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viernes, 23 de septiembre de 2016

PRIETO, RISCO (V. SAN MATEO, ALDEA DE SAN NICOLÁS, MOGÁN, S. BARTOLOMÉ DE T. Y TEJEDA)

Probablemente el más conocido por tener un pequeño asentamiento de población lo sea el situado en la Vega de San Mateo, que en todo caso es el más representativo por su altitud y relieve. Este topónimo está situado en un territorio de pendientes riscos formado por las vertientes de naciente del Barranco de La Mina (1.025 msnm.), como lo es el propio Risco Prieto (1.400 msnm.), que tiene al poniente el Risco de la Mesa (1.500 msnm), formado por las escorrentías de los pinares de las Mesas de Galaz (1.550 msnm.) y de Las Mesas (1.630 msnm.), y al naciente el Risco de Bijango y el Risco de Casalla (ambos a 1.250 msnm.).

Panorámica (Michele Curcio)
Se trata por tanto de un territorio de tierras rojas en sus cotas más altas, muy erosionado por las propias escorrentías de aguas de lluvias, en el que históricamente se han producido aluviones y desprendimientos que en ocasiones han cerrado la carretera de Acceso a Cueva Corcho (GC-230) desde la carretera San Mateo-Tejeda (GC-015), y donde las escasas tierras de cultivo lo son de forma obligada en terrazas o bancales.

En el lugar encontramos un pequeño Caserío llevando el topónimo, al que se accede por un camino vecinal descendiente y sin salida, aproximadamente en el punto kilométrico 1’3 de la carretera antes mencionada, que serpentea para acceder a las viviendas construidas todas mirando al naciente y donde en el primer cuarto del pasado siglo se registraban 29 habitantes.

Detalle fotográfico del Caserío (Michele Curcio)
Nos encontramos por tanto en una zona de transición de las medianías a las Cumbres centrales de la isla, identificado por el cromo-topónimo  de “Prieto” dado al Risco por el color del sustrato, tal como recoge el DRAE «4. adj. Dicho de un color: Muy oscuro y que casi no se distingue del negro. 5. adj. De color prieto», topónimo que encontramos también en la Aldea de San Nicolás, Mogán, San Bartolomé de Tirajana y Tejeda, asociado en ocasiones a algún accidente del relieve, y otros desaparecidos o que tan sólo identificaban alguna finca o cortijo.

Ortofoto del territorio de la Vega de San Mateo (Google Earth)
En la Aldea de San Nicolás localizamos el lugar cerca de la Castañeta, al naciente de la conocida Cruz del Siglo, a 175 msnm., al sur del Peñón Rajado y al noroeste de Los Cercadillos y el Peñón del Sajorín.

En Mogán el topónimo lo encontramos, precedido del genérico geo-topónimo típico del suroeste grancanario, como Puntón de Risco Prieto, a 520 msnm., en el Lomito de las Veredas al norte y el Lomo del Culatón, teniendo a su naciente la Montañeta Picuda y más allá el cauce del Barranco de Veneguera, quedando a su poniente el Puntón del Cuervo, topónimos todos que nos dicen de la particular orografía del territorio moganero.

Detalle de Risco Prieto de la V. de San Mateo (Google Earth)
El topónimo tirajanero de San Bartolomé, lo encontramos entre los cauces del Barranco de la Negra, al naciente, y el Barranco de Arguineguín al poniente, situándose el Risco Prieto a 590 msnm. y proyectando su denominación sobre el Llano de Risco Prieto que se extiende al sur del mismo, dejando a su norte el Alto de las Aulagas y más hacia el noroeste la Cruz del Lance, ubicándose en un territorio entre degolladas, al naciente la Degollada de los Alcaravanes y al poniente la Degollada de los Roques, muy próximo a una rica zona patrimonial arqueológica que han devengado en topónimos: el Almogaren Chico y el Almogaren Grande en la Cañada de las Yeguas.

Por último, en Tejeda localizamos el topónimo a 1.259 msnm., cerca del Lomo de las Moradas, al noroeste de la Hoya del Escobonal que se encuentra al norte de la Cruz de Timagada, y al sur del Morro del Cuervo, en el territorio de tierras altas que rodea la carretera Tejeda-San Bartolomé de Tirajana (GC-060), entre los dos últimos lugares citados.

Vista de Risco Prieto (Michele Curcio)
Ya hemos recogido también en nuestra entrada a Roque Prieto (Sta. Mª de Guía) de la información aportada por el centenario profesor de la toponimia canaria referida al cromo-topónimo negro:

«Una variante de este color es PRIETO, que en muchos sitios de Canarias corresponde casi a negro, pues se trata de un color oscuro que es fácil confundir con el citado. Es voz considerada como un arcaísmo americano o portuguesismo derivado de preto, aunque además es palabra castellana que corresponde a un apellido, relativamente abundante; en Cuba a los negros se les llama prietos y sabemos la gran influencia que tuvieron los retornados de dicha isla, a la que tantos emigrantes canarios acudieron» (AFONSO PÉREZ, 1996, p. 190).

