lunes, 22 de julio de 2013

VALIDO, ROQUES DE (VALSEQUILLO)

Topónimo con el que son conocidos los roques situados al norte del municipio, en la divisoria con los municipios de Telde y Santa Brígida, elevaciones pétreas de lavas fonolíticas de las cresterías que van desde El Montañón al poniente hasta los Riscos de Collado al naciente, estos últimos  separando el Valle de San Roque del Valle de Casares.

Estos septentrionales roques de Valido alcanzan una altitud de 750 metros sobre el nivel del mar y dibujan prácticamente una línea recta con la montaña de El Helechal y los Roques de Tenteniguada, atravesando el llamado "circo" geológico de Tenteniguada, drenado entre otros por los barrancos de San Miguel, de Tenteniguada, La Plata, Los Mocanes y San Roque.
Estanque Hondo (Fedac)

Ya el lugar es mencionado con asentamientos poblacionales en el siglo XVI, de pequeño tamaño según resulta de los libros parroquiales de Telde, jurisdicción a la que pertenecía Valsequillo, en los que se detallan con posterioridad: en el siglo XVII diez bautismos, cuatro fallecimientos y una unión matrimonial; en el siglo XVIII los bautismos ascienden a veintiuno, los fallecimientos diecinueve y dos uniones matrimoniales donde uno de los contrayentes es de este lugar (RODRÍGUEZ CALLEJA, J.E.  Y VIERA ORTEGA, A.J.: "Población", Estudio Histórico de Valsequillo de Gran Canaria, Tomo I, Las Palmas de GC, 2006).
Ortofoto angular de los roques de Valido (Google earth)

Es en este tiempo cuando se incluye su mención en el "Mapa y estado de Gran Canaria" del Marqués de Tabalosos (1770-1776), donde se habla de Roque Valido, Barrancos y Goteras de arriba.


Estas informaciones acreditan documentalmente la existencia del topónimo prácticamente desde los primeros tiempos de la Conquista de la isla, circunstancia que de alguna forma deja sin argumento las tesis que otras fuentes sostienen que el topónimo se deba al antropónimo de "Valido", apellido que no se encuentra entre los que arribaron en las seis etapas inmediatas estudiadas (PLATERO FERNÁNDEZ, C.: Los apellidos en Canarias (españoles y castellanizados), Las Palmas de GC, 1992), estimándose pudo arribar a la isla a lo largo del siglo XVIII.


 
Ortofoto frontal de los roques de Valido (Google earth)
Parece por tanto que el origen del topónimo sea la corrupción de "Roques del Balido", expresión que nos puede aproximar a los lugares tipificados por los primeros castellanos como "baladeros" de los canarios.


Muy próximos al lugar, además de los grandes asentamientos aborígenes localizados en El Colmenar de Arriba, encontramos vestigios en las tres cuevas de la Corona del Montañón y el Peñón de la Negra de las Mesas, ambos con evidencias de cazoletas y canales horados que se unen al mundo religioso aborigen que según la tradición dice de la existencia de un "almogarén" que existió en la Plaza de San Miguel y otro en la Montaña del Helechal, de las cazoletas de los Roques de Tenteniguada y Saucillo, o de Lomitos de Correa, además de los especiales enterramientos encontrados en las cuevas del poblado del Colmenar Alto. Sin olvidar el enigmático Gurugú de Santa Brígida al otro lado de las cresterías más al norte.
Corona del Montañón (Patrinet)
 Cuenta la crónica de Espinosa que «... cuando los temporales no acudían, y por falta de agua no nacía yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos logares que para esto estaban dedicados que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas, y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y las proveía de temporales ...».


