miércoles, 4 de septiembre de 2013

FUENTE DE MORALES (LAS PALMAS DE GC)

Topónimo con el que se conoce el lugar situado en el inicio del cauce bajo del barranco de Guiniguada, al norte de la Urbanización El Zurbarán y de la Finca del Coronel, donde se localiza en la actualidad un Aula de la Naturaleza del Ayuntamiento capitalino cuyo principal  unidad didáctica trata del histórico  abastecimiento de agua a la Ciudad.
Vista del lugar (acramelo)

La misma fundación de la Ciudad junto al barranco Guiniguada venía determinada por la necesidad de disponer de agua potable en el lugar, que terminada la conquista de la isla comportaría que el Cabildo General o ayuntamiento único de la isla demandara la concesión de la data real de las aguas de los nacientes de Tejeda, y para su trasvase al naciente de la Cumbre fue necesario la construcción de la galería subterránea conocida como Mina de Tejeda en 1501, y de la que hemos dado amplia información en su entrada particular a este Blog.
Fotografía de 1910 (Fedac)

Los notables aportes de agua de excelente calidad que a la Ciudad llegaban por el trasvase de la Mina de Tejeda, a través del cauce del barranco de la Mina una de las cabeceras que tributaban sus aguas al barranco de Guiniguada, bien por el propio cauce o por tarjeas, acequias de barro y piedras, fueron muy apreciadas y suficientes en los dos primeros siglos tras la conquista (XVI y XVII).

No obstante, con el paso de los dos siglos se había producido un claro deterioro en su calidad a su llegada a los depósitos y fuentes públicas, consecuencia de los progresivos asentamientos y aprovechamientos a lo largo de los casi cincuenta kilómetros que le separan de la Ciudad en su recorrido.
Decantadora de aguas (1910 Fedac)

«El agua, por su camino, recibía todo tipo de inmundicias; servía de abrevadero al ganado, de lavadero público, recibía las lluvias en invierno, y cuando éstas eran copiosas y se producían avenidas, el fango las convertía en cenagosas e inadecuadas para el consumo humano.


Estas condiciones higiénicas obligaron a que se abandona la Mina de Tejeda como punto de aprovisionamiento para construir, por primera vez a finales del Setecientos, un acueducto cubierto que condujera las aguas de un manantial mucho más cercano, situado a unos 6 kilómetros aguas arriba del barranco de Guiniguada, conocido como fuente de los Morales» (GALVÁN GONZÁLEZ, E.: "El Servicio de Abastecimiento de agua potable a Las Palmas de Gran Canaria: Implicaciones políticas derivadas de su concesión a una compañía inglesa", Boletín Millares Carló, nº 14, 1995).
Cauce del barranco en el lugar (Rafael Peñate Navarro)

La Fuente de Morales, no es Fuente de los Morales según distintos autores dado que no obedece realmente a los primeros propietarios de dicho manantial. Nos despeja tal duda la información sobre las gestiones del canónigo Luis de Morales que a finales del siglo XVI se relaciona con los temas del agua de la Ciudad, cual es el acta del Cabildo Catedralicio del 24 julio de 1581 [597], que bajo la Nota marginal: Remanente del pilar de la plaza dice:


Detalle (Ayto. Las Palmas de GC)
«Vista en este cabildo la propuesta del señor canónigo Morales sobre el remanente del agua de la fuente de del pilar de la plaza, que es de esta Iglesia, la cual pide para el Hospital como prioste de él, y que hará escritura en nombre del mismo hospital, que la tiene en depósito, y la volverá cada y cuando que la Iglesia la pidiere, o la que hubiere menester, se consultó con los letrados y se acordó se diese el dicho remanente del agua al Hospital como lo ha pedido el señor letrado Morales, haciéndose escritura de ello conforme al parecer de los señores letrados del Cabildo, que son el Dr. Lercaro y el licenciado Joseph de Armas, para que se ordene de manera que la Iglesia tenga su agua segura y cierta para cuando la quisiere, y el dicho hospital la tenga en depósito como dicho es » (VIERA Y CLAVIJO, J.: Extracto de las Actas del Cabildo de la Catedral de Canarias. 1514-1791, Las Palmas de G.C., 2007).