Jopillo canario (CSuárez)
En este lugar de transición en 1989 se localizaban ejemplares de una glomerata singular (Dactylis cf. Smithii) en peligro de extinción, de las conocidas vulgarmente como jopillo canario, distinto del jopillo de cumbre que se localiza en las altitudes del Teide.

«Especie conflictiva que presenta una alta variabilidad morfológica. Pertenece al complejo polimórfico de D. glomerata L del Mediterráneo, y en Canarias muestra distintas formas en función de la insularidad y los ecohábitats. Es bastante rara en todas las Islas Canarias, a exepción de La Palma y Tenerife. En esta última isla y en las vertientes medias del Norte, puede llegar a ser frecuente. En Gran Canaria solo era conocida en dos localidades de las cumbres de la isla, pero hemos podido observar esta especie creciendo en diversos enclaves de la zona montaña y media: Vega de San Mateo: Hoya del Gamonal 1600 m.s.m.. Risco Prieto 1300 m.s.m., Ariñez 1400 m.s.m.;…» (MARRERO RODRÍGUEZ, 1989, p. 87).

Detalle floración del Jopillo canario (CSuárez)
Con relación a los otros topónimos próximos antes citados, nos es desconocido el origen de la Cañada y Risco de Bijango, si bien pudiera tratarse de un fito-topónimo de alguna planta así conocida en la antigüedad, sin despreciar que pueda ser una corrupción de:

«BALANGO (Avena Fatua, Lin.)- Planta gramínea que los botánicos llaman “avena loca”. Criase en los campos de nuestras islas entre los granos cultivados. Su tallo o caña, se levanta muchas veces hasta la altura de dos varas, la cual es nudosa, guarnecida de hojas estrechas y cumplidas, lisas por lo común….» (VIERA Y CLAVIJO, 1866, Tomo primero, p. 105).

El Risco Casalla lo recibe de los repartimientos de tierras dados a Pedro de Caçalla el 17 de junio de 1547 (RONQUILLO RUBIO et AZNAR VALLEJO, 1998, p. 381) y el antropónimo de las Mesas de Galaz, relacionado con la Hoya de Galaz, cuya fuente es mencionada en los repartimientos a favor Françisco Ramirez el 19 de febrero de 1543, del regidor Zoilo Ramírez el 14 de septiembre de 1547, y también en la otras solicitadas por Pedro Caçalla el 9 de septiembre (¿?) de 1553 (IBÍDEM, pp. 132, 409 y 565). 

Localización en V. de San Mateo (IDE Gran Canaria)
Localización en Aldea de San Nicolás (IDE Gran Canaria)
Localización en Mogán (IDE Gran Canaria)
Localización en San Bartolomé de Tirajana (IDE Gran Canaria)
Localización en Tejeda (IDE Gran Canaria)

viernes, 16 de septiembre de 2016

MEDIALUNA, LA (ALDEA DE SAN NICOLÁS, AGAETE, SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA Y SANTA BRÍGIDA)

La riqueza toponímica de Gran Canaria nos permite encontrar en ella algunos geotopónimos que dicen de los accidentes geológicos del relieve que reciben su nombre y se describen por las voces de nuestro léxico.


Vista de La Media Luna de La Aldea (José M. Quesada Medina - Infonortedigital-com)
Y entre los geotopónimos, aquellos que llamamos morfológicos porque nos describen la forma caprichosa que la naturaleza ha dado a elevaciones o depresiones, como es el caso que aquí tratamos de La Medialuna y que encontramos en cuatro municipios, creados por los lugareños emulando de manera poética aquello que cantaron Federico García Lorca y Miguel de Unamuno, en ambos casos para el mundo infantil, pues es en ese de mundo de niñas y niñas donde somos capaces de imaginar y soñar con las formas del territorio.
 
Comentamos con más detenimiento el lugar de la Aldea de San Nicolás, pues lo encontramos en el territorio virgen de Guguy o Guyguy, aunque se conozca con la "i" latina y diéresis Güigüi, con el que cada cual guste elegir como ya hemos contado en su entrada particular a este blog Macizo y Playas de Gugui o Güigüi, porque en este entorno donde lo localizamos en su estado puro, pues el temido impacto antrópico, de los humanos, ha sido el mínimo y lo encontramos además acompañado de otros muchos topónimos que nos permiten hablar de la toponimia, del nombres de los lugares, en su máximo esplendor.