Otras fuentes etnohistóricas sitúan esta ceremonia religiosa muy cerca de aquí. «... José María Zuaznávar y Francia en su 'Diario de mis ocupaciones durante mi mansión en Telde a fines del año 1805 y principios de 1806' consigna en el apartado relativo al 26 de octubre un esclarecedor e interesante comentario relativo a la evolución de baladero a bailadero: "También vi este día una hacienda de don Agustín La Roche, vecino del Real de Las Palmas, situada a la entrada del pueblo en la orilla del Barranco; hoy la llaman el Bailadero; pero Cristina Báñez, muger de Alonso Matos, cuya era el año 1570, le da el nombre de Baladero en su testamento otorgado aquel año ante Juan de la Vega, sin duda porque, según tradición que hay en el pueblo de Telde ..." » (DÍAZ ALAYÓN, C.: "Tres aportaciones sobre toponimia prehispánica de Canarias", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 36, 1990).

Casa cueva (Fedac)
Como ocurre con los otros lugares mencionados de Valsequillo, los vestigios arqueológicos que permitan avalar en su totalidad esta teoría prácticamente han desaparecido por los aprovechamientos posteriores en el lugar, donde solo ha quedado la tradición pastoril del municipio.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

sábado, 20 de julio de 2013

TURMÁN, LLANOS DEL (AGAETE)

Actualización; 23-dic-2016.
Topónimo con el que se conoce el llano asentado sobre una lomada enmarcada al sur por el barranco de Agaete y al norte por el barranquillo de La Caleta, cuyo cauce está separado del barranco del Juncal por el Lomo de Las Moriscas

En la punta de los Llanos del Turmán, junto al cantil sobre el litoral se ha construido una moderna urbanización residencial.


Vista aérea (Lares Estudio)

Podría confundir que podría tratarse de un topónimo aborigen, pues incluso hay una antigua voz como "Turmal", así como otras variables que figuran en documentos públicos, y que podría guardar relación con los vestigios que allí existieron,

O también, porque su suelo esté formado por "turmalinas" (ciclosilicatos), minerales en distintos colores con propiedades "piroeléctricas" que una vez calentados pueden atraer objetos ligeros como las cenizas, papel, paja y viruta de madera, por cuya propiedad es utilizada en equipos para medición de presión, instrumentación submarina y otros.


Las Salinas y bocabarranco (amigosdelaspalmerascanarias-blogspot)
Y no es así, según algunos investigadores su sustrato está formado de sedimentos terrestres (rocas, guijarros, arena y otros restos) procedentes de los fondos de las aguas costeras poco profundas y de la playa, que fueron depositados hasta lugares situados a 188 metros sobre el nivel del mar  hace 830.000 años, trasladados por la onda marina del "tsunami" cuando el sector de Güímar, en el flanco oriental de Tenerife, se derrumbó y cayeron al mar 44 kilómetros de roca (PÉREZ-TORRADO, F.J.: "Tsunami, depósitos relacionados con el colapso del flanco en volcanes oceánicos: Las pruebas del Valle de Agaete", Geología Marina, 227, 2006).

Pero el origen del topónimo es consecuencia de ese sustrato de viejas rocas y arenas marinas, y más concretamente porque en este lugar se llevaba a los cochinos a comer en los “turmeros” que allí se daban de forma natural, y así adquirió el nombre del llano del  “turmal”, que ya en los tiempos actuales ha quedado como “turmán”.

La Caleta (rosagrancan-blogspot)
El “Turmero” es un canarismo recogido en el diccionario (ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA, 2010) correspondiente a una planta, que recoge su nombre científico y descripción:

«(Helianthemun canariense) Planta de la familia de las cistáceas, que se caracteriza por ser muy ramificada, tener hojas ovaladas densamente vellosas y de color verde grisáceo, y flores pequeñas y amarillas. Se desarrolla en ambientes áridos y arenosos, y en sus raíces crece la criadilla de tierra o papacría».
 