Pero más convincente del origen de su denominación es el acta del Cabildo Catedralicio del 19 de noviembre de 1629 [1189], que bajo la Nota marginal: Agua de Morales dice:


«Que dos señores respondan al recado de la ciudad Agua sobre el agua de Morales, que su propuesta era muy loable, pero que el Cabildo no se hallaba por entonces con proporción para a contribuir a ella, por los donativos y limosnas que había hecho, como era notorio».
Decantadora (Fedac)

Y nos confirma el origen del topónimo la también acta del Cabildo Catedralicio del 11 de diciembre de 1673 [1884], que bajo la marginal: Contradicción para el agua de Morales dice:


«Habiendo el Cabildo acordado votar como materia de gobierno el contribuir para la conducción de dichas aguas o las de las Fuentes de Morales, hubo cuatro señores que contradijeron fuertemente, hicieron ver la poca necesidad de dicha conducción y protestaron, etc. Se volvió a llamar a cabildo».


Y cinco días después, el acta del 16 de diciembre [1885], bajo la marginal: Se acuerdan 300 ducados dice:

«Hoy adhirieron cinco capitulares más a los cuatro que contradijeron y que protestaron en el cabildo 300 anterior el contribuir para traer las aguas de Los Chorros o de Morales, etc. El Cabildo acordó dar 300 ducados. Los contradicentes apelaron».
Galería (Fedac)

Ya a finales del siglo XVIII tenemos el acta del Cabildo Catedralicio del 25 de octubre de 1785 [3298], que bajo la marginal: Oferta para traer el agua de Morales dice:


«Se ofrecen mil pesos de la bolsa de pleitos al señor corregidor D. Joseph Eguiluz para después de traídas a esta ciudad las aguas limpias y saludables que medita, etc.».


Con aportaciones económicas como ésta se realizaban las obras mínimas para que la traída del agua a la Ciudad cumpliera las mínimas condiciones de salubridad y cantidad, pero no eran todavía las deseadas resultando escasas para la población, y a principios del siglo XIX se retoman los nuevos proyectos a tal fin desde el Cabildo Catedralicio:
Acequia (Fedac)

«... 10 de mayo de 1816 (...). 11381. Idem. Habiendo manifestado el señor regente de esta real audiencia lo necesario que era la personalidad de don Agustín José Betancur para dirigir e inspeccionar la obra que, a expensas del ilustrísimo señor obispo nuestro prelado, se está haciendo para traer a esta ciudad el agua de la fuente de Morales, lo hacía presente al cabildo para que si lo tenía a bien le concediese la licencia que tuviere por conveniente, se acordó que en consideración a la atención que se debe tener a esta solicitud hecha por dicho señor regente, a la grande utilidad y beneficio que se sigue a todo este pueblo con la traída de dicha agua, el que se interesa que esto se verifique a la mayor brevedad, a lo que indudablemente contribuirá la conocida y experimentada actividad del citado Betancour, desde luego se deja a discreción del señor deán el que le conceda toda la licencia que halle por conveniente» (DE LA TORRE,  L. Y DÍAZ RAMOS, R.: "Documentos sobre la música en la Catedral de Las Palmas (1811-1820)", El Museo Canario, nº 63, 2008).
Tomadero de agua (Fedac)

Veinte años después, es cuando la administración pública toma la primera iniciativa para resolver el problema del abastecimiento del agua a la Ciudad promoviendo la construcción de un nuevo acueducto cubierto:


«Por último, trabajó León y Falcón en otro asunto relativo a aguas de Canarias en los años 1834 y 1835. En la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife existe una Carpeta, la número 26, que comprende diversos "Oficios sobre Aguas". Entre los Ayuntamientos que allí aparecen está el de Las Palmas. Se trata de los expedientes que mandó formar el Gobierno Civil de Canarias -como para todo el Archipiélago- sobre los manantiales que hubiera en la jurisdicción de la ciudad de Las Palmas. Se inicia con un oficio del Gobierno Civil al Ayuntamiento de 4 de junio de 1834 y una primera contestación de éste de 7 de agosto siguiente.
Campana (Fedac)

Por el Gobierno Civil se nombró una Comisión, formada por el "Coronel D. Francisco María de León, Subdelegado Interino del Gobierno Civil de aquella Isla; por el Licenciado D. Antonio Ruiz de Bustamante, por el Licenciado D. Domingo Penichet [y Fuentes], como Personero del Ayuntamiento de Las Palmas, y por el Conde de la Vega Grande". 

Informan sobre la extensión de terrenos que podrán regarse con las aguas de la Fuente de Morales, que el Ayuntamiento había dicho ser de tres a cinco fanegadas diarias y que la composición del acueducto que lleva las aguas al barrio de San Roque ascenderá a 11.000 reales; y que si se lleva al arca, de donde se reparta a toda los pilares de la ciudad, ascenderá a 30.000 reales. La Comisión la nombró Marrón el 26 de octubre de 1834.
Estanque (Fedac)

Quedó instalada el 27, según comunicó León y Falcón el 29. El 2 de julio del siguiente año -1835- informa León de las mociones presentadas por los vocales Conde de la Vega Grande y Licenciado Penichet, como únicos medios de poderse llevar a efecto el referido proyecto» (GUIMERÁ PERAZA, M.: "Don Francisco María de León (1799-1871). Su tiempo. Sus obras", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 8, 1962).


Está documentado por los archivos del Cabildo Catedralicio que la llamada fuente de Morales, concretamente lo que llamaban "el pilar de la plaza" fue renovado e inaugurado en febrero de 1838. Igualmente es conocido que el propio Ayuntamiento de la Ciudad en 1844, emulaba la actuación del Cabildo Catedralicio, y dada la escasez de recursos económicos demoraba la terminación de las nuevas Casas Consistoriales, para priorizar e impulsar obras con mayor interés social como lo eran la fuente de Morales y la plaza de Mercado.
Pilares de Santa Domingo y Espíritu Santo (1895 Charles Nanson y 1905 Jordao da Luz Perestelo - Fedac)

Años después se reactivaba la economía insular superando la hambruna por la ausencia de cereales de finales de la primera mitad del XIX y la Ciudad se reinventaba de forma acelerada, cuestión que motiva la congratulación del Obispado:


«Por una carta pastoral de 28 de diciembre de 1853 vemos el resurgir económico-social de esta ciudad, a la que tantas calamidades habían despojado de toda esperanza. "Nos complacemos, amados diocesanos -dice el Obispo Codina-, en ver las mejoras que cada día va recibiendo la Capital y toda la Isla de Gran Canaria.

 Se están construyendo nuevos buques para dar una mayor extensión al comercio; se habilita el muelle [de Las Palmas]; se abre una carretera [la del Puerto]; por celo y actividad del M.I. Ayuntamiento va a concluirse en breve el hermoso edificio de las Casas Consistoriales, los establecimientos benéficos se ensancharán para albergar a los pobres, que todavía no están como desea esa M.I. Corporación; por su celo, las aguas de la Fuente de Morales, que cien años han dejado de correr en esta ciudad, ahora llenan los depósitos públicos y particulares, proveyendo las necesidades de todos los vecinos. ...» (SÁNCHEZ FALCÓN, E.: "Evolución demográfica de Las Palmas", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 10, 1964).
Pilar de San Bernardo (1895 Luis Ojeda Pérez - Fedac)

Era el entonces arquitecto municipal José A. López Echegarreta quien proyectaba el nuevo acueducto para traer las aguas del abasto público de la Fuente de Morales (TARQUIS RODRÍGUEZ, P.: "Diccionario de arquitectos, alarifes y canteros", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 13, 1967).