Ortofoto (Google Earth)
Es conocido de Güigüi, utilizando la expresión más castellanizada, por la gran dificultad de su relieve se ha preservado prácticamente en su estado primario, siendo en sí mismo un relicto de especies exclusivas de nuestra diversidad, propiciado también por encontrarse situado en donde los conquistadores castellanos llamaban “la parte de atrás de la isla”, por los fuertes escarpes y las escasas tierras para el aprovechamiento en cultivos, además de corresponder siglos después de la conquista de la isla a las tierras que como a modo de dehesas comunales fueron aprovechadas por los aborígenes para el pastoreo, aquellos pocos que tardaron en perder obligatoriamente sus señas de identidad etnográficas.

« … durante siglos, algunos cultivaban cereales y frutos en lo que, según cuentan las crónicas, era un vergel con distintos nacientes de agua y caminos serpenteantes que comunicaban unas playas con las otras […] en los valles de Güi-Güi Chico y Güi-Güi Grande, en 1785 se contabilizan uno y cuatro vecinos respectivamente, en viviendas dispersas, aunque en el verano, con la recogida de las sementeras y las frutas, entraban unas ocho familias de La Aldea. El censo parroquial de 1820 recoge un total de ocho familias con 25 miembros» (SUÁREZ MORENO, 1990).

Vista (José M. M Quesada Medina - Infonorte)
Sólo a partir de la desamortización de las tierras de realengo, ya a finales del siglo XIX, algunos se sintieron atraídos por su adquisición, pero desde los primeros años en que se tomó conciencia del gran valor del medio natural que el territorio representaba, se fueron sucediendo las iniciativas de registro de los bienes Propios del ayuntamiento de La Aldea, y la subasta por parte del Estado, con deslindes no practicados, y expedientes de dominio iniciados por particulares que colisionaban con los bienes Propios del municipio, todo parecía indicar que volvía a iniciarse un pleito histórico por la posesión de estas tierras.

Cuando se presuponía por la opinión pública que en buena parte de ellas ─dos tercios de los treinta millones de metros cuadrados─, podrían realizarse iniciativas que hicieran peligrar su preservación, desencadenó la expropiación forzosa de estas tierras y derechos, aprobada por el Consejo del Gobierno de Canarias el 19 de diciembre de 1989, que el 10 de enero del siguiente año pasaba a información pública. Había sido declarado Parque Natural en 1987 y Reserva Natural Especial en 1994. Se cerraba así toda posibilidad de litigiar entre particulares y el ayuntamiento.

Vista (Turcón)
Es precisamente este acto el que nos dice de sus últimos poseedores, entre los que habría que recoger al inversor suizo Helmut Rahms (Pellerine Ltd.) que en 1988 por 240.000 euros adquirió esa buena porción del territorio a la sociedad filial de la Caja Insular de Ahorros, Promociones Turísticas Canarias que antes vendería parte a su matriz, que habían sido o colindaban con otros muchos propietarios herederos como Juan Armas, Francisco Bethencourt Armas, Nicolasa Díaz, Manuel León, Antonio Marrero, María Medina León, Asunción Medina Rodríguez, Juan Francisco Medina Saavedra, Cristóbal Quintana, María del Pino Quintana Suárez, Juan Quintana, Teodora Quintana Suárez, José Ramos Navarro, etc.

Como decíamos al principio, nuestro mayor interés es conocer de la toponimia, de esa toponimia virgen nacida de la percepción o aprovechamiento de los pocos lugareños que transitaban este paraje singular.

De La Medialuna, la descripción dada por el registro dice «Desde ese trozo de erial, en su mayor parte de riscos, con una pequeñísima parte de labradío, una cueva y algunos nacientes de agua, en Güygüy Grande, donde llaman Medialuna, con cabida total de ciento veintitrés hectáreas y ochenta cuatro áreas, que lindan al sur con terrenos [de particulares]; al naciente, aguas vertientes que separan terrenos del Estado; poniente con el mar; y norte, aguas vertientes del Lomo de la Degollada del Espigón, tomando el Lomo recto al mar».

Vista de las disyunciones (Adrián Negrín)
Más paradisíaca es la descripción del paisaje dada por un experto senderista en su ruta: «Una vez cogida la bifurcación solo nos queda para llegar a la Degollada del Espigón, abandonar el andén a los dos kilómetros aproximadamente de la bifurcación para superar el último barranco, ya que por desprendimientos es bastante complicado seguir por el andén, de todas maneras, no hay perdida, se ve claramente.

Las disyunciones columnares nos acompañan por casi todo el andén, la naturaleza nos deleita con unas esculturas fascinantes sin parangón. Las disyunciones columnares se producen debido al proceso de enfriamiento de las coladas, a menudo las coladas de lava masivas de cierta potencia se fracturan en columnas verticales de sección subhexagonal al enfriarse lentamente.