Turmero (floradecanarias-com)
Científicamente «es una especie nativa, presente en todas las islas. Pertenece al grupo de especies arbustivas que no sobrepasan los 25 cm, con tallos procumbentes ascendentes. Las hojas son ovadas, menores de 1 cm, ovadas y densamente velloso-plateadas» (floradecanarias-com).

Pero aquello que tiempos atrás comían los cochinos que eran llevados al llano del “Turmal”, no era la planta, pues buscaban la “criada” o “criadilla de tierra”, escarbando con sus patas hasta llegar a la raíz del turmero. La “criada” incluso llegó a ser un alimento para los canarios en tiempos de hambrunas.
 
Detalle del turmero (floradecanarias-com)
Y los avatares de los tiempos modernos han hecho que en se le conozca también como “trufa del desierto” a la popular "criada", y ello ha abierto una expectativa en las islas con suelos arenosos y el estudio de los micólogos (micología: ciencia que trata de los hongos).

«Lanzarote y Fuerteventura desarrollan con buenas perspectivas de éxito el intento de cultivar un hongo que crece silvestre en sus campos y montañas. Pero todavía sigue siendo un producto restringido apenas a un mes del año (marzo) que se recolecta silvestre asociado a dos plantas en cuyas raíces crece hasta tener el tamaño y la forma de una papa (de hecho, en Lanzarote la llaman “papa cría”).

Estas dos plantas son el turmero (Helianthemum canariense) –la más abundante y más frecuentemente asociada al hongo en estas dos islas, y el astillejo (nombre popular que reciben tanto el H. ledifolium como el H. villosum), junto al que los recolectores de Fuerteventura también buscan la “criada”, como llaman ellos a este hongo que ahora se da a conocer también como trufa del desierto.

Flor del turmero (floradecanarias-com)
Precisamente en esta última isla, donde la recolección en campo de la criada es una afición muy extendida y se puede llegar a vender en ocasiones hasta a 50 euros el kilo, ha tenido lugar el III Encuentro de Recolectores de Criadas, que organiza una asociación cultural de arraigada presencia en la isla que la vio nacer hace 25 años: la Fundación Colectivo Mafasca» (PELLAGOFIO Blog de la revista, Semana 10, 7-mar-2011).

De las investigaciones que realiza la Sociedad Micológica de Gran Canaria, su presidente Vicente Escobio García, decía de la críada (Terfezia canariensis):

«En el caso de las criadas, por ejemplo, trabajamos con la Universidad de Murcia. Nosotros recolectamos, hacemos la microscopía, secamos los hongos y les mandamos las muestras a nuestros compañeros de Albacete, que son los que terminan el trabajo en Murcia. Y se han obtenido resultados interesantes: la más común en las islas. Y como hagas el ADN a muchas de las setas canarias las vas a acabar cambiando todas, porque aquí tenemos una separación física con Europa y el norte de África clarísima de miles años.

Desde hace dos años ya se considera endémica y vive en La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Gomera. Y ahora vamos a sacar otra cosa interesante a partir de material recogido en Tenerife que hemos enviado a Albacete: la tercera especie mundial de un género (la primera se citó para Sudáfrica, la segunda para la Península Ibérica y la tercera ahora se cita para Canarias), otra criada, pero no Terfezia sino del género Eremiomyces» (MILLARES, Y. (2014): “Cita con Canarias”. En Pellagofio, núm 18 , 2ª época, mar).
 
Criadas de la especie ‘Terfezia pini’, llamadas 'papas tumba' en las medianías
 del norte de Gran Canaria (Revista Pellagofio).
Según la carta arqueológica de Agaete, distintas informaciones orales sustentan la desaparición de vestigios arqueológicos en una cueva natural situada en el cantil costero entre Las Salinas y La Caleta. Se trataba de una cueva artificial con zócalo pintado. También los informes realizados por el desaparecido Comisario de Patrimonio Sebastián Jiménez Sánchez incluían una referencia a « túmulos a base de torreoncillos de piedra»" en los "Llanos del Tumas", que también han desaparecido.