A su fallecimiento, el proyecto de acueducto es tomado con nuevos bríos por el ingeniero Juan de León y Castillo, desde su personal perspectiva conociendo que el partido de su hermano que regía la Ciudad ya debatía sumar a las insuficientes aguas de la Fuente de Morales las de otras nacientes situados en Camaretas, en los nacientes de poniente de los también tributarios del barranco de Guiniguada.


«El problema del agua de abasto en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria es un tema recurrente, que, periódicamente, salta a las páginas de la prensa, de antes y de ahora. En efecto, el consumo del preciado líquido ha dibujado una línea ascendente que lejos de aminorar presenta visos de seguir creciendo, en semejante forma a la de la energía eléctrica, pese a sus diferencias.
Pilar de San Francisco (1890 - Fedac)

Por otro lado, una de las labores históricas de la ingeniería ha sido, justamente, dotar a población y a la agricultura o la industria de una mínima capacidad hidráulica. Desde el sabio Arquímedes hasta los inventores del sistema de canales y acequias, implantado por la Francia dieciochesca, todos han pretendido resolver una urgente demanda. 

León y Castillo hace honor a la historia de su disciplina cuando redacta y publica Abastecimiento de aguas de Las Palmas. Bases generales y anteproyecto de acueducto de la Fuente de Morales (1900, 27 pp. y dos planos)'', uno de los pocos libros que editó en solitario. Lo curioso del caso, amén de otras consideraciones, está depositado en la previsión tomada por el ingeniero con respecto a la evolución de una realidad que, en absoluto, es antojadiza.
Pilar Plaza de La Feria (1900 - Fedac)

Sabía, como perfecto conocedor de los servicios municipales, que la capital urgía de una planificación de abastos, aunque sólo fuera por no perder la paridad en la carrera con el boom demográfico. La parvedad en el acondicionamiento y mejora del medio urbano aconsejaba, por lo menos, avanzar unas ideas para sostener un núcleo de población en unos niveles aceptables de modernidad.


Del proyecto en sí, destaca la minuciosa delineación -con la equilibrada instalación de 12 casillas de bombeo-, el claro objetivo y la búsqueda sincera de una solución. El futuro le habría de dar no una, sino muchas razones: el reformismo municipal de la década acometerá esta asignatura pendiente, con la proliferación de controles sanitarios, higiénicos, etcétera. No obstante obtener una tibia competencia en el resultado final, importa resaltar que León y Castillo avizoró, a años vista, una problemática acuciante para Las Palmas de Gran Canaria» (MARTÍN DEL CASTILLO, J.F.: "Juan de León y Castillo, planos para una historia iconográfica de la ingeniería canaria", El Museo Canario, nº 58, 2003).
 
Pilar Nuevo (Luis Ojeda Pérez 1890 - Fedac)

Cuando el ayuntamiento saca a concurso la traída del agua de los nuevos nacientes, se debate la concesión por concurso entre la insularista y local sociedad "Fomento de Gran Canaria", con accionariado burgués grancanario, y una compañía inglesa representada también por otros burgueses grancanarios.

Se contraponen los intereses de los componentes del partido "leonino" de los León y Castillo, bandera de muchos intereses económicos, que terminará por producir escisiones en el mismo de las familias de "agustinos" y "franciscanos" tras la adjudicación de la concesión a los ingleses, que llevará a un segundo plano la histórica Fuente de Morales y dará origen al topónimo del Lomo de los Ingleses, del que hemos dado amplia información en su entrada particular a este Blog.