Detalle de las disyunciones (José M. Quesada Medina - Infonortedigital)

Tras pasar la Degollada del Espigón, Güigüi Chico deja de verse definitivamente, a cambio observamos prácticamente al completo el Barranco de Güigüi Grande, así como la senda muy bien marcada que nos baja hasta las fincas de La Medialuna. Como finalización del tramo marcaremos justo cuando llegamos, una vez pasada las casas, al fondo de barranco de la Cañada de las Vacas. Desde la Degollada del Espigón, la aridez de zona y lo abrupto del territorio consiguen que el palmeral de La Medialuna se manifiesta como un esplendoroso oasis.

Al llegar al barranco continuamos, siguiendo lo pisado, a nuestra derecha para llegar a los bancales, los vamos bajando fijándonos en la ladera derecha del barranco para localizar nuevamente el sendero, que sin bajar al fondo del barranco (donde se aprecia un frondoso cañaveral) va a media ladera para llegar a la bifurcación donde cogeremos el sendero de la ruta corta a los 1.130 metros aproximadamente de dejar las casas de La Medialuna» (QUESADA MEDINA, 2011).

Vista (Adrián Negrín)
También encontramos una descripción paisajística de gran calidad con imágenes fijas en el canal YouTube, donde su autor Adrián Negrín nos deleita con la belleza singular La Medialuna en Güigüi.

El topónimo lo crearon los lugareños por ese capricho erosivo de posibles efluvios volcánicos más antiguos en forma de media luna. Pero muy cerca de este topónimo, encontramos en los registros de la propiedad otros topónimos muy sugestivos como Agujerada, Andén del Tanque Viejo, Barranco Orilla del Tabaibal, Barranquillo de La Sabina, Caidero Carrizo, Cañada de Juan Jorge, Cañada de las Vacas, Cerro de Arriba, Cueva Agujereada, Cueva del Tostador, Degollada del Espigón, Degolladita de los Riquillos, Estanque del Arenal, Estanque del Llano, Estanque de la Aljulaguilla, Estanque de la Huerta, Estanque de Los Mastrantos, Hera La Montañeta, Hoya de Agua de Sabina, Llano de la Mar, Lomito Hurtado, Lomo de la Corcovada, Lomo de la Degollada de la Cruz, Lomo de Los Juncos, Los Canalizos Chicos, Los Juncos, Montaña de Canizo, Montaña Guagarzal [actual Horgazales], Morrete del Abanico, Morrete de Las Laderas, Morrete de Las Lajillas, Peñón Bermejo, Tanque de Los Juncos, Valle Hermosa, Veril de la Alandarilla, Zamora, y un sinfín de topónimos en estado puro, que han llegado hasta nuestros días en su propia virginidad, tal como es el territorio. Destaca la escasez de antro-topónimos. Es precisamente esta escasa presencia de topónimos referidos a personas la que también avala el mínimo impacto ambiental.
 
La toponimia en su estado puro (IDE Gran Canaria)
Al margen de riqueza de la flora y fauna del lugar, algunas secuencias de la vida de sus moradores nos cuentan de la abundancia de los pequeños cultivos que disponían vivir, de buena agua y de sus fatigas o anécdotas.

«Nono Moreno del Pino:  … hay una casa en un lomito… que llaman el lomo de la “corcová”,… es un lomo ancho y en el bajo hicieron una casa y hay tuneras alrededor de la casa y al medio de las tuneras, el olor de los duraznos…  “sin regarse”, al medio de las tuneras,… que cosa rica… el olor del durazno en el duraznero.

En la Medialuna, en la finca de Miguel, tenían de toda fruta… Cogía ajos, cogía papas, cogía cebollas… la comida de la casa la tenía garantizada, y después vendía mucho de la cosecha… lo sacaba con las bestias para La Aldea.

En los años que yo estuve allí siempre tenía una yunta de vacas, y todos los años vendía una yunta de novillos (… lo que nos cuenta sucede entre 1962 y 1974)» (MELIÁN QUINTANA et alli, 2015, p. 130).

Cuartos de aperos (Adrián Negrín)
«Francisco Ramírez Almeida: Tenía 9 años cuando fuimos a la cueva de la Medialuna, con unas cabras de media. Y estuve allí cerca de 4 años. A mi madre la dio fiebre y tuvimos que traerla para abajo… (La Aldea) …y nos vinimos para acá.

[…] Desde la Medialuna subíamos a la Degollada de Piletas… al lado de la Montaña de los Hogarzos. Algunas veces desde por la tarde me venía (para La Aldea)… me sentaba allí pero no bajaba hasta que empezaba a oscurecer,… si no mi padre me templaba.