Las historia de estas tierras guarda relación con la propia del Hospital de San Lázaro de la Ciudad, que además de recibir donaciones de los enfermos de lepra con patrimonios, llamados "lazarinos", consistentes en tierras que eran dadas en rentas y aportaban ingresos para el sustento de esta institución, recibía también datas reales de tierras con igual fin dado el reconocido interés benéfico y social pues atendía a muchos enfermos pobres.


El cantil (bookaris-com)
«... A estas propiedades obtenidas ya por la fuerza ya mediante legados, se añadieron, para el sostenimiento de la institución y de los enfermos más pobres, ciertas dádivas reales procedentes de las rentas obtenidas por el reparto entre los vecinos de los terrenos baldíos de Amagro en Gáldar y los del Lomo de Turmal, Cuevas Blancas y Caleras en Agaete, siendo dichas datas concedida por Real Cédula de 16 de enero de 1741 y confirmadas mediante Carta Orden de 15 de junio de 1745.

En general, las tierras, muchas de ellas de escasa productividad, se entregaron a vecinos de localidades cercanas a la zona, con la obligación de pagar por cada suerte labradía y trozo montuoso un real de plata anual perpetuo al Hospital. El deslinde y reparto de las tierras de Agaete generó un largo pleito, desconociéndose si se llevó a cabo tal adjudicación, en todo caso las suertes entregadas en Amagro se elevaron hasta un total de 390 fanegadas de tierra, suponiendo unos ingresos anuales modestos para el Hospital al equivaler a 360 reales de plata ..». (QUINTANA ANDRÉS, P.: "La lepra y la elefancia en Canarias a comienzos del siglo XIX ...", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 46, 2000).


Vista rampa barranco de Agaete (Google earth)
El litigio por la propiedad de estas y otras tierras de Agaete se mantuvo aproximadamente por veinte años del siglo XVIII:

«... A comienzos de la década de 1740 este litigio entre los vecinos de Agaete y la casa de Manrique sobre la ocupación o no de tierras de realengo entra en una nueva fase conflictiva, toda vez que el Hospital de San Lázaro sigue autos contra dichos vecinos sobre "los terrasgos del Lomo del Turmal, Cuebas Blancas y Caleras para sortearlas entre dichos vecinos en virtud de facultad real que tubieron, tanto para estos terrenos como los que se nombran de Armagro".


Vista de los llanos (Google earth)

Estos autos tuvieron su comienzo el 29 de octubre de 1745, se practicaron deslindes y los peritos declararon que en la merced se hallaban comprendidos varios terrazgos que usufructuaba don Agustín Manrique. 

Este y el Teniente Coronel Agustín del Castillo alegan el 19 de noviembre de 1763 que tales terrazgos eran suyos, y tras la presentación de testigos se expide auto de 22 de septiembre de 1764, por el que se mandó "se aga el sorteo y repartimiento de las tierras del lugar de Agaete", en conformidad con lo prevenido en el de 16 de noviembre de 1763, sin incluir las que se consideraron pertenecientes a la casa Manrique y Castillo, a los que se les mantenía en su propiedad » (SUÁREZ GRIMÓN, V. J.: "Propios y realengos en Gran Canaria en el siglo XVIII", III Coloquio de Historia Canaria-Americana, 1978).

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

jueves, 18 de julio de 2013

TROYA (AGAETE)



Actualización 02-mar-2016
Topónimo con el que se conoce el lomo y el pequeño caserío diseminado por el camino vecinal que conduce a Los Llanos en los altos de Agaete al sur de Las Rosas. Se accede al mencionado camino vecinal desde la vieja carretera del Cruce de Hoya de Pineda a Agaete (GC-293).