Acueducto o canal de acequia cubierta (1910 - Fedac)


La antigua Fuente Morales comportó con toda su historia y devenir la construcción de una amplio sistema de abastecimiento de agua potable a la población de la Ciudad, con galerías, acequias y otras canalizaciones cubiertas, campanas, decantadoras, depósitos reguladores, aljibes y pilares públicos donde llenaban sus tallas los vecinos de economías domésticas más modestas.


A lo largo de seis siglos de historia del abastecimiento de agua potable a la Ciudad, quizás fuera aquel gesto del canónigo Luis de Morales el más desinteresado y el más limpio, desde aquella primera privatización de las aguas para la construcción de la Mina de Tejeda, pasando por la realizada a la compañía inglesa, su rescate público avanzada la segunda mitad del siglo XX, la posterior privatización de la compañía municipal del agua a los franceses que triangulan los costes del agua para repetirlos recrecidos al vecino consumidor, pasando por los más recientes desaconsejados módulos de desalación, que serán desmontados por inapropiados sin haber entrado en servicio.
Aula de la Naturaleza (Ayuntamiento LPGC)


Han sido seis siglos de historia del agua que aunque llegara aparentemente limpia, detrás de la misma han estado los turbios negocios de los siempre presentes "salvadores del país", bajo el argumento de que sin la privatización es imposible afrontar la inversión pública de interés social; al final la historia demuestra y acredita que es la propia inversión pública que nace en todos los que contribuimos a ella, la que tiene que rescatar a un multiplicado precio aquello que nunca debió permitirse ser objeto de negocio por su indiscutible interés social.  

Localización (IDE Gran Canaria)

miércoles, 21 de agosto de 2013

HEREDAD DE MOYA (MOYA)

Topónimo con el que se conoce un amplio territorio rural situado al sur del caserío de Fontanales y al norte de la Caldera de los Pinos, que abarca un pequeño Valle y varias hoyas, así como las vertientes de los lomos que aportan sus aguas de lluvias al cauce del barranco del Valle

Su acceso al interior del mismo se realiza desde populoso barrio, en el inicio de la carretera de Fontanales-Pinos de Gáldar (GC-070), por el conocido Camino Aguas de Fontanales, antiguo camino real que conducía hasta el Montañón Negro, donde se desdoblaba en dirección a Artenara y Tejeda. En dicho territorio se han realizado en los últimos años repoblaciones de especímenes de laurisilva, entre los que figuran laureles, fayas, madroños, acebiños, viñátigos y mocanes.
Vista (eluiscabrera)

Se trata de un topónimo surgido en la frontera de los siglos XIX-XX, popularizado a partir de la adquisición de la finca por la Heredad de Aguas de Moya, que venía a sustituir el antiguo topónimo  de Los Jinjos, según aparece documentado desde los primeros repartimientos, con el que se conocía una gran extensión territorial dentro del espacio de la protegida Montaña de Doramas.


En cuanto al origen del topónimo, teniendo en cuenta que es muy tardío en los orígenes de la Lengua Castellana el uso de la consonante "jota" formando sílaba con la tercera vocal "i", comprobamos que el Diccionario de la Lengua Castellana (Madrid, 1780), incluye la entrada del término "Ginjol", con el significado de «Lo mismo que Azufayfa y Azufayfo». De Azufayfa dice el mismo diccionario que es «Fruta semejante á la cereza, de carne blanca, de sabor agrio y color roxo cuando esta madura», y del Azufayfo que es el «Árbol que produce las azufayfas», de donde tanto el árbol como la fruta recibían el nombre de "Ginjol".
Jinjolero (Julio Pedauyé Ruiz)

Estos distintos nombres comunes de Azufaifo común, Azofaifo, Jinjolero, Azufaifo loto, Ginjol, Ginjolera, Guijol, y también Loto comestible, Rosa de la Virgen, Arto, Arto blanco y Espina de Cristo, se conocen científicamente los Ziziphus unas cuarenta especies de arbustos espinosos, y entre estos el Ziziphus Mauritania, conocido en Andalucía como Jinjolero africano.
 