Para bajar eran unas “vereas”… pero uno bricaba como un cabrito… había un paso malísimo… pero lo demás era… y … con los regatones se veían los “gujeros” en el risco… (…) …tirando el garrote en el mismo sitio… eso… ahí siempre había gente… hoy no hay a donde pasar.

[…] Estábamos allí en el lomito, donde se juntaban “tos”, se juntaban alli por la noche y el viejo mío se le antojó que fuera “soltáo” allá arriba al Leñabuenal al cordero… y yo le dije que tenía miedo, que aquella hora no “diba”. Y me hizo ir.

Pero cuando yo llego allá arriba, allí había una vieja donde estaba la Medialuna, había una vieja que se llamaba Juana Carmen, dice que había muerto. Y entonces allí había unas cadenillas y unas palmeras y donde están unos tunos acabándose,… unos tunos amarillos… y donde yo estaba… pasó un cosa… un sombraje, sería una rata, un erizo, y después yo me puse allí, me dio un “mieo”, me tiró “pal” suelo, me puse en el lomitillo y me eché una piedra encima y digo” “que salga lo que vaya a salir coño que no le tengo “mieo””, y a mi… si no es el “mieo” que tenía… salió una cosa con un pañuelo blanco allí… y yo partí a correr por el chorrito “pa’riba”, me destrocé las patas… bajé por ahí… el llano de Zacarías “pa bajo”… sofocando… y cuando llegue abajo… mi padre… y dice Antonio… “el chiquillo se asustó”… la sangre se te levanta… Como el miedo es libre cogíamos todo lo que queríamos. (Francisco estuvo en Guguy en la década de los 40 del pasado siglo XX)» (IBÍDEM, p. 137).    

Vista (Adrián Negrín)
Como ya se ha dicho al principio, de formación distinta a la depresión con el que se conoce en La Aldea, pues son todas elevaciones del territorio, encontramos también el topónimo en Agaete, al naciente de Tirma y formando parte del Andén de los Alemanes; en San Bartolomé de Tirajana, al norte de San Fernando, formando parte del Morro del Cañizo, entre el Barranco de Fataga a poniente y el Barranquillo del Cañizo al naciente; y en Santa Brígida, al naciente del Caserío La Humbría, en La Angostura, formando parte de los escarpes de naciente del cauce del Barranco Guiniguada, después de la unión de los Barrancos de Santa Brígida y Barranco de Alonso, al poniente del camino de Los Silos y antes de la junta con el Barranco del Colegio.

Sin duda, el topónimo aldeano es quizás el más representativo de las formas, y posiblemente el lugar más apropiado para los momentos oníricos, apartado del mundanal ruido, en un oasis de palmeras de la tierra, entre acebuches, almácigos, bejeques, brezos, cabezones, canutillos, cardones, cardonescas, cerrajas y cerrajones, cornicales, corazoncillos, escobones, juagarzos, leña santa, magarzas, pajoneras, peralillos, rosalillos, sabinas, salvias, siemprevivas, tabaibas, tajinastes, toldas y verodes,  entre aromas de inciensos, cedros y pinos; unos a ras del suelo otros más esbeltos, todos componen la flora más auténtica de la isla.

Vista (Adrían Negrín)
Ante una orquesta sinfónica, por el trinar de los canarios del monte, o las no menos melodiosas alpispas, bisbitas o herrerillos. Y el arrullo de las tórtolas. Donde lagartos gigantes, lisas y perenquenes están atentos a cernícalos, cuervos y halcones berberiscos para no verse sorprendidos mientras calientan su sangre o repiten la misma atención sobre su menú de escarabajos, saltamontes y grillos. Allí donde las migratorias pardelas, petreles, chorlitejos, vencejos y zarapitos danzan sobre las olas o bailan en la orilla. Allí donde el mirlo nos canta avisándonos que el sol se va o viene, o cuando en la noche los búhos velan nuestro sueño para que los roedores no nos inquieten.

Sueños de ilusión e imaginación. Como declamaba Miguel Unamuno: «La media luna es una cuna, va a luna nueva; y al niño de la media luna, ¿quién me lo lleva?». Lugar para soñar y para encontrar respuestas a la vida que está por fuera de esta maravillosa “cuna” natural.

Localización en La Aldea de San Nicolás (IDE Gran Canaria)
Localización en Agaete (IDE Gran Canaria)
Localización en San Bartolomé de Tirajana (IDE Gran Canaria)
Localización en Santa Brìgida (IDE Gran Canaria)

viernes, 13 de mayo de 2016

GUSANO, BARRANCO, BARRANQUILLO, CAÑADA, LLANOS, LOMO, MONTAÑA Y PUENTE DE/L (MOYA, STA Mª DE GUIA, MOGÁN Y S. BARTOLOMÉ DE T.)