Panorámica (Google earth)

Según ascendemos por el lomo observamos que el mismo se va conformando como una atalaya desde la que puede contemplarse todo el Valle de San Pedro y en su fondo el macizo de Tamadaba

Probablemente esa estratégica situación debió aconsejar la ubicación de los aborígenes canarios de un vigía o centinela que pudiera alertar a los distintos asentamientos. El yacimiento arqueológico allí existente prácticamente sepultado, del que solo queda identificable al menos una estructura tumular y restos de muros de otras estructuras, difícil de conocer sus aprovechamientos dado su estado.

Localización del yacimiento (Patrinet)

El origen del topónimo es con grandes probabilidades el antro-topónimo Troya del antiguo propietario de dichas tierras cuya huella documental está perdida en el tiempo. «Los Troya se establecieron en Gran Canaria a finales del siglo XV. El más famoso de todos fue el canónigo Juan de Troya. De su unión con Antonia Ramírez quedó en Teror numerosa descendencia. También se asentó en el poblado mariano el labrador Alonso de Troya, con posteridad» (RUMEU DE ARMAS, A.: "El marqués del Buen Suceso", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 29, 1983).

El apellido Troya no figura en la conocida nómina de Conquistadores, de donde es de suponer que su arribada a la isla fue tras la integración en la Corona de Castilla. Ya iniciado el siglo XVI son mencionados en distintos documentos personajes que portan este apellido, además de los ya mencionados:

Cecilia de Troya, Diego de Troya (sobrino del mencionado canónigo Juan de Troya), Hernando de Troya, Jacomina de Troya (mujer de Antonio García Sierra, de Vegueta), Lorián de Troya, María de Troya y Úrsula de Troya (FAJARDO SPÍNOLA, F.: "Las Palmas en 1524: hechicería y sexualidad", Anuario Estudios Atlánticos, 1985). 


Vestigios arqueológicos (Patrinet)

En relación con la presencia del apellido “Troya” en la villa de Agaete, que pudo haber dado origen a este antro-topónimo, tenemos tres referencias documentadas que mencionan a una mujer llamada Constanza de Troya.

«Joan Cardon mando se le dijese una misa resada en cada Lunes u otro dia de cada semana a nra sra de la Concepon; y a si mismo fundo otra capellania de otra misa rezada en el monasterio de Sn Antonio de Galdar por su alma y por la de Cathalina de Olarte Su mujer; fueron sus herederos Elvira Ybañes, Ysabel Cardona y Constansa de Troya sus hijas lex.ma» (CRUZ Y SAAVEDRA, A.J.: “Documentos para la Historia del Arte. Los archivos parroquiales en la villa de Agaete”, Revista de historia Canaria, Nº 179, 1997, pp. 195-242).

«Rodrigo Hernández, casado con Leonor Medina, hija de la fundadora de la primera ermita, enviuda y casa con Constanza de Troya, a su vez hermana de Elvira Ibáñez, mujer de su primer cuñado Juan de Medina» (GIL PÉREZ, J.: “La ermita de San Sebastián”, agaetespacioweb-com, 25-dic-2015).

«En el año 1595, se recoge también el testamento de Rodrigo Hernández: “marido de Constanza de Troya [...] hijos: Mateo, Hernando, María, Úrsula y Magdalena; funda la ermita de S. Sebastián de Agaete”» (GIL PÉREZ, J.: “La ermita de San Sebastián”, agaetespacioweb-com, 25-dic-2015).

Estas tres referencias parecen contraponerse entre sí, pero es otra fuente la que nos aclara que las anteriores se refieren a dos mujeres llamadas Constanza de Troya que son abuela y nieta, producto de esas complejidades que nos trasladan la identificación de los individuos por no observarse reglas establecidas en los apellidos en la antigüedad.


