degollada de las Brujas donde se cruza con el transversal anterior, y después llega hasta el Barranco de la Inagua. Desde la misma Casa Forestal de Ojeda salen otro para llegar al Pinar de Ojeda y otro a los Andenes de Tasarte en lo alto de los cantiles.

Casa de Lina (Gobierno de Canarias)
Perdiz roja
(El Coleccionista de Instantes)
La Casa Forestal de Ojeda, en la que se encuentra instalada el Aula de la Naturaleza de Inagua,  fue construida a partir de dos antiguas casas forestales que datan de 1933 coincidiendo con los primitivos viveros forestales de la Casa de Lina, comenzando a funcionar en 1983.

A principios de la década de los 80 se habilitó un espacio vallado en el antiguo vivero del Pinar de Ojeda para la puesta de perdices. Los huevos eran trasladados al Corral de los Juncos, en la zona de la cumbre de la isla, para la eclosión y cría de los pollos. Posteriormente eran soltados en un recinto vallado aún existente en los llanos próximos.
 
Guirre (eb3alfmiguel)
En los Llanos de Ojeda ha sido el último lugar de la isla donde se constató la existencia de guirres (Nophron  pernopterus). Es allí donde se encuentran los escasos vestigios arqueológicos de la prehistoria de la isla: restos de corrales, túmulos y círculos rituales.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

viernes, 12 de febrero de 2016

PAJONALES, MORROS DE (MOGÁN Y TEJEDA)

Aun cuando hemos desarrollado la entrada de PAJONALES, por su importancia en el relieve insular y tamaño, resulta interesante tratar independientemente dos morros muy próximos entre sí: Morro de Pajonales y Morro de la Negra, como prototipos de otros más como Morro del Castillete, Morro del Conejo, Morro de la Cortadura, Morro de Hierba Huerto, Morro del Peladero, y Morro del Visadero, todos dentro del amplio territorio bautizado por los aborígenes canarios como Inagua.
 
Panorámica del Morro de la Negra y Morro de Pajonales (summitpost-org)
Situado al sur de la Casa Forestal encontramos el inventariado por el IGN (Instituto Geográfico Nacional) como Morro de Pajonales tomando el nombre del amplio territorio en el que está ubicado, que también es conocido como Morro del Picón, y alcanza los 1.434 metros sobre el nivel del mar.
 
Morro de Pajonales (summitpost-org)
A unos 1.600 metros de distancia al sur del Llano de Juan Martín, en dirección suroeste, se encuentra el Morro de la Negra que alcanza los 1.450 metros sobre el nivel del mar. Las repoblaciones llevadas a cabo en los años 40 y 50 del pasado siglo del pino canario (Pinus Canariensis), mediante el ahoyado manual y plantado de pequeños pinos producidos en canutos de caña,  al no consolidar en este lugar dieron lugar a una nueva repoblación a finales de siglo.

Morro de la Negra  (caminosdecanarias-blogspot-com)
«El Morro de Pajonales sigue en dirección oeste y es una montaña que termina en un escarpado cantil. Separado de este Morro por una amplia garganta está el Morro de La Negra, cubierto de pinos. Ambas montañas presentan escarpaduras en sus laderas que justifican el nombre de morros. A uno y otro lado existen terrazas que por el lado del Barranco de Siberio terminan bruscamente en acantilado. Por la ladera opuesta caen en fuertes planos inclinados hasta una terraza atravesada por barranquillos y que terminan en el vaso de la presa de Las Niñas» (BRAVO EXPÓSITO, T.: Geografía de Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 1964).

Morro de Pajonales (summipost-org)
El DRAE en su cuarta acepción como significado de la palabra “morro” registra el siguiente «4. m. Monte pequeño o peñasco redondeado». Se sobreentiende que esta definición no termina por concretar con total claridad el accidente geográfico del que se trata, más aun en esta isla donde su pequeña superficie obliga a una mayor diferenciación, de donde resulta más conveniente recurrir al lenguaje especial de los geógrafos, quienes lo definen con mayor exactitud «Término topográfico que indica una elevación de terreno de flancos abruptos y cima redondeada» que nos permite entender el texto reproducido del desaparecido profesor Telesforo Bravo.