Aparecen un interminable número de topónimos que obedecen a la geología del territorio, cuyos accidentes orográficos reciben singulares "canarismos" que identifican elevaciones, depresiones o neutrales llanos en todas sus variantes, además de cavidades de todo tipo.

El Gusano Guía-Moya (Adela Gavares)
Y como parte integrante de los geo-topónimos, nos encontramos los morfológicos, que nos dicen de la forma, tamaño, aspecto o semejanza con algún elemento o materia muerta, pero en contados casos -por no decir ninguno- que hagan referencia a un ser vivo, como es el caso del “gusano”.

El serpenteante Barranco Gusano
Guía-Moya (IDE Gran Canaria)
Y en los tres lugares que encontramos el topónimo “gusano” en nuestra isla redonda, lo es asociado y dado a un barranco, barranquillo o cañada, y por extensión a los derivados próximos a los mismos. Es así precisamente, porque sólo el agua puede llegar a generar un cauce que vaya serpenteando suavemente el relieve que encuentra a su paso aguas abajo, para salvar la resistencia de los suelos más duros, para al final llegar al barranco principal al que tributan sus aguas. Y así surge el topónimo de “gusano”, desde la visión humana del suave contoneo de su cauce, prescindiendo de llamarlo “meandro” porque son palabras mayores para cauces mayores, para cauces de ríos de los que no tenemos en las islas por su tamaño.

Sencillamente, porque esos pequeños cauces en su descenso se asemejan a un pequeño ser vivo que conocemos por “gusano”, en las tres acepciones que nos aporta el DRAE «1. m. Nombre común que se aplica a animales metazoos, invertebrados, de vida libre o parásitos, de cuerpo blando, segmentado o no y ápodo. 2. m. Nombre de las larvas de cuerpo blando, alargado y cilíndrico de muchos insectos y de las orugas de los lepidópteros. 3. m. lombriz».

En ninguno de los casos nuestro topónimo está asociado a la 4ª acepción del DRAE «despectivo. Persona vil y despreciable», porque este es dado a los seres humanos que se arrastran por el fango de su vida, mientras que el “gusano” de nuestros topónimos, no se arrastra, se desliza suavemente aguas abajo para dar vida a la tierra que encuentra a su paso.

Probablemente su forma fue apreciada cuando se pintaron las primeras telas con las cartas del lugar, o quizás más simple, cuando la panorámica era contemplada desde una montaña, detalles que hombres y mujeres del campesinado fueron capaces de percibir mientras pastaban sus rebaños. Porque ellos nunca tuvieron prisas, y como su tiempo no era para medirlo, pues era para vivirlo intensamente cada día, contemplaban la naturaleza que les rodeaba reparando en todos sus pequeños detalles.

MOYA y STA. Mª DE GUÍA

Ya lo decían Juan Rodriguez de Orihuela y Cristobal de Orihuela cuando el 20 de marzo de 1544 pidieron las datas de esta tierra «… donde dizen el barranco del Pinal las quales tierras son de sequero montuosas de helechares e otro monte, en que puede aver dozientas fanegadas poco mas o menos que alyndan por la parte de abaxo con la montaña e por arriba con el pinal de Galdar, el dicho valle arriba aguas vertientes de una parte e otra todo lo que pudiere aprovechar en el dicho barranco con mas unas cuevas que estan en el dicho barranco abaxo e otras dos arriba en un lomillo, e dándonos las dichas tierras para que las embremos …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista (Rafael Peñate Navarro)
Pero eran muchos los colonos pobladores interesados en estas tierras, y cinco días después ya contradecía la petición Cristobal Gomez de Fexenal quien dijo «… se sembro parte dellas e cogio en ellas e hizo un sylo en ellas e demás desto por que son pastos comunes e las dexo de tornar a sembrar».  Después las contradijo Pedro de Baeça que alegaba «… las dichas tierras por ser como son pastos comunes e en esta vanda de Galdar ya no ay otra cosa para pastos por repartir sino esto …».

Y cuando fueron pregonadas el 30 de marzo de aquel año, fue Françisco Jaimez quien también las contradijo manifestando que «… las dichas tierras por ser de pastos comunes [roto] e rehadero de sus ganados ….», conquistador que llevó como testigos otros de su condición como Gonçalo de Aguilar, Arriete de Betancor, Luys de Herrera y Antonio Cherino.  El primero de ellos, Gonçalo de Aguilar, al enterarse de las tierras que pregonaban, también las contradijo. Y la noticia corrió, como corren los barrancos en invierno, y después apareció para lo mismo Fernando de Quintana, en nombre propio y el de sus hermanos, hijos y herederos de Juan de Sorya, todos aquellos que en la iglesia del Señor Santiago tenían reservados asientos en los primeros bancos, asegurando que «… dichas tierras e cuevas por que son suyas e las cuevas a syete años que las tiene e posee e mora en ellas e tiene puertas que el  fecho con su çerradura e llave e en  las tierras sembro e cogio e hizo un sylo e las desmonto …».