«Con respecto a Constanza de Troya, cuentan las crónicas que tuvo una hija ilegítima con Juan de Siberio Lazcano Mújica, llamada María de Siberio, no sabemos si antes o durante el matrimonio de éste con Catalina Guerra, que casó con Juan de Acedo. Posteriormente la citada Constanza? aparece casada con un tal Perucho en el bautizo de una hija llamada Ursula en 1506; este nombre de Ursula veremos que se repite frecuentemente entre las descendientes de la primera Ursula de Troya durante varias generaciones, hasta al menos once Ursulas y casi todas “de Troya” en siete generaciones; también aparecen con menos frecuencia los nombres de Cecilia, Estebanía/Estefanía y Jacomina/Jacobina.

En 1516 se bautiza Diego, hijo de Constanza de Troya?, suponemos que viuda, y Juan García. Creemos que el matrimonio Juan de Acedo y María de Siberio tuvo al menos una hija llamada también Constanza de Troya, que matrimonió con el entonces alcalde de Agaete Rodrigo Hernández y con el que tuvo los siguientes hijos: Mateo, que emigró a Tierra Firme (América); Ursula, que casó con el genovés Agustín Imperial; Hernando de Troya-Domínguez, que casó con Francisca de Almeida; Estebanía; y María de Siberio, como su abuela, que casó con Pedro Zambrana» (ARENCIBIA RODRÍGUEZ, L.: “Los Troya en Gran Canaria”, geneacanaria-blogspot-com, 19-abr-2013).

En relación con esta última información de la nieta Constanza de Troya,  nos documenta sobre distintos personajes del lugar de Gaete en los primeros años del s. XVI que disipan toda duda, dado que vincula familiarmente al alcalde Rodrigo Hernández con el genovés Agustín Imperial probable antecesor del también alcalde Capitán Alonso Imperial, personajes que constituyeron las capellanías que sufragaron la construcción de la ermita de San Sebastián. Y nos menciona también a Pedro Zambrana, probablemente antecesor o hermano de Esteban Zambrano nombrado en los linderos en una solicitud al Reformador de confirmación de distintas compras de tierras realizadas por Batista de Riverol en enero de 1507.


Vista (Google earth)
No hemos de ignorar quién es considerada la desaparecida "Fuente Troya" de las crónicas de la conquista y de la que pudieron nutrirse dos importantes cronistas:

«La "Fuente Troya" escribióla el abogado de la Audiencia de Canaria don Antonio de Troya (1530-1577), canario, pero de ascendencia gallego-portuguesa, por la conformidad de sus datos con el fonetismo del portugués, en fecha próxima a 1560, y sirvió de fuente común a Torriani, que lo cita, y a Abréu Galindo, que lo sigue sin consignarlo » (ALVAREZ DELGADO,  J.: "Los datos lingüísticos y la precedencia de fuentes canarias", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 13, 1987).

Hay un dato que nos llama la atención sobre esta "Fuente Troya", que nos la aporta el anterior investigador en la ponencia del año anterior sobre los "espíritus malignos" de los aborígenes canarios cuando nos dice: «El tercer nombre tibicene en Gran Canaria, debe proceder del doctor Troya fuente común de Torriani y Abréu Galindo, y es la forma femenina berber en variante dialectal tiwiğzen de los nombres berberes citados antes wiğzen y ağuzen registrados en marroquí y chelja » (ÁLVAREZ DELGADO, J.: "El "ogro", sus problemas y datos canarios", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 12, 1986).

Nos resulta curioso porque muy cerca de este lugar se encuentran los topónimos de Roque de las Chobicenas y Las Chobicenas, de los cuales ya hemos comentado en su entrada que derivan de la voz "Tibicena" que procede del doctor Troya.

En la actualidad el lomo donde se asienta Troya, además de concedernos bellas panorámicas en cualquiera de las direcciones que miremos, son un territorio donde se cultivan papas y cebollas que cuando florecen pintan de "azul-lila" el paisaje, que es compartido con una pequeña quesería de leche de cabra y vaca, muy apreciada por su exquisito sabor y apretado trabajo artesanal de la familia Del Rosario.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)