El fruto (hierbas2000-com)

Se trata de un arbusto que puede alcanzar entre 2 y 3 metros de altura, caducifolio muy intrincado y espinoso, de porte semiesférico, con tallos en zig-zag, de corteza lisa de color ceniza, con hojas simples, alternas, ovaladas, brillantes, lampiñas y caedizas.

De flores amarillas diminutas, en forma de estrella, de las que nace el fruto en forma de drupa, parecido a la oliva, verde que al madurar se vuelve rojo oscuro, de carne dulce y algo ácida, de color amarillento y piel áspera y brillante, con una semilla o hueso, leñosa, con surcos longitudinales. Con los jínjoles desecados se elabora un licor casero, parecido al "pacharán" realizado con endrinas, por la maceración de los jinjoles en anís dulce.
 

Jinjoles (Julio Pedauyé Ruiz)
El antiguo topónimo aparece documentado en la petición de data realizada el 15 de junio de 1551 por el regidor y licenciado Francisco Perez de Espinosa cuando solicita «nos hagan merçed de çiento çinquenta hanegadas de tierras en las hoyas de los jingos arriba de la montaña de Doramas desde la cabeçada de un mogote y lomo rredondo de una vanda y de otra aguas vertientes hasta el barranco do sale el agua del Laureal y por otro lado hasta dar al barranco y rraya de la montaña de Doramas las quales tierras son helechales e granadillares...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998), data que es concedida después de haberse leído en la puerta de la iglesia de Guía y de desestimar varias contradicciones que se realizaron por otros interesados. 
 
Casa tradicional en ruina (Ismael Marrero Pérez)

Una mayor descripción del territorio nos la encontramos dentro del gran patrimonio del aruquense Juan Mateo Trujillo, fundador de la ermita de San Bartolomé de Fontanales:


Extensión del Cortijo de Los Jinjos

(Espacios Naturales de Gran Canaria)
« Y en Fontanales, cuatrocientas fanegas de tierras labradías formando un solo cuerpo, compradas, respectivamente, en 1619 al capitán Sebastián de Saavedra, en 1620 y 1622 a su padre Salvador Mateo de Armas, en 1623 a García de Espinosa y a su esposa Francisca de Armas, en 1624 a su tío Diego Mateo y en 1636 a Andrés Hernández, vecino de Moya» (CABALLERO MUJICA, F.: "Aspectos de la vida religiosa en Fontanales", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 26, 1980). 


De la obra citada se extrae además una muy rica información del lugar. De las cuatrocientas fanegadas que formaban el llamado "Cortijo de los Jinjos", doscientas fueron donadas al patrimonio de su hijo el presbítero Juan Mateo de Castro el 17 de enero de 1645 y sus  lindes eran:

«Por la parte de arriba la Montaña de las Arenas de la cumbre, por la parte de abajo la raya de la Montaña de Oramas que solía ser y por un lado tierras que fueron del capitán Miguel de Múxica, Alférez Maior que fue de esta isla, que al presente posee Francisco Rivero, y por la otra parte el lomo abajo desde la Caldera de los Pinos a dar sobre la Atalaya y por su seguimiento el lomo abajo hasta dar a las Masmorrillas de el monte».
 

Las otras doscientas fanegadas permanecieron en el patrimonio del padre Juan Mateo Trujillo y sus lindes eran: «Cortijo de los Jinjos, lindando por una parte con tierras de lizenciado Juan Mateo de Castro, mi hijo, cura del lugar de Moya, y por otras tierras del lcdo. Bernabé de Palenzuela y de Andrés Hernández, vecino de Moya, arriba la gambuesa que dicen de Agua de Fontanales, hasta llegar al Montañón Prieto de la Arena, y por la parte de arriba Las Arenas y Caldera de los Pinos y el lomo abajo de la Caldera a dar donde dicen la Atalaya que viene a juntar este lindero con las tierras del dicho Lcdo. Juan Mateo de Castro y por la parte de abajo un lomito que sale de la fuente de la Yedra a dar con tierras del dicho Lcdo. Juan Mateo de Castro, con una cueva que está en tierras del dicho Lcdo. Palenzuela que dicen Cueva del Guanche sobre la fuente de los Jinjos».
Panorámica (Google earth)