Cuevas (Fedac)
Al final, el poder local se imponía poniéndose de acuerdo entre ellos, para que el Cabildo General concediera a los Orihuela que habían pedido doscientas fanegadas, unas datas algo trucadas «… dieron a cada uno de los dichos Juan Rodriguez de Orihuela e Cristobal de Orihuela setenta e cinco fanegadas de tierras que son entranbos a dos çientos e çinquenta fanegadas adonde las pidieron …», eso sí condicionadas para que respetaran –al menos, en apariencias- el interés general,  el derecho al pastoreo común y el omnímodo poder de los caballeros de la villa de Gáldar, sentenciando «…syn perjuicio de terçero e con las condiciones de las tierras de sequero e syn perjuicio de la montaña e con que no pene ni corra los ganados e syn perjuicio de la data de Hernando de Quintana e que las aproveche conforme a las hordenanças …».

El Barranco Gusano tiene su nacimiento en la Hoya de los Helechos, entre el septentrional Lomo de Galeote y la meridional Cuesta de los Pinos [de Gáldar], en el lado de poniente de la Caldera de los Pinos. Aguas abajo al llegar a Los Culatones, al naciente de los Riscos Blancos, recibe el antiguo nombre de Barranco del Pinar, conformando ambos la frontera jurisdiccional entre los municipios de Sta. Mª de Guía y Moya que acaba junto a la Caldera de los Pinos.

El Barranco Gusano tiene un cauce descendente “serpenteante” que da origen a nombre teóricamente pastoril, y que se proyecta en homónimos en otros lugares próximos como Cortijo, Lomo, Montaña y Puente de Gusano.

De la propia descripción dada en los repartimientos antes dichos, son los pastos, las ovejas, su leche y el queso la gran esencia de su importancia, notoriedad y belleza. Es sabido que el queso de oveja se caracteriza por ser bastante graso, de olor y sabor intenso y entre más curado esté, más picante resulta al paladar.

«Los ganados del norte de la Isla comen muy variado; y en sus desplazamientos con los pastores, el rebaño va cambiando desde las medianías, a las costas del norte y del oeste de la Isla en invierno a las cumbres en verano, siempre en busca de los mejores pastos en cada época del año. El animal transmite a su leche la calidad de esa variedad en la alimentación, y con ella hacen las mujeres el queso de pasta bien prensada, que suele curarse en cañizos que cuelgan a la sombra, con una temperatura fresca y constante» (FEDAC).

Era de Riscos Blancos (Fedac)
No olvidemos que el queso es uno de los productos locales que más se consume en el Archipiélago, superando el consumo de otras Autonomías, que es parte de nuestra cultura culinaria, con un sobresaliente protagonismo tanto en los “pizcos” como en el “conduto”, donde acompañar al gofio escaldado con unos trocitos de queso es una costumbre histórica.

Las grandes obras maestras de nuestras tradiciones se deben a "especial destreza y paciencia" que tiene la mujer canaria por excelencia campesina, y como muestras de ella la loza canaria, los calados y la confección de quesos en todas sus variedades. Y un buen ejemplo lo tenemos en las queserías del Cortijo del Gusano, con sus protagonistas Juan Mendoza Mendoza y María Ascensión Díaz Delgado, auténticos artesanos del pastoreo y del queso de oveja.

Las manos de la entonces niña María Ascensión las ponía sobre la cuajada que hacía su madre “para que no se enfriase” y a los once añitos ya hacía ella solita sus primeros quesos en Fontanales, como lo ha seguido haciendo toda su vida, los últimos treinta y siete con la leche de las ovejas que su marido ordeñaba a mano en el Cortijo, y los ha venido haciendo curados o semicurados, después de heredar y engrandecer el arte que su madre le trasmitió. Ella hace a mano la cuajada, toda ella, y como bien dice, sólo en la última “pinta” pone encima la prensa, así cuatro o cinco quesos cada día, de seis o siete kilos, y después al cañizo, para darle vueltas cada día. Duro y paciente labor. En el año 2016 ha tenido el reconocimiento de todos sus vecinos en la Fiesta del Queso de Guía.