Morro de la Negra (senderistasgrancanaria.blogspot)
Enclavados ambos morros en la Reserva Natural de Inagua, conocemos de su formación por la Memoria Informativa que nos dice:

«La Reserva está formada de permeabilidad muy baja cuyos puntos culminantes forman una divisoria de aguas entre la cuenca de Tejeda-La Aldea, orientada al Oeste, y la de Arguineguín, Mogán y Veneguera que vierten aguas hacia el Suroeste. Esta alineación está formada por la serie de “morros” o domos fonolíticos de Morro de Pajonales, Morro de la Negra, Montaña del Solapón de la Carnicería,  Montaña de la Alsándara, Montaña de las Yescas, Montaña de las Monjas y Montaña de Ojeda que se enfriaron antes de salir a la superficie y que por su mayor resistencia a la erosión quedaron como puntos culminantes  del antiguo y desmantelado macizo».
 
Panorámica Morro de Pajonales (Manuel Morales) 
Si bien todos estos puntos culminantes del relieve, son de composición fonolítica, sin grandes diferencias entre ellos, con la excepción de la Montaña de Las Monjas y el cerro situado al Oeste de la Montaña de Las Yescas, cercano a Las Casillas (Mogán), que aun predominando la composición fonolítica, la estructura y disyunción es de coladas con algunas intercalaciones de tobas e ignimbritas.
 
Panorámica Morro de la Negra (caminosdecanarias-blogspot-com)
«No todos estos afloramientos responden a la morfología cupuliforme [con forma de bóveda o de media esfera] clásica de un domo, de los tres señalados en el Espacio Protegido es el de Morro de la Negra el que presenta una mayor similitud con un domo [relieve suavemente ondulado y redondeado], observándose en su parte Norte un farallón vertical de unos 40 metros de altura. Sin embargo, hacia el Sur, se observa que el afloramiento continúa dando una forma alargada ladera abajo lo cual da idea de un enraizamiento a modo de un dique inclinado, ocupando una extensión aproximada de unas 27 hectáreas». 

Morro de la Negra (summitpost-org)
Los geólogos entienden que un morro fonolítico es una forma de relieve producida por la erosión de una chimenea volcánica, desapareciendo el cuello volcánico y quedando el magma solidificado en su interior, más resistente a la erosión, del que resultan curiosas formas en el paisaje. Igualmente exponen que las ignimbritas son flujos piroclásticos densos ─mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado─ con un alto contenido en fragmentos magmáticos, generados por colapsos de las columnas eruptivas.

El topónimo de la Montaña de Las Monjas responde a la proximidad de las inventariadas por el IGN como Cuevas de las Monjas, en la cabecera de Majada Alta que alimenta a la Presa de las Niñas, popularmente conocidas como Cuevas de Majada Alta o Cuevas de las Niñas, de las que informamos en las entradas de Cuevas de Majada Alta y Cuevas y Presa de las Niñas.

Morro de Pajonales (Manuel Arencibia)

El topónimo de la Montaña de Las Yescas responde a su significado dado en las dos primeras acepciones del DRAE: «yesca.- 1.f. Materia muy seca, comúnmente de trapo quemado, cardo u hongos secos, y preparada de suerte que cualquier chispa prenda en ella. 2.f. Cosa sumamente seca, y por consiguiente dispuesta a encenderse o abrasarse», de donde cabe desprenderse que en el tiempo ha predominado abundante hierba seca en las vertientes de la misma y en sus inmediaciones por su aridez.


Localización (IDE de Gran Canaria)
La dualidad en el topónimo del oficial Morro de Pajonales o el popular Morro del Picón
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)