Las antiguas referencias a las "Arenas" son el picón volcánico que conforman el complejo del Montañón Negro, hasta donde llegaba el cortijo en dirección sur ascendiendo hacia la Cumbre, y hacia abajo en dirección norte le pertenecía el conocido como Lomo de la Cruz, dado que las casas de habitación del cortijo las tenía junto a la vieja ermita que construyó, en el centro histórico de Fontanales, según se desprende de sus descripciones:


Espadaña de la ermita (hachePH)
«Sien fanegadas de tierras labradías poco más o menos que tengo y poseo donde disen los Jinjos, término de Fontanales, con dos casas bajas terreras y dos gañanías y una ermita de la abogación de san Bartolomé, dos pomeras de árboles pequeñas que el uno está junto a las dichas casas y el otro junto a la dicha ermita y rededor de ella». La expresión "pomeras" es una voz derivada de "pomar"  que tenía el significado de «El sitio, lugar, ó huerta donde hay árboles frutales, especialmente manzanos» (Diccionario de la Lengua Castellana, Madrid, 1783), significado que sigue inalterable en la actualidad.


En la primera mitad del siglo XVIII las dos propiedades que conformaron el gran cortijo se subdividieron al instituirse distintos vínculos patrimoniales que correspondían a los mencionados padre e hijo, así como hermana y hermanastros de este último: Anastasia de Troya y Castro, Isabel de Quintana y el canónigo Manuel Alvarez de Godoy; quienes nombraron sucesores a hijos y sobrinos que llevaron a la división de la propiedad en distintos cortijos, ocupando el territorio más elevado el llamado Cortijo de la Fuente Fría al sur del Montañón Negro. No obstante la división del patrimonio, gran parte del mismo se concentró por testamentarías en el alcalde de Arucas Francisco Hidalgo de Quintana, hijo del Alférez Esteban González Hidalgo y de Isabel de Quintana, quien recibió todos los bienes en Fontanales de los hermanos de padre Juan Mateo de Castro y Manuel Alvarez de Godoy.


A finales del siglo XVIII, la descripción extensa que nos aporta el entonces propietario del cortijo el presbítero Juan Mateo Hidalgo de Quintana para el sostenimiento de la ermita con una pensión, nos acerca a la interesante evolución toponímica que se produce en el entorno, perdiéndose el topónimo de Los Jinjos para el cortijo:
Casas tradicionales en el Camino Aguas de Fontanales (eluiscabrera)

« ... el rédito de la parte del Cortijo de las Casas en el citado pago (...) donde dicen la Cuevecilla de Dos Puertas, en que entra la Solana de Cazadores (...) la partición que se aprobó con su deslinde y amojonamiento, en escritura otorgada ante el supradicho escribano Don José Cabrera Bethencourt que, según ella, confirma por primer lindero por la parte de arriba la Caldera de los Pinos, por abajo la Degollada del Perulero, línea recta por las veredas que van a dar al Lomito del Perulero, este abajo hasta dar con la barranquera del Valle del Lomo del Negro, donde se halla una peña al fenecimiento de él con una cruz bien señalada, y de dicha peña y barranquera del expresado Valle, línea recta arriba, que va a dar al último majadal de las tierras mencionadas de Cuevecillas de Dos Puertas que va derecho por la Hoyeta de los Cardos a una peña que está en dicho majadal, que es el lindero de un lado, y por el otro, comienzo del camino que viene de Artenara a Agua Fontanal de la Degollada de las Majadillas, lomo abajo, que linda con el Cortijo de Pavón a dar a la Atalaya con tierras de José Rodríguez Moreno, y siempre continuando el dicho lomo abajo hasta el pico de dicha Atalaya, y de aquí al pie del risco de ella lomo abajo a dar al segundo lindero, que es la degollada del Perulero, en cuya parte y número entran las Cuevecillas mencionadas ...».
 