La actividad pastoril en la isla, no llegó con los conquistadores y colonos pobladores en el siglo XV, pues está documentado que los aborígenes la practicaban para su sustento y no se conoce si elaboraban quesos. Sí parece que con los primeros llegó el ganado ovino, pero los cruces históricos han tenido por resultado que la oveja canaria sea el premio a la buena selección que los pastores han realizado desde épocas remotas, con una excepcional adaptación a los ecosistemas de la isla, con sus particulares y cíclicas trashumancias, enriqueciendo la leche en olores y aromas exclusivos, como la tierra misma.

Vista (Rafael Peñate Navarro)
«... y tenía mucha leche y manteca de gofio, que es harina de sebada tostada, la qual ellos molían en unos molinitos de mano, y esta harina masaban con agua o cosina o leche, como lo amasaban oy dia todos los de las islas, y este era su pan …» (CRÓNICA MATRITENSE. Redacción Ortiz, 1526).

«... y aunque más usavan de lo asado y algunas bezes la freyan en camelas con manteca; a este guisado lo llamaban Camarona, demás desto comían mucho gofio, que hasían de harina de sebada tostada y la amasaban con leche y con el caldo de la olla, y otros la amasaban con agua y sal como oy lo hasen muchos de las yslas y lo comen, que éste era su pan cotidiano …» (CRÓNICA OVETENSE. Redacción Cardona, 1639).

«... su mantenimiento cebada tostada molida y amasada, su harina llamada gofio, con leche, caldo, miel silvestre agua y sal, carne medio asada y cruda, sancochada si era gruesa, para aprovechar la gordura o cebo, también mariscos, frutas silvestres, mocanes que es vaga negra, mayores que mirto, azofaifas, madroños colorados con muchas semillitas o granilla, y hanse de comer muy maduras, estando verdes imitan a el alcaparrón, y otras raices, como turmas, jongos, ñames, higos ásperos que no hay en España, son blancos por fuera y ásperos como cuero de casón, colorados por dentro y dulces cuando hay maduros, y guardando en sartas de juncos y apillados como panes majados y echos pellas  ...» CRÓNICA ESCUDERO. Redacción Cardona, 1639).

Localización en Moya-Guía (IDE Gran Canaria)

MOGÁN

La Cañada (Google Earth)
Muy cerca del caserío de Veneguera, al sur del Laderón de los Azulejos, encontramos la serpenteante Cañada de Gusano que desciende entre la Hoya del Corral y la Casa de la Cogolla hasta los Llanos homónimos, ya muy cerca del territorio protegido de La Cogolla de Veneguera, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por formar parte de nuestro Patrimonio Arqueológico.

Goro (Fedac)
Describe el decreto de aprobación del BIC  que «Se trata de un poblado aborigen formado por, al menos, siete casas de piedra seca, que se encuentran en parte muy alteradas, por lo que es difícil, en algunos casos, precisar la planta y morfología de las estructuras. Por lo general, éstas tienen planta exterior de tendencia circular e interior cruciforme o cuadrangular, con dependencias anexas. Se distribuyen en el sentido ascendente de la ladera y en algunos casos se ha rebajado el terreno para adosar a él los muros de la construcción. Los muros de las estructuras se encuentran en su mayoría muy derruidos, de forma, que tanto al interior como al exterior las estructuras aparecen cubiertas de piedras procedentes de un desplome.

La Cogolla de Veneguera (Gobierno de Canarias)
En los alrededores e interior de algunas de estas casas se ha localizado diverso material arqueológico en superficie, consistentes en fragmentos de cerámica, diverso material lítico (un fragmento de molino circular, un fragmento de mortero naviforme y obsidiana) y material malacológico» (DECRETO 39/2006).

Localización en Mogán (IDE Gran Canaria)

SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA

Lomo La Palma (Octamila)
Barranquillo del Gusano, mostrando en menor medida su serpenteante cauce por ser más pequeño, es un tributario de naciente del barranco de Arguineguín que nace en el Lomo de la Palma y discurre en dirección de poniente hasta desaguar en el barranco principal, cerca del Lomo de Huesa Bermeja.

Presa de Soria desde el Lomo La Palma (Octamila)
El alto Lomo de Palma, encuadrado en un paisaje de viejas rocas que la naturaleza ha cincelado a su capricho, está al sur de la Presa de Soria contemplándose desde el mismo una bella estampa de todo el vaso.

Lomo Huesa Bermeja (Ayuntamiento SBT)
Por la carretera que lleva a Cercados de Espino, entre los pagos de El Caidero y Chira, se localiza el Lomo de Huesa Bermeja, al que se accede por una pista de tierra. La tradición oral sitúa aquí la localización de un cementerio de los canarios, lo que queda confirmado por las evidencias arqueológicas. De esta forma, a pesar de ser un lugar ampliamente modificado por las actividades humanas, aún es posible observar la existencia de restos óseos y construcciones funerarias.

Localización en San Bartolomé de T. (IDE Gran Canaria)