Alpendre-cueva en La Atalaya (Fedac)

Probablemente se diera alguna  fragmentación de la gran propiedad como consecuencia de la obligada extinción de los vínculos por las leyes de Desamortización a mitad del siglo XIX, de la que no hemos podido obtener información.


Ya a finales del siglo XIX y principios del XX, parte de este territorio es adquirido por Juan "el indiano", renombrado como «el Adán de las medianías» que «allá por 1827, un frío 24 de marzo nace Juan Antonio Castellano Yánez (o Yánes). Se decía de él que era un hombre generoso y bien parecido, aunque también se decía que era un juerguista y mujeriego (...).

En su época de soltero, viajaba a la Perla del Caribe (Cuba), donde tuvo su primer matrimonio con la fontanalense Rita Castellano García. En esas tierras caribeñas trabajó duro y amasó una importante fortuna; aunque la leyenda cuenta que en las costas cubanas, mientras trabajaba, encontró un cofre con tesoros escondidos allí por los bucaneros de la época.
Antiguo Camino Real (gc-hans)

Después regresó a Gran Canaria, aunque volvía para atender sus negocios cubanos que tiempo después legó a algunos de sus hijos. Montado en su caballo recorrió las medianías y fue comprando tierras a diestro y siniestro haciendo alarde de su fortuna. Haciéndose dueño y señor de buena parte de Moya.

Sus dominios se extendían desde el Pozo de Guillermo Suárez, en el Barranco del Laurel, Lomo la Cruz, hoy finca de la Heredad de Moya, Caldera de los Pinos, Piletas, Aguas de Fontanales, Lomo del Marco, Casa Encarnada, Cuevas de Arriba y de Abajo, fincas en La Montaña, Moya, y la preciosa casa rodeada de un viejo pinar en Santa Cristina, Sta. Mª de Guía, bien conocida por los habitantes medianeros. Las Cuevas de Fontanales, así como otras parcelas, las cedió a personas que no tenían hogar (redundar sería que este vigoroso hombre con fama de mujeriego, satisfacía sus deseos carnales con las muchachas de estas familias)..» (BALBUENA CASTELLANO J.M.: El indiano Juan Castellano. Patriarca de las medianías, 2005. Citado por AYTO. DE MOYA: Guía del patrimonio natural y cultural de la Villa de Moya, ed. digital, 2012).

Del antiguo topónimo "Perulero", en la actualidad "Pirolero", nos aporta el DRAE su significado «Vasija de barro, angosta de suelo, ancha de barriga y estrecha de boca», diseño que nos aproxima a la cerámica de factura aborigen, de donde sería un vestigio de la presencia de la cultura prehistórica en el lugar con sus vinculaciones a la antes mencionada documentalmente «Cueva del Guanche sobre la fuente de los Jinjos».

Pozo de la Horcajada (larrycardenes)


En el texto que a modo de romancero le dedicara su biznieto Norberto Francisco Castellano Rodríguez en la obra citada, afluyen topónimos que perduran en este lugar: «Que era un terrateniente desde El Cano al Brezal y Lomo de La Cruz Arriba, lindando con Las Cañadas, pasando por Horcajadas, el Nogalillo y Los Charcos; propiedades conocidas todas ellas adquiridas por el Indiano de alegre vida».


Juan el Indiano falleció el 18 de marzo de 1904, después que le robaran y dispararan a un hijo suyo que impidió pagar una hipoteca bancaria, que ante el impago procedió a embargarle alguna de sus fincas, que era la que conforma actualmente la Heredad de Moya.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)